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Buenos días.

Esta yo esta mañana tratando de decir cual era la mejor grabación del Concierto para violín nº 1 en Gm de Max Bruch cuando me he parado a pensar en la increíble cantidad de grabaciones buenísimas que están disponibles hoy en día. Esto hace que eleves el criterio de selección hasta niveles absurdamente altos y descartes grabaciones geniales por existir otras más-geniales-todavía, de modo que la nota de corte siquiera para considerar aceptable una grabación es, metafóricamente hablando, de un 9'90 y las que hace 40 años se consideraban grabaciones perfectas hoy en día se queden en grabaciones del montón.

El problema que veo es en como afecta esto a las nuevas generaciones de músicos y compositores, que tienen que competir contra 500 años de genios por lo que el filtro es cada vez mayor y más insalvable. Uno se pasa por cualquier tienda de discos un poco decente y encuentra docenas de nombres de oscuros compositores de música clásica de los que jamás ha oído hablar y claro, el tiempo de vida es limitado y no da para poder escuchar todo, seguro que he pasado mil veces delante de discos que serían maravillosos y en los que ni he reparado. Solamente por haber sido capaz de pasar el filtro y colocarse en una estantería de una tienda de discos ya uno puede suponer que el disco será realmente muy bueno, así que cualquiera consigue hoy en día dedicarse a tocar el violín profesionalmente si va a ser comparado con los mejores violinistas de la historia, desde Paganini (del que por suerte para los violinistas profesionales y para desgracia de los melómanos no hay grabaciones) hasta el actual James Ehnes. Tiene que ser muy frustrante el dedicarte a componer sinfonías profesionalmente para saber que si consigues ser el puto amo, con suerte pasarás a ser un oscuro nombre más en una estantería del que nadie jamás habrá oído hablar por tener que competir contra la Sinfonía nº 41 en C de Mozart, por poner un ejemplo.

Y pasa igual con la literatura, la pintura, etcétera, no se si es que hay demasiada gente o que la vida es demasiado corta, pero me temo que ni voy a poder escuchar todos los discos que querría, ni a leer todos los libros que quisiera, y eso que mis labores de creación artística son intrascendentes, porque si además pretendiese competir en esas ligas lo más probable es que acabase por inmolarme en la sección de discos del FNAC.

Esto ha pasado siempre en realidad. Todo el mundo debe competir contra todo el mundo, y sólo los mejores sobresalen a veces incluso con algo de suerte: si Mendelssohn no hubiera rescatado a Bach, quién sabe si hoy en día sabríamos tanto como sabemos de él, y eso que para muchos es el mejor compositor de la historia. Los que no son tan buenos, o no tienen esa suerte de la que hablo, quedan en el montón.

Lo bueno de la música (me refiero a la clásica, claro...), y en general a todas las artes, es que sabe evolucionar. Desde el Barroco hasta hoy en día ha cambiado mucho: no es equiparable una pieza barroca con una pieza serial; menos aún una serial con una minimalista a pesar de que no les separen tantos años. No se puede comparar Mozart con Takemitsu, al igual que tampoco Palestrina con Haydn.

¿Qué quiero decir con esto? Que los compositores de hoy en día debemos saber evolucionar, al igual que los oyentes también deberían hacerlo. Está bien la música del barroco, la del clasicismo e incluso la romántica... pero ya nos separan muchos siglos de ellas... Si haces algo nuevo (y que merezca la pena de verdad), quizá te recuerden en el futuro y puedas luchar por permanecer en el recuerdo junto a los compositores de siglos anteriores. Al fin y al cabo, ellos también tuvieron que luchar y aprender a llevar a la música a un nuevo estilo.

En cuanto a la cantidad, sí... ojalá viviéramos más años para poder escuchar y disfrutar de tantas obras de arte, jaja.

Que envidia me da la gente que se ve que sabe tanto de musica (lo digo por Josquin)

Acerca de la música no me voy a poner, pero... si miras las listas de los libros más vendidos, Risto Mejide O la rubia aquella ex del Jesulín se comen con patatas a todos los premios Nobel de Literatura de la historia. 

Si Mozart pudiera salir en el Hormiguero, quizás aún tendría alguna posibilidad. Pero ahora mismo, no puede competir contra... One Direction, por decir algo.

Eso si hablamos de ventas, de destacar, etc. Si tú te referías a crear algo que pase a la historia del arte y siga interesando no ya a futuras generaciones, sino al menos en futuros lustros, entonces ya es distinto.