Partida Rol por web

Recibís todos en vuestro refugio un puñado de hojas de pino. Sabéis que significa, sabéis que vuestra primogénita os convoca a una reunión en el Parque del Paseo Marítimo... y eso siempre es mala señal.

Ha anochecido, lo se, el despertador está sonando, oigo pasos, me cuesta despertarme, pero debo hacerlo.
Me despierto con pereza, desde hace un par de años, me cuesta despertarme, y eso me preocupa, no quiero ser como esos carcamales que no se despiertan hasta medianoche.
Pican a la puerta y mi bella y obediente Elena entra
-Buenas noches señor, su desayuno le espera en el salón- dice con formalidad innecesaria.
Le respondo con una sonrisa mientras me visto, voy al salón y veo a una chiga gótica, Rebeka creo que se llamaba, una chica de mi rebaño…. Tomo un rápido desayuno y la dejo ir, se que no dirá nada, a demás, los de mi rebaño ya son unos yonkis, no pueden vivir sin que les chupe la sangre (pienso con una sonrisa) Elena se me acerca con semblante preocupado, y me tiende un sobre.
Abro el sobre y unas hojas de pino, mi semblante se vuelve serio.
-Elena , prepara el coche, tengo una reunión urgente, llama a Luna, que prepare el Jeep y las armas, creo que tendremos trabajo- (pienso mientras me imagino la sonrisa de loca que se le pondrá cuando sepa que va a poder desperdiciar balas con el desdichado que se le cruce en su camino)
Monto en el coche, Elena conduce, llevo mi pistola y mi cuchillo de combate –Ya sabes a donde Elena-

Joder, odio ir a la ciudad, además ¿para que me necesitan? sin duda soy mejor en los bosques vigilando que nadie se acerque a la ciudad o salga de ella sin permiso.

Muy a mi pesar preparo mis cosas, quito las ramas y hojas enredadas en mi pelo y tras darme un buen baño me acerco a la ciudad maldiciendo a mi primogenita  ya que a causa de esto los animales no me reconocerán como uno de ellos tan fácilmente como antes. Finalmente en previsión de problemas elijo un bonito cuchillo tan afilado que sería capaz de cortar el propio abismo con el me encamino a la ciudad.

Al llegar al parque veo a la primogenita, no me gusta, ningún gangrel de ciudad me gusta y ella lo sabe, por lo que sospecho que me tendrá preparada alguna putada. Me acerco a ella por la espalda con el viento en contra para que arrastre lejos mi olor con la esperanza de pillarla desprevenida y solo cuando estoy a unos pasos de ella hablo esperando algún tipo de sorpresa en su reacción. Hola gran jefa blanca, mi acudir a tu llamada raudo como el viento digo de forma socarrona imitando a un sirviente indio, después de todo algo me dice que es lo que ella nos considera y que tal vez mis palabras no suenen demasiado erroneas.

Un mercedes lujoso se acerca a la zona y estaciona, de el se baja un hombre alto, vestido de negro y con una cazadora negra.

Al llegar me percato de que Auberie no está sola, me llega el olor a bosque tratado de disimular torpemente con una ducha.

¿Quién demonios era este tipo? ¿Un Gangrel de paso? no me sonaba nada... pienso mientras me acerco

Buenas noches madam (digo con una sonrisa echándole un ojo al otro gangrel) ¿Cuál es el problema? Ya había echo esto antes, no era nada nuevo para mi. ¿Y quién es el nuevo? una nueva adquisición? digo lanzándole una sonrisa de burla al nuevo.

La muchacha permanece seria, rezuma un aura de tranquilidad a su alrededor que hace que hasta el viento se calme

- Buenas noches a ambos - mira directamente a los ojos de Cedric - Informad de movimientos en la ciudad. - se calla dejando unos segundos de suspense - Ahora - ordena rompiendo toda esa tranquilidad que la rodea pero sin alzar la voz o perder la compostura - 

La brusquedad de Carrot me deja un poco molesto, pero lo disimulo, no conviene cabrearla.

-Tendrás que ser un poco mas específica, no nos has dicho que tenemos que buscar, ni donde en concreto, a demás, ¿quien demonios es este cachorro?- digo señalando con desdén a Cedric -Yo no trabajo con aficionados-

Maldita sea, ya he echo varios trabajos antes, ¿es mucho pedir un poco de respeto? pienso molesto

-Ya sabes como trabajo,y que doy muy buenos resultados, a si que necesito mas información-

La muchacha chasquea la lengua

- Nada determinado... pero han desaparecido varios antiguos de la ciudad... ¿movimientos extraños? ?habéis visto algo? - pregunta ignorando la pregunta de Marcus

Ni me molesto en mirar al gatito domestico de Aubrey cuando lo contesto con desdén. Yo no soy una nueva adquisición, al contrario que tu no me vendo por dinero ni he comprado mi territorio, yo lo gané matando sabbats.

Me encojo de hombros ante la pregunta de la primogénita. Sabes que no piso la ciudad, así que no te puedo decir nada, lo que si te puedo decir es que nadie extraño ha cruzado por mi territorio. Doy una patada al suelo lanzando tierra sobre los hasta ahora impolutos zapatos y pantalones del otro tipo. ¿Puedo irme ya?

Así que eres tu, el "famoso" asesino de Sabbats, un chucho de monte que intenta pasarse de listo, pues eso no fucionará conmigo niñato"

Si las miradas mataran, el estaría ardiendo en la mas absoluta de las agonías, no iba a permitir que nadie le faltara el respeto, y menos de esa forma. Emito un sordo gruñido y enseño mis colmillos iracundo, mientras mis ojos se transforman en los de una bestia asesina y letal, pongo mis manos en mi pistola y mi cuchillo de caza dispuesto a despedazarlo ahí mismo. 

-Como te atreves a faltarme el respeto, escoria- suelto en un tono frío y cortante 

-Ser un sarnoso perro con un jardincito perdido de la mano del demonio no te salvará la vida- digo apunto de saltarle en la yugular

tiro por intimidación, ¿como hago la tirada?

Pongo voz burlona e imito al pijito. Blablabla, soy muy macho, pero necesito pistola y cuchillo. Sonrío de forma maliciosa. Tu y yo sabemos que no me atacarás en presencia de la primogénita así que por favor, ahorranos a todos el teatro.

Doy la espalda al tipejo extraño y de nuevo me dirijo a la primogénita insistiendo con lo de irme. ¿Algo más? si no se me necesita para otra cosa me voy. La ciudad no me gusta mucho, hay demasiados tipos raros.

Su impertinencia me deja de piedra, pero me sereno y suelto una carcajada.

-Si sigues así creo que no le importará que cabe contigo, o puede que lo haga ella misma-

Me dirijo a la primogenita -¿En serio le llama a el? ¿no había nadie mas? ¿como pretende que el trabaje para mi si es incapáz  de ver mas haya de sus narices, véalo, es un paleto, va a fastidiar el trabajo mas que aportar algo-

Así?