Partida Rol por web

Comprendiendo que el plan de la bruja de Hala y de la joven de la gema en el rostro es la mejor opción, Babras sólo se mueve para proteger a Leiath. No obstante, el guerrero enano mantiene la cadena armada en movimiento, siempre dispuesta para partir el cráneo del primer hombre lobo que se arrime lo suficiente.

-¿Qué hacen esos tres peleles? ¿Están locos o qué?

Fosco se colocó detrás de Flame al escuchar sus indicaciones, no sabía bien que tenía que hacer, pero ya tenía el arco en la mano... así que asintió a todo lo dicho por la guerrera y volvió a lanzar otra de sus flechas. Esta vez estaba mucho más calmado ¡Esquiva esto sucio mamón! dijo el mediano lanzando con su flecha a uno de los lobos. Sin importarle cual. Jua ja ja! Reía divertido. No sería tan divertido cuando se acercasen... pero Fosco no era el mismo. No era el mismo botarate que recibía golpes hasta la extenuación...

Onfale escuchó las fanfarronadas de su lacayo pero el virote que vio clavado en el cuello de uno de los hombres lobos fue el suyo. Quizá debería darle lecciones de tiro con arco también. 

¡Maldita sea!- El hombre lobo se había arrancado el virote y la herida comenzaba a curarse. El miedo se apoderó entonces del perfumista. ¿Cómo iban a acabar con esas tres bestias? Dio un paso atrás para coger ángulo y cargó de nuevo la ballesta. Mientras lo hacía daba gracias a Hala por aquellos valientes trillizos. Con ellos habían ganado tiempo para recibir su bendición y, si la cosa se ponía fea quizás pudieran escapar mientras los devoraban. 

Morirán como han vivido, ¡valientes estúpidos!

Los guerreros no le habían hecho caso y no se habían puesto la armadura. Habían perdido un tiempo muy valioso.

Allá ellos.

El eunuco ni se inmutó por las órdenes de Flame. ¿Acaso se había interesado alguna vez por los conjuros que conocía? Esta vez no había memorizado el hechizo que la mujer-lagarto requería. Afortunadamente estaba Alice, para suplir aquella ausencia. Cuantos más conjuros defensivos hubiera memorizado la maga más seguros estarían todos. Aunque había perdonado aún no olvidaba. Apuntó  de nuevo  controlando el tembleque que le había entrado y disparó la ballesta.

Pffffiiuuuu.

En los planes de Flame no entraban los tres trillizos, aunque de sobra era sabido que los peones iban primero. Flame no los conocía de nada, ni siquiera sabía quiénes eran. Así que si eran lo suficientemente valientes como para no salir huyendo, por algo sería.

Flame dio una vuelta a la hoguera junto a la que estaban para acercarse a la bruja, con la esperanza de que cumpliese sus peticiones y le lanzase el conjuro solicitado. Después, cargaría para enfrentarse al trillizo lobuno que había más adelante.

¡Fosco, Klasius! Dijo señalando los árboles que había al este. Escondeos allí, desde allí podréis pasar inadvertidos y dispararles.

Los protectores de Vor Ziyden no parecían haber oido la llamada de la bruja de Hala, aun asi, situandose a tan solo unos pasos, la bendición caería sobre ellos de igual modo. Nada podría hacer por aquellos simpáticos mellizos, más que rezar por sus almas, pero esperaba no contar con ninguna otra baja más.

-Hala, escucha mis plegarias, protege a estos honorables guerreros en nuestra eterna lucha contra el mal, y no dejes que se infecten sus almas con aquello que corroe a esas nefastas criaturas...

Azaron se coloca al lado del enano- morir por lo que parece- le responde. No tenía intención de abalanzarse a ese combate así sin mas. O esos tres hombres se retiraban o iban a caer en esa lucha. 

La maga recogió de entre sus pertenecías el estuche de cuero y empezó a rebuscar en él. Solo me quedan dos hechizos de protección. Rápidamente miro a su alrededor buscando a otro de los guerreros,  pero tanto Azaron como el enano se habían adelantado estaba fuera de su alcance. Alice miro a Hollín con cara de suspicacia. Por fin vas a hacer algo útil. Antes de que el cuervo pudiera protestar la maga desenrollo en pergamino y lo leyó, el pergamino se deshizo en cenizas entre los dedos de la maga y Hollín quedo impregnado de un halo rojizo. Si quieres librarte del hechizo pájaro de mal agüero,  posate en la cabeza Azaron. Tras los pertinentes quejidos e insultos del cuervo este voló hasta posarse en la cabeza de Azaron, al que trasmitió el conjuro y volvio al hombro de la maga.

Dos nuevos proyectiles se clavan en el pecho del licántropo más cercano, que ya ni se molesta en arrancarse las flechas. Con una garra abraza a Jack, desgarrándole la espalda, mientras sus fauces arrancan parte del cuello. Lo deja caer. Ya volverá a comer el resto luego.

James se agacha y el mordisco de su hombre lobo se pierde en el aire. El heroico James... Pero no se puede ser el héroe siempre. Siente su pecho siendo desgarrado mientras la otra zarpa le alcanza la cara, en lo que es el golpe más grave. James, al igual que Jack, yace ahora en el suelo.

John es el más afortunado de los trillizos. El golpe del lobo le hecha hacia atrás. Entonces siente una mano en el hombro. El barón Fortich lo aparta y se interpone para protegerle.

¡A un lado, tirillas! ¡Este lobo es mío!-exclama, hacha en mano.

Algo más lentos, llegan después de Fortich otros dos valientes de menor entidad. A ver qué puede hacer Victor Watcher con su estúpido estoque y la deforme Mira Vanator ahora que no tiene flechas. La Capitana hace lo que haría cualquier mujer guiada por el corazón... se abraza a John y da gracias al cielo porque esté bien.

Nada interesante sucede con los protagonistas secundarios, que se quedan en la retaguardia... quizás lo más relevante es que el cuervo Hollín sobrevuela el área y comicamente le caga encima de la capucha a Azaron, que de pronto viste una etérea armadura.

Viendo que es imposible llevar a cabo el inteligente plan de Flame, Babras se lanza a la carga contra el licántropo más cercano.

-¡A por ellos!

El viejo enano consigue impactar un golpe brutal de la cadena armada en la barbilla del monstruo. Sin embargo, parte del daño queda atenuado por la regenerativa habilidad sobrenatural de la criatura.

Fosco que se pone un poquito nervioso mira a Flame y será el golpe en su estómago lo que le recuerda hacer que es mejor no jugar con la rubia. Así que corre a esconderse, en esos arbustos. No le gusta el sitio, pero oye igual le da una patada o lo tira a la fogata para avivar el fuego ¿Quién sabe lo que puede hacer esa desalmada mujer? Y duda entre sacar el estoque... Tendría que haberle preguntado que hacer... Ahora con Fortich y su grupo no iban ha acercarse....se queda meditando y decide su próxima acción. 

Azaron notó el "toque" del pajarraco y la armadura mágica que le envolvió su cuerpo. Con algo de protección, entró en combate, siguiendo al enano en su ataque contra uno de los licántropos. Su golpe dio en la cabeza de la bestia, pero dudaba que fuera suficiente para acabar con ella. 

Las heridas de aquellas criaturas se cerraba demasiado rápido. Necesitaban armas especiales de los que ellos carecían? Al menos sus almas estaban encomendadas a Hala y si morían aquel día serían recibidos con orgullo en el seno de su diosa.

Los mellizos. Parecían al borde de la muerte pero aún respiraban. Quizás pudiera hacer algo por ellos.

Cogió otro virote y lo puso en la ballesta. Estaba teniendo mucha suerte con la puntería aunque el licántropo apenas parecía inmutarse por las heridas que le había infringido. 

¡La plata!-Maldijo para sí mismo. No podría más que apoyar al grupo en lo que estuviera en su mano. Apuntó hacia el mismo hombre lobo pero el enano Babras ya estaba luchando contra él con su cadena armada.

 ¡Tkss!- Chasqueó el perfumista con la lengua en el paladar al ver que tenía el campo de visión tapado. No quería arriesgarse a clavar un virote en la espalda del enano. Los guerreros ahora serían su escudo así que mejor no dañarlos. Con la ballesta cargada avanzó, tratando de permanecer inadvertido tras Azarón y Babras que habían acabado con la vida de uno de aquellos monstruos. No creía que fuera difícil pasar desapercibido pues los hombres lobos, o estaban enfrascados en un cruento combate, o se estaban deleitándose con alguno de los trillizos.

Fosco seguía su camino a esconderse tras aquellos árboles que mencionó Flame, total los lobos estaban comiéndose a los tres pringaos que eran iguales.* Y ahora sí el mediano cogió otra flecha para disparar.

Onfale mírame, mírame. Soy un arquero elfo. Soy un arquero elfoooo. repetía una y otra vez. Debió ser un tropezón, pues su flecha fue a parar a uno de los lobos, directo a la nuez.*

Viendo que el combate se resolvía y que el resto de sus compañeros no corroía peligro, la maga decidió pasar a la ofensiva y utilizar uno de sus clásicos hechizo, proyectil mágico.

Cuando vio como uno de aquellos hombres lobo caía gracias a los golpes de Azaron y Babras, salió corriendo más allá. Quería encontrar una línea de tiro para lanzar su aliento, aunque quizá se estuviese acercando demasiado a sus rivales, y quizá lo suficiente para ponerse a ella misma en peligro.

¡Que nadie se ponga en medio! Gritó Flame para que le dejaran la línea de tiro para poder lanzar su aliento y así afectar a los dos licántropos que había. Aunque eso hiciese que el mediano perdiese la vida en ello.
 

Los golpes de Azaron y Babras son suficientes para acabar con un maltrecho licántropo. Al ver que no son tan duros, la cobardica de Flame toma posiciones para el siguiente ataque. La rubia de la escama se acerca demasiado, y el segundo hombre lobo la toma como objetivo. De sus dos garras, una le rasga el brazo a Flame, la otra choca sin querer con el filo de plata y, temoroso, su zarpa retrocede instintivamente dejándole la guardia baja. En ese instante, dos proyectiles mágicos lanzados por Alice impactan en la cabeza lupina, haciéndole dudar más de sus opciones.

John... John, estamos aquí. No te preocupes, ve con los demás. Yo me ocupo.

El trillizo le hace caso, asustado, y se aleja. Con Fortich y Watcher cerrándole el paso, Mira Vanator intenta una maniobra imposible: trata de trepar el árbol para llegar al otro lado en tiempo récord y flanquear al licántropo que atacaba a su "amigo especial". Pero sus ridículos saltitos no son suficientes para llegar a las ramas más altas. En serio, la Capitana es una mujer capaz... aunque los extranjeros solo la ven fallar golpes una y otra vez.

Fortich intenta armar su golpe, pero las garras del licántropo se hunden en sus hombros. Eso lo aprovecha Watcher para dar una estocada precisa.

¡Malditas criaturas del averno! ¿Fuisteis vosotros quienes os llevasteis a mi hija?

Victor Watcher aprieta el gatillo oculto en el gavilán de su arma, disparando la bala del compartimento de su estoque parthiano. El sonido hace un gran estruendo, y el ambiente se llena de olor a pólvora y muerte. Cuando la nube se disipa, la figura robusta del hombre lobo sigue en pie, con dos feas heridas en el costado: la del disparo y la de la punta de su estoque.

Envalentonado por la caída del primer hombre lobo, Babras se lanza de nuevo a la carga, ahora a por el que lucha contra Flame.

-¡Deja en paz a la señorita, escoria!--exclama el experimentado luchador justo antes de soltarle un fuerte golpe en el costado.