A dos pasos de la Bruma

Son muchos los Fata que piensan que toda la Linde es igual. Como una anillo de Bruma que separa Fäe de lo Desconocido. Poco saben ellos de la realidad.

La Linde es mucho más que eso. Es un lugar donde todo se deja al margen. Donde la gravedad pesa en el ambiente ante la certeza de que la verdadera muerte está a sólo dos pasos. A muchos Fata les asusta esto. Son Fata totalmente ajenos a la Linde, visitantes casuales que nada comprenden de la Bruma o sus caprichos. Sin embargo sus verdaderos moradores han aprendido a vivir con la constante presencia de ese peligro, asumiéndolo como algo natural, como si fuera un volcán que nunca entrará en erupción.

La Bruma provoca el cambio. Eso es sabido por todos. Cuerpo y mente van siendo modificados poco a poco aún sin que uno se de cuenta. Hay quien dice que la Bruma te transforma en lo que ella necesita para hacerse entender. Hay otros que la ven como una fuente de contaminación antigua y pura. Sin embargo es raro el habitante de la Linde que no está de acuerdo en una cosa: la Bruma sabe lo que quiere.

Lo que muy pocos ajenos a la Linde saben es que la Bruma no siempre está en el mismo sitio. Sus límites cambian, moviéndose tan lentamente que sólo aquellos que permanecen cerca el tiempo suficiente pueden notarlo. Además no sólo cambia a los Fata, sino también los lugares donde se posa. Es un cambio más gradual y pausado, pero tan real como ella misma. Los árboles se retuercen, adquiriendo formas y colores imposibles, la tierra se tiñe de gris y el propio aire adquiere ese olor a humo tan característico.

Y en los lugares donde la Bruma pasa más tiempo cosas maravillosas pueden llegar a suceder. Como ese en el que os encontráis ahora. Ese sitio del que sólo los habitantes de la Linde o sus más allegados han oído hablar. El Espejo es uno de ellos. Un lugar mágico, donde es la Bruma la que escucha y toma la forma de lo que uno piense. Recuerdos, deseos, anhelos... Todo tiene cabida allí, pues la Bruma es capaz de leer incluso lo que uno esconde.

A lo lejos, a vuestras espaldas, podíais ver aquella torre del reloj tan presente en todas partes. Aquí mostraba las mismas llamas que en esa especie de ciudad oscura y estas se movían a la vez, como si realmente no hubiera diferencia entre las que veíais en uno y otro lugar.

Rais se encontraba ya presente en el lugar, cuando una figura empezó a formarse cerca de él... Con la vuelta a la vida de Niba Aidane aparecía también en este sitio.

Otra Fata apareció en ese lugar. Era Aidane, quien había tenido más contacto como Fata estando ambos muertos que en vida. Al menos, antes de sus respectivas muertes.

Bienvenida a la vida de nuevo. No voy a mentirte, hubiera preferido que hubiera regresado Tarma. Pero ya que no depende de mi, vamos a aprovechar esta segunda oportunidad que tenemos para no volver al lado de Aina, y que allí sólo estén los que nos impiden regresar a Fäe.

Aidane se materializó allí. Tranquila, calmada, como si todo lo que estaba sucediendo no tuviera nada que ver con ella. Sus ojos se tomaron un momento para analizar y disfrutar del paisaje que les rodeaba, por último observó durante unos pocos segundos aquel reloj y las llamas que se alzaban en la lejanía, envuelto en retazos de niebla, antes de mirar a Rais. Aquel fata con quien ya se había cruzando en aquel lugar intermedio entre la vida y la muerte. 

- Rais... Gracias - Dijo en apenas un susurro sin apartar su atención de él, no se movió, a la expectativa. Tras sus palabras, sonrió de aquel modo enigmático pero tranquilo, sin cambiar de posición pero inclinando levemente la cabeza a un lado- Tarma, claro. 

Había vuelto al tablero de juego, tenía otra oportunidad para hacer algo, algo bueno para Fäe, intentaría aprovecharlo.

- De acuerdo ¿pero cómo sabemos que podemos confiar el uno en el otro?

Rais se encogió de hombros y sonrió.

No lo sabemos. Pero al menos yo haré el esfuerzo en confiar en ti.

Entonces con la vuelta a la vida de Tarma, la sonrisa de Rais se amplió.

Bueno, parece que mi deseo ha sido concedido. ¿Algo que desees tú? Quizás este lugar hace los deseos realidad... - dijo medio en broma, medio en serio. 

Esperando sus respuestas, Rais añadió:

No sé si confiarás en mi, pero si lo haces, te pediría un favor hoy: vota a Thomas. Necesito que Kammy llegue con vida a las votaciones de mañana. Ya entonces, que sea lo que tenga que ser...

Aidane no respondió, se limitó a mirar al Fata sin decir ni sí ni no, ni hablar de su deseo, si es que tenía algún deseo. Finalmente su voz se dejó oír de nuevo no muy alta, pero sí clara.

- ¿Por qué a Thomas? - Quiso saber, si le pedía su voto para él, al menos debería darle buenas razones- ¿Por qué quieres que Kammy llegue viva a mañana?

Por mi poder. - respondió Rais - Mi poder afecta las votaciones, y está ligado a ella, y dado que estuve muerto un día, y que pensé que ayer me iba a votar, pues necesito forzar mi interacción con ella hoy y mañana. Si muere hoy en las votaciones, no podré liberarlo del todo. Mañana... mañana el resultado dará igual, mientras esté presente. No sé si es inocente o no, quizás sea culpable, y en ese caso participaré yo mismo si hace falta en sacarla de en medio. Pero hoy necesito que aguante. - Entonces le vino una idea a la cabeza y sonrió - Claro está que si es inocente y esta noche la mataran, estaría en las mismas... pero no puedo controlar la noche, mi poder se limita, de momento, al atardecer...

Rais se rascó la cabeza.

Inicialmente me fiaba menos de Andy que de Thomas, pero me llegó información por otro lado, que podría ser Andy inocente, así que sólo me queda Thomas de sospechoso hoy. Más no puedo decirte ya, puedes confiar en mis palabras, o exponerme nueva información que me haga cambiar de parecer.

Otro largo silencio por parte de la Fata, inocentes, culpables... Cada uno movía sus fichas mientras los engranajes del reloj seguían girando. Aidane no había comprendido la razón por la que Rais quería salvar a Kammy, tampoco entendía por qué quería que votase a su sospechoso. 

- No quieres que vote a Kammy - Dijo observando a su interlocutor con las ascuas encendidas que eran sus ojos - Pero no te limitas a pedirme que no la vote, sino que lo que me dices es que vote a Thomas. 

Inclinó ligeramente la cabeza a un lado, en un gesto de extrañeza.

- Si lo que quieres es que vote a Thomas ¿Por qué me cuentas lo de Kammy? Si lo que quieres es salvar a Kammy ¿Por qué me pides que vote a Thomas y no a quien me dé la gana, excluyendo a Kammy?

Rais levantó las manitas e hizo mover los dedos.

Seguramente habrá gente que votará igualmente a Kammy. Si voy a salvarla, necesito que alguien se lleve varios votos. Yo el primer día me salvé porque usé mi poder, y hubo más gente aún que votó por Mathias. Así de simple. Disculpa mis modales al pedirte una cosa así, generalmente no pido este tipo de cosas, obligo a hacerlas, así que me falta cierto tacto. Eres libre de votar a Kammy, a Thomas o a quien te dé la real gana. Pero te agradecería el voto a Thomas, no creo que vaya a ser algo precisamente negativo, en cuyo caso no te habría planteado tal alternativa así de buenas...

Al mismo tiempo que en el otro lado, en esa ciudad oscura unas llamas aparecían en la gran torre del reloj así lo hacían en la que podíais ver aquí: cuatro llamas similares a las otras, con el mismo ritmo acompasado y de cadencia hipnótica.

En cuanto empezasteis a oír ese goteo casi mudo pero constante ya fuisteis conscientes de que algo más sucedía: ante vosotros empezaba a formarse lentamente la figura de Elendire.

Entonces en ese lugar también apareció Elendire.

Bienvenida Elendire. Aquí estaba con Aidane pidiéndole un doble favor egoísta. Que no sólo no votara hoy a Kammy, sino que además votase a Thomas. Si quisieras unirte a la causa, te lo agradecería. Y más te agradecería si trajeras información del otro lado, que me hiciera ver una alternativa mejor a hoy.

Elendire llego a aquel lugar con la misma confusión que su rostro humano mostraba sobre el puente. Llegó dispuesta a saludar y a preguntar. Dispuesta a intentar saber. Y sin embargo enmudeció. 

Enmudecida en su sobrecogimiento miró alrededor, maravillada, observando aquel lugar que para ella era tan familiar y hermoso, posando sus pupilas sobre los girones de Bruma que se encontraban a dos pasos de sus cuerpos - Es como estar de nuevo en casa...-musitó, al tiempo que una lágrima solitaria resbalaba sobre su mejilla, desprendiéndose de su rostro para acabar muriendo sobre el suelo gris- Oh... ¡Anhelaba tanto poder vislumbrar de nuevo este lugar!-confesó, afligida- Ojalá Loth también pudiera verlo.-concluyó, lamentándose, aún contemplando la Bruma- El no fue hacia la Bruma. Él salió de ella. ¿Lo sabíais?- añadió, llevándose una mano al pecho, posándola donde debía encontrarse su corazón.

Escuchó entonces a Rais y, con esfuerzo, desvió su mirada, para observarle y esbozar una tenue sonrisa- ¿Tú también te sientes como en casa?- preguntó, antes de contestar a sus palabras.- No comprendo demasiado la situación actual. Aina nos dijo que algunos sospechaban de Thomas, y en cuanto he llegado he comprobado que de hecho se le acusa, pero no entiendo el por qué. ¿Me podrías explicar qué ha ocurrido?

Rais se encogió de hombros.

Yo no tengo un hogar. Estuve en el Palacio, estuve en el Bosque, estuve en la Linde. Por ello también, desde que he vuelto a la vida, estoy en varios sitios a la vez. Excepto en el Palacio. Al menos de momento.

Tras eso se centró en la otra pregunta.

Kammy especuló con la posibilidad que uno de los heridos de esta noche, realmente fuera uno de los culpables, y hubiera sido atacado en auto-defensa del otro. Y Thomas saltó muy rápidamente a respaldar tal opinión. Demasiado, por lo silencioso que suele ser. Y dado que nadie con 2 dedos de frente dudaría de Anastasia a estas alturas, pues han puesto en mal lugar a Kammy, pero sobretodo a Thomas. Un poco como a ti y a mi cuando especulamos sobre si el regreso de Zaira era bueno o no.

- Oh... -se llevó una mano al mentón, pensativa- ¿Y por qué dudar de Anastasia es una señal de culpabilidad? Quiero decir... ¿Qué se sabe de ella? -preguntó, confusa.

Que llevan 2 noches intentando asesinarla sin éxito. Y para bien o para mal, nadie duda de alguien que han intentado asesinar por la noche, especialmente si ocurre cuando eres la única víctima, como pasó la noche anterior. - Rais se encogió de hombros - Cuando caísteis tantos, se podría especular más. Y es lo que ha pasado hoy, al ser atacados tanto Anastacia como Adam. Que se ha especulado con que uno podría ser el atacante. Pero parece que también tiene quien lo defiende por las noches, ergo también debe ser inocente...

Aidane había asentido a las palabras de Rais justo antes de la aparición en el lugar de Elendire. No había llegado a responder a la petición del Fata, y tampoco llegó a hacerlo porque él y la muchacha comenzaron una conversación sobre lo sucedido a la que la misma Aidane prestó atención porque tampoco ella sabía gran cosa sobre lo sucedido en el mundo de los vivos. 

Dudas, amenazas, suspicacias... Ojalá todo fuese más fácil. Pero no lo era, nada era fácil cuando te expulsaban de tu tierra y de tu mundo y te traían de vuelta para desconfiar, odiar, luchar, matar, morir... Renacer. 

Aidane miró a Elendire a la espera de escuchar su opinión.

- Rais, en caso de aceptar lo que me pides ¿Qué saco yo de todo esto? - Preguntó la fata tras unos segundos de silencio.

Rais se encogió de hombros ante la pregunta de Aidane.

Nada. Al menos, a corto plazo. Obviamente, cuando mi poder se desvincule de Kammy, lo podré usar con cualquiera. Y podría intentar protegeros de al menos un voto, o para si fuera necesario, apoyar doblemente en una petición tuya por igual. Más no puedo hacer, al menos sin saber como será mi poder si logro mi objetivo.