- Directo al grano. - le digo. Me gusta la gente directa.
- Dinos que podemos hacer por tí. - digo apoyando todo mi peso en la barra de forma que lo que digo queda entre nosotros.
¡Por fin en casa! digo mientras entro en el complejo de habitaciones que nos ha sido asignado. Parece acogedor.
Entro en una de las habitaciones y me tiro de espaldas en la cama, con todo el equipo desperdigado a mi alrededor. ¿A qué hora es la cena chicos? Creo que deberíamos asearnos tras el viaje para dar buena impresión a la gente que esté cenando con nosotros.
Tras unos segundos en la cama, me levanto y voy al baño para ver en que condiciones está y darme una ducha.
- Creo que sería la apropiado. Dijo Daga contestando a las palabras de Narya. - Deberíamos estar en perfecto estado de revista para cualquier eventualidad. Revisar el equipo y procurar pasar desapercibidos creo que sería nuestra mejor opción por el momento. Mientras hablaba se dedicó a escudriñar la habitación para aprender su distribución y quizás captar algo menos evidente como aparatos receptores de vox ocultos o pictocámaras.
Motivo: Perspicacia
Tirada: 1d100
Dificultad: 29-
Resultado: 97 (Fracaso)
Tras pasar un par de horas quitando el polvo y sudor del viaje, y la acción que en él se desarrolló, el grupo está listo para presentarse en la cena. Lanus mismo golpea la puerta de la habitación de los acólitos para preguntarles qué van a hacer; evidentemente prefiere no deambular solo por el enorme recinto.
"Castillo" Daga observa el reloj arcaico de la pared. De acuerdo a las indicaciones del oficial el banquete se desarrollará en tan solo una hora.
- Ahora estamos hablando... sonríe el hombre tras la barra y vuelve a llenar los chupitos. Llegaron muchos contenedores a la Casa este último mes. Me contactaron para recuperar uno en particular. Pensaba simplemente emboscar a quien lo comprara, pero con alguien dentro...
Les tiende un sucio papel con una descripción. Habla de un libro grande, forrado en piel. El papel resalta enfáticamente que no debe abrirse bajo ningún motivo. El nombre que lo firma es extraño, Enariel.
- Entonces digamos esto... continúa Chensan. Tienen que matar a alguien. Alguien que vino aquí. No importa el resto, verdad? Porque puedo arreglar que ustedes sean los únicos que salgan vivos de aquí, y asunto solucionado. Qué opinan?
- Sin duda eso sería una Gran Noticia. - digo. Así nos ahorraríamos tiempo.
- Además ambos conseguiríamos lo que queremos. - añado.
- ¿Que sabes de ese libro? - le pregunto.
Se encoje de hombros. Tengo cara de conocedor de antiguedades? Solo sé que vale una pasta para el tipo que lo quiere.
Los lleva hasta un lateral, donde una cortina oculta un pequeño nicho, con una mesa de madera y algunos taburetes a su alrededor. Lleva un par de copas extras, y hace una seña a un muchacho flaco y alto para que custodie la barra. Los invita a sentarse y corre la cortina.
- Ahora, hablemos de negocios. Puedo colocar explosivos en la entrada en... digamos, 24hs. Puedo enterrar todo el puto lugar; es un hormiguero montado sobre un volcán! Y con cierta información, de la que dispongo, no sería difícil inundarlo todo. Todo lo que necesito saber es cuándo; cuando termina la subasta, cuando piensan salir, etc. Ese es el trato: ustedes me entregan el libro, y mando la puta Casa al infierno.
Motivo: Pers Vymer
Tirada: 1d100
Dificultad: 48-
Resultado: 42 (Exito)
Motivo: Pers Quill
Tirada: 1d100
Dificultad: 48-
Resultado: 32 (Exito)
Ni Vymer ni Quill llegaron a adultos, y a mercenarios competentes, sin saber cuando alguien oculta algo. Y es evidente que Chensan miente. Sobre algo, aunque no saben sobre qué. Sus ojos parecen ansiosos cuando habla de poner sus manos sobre el libro, pero también parece seguro sobre el tema de los explosivos. También se nota odio cuando habla de la Casa del Polvo y la Ceniza, y sus habitantes.
Sonrío ante la imagen de todo volado por los aires. Realmente era una bella imagen.
- Está bien. - le digo. La salida será en no más de 24 horas.
- En cuanto la nave esté reparada. - pienso sin articular palabra alguna.
- ¿Como lo hacemos? - pregunto enarcando una ceja.
- Si le parece bien, maese Lanus, podríamos adelantarnos a la hora prevista y acercarnos al lugar de la subasta para echa un vistazo al resto de invitados según vayan llegando además de conseguir un buen lugar en el que situarnos. Conócete a ti mismo y ganarás la mitad de las batallas. Conoce a tu rival y ganarás la otra mitad. Pensó Daga. Aunque habían conocido a algunos durante el viaje, quizás hubiese nuevas caras que memorizar.