Partida Rol por web

+++ TRANSMISIÓN INQUISITORIAL AA#F3341-GAMMA +++
+++ REF: ANNIKA, INQ-SUP -- OP: HER_EXT_ALFA +++
+++ CANTUS, MUNDO COLMENA -- 817.M41 +++

El relámpago congeló las fláccidas facciones del hombre que corría, sus amplios ropajes volando tras de él agitados por la feroz tormenta. A través de la majestuosa puerta abierta de par en par la lluvia lo abofeteó mientras sus carísimas botas de cuero, algo que casi nadie más podía permitirse en Fortacero, la mayor Colmena de Cantus, fallaban en darle más velocidad.

Un segundo relámpago lo iluminó un segundo antes de que su calzado, a pesar de todos los tronos que había costado, resbalara en las perfectas y decoradas baldosas del balcón, castigado por la lluvia. El rictus del obeso hombre denotó terror extremo mientras caía, su frente golpeando con violencia el acero de de la baranda que separaba al borde del balcón de una caída de varios cientos de metros, hasta los pozos industriales de Fortacero.

Acurrucado en el piso, sintió el sonido de las botas tras de él. En la oscuridad tanteó dentro de su túnica, buscando...

- Vamos, hazme feliz.

La voz tras de él era furia contenida. La lluvia se desparramaba por la cara de duras facciones del hombre a su espalda, que empuñaba una adornada pistola bolter casi tocando la sien del caido. El agua se mezclaba con un hilo de sangre que bajaba por la cabeza hasta el cuello, y de ahí a una larga chaqueta negra. 

- Dije que tomes tu arma. Dame una sombra de excusa para hacer volar tus sesos por todo el aire de la Colmena. 

Un nuevo relámpago reveló que hombre no estaba solo. Tras él la llama de un encendedor definió la cara de un enorme hombre, mientras sus manos protegían una varilla lho y la mantenían a salvo del clima. No lo hagas, Malek. A ella le gusta jugar con tipos como este.

- Además... agregó una voz desde las sombras, la orden era captura, no asesinato. Un trueno punteó sus palabras finales, mientras la mujer tras el rifle que controlaba la fachada sobre el balcón culminaba de barrer su zona y se apartaba un mechón mojado de la frente. Todo limpio. 

- Pero... contestó el llamado Malek. Narya, el hijo de puta me golpeó. Me golpeó! dijo señalando el corte en su cabeza. Con una daga que vaya uno a saber qué mierda era! 

Una figura emergió de un acceso sobre ellos. Al saltar dos metros, verticales, hacia abajo, su espada siseó en la lluvia. Su caida fue suave, entrenada. Un movimiento de su mano hizo aparecer una daga pequeña a los pies de Malek. El lanzamiento fue tan rápido, y tan fuerte, que varios centímetros de hoja se hundieron profundamente en el piso. Acero local. Normal y corriente.

Un nuevo relámpago congeló la escena, aunque esta vez no fue natural... la lluvia se detuvo un instante, casi pareció arrepentirse de hacer caso a la gravedad por un segundo, y la temperatura del balcón descendió unos pocos grados. 

El grito hizo que el hombre grande, aquel de la varilla de lho, girara con un enorme Bolter en sus manos, apuntando a la puerta por la que habían venido. El siseo de una pistola bolter se quejó sobre los demás sonidos, mientras un trio de hombres retrocedían hacia su posición.

- No se levantará de esa, dice el hombre de negra vestidura mientras retrocede, una pistola Bolter aún humeante en su mano. 

Su compañero más inmediato, un hombre suelta un par de disparos con su pistola láser, mientras sacude cristales de hielo de su ropa. La próxima vez avisa, Viktor, le recrimina al primero. Me pone los pelos de punta, ya sabes... 

La conversación se corta mientras el rápido ruido de pasos del pasillo se hace más fuerte y un tercer hombre, de corta barba blanca, pasa entre ellos arrojándose al suelo para ponerse a cubierto. Detrás de mí, por el Emperador! Herejes! Impíos!! escupe mientras gira en el suelo y su pistola retumba hacia la oscuridad que viene detrás. 

Una mano toma al clérigo por el hombro y lo aparta contra la pared. A cubierto Eisen. Deja esto a los profesionales, dice el hombretón mientras nivela el Bolter. Sus disparos parecen sacudir toda la estructura, los proyectiles explosivos de bolter arrancan pedazos de plastiacero de las paredes sin piedad. 

Unos alaridos pasillo abajo confirman el daño provocado. La mujer con la vibrante espada la guarda, mientras juega con el comunicador. Me aburro. Salgamos de aquí con el juguete...

Malek no se hace rogar. Se acerca a un panel lateral para explorarlo. Es una puerta de seguridad, puedo bloquearla. Frunce el ceño. Eso creo.

Con el ceño aun fruncido, Malek acerca la cabeza hacia el panel para mirarlo con detenimiento. Mientras empieza a trabajar con el panel se gira a sus compañeros para hablarles.

-Esto puede ser difícil, ¿así que porque no intentáis sacarle la información al cabrón con el cuchillo mientras estoy aquí ocupado?- dice haciendo un gesto con la mano hacia el hombre en el suelo- Podría ahorrarme bastante trabajo.

Dicho esto, se gira y empieza la tarea, y momentos después un pitido señala el éxito de su trabajo.

-¿Sabéis algo? A veces me asombro hasta a mi mismo.-dice Malek sonriente mientras se gira a enfrentar a sus compañeros.

Marcus soltó un último disparo desde la cobertura del pilar lateral de las amplias puertas. Jhon apuntó con cuidado: la figura de túnica se lanzó a por él, un destartalado rifle láser en sus manos que parecía querer usar como porra y un aullido inhumano en la garganta.

La pistola láser del Adepto abrió fuego, destrozando la garganta del hombre y frenando su impulso. Medio segundo más tarde, un disparo de Narya abría un pequeño agujero en su frente, y uno enorme de salida por la parte trasera del cráneo.

El cultista cayó hacia atrás y las pesadas compuertas de seguridad se cerraron con un chasquido de carne y huesos rotos. 

Viktor golpeó con la puntera de su bota el pie que había quedado de esta lado y, por tanto cercenado. Creo que está muerto.

Marcus levantó la vista, sosteniendo el Bolter con la izquierda mientras la izquierda buscaba un Auspex de su cinturón. Escaneó el lugar, dando una vuelta en completo. 

La lluvia, impregnada de los restos metálicos de las nubes de desechos de Fortacero, hacía rebotar la señal del Auspex en todas dirección. Habría que ser un Tecnosacerdote para interpretar a este cacharro, pensó el soldado, mientras volvía a guardarlo. Al parecer la única entrada al edificio es esta puerta, y el acceso de servicio aquel, dijo señalando hacia arriba, a un conducto abierto. 

- Ese fue mi camino, dijo Daga. Nada por ahí excepto un servidor y 4 guardias.

Malek hizo la broma recurrente: Vivos? Marcus largó su risotada regular, Eisen observó con una mueca, Jhon escondió una sonrisa. 

La asesina calló observando la caida desde el balcón. Nada por aquí tampoco. Tenemos que salir, y ver cómo llevarnos a él, dijo señalando el gimoteante cuerpo del cultista que Annika les había ordenado capturar.

-Creo que ya va siendo hora de que nos saquen de aquí-dijo Malek, llevándose la mano al oído y activando su micro-comunidador- Jillian, preciosa, nosotros ya estamos listos, ¿porque no te pasas a recogernos?

Dándose la vuelta y acercándose al hombre caído Malek suspira con resignación mientras hecha un vistazo al resto del grupo.

-Bueno, vamos a tener que mover a esta cosa y no quiero que se revuelque mientras lo hacemos- dice Malek mientras se toca la herida en la frente- ¿Alguien tiene tranquilizantes, cuerda para atarle o algo? Si no no pasa nada, siempre podemos dejarle inconsciente a la vieja usanza.

      Con un movimiento fluido y calculado, Daga hace silbar su espada en el aire, describiendo circulos dos veces antes de que el filo acabe a escasos dos o tres centímetros de la garganta del prisionero. El individuo pudo sentir el calor del campo de energía en la piel, no lo suficiente para causar una herida, pero si para ponerlo muy nervioso. - No hay mejor ligadura que la que crea la mente. No vas a ir a ninguna parte, verdad... "presa". La frialdad de su mirada contrasta con su felina belleza. Sus ojos son dos pozos verdes, desde cuyas profundidades llegan promesas de dolor y muerte para el hereje. Su postura denota seguridad, y su tono y su rostro dicen a las claras que no repetirá su amenaza. 

      Apartando la espada, se acerca hasta tener al individuo cara a cara... muy cerca y le sonríe. - Imagino que prefieres que nos llevemos bien y podamos permanecer mas tiempo juntos, verdad... El haber tenido la muerte tan cerca aumentó la sensación de alivio, mientras la mano de la asesina acariciaba su mejilla con sensualidad. La sensaciones que le despertó fueron muy inquietantes. 

Con una mirada un tanto exasperada a la actuación de Daga, Malek esta a punto de volver a preguntar cuando se lo piensa mejor y, feliz, se vuelve a mirar a su compañera.

-Supongo que eso significa que te ofreces tu para llevarlo, ¿no?- dice el granuja sonriendo y frotándose las manos- Gracias Daga, eres una buena compañera.

 - Gracias, Malek. Siempre deseando ser útil, ya lo sabes. La asesina le hace una reverencia. - Por supuesto, si por mala suerte se cae sobre algún cuchillo, será solo por su propia torpeza... 

El hombre se incorpora, temblando. Parece asustado, sí, pálido bajo la tenue iluminación exterior de los orbes luminosos. La Colmena aporta también sus confusos haces desde las fábricas, los innumerables edificios. Al menos están en la capa superior, y no vadeando la mugre de los niveles inferiores...

 Marcus alzó la cabeza, exhaló una bocanada de humo lentamente.-Chicos, si quereis lo puedo llevar yo, a mi lado no creo que se mueva y así os quitais esa incomoda tarea.-siguió fumando lentamente mientras acomodaba su bolter en la correa y se apoyaba en una columna para continuar fumando, tranquilo pero alerta.

Hace frio joder,pero esto siempre sabe bien.

Marcus se dispone a tomar al hombre tras un asentimiento de cabeza de Daga, cuando Jhon da el grito de alarma. Malek lo secunda, señalando en lo alto, y Victor, quien ha presentido algo extraño, se aplasta contra la pared.

El dedo de Malek señala hacia un costado, una ventana entreabierta en la sólida pared azotada por la lluvia, a unos 100 metros de distancia. Allí, un reflejo! 

Tu no tienes dudas. Ante un relámpago, viste con claridad a un hombre con máscara de visión y un largo rifle apuntar en la dirección del balcón.