Partida Rol por web

Taller literario umbriano

Ejercicio 5: Juego de títulos (Escena de ejercicio)

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01/05/2016, 16:22
Chemo

Fecha de inicio: 1 de mayo de 2016
Fecha final: 15 de mayo de 2016

Ésta es una variante de una de las propuestas realizadas. 

Voy a poner una tabla con palabras. Cada participante debe tirar dos dados de veinte caras (por separado) y coger una de las palabras de cada columna por el orden sacado. Usando esas palabras tendrán el título de la historia que deben escribir.

Tirada   Primera palabra Segunda palabra
     
1 Cabra Loca
2 Chica Guapa
3 Marco Dorado
4 Misil  Destructivo
5 Droga Pura
6 Hombre Enigmático
7 Dado  Cargado
8 Vaso Roto
9 Camino Secreto
10 Pared Caída
11 Roca  Indescifrable
12 Laúd  Desafinado
13 Ruido  Extraño
14 Pala  Oxidada
15 Bahía  Encantada
16 Argumento  Absurdo
17 Foto  Descolorida
18 Gato  Siniestro
19 General  Demente
20 Muerte  Terrorífica

 

Por ejemplo sacamos un 7 y un 13, pues el título sería 'Dado Extraño' (podemos retocarlo un poco pero sin cambiar las palabras, poner por ejemplo 'El extraño dado') y a partir de ahí narramos la historia.

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01/05/2016, 16:30
Albos

La Pala Loca 2.0

¿Alguna vez se ha preguntado qué sienten los buscadores de tesoros? ¿Qué ritmo acelerado y retumbante marca el corazón cuando se encuentra un cofre pirata bajo la arena o un saquito lleno de material tintineante junto al tocón de un antiguo abedul? ¿Ha deseado ser uno de esos arrojados colonos del Nuevo Mundo durante la fiebre del oro? ¿Sí? Pues la oportunidad puede estar más cerca que nunca.

La Pala Loca 2.0 es un artilugio sorprendente que se siente atraído por determinados elementos y aleaciones. Su innovador sistema detecta todo a nivel atómico en un radio tridimensional de unos 25 metros, pero su sistema de filtrado de información hace que repare solo en lo que se oculta bajo la superficie. Además, para su seguridad y la de su hogar, La Pala Loca 2.0 solo trabaja en suelos de tierra y arena, por lo que ya no tendrá que preocuparse de que alguien la encienda en el interior de su hogar. ¡Todo eso es historia!

La Pala Loca 2.0 es el regalo perfecto para un hijo inquieto o el capricho ideal para el adulto con ganas de descubrimientos y aventureras. No lo dude más. Llame ahora al +34 91 5555 221 y recibirá La Pala Loca 2.0 en tan solo dos semanas con una rebaja del 30%. Y, además, si llama antes del 15 de mayo recibirá de regalo también El Pico Demente 1.0. ¡No lo deje pasar! ¡La Pala Loca 2.0 puede cambiar su vida!

Advertencias

La Pala Loca 2.0 puede sumergirse en agua.

Si el suelo de su casa es de tierra o arena prensada, La Pala Loca 2.0 puede seguir reconociéndolo como material destruible. No encienda La Pala Loca 2.0 en el interior de su casa.

La Pala Loca 2.0 no es un juguete y no puede ser utilizado por niños menos de 3 años, porque la hoja puede estar llena de tierra y otras sustancias que el niño podría llevarse a la boca.

La Pala Loca 2.0 no es un instrumento sexual. No acerque sus genitales a La Pala Loca 2.0.

La Pala Loca 2.0 utiliza unas baterías de iones de Litio que pueden sobrecalentarse. No use La Pala Loca 2.0 a más de 45 ºC ambientales o durante más de 90 minutos consecutivos.

¿Desea saber más? Visite nuestra web: http://palaloca.com/v2/l0/desc.asp

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dejo la tirada hecha, pero no haré ahora el relato.

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01/05/2016, 16:53
Verttygo

Argumento cargado

Estaba sumergido en la lectura cuando el incesante sonido del teléfono rompió su concentración. Chasqueó la lengua, con fastidio, y se levantó del sillón para contestar la llamada, lamentando no haber dejado el móvil más a mano.

- ¿Sí? - esperó hasta escuchar el motivo de la llamada.- No me jodas... - se interrumpió mientras le concretaban la situación. - Voy ahora mismo. - concluyó.

Abandonó sus papeles sobre la mesa del despacho, se cambió con rapidez y salió de casa para atender la urgencia. Llevaba el móvil en la oreja, realizando la primera llamada para intentar solucionar el entuerto, y con la zurda pulsó el mando para abrir el coche.

Tres horas después aún intentaba dar solución favorable al embrollo de su representado, quien lo negaba todo. Por alguna razón se le había ocurrido prender fuego a una de las caravanas de rodaje. La que servía de camerino al otro actor protagonista. Su teléfono sonó de nuevo.

- ¿Sí? - su gesto se torció, no era la confirmación que esperaba. Se trataba de un nuevo contratiempo. - Yo no tengo nada que ver. - respondió ante la acusación, y se frotó los ojos con la mano libre mientras le seguían contando. - Lo recojo y te lo llevo. No hay problema. -

Tras colgar se dirigió a su representado.

- Me tengo que ir, tengo otro marrón. Descansa, en breves me llamaran para acordar el arreglo. Ya te contaré. Se arreglará. - y sin darle opción a replica abandonó la enorme casa, pensando en la cantidad que tendría que desembolsar para conseguir que el incidente no manchara su reputación y carrera.

Se adentró en su hogar con uno de sus socios al teléfono, le estaba contando el alcance de la filtración.

- Estoy entrando en casa. - Avanzó hasta su despacho y se quedó paralizado en el umbral. - Mierda.- No pudo decir más. Los papeles no estaban, el guión de la nueva temporada de Por un penique, la más esperada del año, había desaparecido. Y, como le habían informado, el argumento de la serie ya había sido cargado y descargado miles de veces. Estaba jodido. - Sí... es el mío. No está. - consiguió decir tras unos largos segundos. Entonces se echó a reír sin ganas. - Sí... se arreglará... - repitió con sorna las palabras que llegaron del otro lado de la línea. 

- Tiradas (1)
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01/05/2016, 18:31
oideun

Dado Destructivo

La suerte está echada - retumba una voz átona e inmisericorde, mientras rueda repiqueteante el poliedro, levantando pequeñas partículas de polvo a su paso. Símbolos grabados en sus caras parecen preñados de un espeluznante fulgor octarino.

¿Llamas suerte a esto? - recrimina otra voz, cargada de pasión - Cada una de esas caras marca una forma de aniquilamiento. Cada tirada siempre resulta en yermos asolados.

Ese es el destino final de todas las cosas - sentencia la voz átona -. Así está escrito.

Tú y tu maldito Libro - refunfuña enfadada la segunda voz.

El Libro - la voz átona se vuelve gélida ahora - es el Principio y el Fin. Es el Alfa y el Omega. Es el Camino a seguir.

Lejos de allí, en otro mundo, una madre observa cómo sus hijas juegan a las batallas. Un dado cae y las últimas figuras que quedaban sobre el tablero van a parar de vuelta a la caja. El juego ha terminado y, como de costumbre, nadie gana.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Dejo la tirada hecha
Y ahora la hago desglosada, que soy un muñón ¬¬
"Dado Destructivo"... Aham.

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01/05/2016, 19:15

EL EXTRAÑO MISIL

El objeto extraño estaba cada vez más cerca del barco, y Mario no cabía en sí de emoción. Esta era su primera ocasión para explorar uno de aquellos extraños misiles que tantos quebraderos de cabeza daban a los científicos. ¿Sería una construcción natural? ¿Quizá algo extraterrestre? ¿O un experimento? Pronto saldría de dudas.

El barco se movió al acercarse al objeto, haciendo que Mario se tambalease y estuviese a punto de caer. Sus ojos marrones, del mismo color que su pelo, escrutaban el objeto, alargado y de un tono terroso. Ciertamente, parecía una isla, considerablemente grande para no haber sido detectada antes. Su tamaño era unas tres veces el del carguero en que viajaban. ¿Cómo habría sido creada? En esta zona no se habían producido erupciones ni terremotos. Además, pese a su tono terroso, no parecía ser tierra lo que la cubría, pues es demasiado... uniforme para serlo.

Mario creyó ver visiones. ¿La isla se ha movido? ¡¿La isla le está mirando?! Pero no puede ser un ser vivo. Entonces, ¿qué es? ¿Y esa extraña cueva que ha aparecido en su costado?

Un extraño rayo azul surgido del aún más extraño misil acabó con sus dudas... y con su vida, junto con la del resto de tripulantes.

- Tiradas (1)

Notas de juego

MISIL y EXTRAÑO

Mola improvisar un poco, asì que seré la primera, jaja.

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01/05/2016, 20:35
Matute

CABRA DEMENTE

Me llamo Mikel Cabra y muchos piensan que estoy demente. Me tratan de insano, de orate, de lunático, de chiflado, de majareta, de loco. “Loco como una cabra”, dicen, en clara referencia a mi apellido. No pueden estar más equivocados. La realidad es que soy un genio y como a todos los genios, un incomprendido.

Después de todo, sino fuera un genio no podría haber creado la Criatura Anti - Bandidos de Respuesta Automática, la C.A.B.R.A., el único dispositivo capaz de contener a los criminales sin participación humana.

Que decir respecto a la C.A.B.R.A.? Solo que representa la perfección en combate criminal autónomo y, porqué negarlo, un homenaje a mí mismo, su creador.

Fue diseñada con el fin de optimizar el combate criminal. Y hoy la probaremos por primera vez fuera del ambiente controlado de mi laboratorio.

Y como es la C.A.B.R.A. Veanla Uds. mismos. Con ese nombre no podía tener otro aspecto que el que tiene. Un aspecto de... cabra.

Por eso su altura, que le permite mantener su cabeza a la altura justa para que sus sensores tengan el alcance óptimo. No demasiado altos, pero tampoco demasiado cerca del piso

Por eso sus cuatro patas, de movimiento sincronizado, que le permiten alcanzar una velocidad suficiente para llegar a su objetivo en el menor plazo posible, así como superar la velocidad de cualquier ser humano que intente huir de la escena de un crimen.

Por eso sus cuernos, que no solo ocultan los sensores de movimiento y temperatura, sino que están diseñados para ejecutar a la perfección el TOPETAZO. Esta maniobra de ataque, propia de la C.A.B.R.A., consiste en embestir a cualquier delincuente a la altura de la ingle con la suficiente potencia como para impedir que insista en sus acciones, pero asegurando que no habrá derramamiento de sangre. Así es la C.A.B.R.A. no solo es capaz de impedir el delito, sino que es capaz de hacerlo con la seguridad de que no habrá daños colaterales.

Sin embargo, el verdadero secreto de la C.A.B.R.A es su detector de malhechores(TM). Concienzudos estudios de los niveles de feromonas en infinidad de voluntarios me han permitido descubrir la forma de detectar a un forajido por su olor corporal. Innumerables estudios de laboratorio permitieron calibrar los sensores de olor ocultos en sus barbas con el fin de detectar, incluso a la distancia, la presencia de un criminal. Y está claro que, si es una C.A.B.R.A. debe tener barba.

Así que procederemos a probarla en la vía pública.

Observen como conecto los sensores odoríferos y dejo que la C.A.B.R.A. comience su tarea.

Observen como la C.A.B.R.A. gira su rostro, orientando sus barbas hacia una y otra dirección, en la búsqueda de un olor que identifique a un delincuente para avanzar hacia él y darle el TOPETAZO que se merece.

Observen como la cantidad de olores detectados por los sensores de la C.A.B.R.A. impiden que sus sensores detecten a un objetivo en particular y comienza a moverse de uno a otro lado.

Observen como la C.A.B.R.A. avanza en una dirección, vuelve sobre si misma, gira su su lomo e intenta realizar un topetazo sin tener un objetivo definido. La C.A.B.R.A. parece estar demente!

Observen como la C.A.B.R.A. deja de moverse.

Observen el monitor de su ojo izquierdo donde se observa la leyenda: "Detenida Ejecución Mecanismo Electroquímico. Ninguna Tarea Ejecutándose"

Lamentablemente este informe termina en modo: C.A.B.R.A. D.E.M.E.N.T.E.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Voy haciendo la tirada para en un rato ponerme a pensar...
1: Cabra
19: Demente

Veremos que sale... EDITADO: Historia añadida

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01/05/2016, 21:01
Cusa

 

*

 

CAMINO DESTRUCTIVO

 

Brillante bajo la luz de cruce, la línea continua se movía como una serpiente albina nadando en el barro. Parecía imposible que se pudiera conducir tan rápido. El carro robado se movía como una respetable señora follándose a un ladronzuelo de mala muerte: este puto Audi en su puta vida no habría ni soñado con volar así de no haber sido infiel a su dueño.

Había llegado hasta ahí poco a poco, cagada a cagada. Su vida pasaba por delante de sus ojos y quería atropellarla. Quería aplastarla, reventarla y pasar de largo dejando un rastro de sangre.

-Mierda, mierda, puta mierda, mierda. ¡Joder!

Golpeó varias veces el salpicadero con la mano libre. La otra, en cambio, sostenía el volante con temple. Precisa y despiadada, gelatinosa, como si sus dedos fueran los tentáculos de un calamar gigante. Sus manos siempre se habían llevado mal, cada una a la suya, en el mejor de los casos. Cosas de hermanos.

El pie del acelerador aplastaba el pedal como si fuera el cráneo de un enemigo al que se quiere matar poco a poco.

Nadie le escuchaba. Nadie le había escuchado nunca, y siempre había fingido que le daba igual. Tampoco había dicho nunca nada que mereciera la saliva necesaria para ser dicho. Eso es cierto. Era un mierda. Lo sabía, y seguía intentando que le diera igual. Sólo quería vivir dos veces, sólo para cagarla de nuevo. Joder un poco más.

Pero esta vez sería la última. Atrás, en el retrovisor, las sirenas.

Adelantó a un camión en una curva de verdad cerrada, casi rozándolo. ¿Se puede hacer eso? Él sí. Lo hizo, de hecho. Ahora se daba cuenta de que si todo el esfuerzo y la práctica que se requería para ser un mal bicho de su calibre lo hubiera dedicado a cualquier otra cosa que hubiera querido hacer, todo habría ido mejor. Pero ¿quién coño tiene ni puta idea de lo que quiere hacer con su vida? Él, desde luego, no.

-No. ¡No!

Cosa rara, el camión no se estrelló en la curva. Ese hijo de puta también sabía mover el volante de su mastodóntico trasto y pronto dejó paso a la policía desapareciendo por el carril de servicio. Las sirenas le seguían en silencio, calladas por la distancia y la velocidad. Como un séquito en una ceremonia mortuoria. Y su vida no hacía más que pasar sin hacerle caso, aunque el conductor le gritara.

-¡Mierda!

Un gato golpeado por la luz de los faros parecía fosforescente, a saber de qué color era. Brillaba como si fuera de uranio. Ni se inmutó, el muy cabrón. Un volantazo y todo se acabó. Así. En nada. Su vida le dejó en paz.

*

No quiero terminar así mi relato, sin más. La verdad es que esta muerte, en realidad previsible, en apariencia banal, podría haber sido motivo de una profunda reflexión por parte de alguien preocupado por la condición humana. Pero no hubo nadie para hacer caso de la vida de ese pobre desgraciado. Nadie hace caso de la gente así. Sólo los que sufren sus cagadas, si acaso, y hasta que logran olvidarse. Y el gato siguió su camino y su dueño no se imaginó que el animal hubiera cometido un homicidio involuntario. El mundo giraba igual y las moscas seguían aficionadas a la coprofagia. Como si no hubiera pasado nada.

Y sin embargo, pasó.

- Tiradas (1)
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01/05/2016, 21:25
Tabaré Santellán

LA GENERAL ENCANTADA

 

Volví a coger el diario. Se trataba de un polvoriento volumen con la portada deshilachada y sus hojas plagadas de manchas por la humedad, que descansaba en la en la estantería encima de mi escritorio. Regresé a las últimas páginas escritas; las fechas estaban emborronadas y los lugares tachados, pero los nombres sugerían que los sucesos tuvieron lugar en la Guerra de Independencia de Cuba, posiblemente antes de la intervención estadounidense.

El relato era sin duda fantasioso, probablemente se tratase de la descripción de una pesadilla, pero el diario terminaba abruptamente. Como historiador debía examinar cuidadosamente aquel ejemplar para decidir si se trataba de un fraude.

Comencé a leerlo, una vez más:

 

Ya faltaban pocas horas para el amanecer cuando atacaron. Nos cogieron a todos por sorpresa y los pobres hombres de guardia apenas pudieron dar la alarma a tiempo. Nuestro hombre al mando, el general Peñas, dio orden de defender el campamento. Era un punto estratégico y no podíamos regalárselo a los españoles, así que la retirada no era una opción. 

José Peñas era un general de brigada, de la cual apenas quedábamos un puñado de hombres leales. Yo por mi parte podía manejar un arma, pero soy médico y no tenía la misma formación que mis compañeros. Aún así no abandonaría a mi general.

 

Finalmente anocheció y los españoles se reagruparon. Volverían. Habían causado un buen revuelo en nuestro campamento y, pese a haber resistido con éxito, no aguantaríamos un segundo ataque. Enviamos un mensajero con la vana esperanza de lograr refuerzos. Sin embargo otros asuntos requerían mi inmediata presencia: una bala había alcanzado en el estómago al capitán y no le quedaba mucho. La situación era desesperada y muchos hombres se habían puesto a rezar por sus almas. Mi colega, el doctor Ojeda, negaba con la cabeza a mi lado. El también había perdido a muchos hombres por heridas similares.

El silencio fue interrumpido por uno de los soldados, que llevaba en la mano un crucifijo y un arrugado librito que a todas luces parecía un catecismo. Nos preguntó si alguno de nosotros sabía hablar latín, a lo que Ojeda asintió; probablemente quería que leyésemos una plegaria por el general.

Para nuestra sorpresa, el texto no se encontraba en el propio catecismo sino en una especie de pergamino garabateado, con una estrella de Salomón en uno de sus márgenes. A medida que mi colega leía, empezaron a sonar las alarmas. Intenté avisarle, pero parecía completamente absorto. Los disparos y los alaridos empezaron a sonar.

El aire de la tienda se enrareció justo cuando Ojeda pronunciaba los últimos versos del cántico. Gracias a mi formación pude advertir que hablaban de una virgen, pensé que se trataría de algún tipo de rezo. Ojalá hubiese tenido razón.

Cuando el doctor terminó de leer, el texto se deslizó entre sus dedos y ambos cayeron al suelo. Pero era Peñas quien más me preocupaba. Sus ojos empezaron a hundirse de forma antinatural y la mandíbula se desencajaba a medida que la piel se le agrietaba. Varias protuberancias surgieron en la zona del torso, rasgando la ropa y las vendas ensangrentadas. Los dientes se le cayeron para dejar paso a largos y curvos colmillos, y las extremidades se le estiraron y retorcieron hasta parecer amasijos alargados de músculos que palpitaban de forma repulsiva e inquietante. Esta criatura que había sido el general José Peñas se irguió, y pude ver que también el pelo había crecido y cambiado de color, oscureciéndose. Estiró uno de sus extraños brazos para coger una manta que se puso a modo de manto, como los de las representaciones de la virgen. 

Me costó reaccionar pero conseguí dominar mis nervios y reprimir las nauseas, pero para cuando estaba recogiendo a mi compañero inconsciente noté un fuerte golpe en la cabeza y perdí el conocimiento. En aquel momento no pude verlo bien, pero juraría que mi atacante no fue otro que el dueño del supuesto catecismo.

 

Tanto Ojeda como yo nos despertamos doloridos en medio de la tienda al sonido de unos gritos que provenían del exterior. Los refuerzos habían llegado, pero el campamento había sido completamente arrasado y los cadáveres de nuestros hombres y de los atacantes españoles sembraban el terreno, y parecía como si a todos se les hubiese arrancado la carne con dientes muy afilados. Decidimos no revelar lo que había pasado y explicar que nos había sorprendido una explosión, que probablemente nos habían dado por muertos y algún animal habría dado cuenta de los cuerpos ignorando el interior de las tiendas. Tras unos preparativos y una misa improvisada empezamos a enterrar a los cadáveres, pero no había rastro ni del general ni del soldado ni su extraño pergamino.

 

Tiempo después volvimos a vernos. Ojeda no había llegado a ver nada ni recordaba una sola palabra de lo que había leído, pero yo no podré olvidar jamás a aquella criatura que parecía una parodia grotesca de una virgen. Ambos oímos rumores de soldados y civiles que habían avistado una extravagante figura ataviada con un manto y con unos relucientes galones militares a la que bautizaron como la Virgen de los galones o la General encantada.

 

Cerré el diario. Había unas cuantas palabras más pero estaban demasiado emborronadas para resultar legibles, y algunas de las páginas siguientes parecían arrancadas. Se hacía de noche y aquel libro probablemente tendría más valor para un programa sobre misterios y ocultismo. Tendría que desilusionar a mi cliente.

 

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

19 y 15: General encantada... raro, veré a ver qué puede salir de esto.

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01/05/2016, 22:16
milady

CABRA ENIGMÁTICA

Todo es verde... Siempre verde. 

Todos los días, el crío nos saca al prado. Nos deja a nuestro aire, y él se dedica a correr y saltar con esa humana que viene a verle. Me da lo mismo. Yo a lo mío.

Esta hierba... Cada vez que cojo un nuevo bocado, me parece más sabrosa. Alguna vez que nos llevó a pastar más abajo, cerca de la ciudad, notamos la diferencia. El pasto era tan seco, tan falto de sabor, que no nos apetecía ni comerlo ni a mí ni a mis hermanas. Por suerte el chico se dio cuenta, y cada vez venimos más arriba.

Aunque estoy segura de que su nueva amiga tiene algo que ver.

Míralos, qué contentos se les ve juntos. Ella cogiendo flores, y él acariciando al perro de su abuelo. ¡Tremendo perrazo! Mejor tenerlo como amigo.

Buff... Ya no puedo más. ¡Otra brizna de hierba, y creo que voy a reventar! Además, se hace tarde, y este humano no se ha dado ni cuenta.

-Beeeeeeeeeeeeeee... Beeeeeeeeeeeeeeeeeee...

Pedro miró a la cabra, que repentinamente se puso a balar en medio de la tranquilidad de las montañas.

-¡Cáscaras, Heidi! ¡Si ya es muy tarde! -dijo, dándose una palmada en la frente- ¡Mañana nos vemos!

-Sí, mañana -asintió su amiga, levantándose y sacudiéndose el delantal- ¡Niebla, vamos! ¡El abuelito nos espera!

 

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Cabra enigmática XDD qué caña. 

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01/05/2016, 23:16
Dante

Veamos:

Ruido indescifrable...uh...

Ruido Indescifrable:

¿Como describes un ruido que no entiendes?, ¿como explicas a todo el mundo que eres el único que puede percibir algo que no puedes explicar, mucho menos entender?.

Por desgracia, lo peor no es eso, lo peor es tener que escucharlo constantemente, sin parar, las veinticuatro horas del día. Un ruido que perfora los oídos, que acapara toda la atención, que es permanente e incansable, siempre al mismo tono pero con tantos matices que es imposible saber cuando estas oyéndolo y cuando es tu cerebro al borde del aneurisma.

Él es como una plaga, el sonido quiero decir, apareció de la nada y aun sigue conmigo, nadie puede ayudarme, nadie es capaz siquiera de detectar nada; expertos, científicos, médicos, todos están perdidos con mi caso.

Claro que el daño a mi cerebro es real, las pruebas; más que suficientes como para llenar toda una maldita enciclopedia médica; bien lo corroboran, tengo el cerebro como un maldito queso de gruyere al qué algún gracioso ha decidido conectarlo a la corriente y envolverlo en celofán para que no estalle como un globo.

Por favor, que alguien lo calle o en su defecto, ¡¿qué alguien me explique que coño es el jodido sonido que ha destrozado mi vida?!.

 

- Tiradas (1)
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02/05/2016, 04:55
- Tiradas (1)

Notas de juego

Iba a decir "Hago la tirada a ver que se me ocurre, y voy pensando que escribir en los días que siguen". Pero General Destructivo me saca ideas al instante. Escribiré algo en mi cuaderno y lo postearé mañana, que no hay apuro. 

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02/05/2016, 07:44
Jerico_Mohave

EL MISIL ESTÁ ROTO

Habían sido unas 17 horas de vuelo, constantemente acompañados por la oscuridad, no debían ser detectados y para ello volaban a la máxima altura posible; nadie estaba seguro sobre como resultaría la misión pero de no tener éxito la guerra no terminaría ese día. La tripulación se preparó para la llegada al punto de ataque; de pronto, el encargado de revisar el misil se acercó al capitán mientras decía – Tenemos un problema – al ir de vuelta hacia donde estaba el misil le informó que había encontrado una falla en el sistema eléctrico, que parecía tener roto uno de los cables se había tostado.

No quería preocupar a ninguno de los otros tripulantes, pues el extenuante viaje tenía a más de uno de mal humor y no poder arrojar el misil por una falla sería un completo fiasco. El capitán opto por llamar al mecánico de vuelo, quien no sabía nada de misiles pero si de sistemas eléctricos, empezó a revisar en sus cosas y halló un cautín que estaba allí por pura casualidad; luego dijo en un tono sonriente – abra que dejar una parte del avión sin luz – y se dispuso a sacar uno de los cables que mantenía la lámpara al final del avión, regreso con él y lo colocó en lugar del cable dañado.

Tras volar unos 10 minutos más, hallaron su blanco y soltaron el implacable misil que acabaría la guerra con el Japón y las vidas de miles de personas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Bueno, pues al igual que han hecho caí todos, lanzó dados y luego veo que escribo. Y me quedo con un misil roto jajajajaja!

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02/05/2016, 10:12
Edderkop
- Tiradas (1)

Notas de juego

Misil Destructivo - ¡¡Que obvio!! xD

Ahora tendré que preparar la historia, a ver si nos estrenamos.

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02/05/2016, 16:09
Chemo
- Tiradas (1)

Notas de juego

(15) Bahía (19) Demente

Me está bien empleado por reírme del título de la cabra XD

Lo bueno es que ya tengo un par de ideas. Por la noche espero subirlas.

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02/05/2016, 21:45
Huesi
- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Critico! 

3: Marco
20: Terrorífico
 

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02/05/2016, 22:13
Fr3d1

Su existencia era un secreto a voces en toda la comarca. Un hombre joven, de no más de treinta años, viviendo solo en aquella cabaña en la linde del bosque. No se aventuraba por los alrededores del pueblo, así que tenía que obtener sus alimentos de los arbustos y pequeños animalillos, bebiendo agua del río y comerciando con hojalateros que encontraba por el camino. Y aunque su timidez le hubiera abandonado por unos días y hubiera tenido valor para hablar con los lugareños, estos le habrían rehuido, puesto que su aspecto era tan estremecedor que hacía que las mujeres se santiguaran y los hombres escupieran al suelo. Algunos decían que su madre había yacido con el Innombrable, otros que había sufrido una maldición de los cielos, o que había pactado con fuerzas oscuras. Tuviera quien tuviera razón, la verdad es que el joven era tremendamente llamativo: no tenía pelo alguno por todo su cuerpo, y su piel era blanca como la leche fresca. Sus ojos, de un color rojo intenso y su considerable altura, le convertían además en el objetivo de las burlas de los insolentes chiquillos que acudían a tirarle piedras a su chabola.

El joven, que había olvidado su nombre hacía tiempo, lloraba durante toda la noche preguntándose qué había hecho él para merecer tal castigo. Desde que tenía memoria había estado solo, y su falta de compañía le había hecho olvidar cómo hablar, por lo que su lenguaje no era más que gruñidos y señales manuales. Más animal que hombre; más fantasma que ser vivo.

Un verano llegó al poblado un grupo de actores ambulantes que había cosechado cierta fama por los alrededores por lo variopinto de su espectáculo. Disponían de tragasables, de cuentacuentos, de un hipnotizador y de unos acróbatas, pero quien más miradas atraía era la maravillosa Melissa, que danzaba en compañía de su serpiente albina y arrancaba suspiros tanto en hombres como en mujeres. Los actores acamparon a poca distancia del pueblo, lo suficientemente cerca del bosque como para que el joven solitario tuviera constancia de su llegada.

Durante las dos primeras noches que Melissa actuó, el pálido muchacho la espió entre las sombras, enamorado de su cuerpo, de sus movimientos y sus bamboleos. La forma en que acariciaba a la serpiente sin temor a que ésta hincara sus afilados colmillos sobre su piel le excitaba sobremanera, aunque no entendía bien qué sensación era la que experimentaba su cuerpo. A la tercera noche, la fortuna quiso, por decirlo de alguna manera, que un grupo de hombres que habían bebido más de la cuenta quisieran aprovecharse de la bailarina. Sin embargo, el joven se abalanzó sobre ellos como una fiera salvaje, golpeándolos con los puños y los pies, sin orden ni estilo, hasta que los ebrios pueblerinos salieron despavoridos.

Lejos de temer el extraño aspecto de su inesperado salvador, Melissa se abrazó al cuello del joven dándole las gracias. Aunque éste no tenía manera de expresar lo que sentía, su mirada fue suficiente para que las mejillas de la bailarina se encendieran, y con una sonrisa cómplice cogió su mano y acompañó al desconocido hacia su cabaña. Una vez allí, desnudó sensualmente su cuerpo y besó los labios del muchacho hasta que éste sintió cómo su hombría reaccionaba. Si bien él era un completo inexperto, Melissa sabía perfectamente cómo complacer a un hombre, y con movimientos sensuales se dirigió hacia su lecho.

El joven supo entonces lo que debía hacer. Se acercó con paso titubeante mientras la luz de la luna que se filtraba por la ventana jugueteaba con el cuerpo desnudo de la bailarina. Ella sonrió traviesa mientras indicaba con sus dedos que se acercara aún más, sin percatarse, hasta que fue tarde, de la hoja de acero que el pálido muchacho portaba en su mano.

Las cuchilladas fueron violentas y desmedidas. La sangre salpicó techo, suelo y paredes, y pronto la hermosa doncella se convirtió en una burla sanguinolenta de su antigua persona. Entonces, con manos temblorosas, el joven hundió las manos en sus vísceras y empezó a cubrir su cuerpo con la sangre de su víctima. Centímetro a centímetro.

Por fin estaba completo. Aquella noche dejaría de ser el Hombre Descolorido.

- Tiradas (1)

Notas de juego

(6) Hombre / (17) Descolorido

Precioso...

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03/05/2016, 03:43
Hypatia

Bahía Loca

Caminábamos por una gran calle, desierta y en silencio, no había mucha gente. Era un silencio escalofriante pues retumbaban los pasos sobre el pavimento haciendo que, junto al sonido del oleaje, el momento fuese más tétrico.

En pláticas se había mencionado que años atrás y en esa misma calle, habían muerto tres integrantes de una familia. Lo más curioso del caso es que nunca se supo quién o quiénes les dieron muerte. Era una familia común y corriente como todas las del pueblo de Bahía Pelícanos, o Bahía Loca como la llamaban los jóvenes, y no tenían problemas con nadie. La hija, de unos veinticinco años, era una mujer muy bella, sencilla y no se le conocía novio alguno, pues el padre era un hombre demasiado celoso. Decía que su hija estaba destinada para alguien especial.

Se rumoreaba que don Pancho y su esposa vivían aislados del pueblo porque practicaban la hechicería, matando gallos negros y ovejas o carneros, bebiéndose la sangre en luna llena. La gente les temía y casi nunca convivían con ellos. 

Eran las doce de la noche cuando a lo lejos se escucharon unos gritos desgarradores. Se confundieron con los ladridos de un montón de perros que por ahí pululaban. Nadie se dio cuenta de nada. Al día siguiente, la puerta de la casa se encontraba entreabierta. Nadie se atrevía a entrar por miedo a Don Pancho, que era de armas tomar, no haciendo caso de lo que habían escuchado la noche anterior.

Pasaron tres días, un aroma nauseabundo se esparcía por los alrededores. Esto hizo que los vecinos empezaran a sospechar que algo había ocurrido en ese hogar. Fueron por el comisario que por ese entonces ejercía y entraron despacio, sigilosamente. De pronto, quedaron paralizados y abrieron tamaños ojos desorbitados al ver aquel cuadro horripilante. Caminaron hacia atrás, pues los cuerpos de don Pancho, doña Tencha y Dulce, estaban colgados de los pies y no tenían brazos. Las cabezas no tenían ojos y les habían cortado la lengua y las orejas.

Las autoridades estuvieron investigando el caso, hicieron las autopsias, pero todo indicaba que habían muerto a causa de un infarto por la impresión de lo que vieron. Nunca se supo quién fue el causante.
 
Hoy en día esa casa aún existe y al dar la medianoche, los mismos gritos desgarradores rompen el silencio de la noche. Una que otra persona afirma haber visto que las almas de don Pancho, doña Tencha y Dulce, rondan por la casa como si todavía existieran, pero nadie se atreve a acercarse al lugar pues temen que algo similar les pueda pasar.

Se cuenta que don Pancho había hecho un pacto con el Diablo y al no cumplirlo, el mismo demonio le hizo pagar caro tal decisión. Quiso retractarse de sacrificar a su hija como ofrenda y caro lo pagó. Esa misma noche murieron. Por eso, las pocas personas que aún viven por ahí, llegada la noche, no salen de sus casas por temor a lo que les pueda pasar.

Atrás quedó el tiempo de Bahía Loca, lugar al que los jóvenes escapaban para vivir un fin de semana de excesos y locura. Ya nadie la llama así, ni siquiera por su nombre real, a partir de entonces es conocida como Bahía del Diablo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Bahía (15) - Loca (1)

Buff, me ha costado y mucho, y ni así estoy convencida del resultado porque he metido con calzador y a la fuerza las palabras.

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03/05/2016, 08:12
Dama

Chica Destructiva:

El teléfono sonó estridente en mitad de la noche. Ella, dormida y aún bajo los efectos del chute que se había pegado unas horas antes, alargó el brazo confundida, intentando determinar si se trataba del despertador o del fijo, ambos sobre la mesilla.

Cuando alcanzó el auricular del aparato la bruma de su cerebro se había disipado lo justo para deducir que era el teléfono lo que sonaba.

-¿Sí...? -Su lengua se le pegó al paladar, impidiéndole pronunciar más que esa palabra, la voz pastosa, espesa.

-¿Doctora? ¡Por Dios, menos mal que la encuentro! -Era una voz masculina, quebrada y ansiosa- Soy Juan, Juan Hernández. Sí, sé que es tarde, lo siento. ¡Pero necesito su ayuda! He llegado al límite, doctora, ya está. No puedo más. Sé que me dijo que había salidas, sé que es mi mente la que las bloquea, pero es así. Se acabó. Por eso la llamo, necesito escucharla de nuevo, necesito que... me pare.

-Mmmm... ¿qué...?

-Estaba durmiendo... claro. Perdone. Pero no podía hacer otra cosa, ya me conoce. Lo siento, ¿cuántas veces la he llamado ya...? ¿Tres...? ¿Cinco...? Y siempre ha estado ahí, como un ángel, mi ángel. Me ha salvado, y necesito que me salve de nuevo. Es... es mi vida, que es una mierda. He vuelto a hacerlo, ¿sabe?, he vuelto a pelearme, he vuelto a dejar el trabajo. Otra vez. Todo lo que toco, todo lo que miro, se echa a perder. Mi mujer, mi trabajo, mis amigos, todo se ha ido a la mierda, se ha perdido. Y ya no aguanto más, joder, estoy metido en un agujero, y esta vez es demasiado profundo...

-Umph. ¿Qué dices que te pasa, tío...?

Ella no era doctora, desde luego. Ni siquiera estudiante, era la chica de un camello, tenía pasta y mercancía cuando las necesitaba. Se rió en su interior. "Pasta y pastis, ¡qué gracioso!"

-¿Doctora? Por favor, debe ayudarme, por favor. - El tono de la voz iba haciéndose más grave, y la cadencia más lenta.- Por favor... no puedo más... esta vez voy a hacerlo...

-¡Jo, tío, pues hazlo de una puta vez! ¡Y deja dormir a la peña, que son las tantas!

Casi al mismo tiempo ella colgó el teléfono y él se pegó un tiro.

Junto a ella, en la cama, un hombre se desperezó.

-¿Quién era a estas horas...?

-No sé. Un chalado que gritaba. -Y añadió en tono lastimoso, burlón- "¡Por favor, por favor...!" -Le miró, los ojos entrecerrados, vidriosos.- Oye, ¿tienes más de eso...? Vamos a repetir...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Voy tirando, porque si lo hago, no me valdrán luego excusas a mí misma.

2, 4:

Chica, Destructivo.

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04/05/2016, 15:01
Bulrakur
- Tiradas (1)

Notas de juego

Haber que deciden los dados:

Titulo Foto indescifrable. 

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04/05/2016, 16:04
Brakend

Cabra caída.

Tomás estornudó de nuevo mientras seguía abriéndose paso entre las zarzas y demás arbustos, subiendo por aquella colina mientras maldecía a la lluvia que caía sobre él, la niebla y, sobre todo, a aquella cabra. Aquella mañana había salido a pastorear el rebaño y, tras una ojeada al cielo, decidió que no se demoraría mucho, ya que amenazaba lluvia. Fueron las prisas, o un despiste del perro, o Dios sabía que… Pero el caso es que cuando volvió y se ocupó del rebaño, se encontró con que uno de los animales no estaba.

Blanquita. Apartó otro zarzal con el bastón, volviendo a estornudar. ¿Dónde diablos estaría la cabra? A este paso iba a acabar totalmente empapado. Mientras desandaba el camino que había seguido, le pareció escuchar algo: un balido. Sólo podía ser Blanquita. Procuró avanzar en la dirección de la que creía que venía el sonido, hasta que dio con una abertura en el suelo, que realmente se trataba de una cueva. Sus sospechas se vieron confirmadas cuando el eco de otro balido le llegó desde allí dentro. Sólo eran tres metros, así que probablemente la cabra estaría más o menos bien.

-Puñetera cabra…-gruñó Tomás, mientras buscaba el mejor modo de descender. Finalmente se decantó por una zona de piedra con multitud de puntos de apoyo y empezó con aquel descenso. Al principio fue todo bien, pero cuando le quedaba poco menos de dos metros una piedra resbaladiza por la lluvia le hizo caer. No llegó a gritar, soltando el aire de sus pulmones con el impacto, pero si gimió levemente en el suelo hasta que el dolor se atenuó un poco y fue capaz de levantarse. Un par de rasguños, alguna brecha y contusiones… Pero no parecía nada grave. Eso, y haber quedado empapado, claro.

Después de incorporarse recogió su bastón del suelo, y observó la entrada de la cueva. Por suerte llevaba una pequeña linterna en el abrigo y había sobrevivido a la caída, así que podría abrirse paso en la oscuridad. Suspirando, se adentró en la oscuridad, llamando a la cabra por su nombre periódicamente. De cuando en cuando, un balido le respondía, conforme se internaba más y más en la cueva.

Finalmente, vio asomar sus cuartos traseros tras un recodo. ¿Quizás se había hecho daño de verdad? Como se hubiera dado aquel paseo para encontrarse que su cabra caída estaba malherida… Pero conforme se fue acercando, reparó en que no se movía nada, hasta que pudo ver su cuello doblado en un ángulo antinatural. Estaba totalmente tiesa, ya debía llevar unas horas muerta. Pero entonces, ¿qué era aquel balido?

Tomás se encontraba meditando aquello cuando escuchó otro balido, pero esta vez detrás de él, a pocos pasos. Se giró, alumbrando aquello con la linterna, y vio como la criatura que había generado aquel sonido se abalanzaba encima de él. El último pensamiento que tuvo, antes de que el dolor le privara de racionalidad, y después, de consciencia, es que aquella cosa no era una cabra. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

1, 10. Cabra caída. No quiero decir nada, pero muchos 1 veo.