Partida Rol por web

Finalmente decidisteis bajar todos a tierra, cada uno tenía sus motivos, pero era común que nadie quería quedarse en ese barco "fantasma". Recogisteis todo lo que creísteis que os podía servir, aunque apenas había comida pues la habíais agotado el día y la noche anterior.

Saltasteis del barco y os tuvisteis que mojar para llegar a la playa, aunque no estaba muy lejos de ahí. Aún así la temperatura del agua era agradable igual que la del ambiente, así que aunque acabasteis con la ropa mojada, podría haber sido peor. Al llegar a la orilla pudisteis comprobar como esa playa parecía desierta, pero no de esa que son tan remotas que es difícil acceder, sino que simplemente no había nadie, aún estando delante de un pueblo costero y a todas luces turístico.

Ana no cogío nada del barco, lo poco que quedaba no tenía ninguna utilidad para ella. Pensó en llevarse los medicamentos del botiquín por lo que pudiera pasar, después de todo lo sucedido sería bueno tenerlos cerca, pero no tenía manera de llevarlos hasta tierra sin que se mojasen, así que finalmente se tiró al mar sin nada más que su ropa.

Al llegar a la orilla se quedó un rato tumbada, el esfuerzo realizado para llegar hasta allí le había pasado factura. Durante unos minutos se quedó allí tirada, por fin habían llegado a tierra firme, algo que hacía unas pocas horas parecía imposible.

Cuando se hubo recuperado, se levantó y miró hacía el pueblo cercano. Qué raro, no se ve a nadie por aquí... Un escalofrio recorrió su cuerpo ante la tranquilidad que reinaba a su alrededor. ¿Y ahora qué? ¿Vamos al pueblo? Miró a los demás, lógicamente era lo único que podían hacer, pero la ausencia de gente por las calles y la playa no presagiaba nada bueno.

Cobos cogió una mochila del barco en la que echó media botella de whisky que había encontrado la noche anterior, un par de bolsas pequeñas de patatas fritas y su pequeño descubrimiento en su búsqueda por el barco. Se cambió el vendaje de la herida él mismo mientras los compañeros decidían que hacer. Se quitó los calzoncillos, los pantalones y la camisa que ya estaban secos y los metió también en la mochila. Completamente desnudo se paseó por el barco buscando un par de toallas. Las encontró y las puso en el fondo de la mochila para mantener a cierta altura todas sus cosas. Una vez hecho fue hasta la escalerilla y se dejó caer suavemente de espaldas en el mar. Había poco oleaje por lo que consiguió mantener la mochila sobre su pecho. Comenzó a mover las piernas y a avanzar hacia la orilla. Tardaría un buen rato pero tampoco tenía prisa y por nada del mundo quería que se le mojase su apreciada mochila. Pensó que la mejor manera de llegar a la orilla era nadando de espaldas con la mochila sobre el pecho. Alguna vez el agua pasaba por encima de su cuerpo pero solo mojaba la parte de abajo de la mochila...o sea las dos toallas enrrolladas. Se tiró un buen rato nadadando hacia con sus correspondientes paradas para descansar. Cuando ya hizo pie alzó la mochila por encima de su cabeza y salió del mar como Dios lo trajo al mundo.

No había nadie extraño en la playa por lo que sacó las dos toallas de la mochila y con la que estaba arriba, que no estaba mojada, se secó entero. Después dijo: - El que quiera secarse que la coja.  Se vistió y se echó la mochila a la espalda. Dentro de lo que cabe estaba feliz.

Diana nego con la cabeza, ese tipo metia patatas en una bolsa con la que iba a nadar a la espalda 100 metros... para colmo una botella de cristal y dios sabe que mas... paso de sus habituales estupideces. Meto en una bolsa de plastico mi cazadora y la anudo, la ato a mi cinturon para que no me reste moviemiento. Asi cuando salga del agua, si tengo frio, tendre algo seco que ponerme. 

El el barco no veo que quede mucho que pueda usar o llevar. Me hago una coleta para que el pelo tampoco sea un problema y me preparo para saltar al agua.

Llegar a tierra firme me dio una pequeña sensacion de tranquilidad... pequeña... tanta calma aparente no podia ser buena. Trate de mantenerme lejos de Jorge, no me resultaba una compañia agradable en ningun sentido.

Tenía ganas ya de abandonar aquella embarcación y llegar a tierra firme, esperando que su buen amigo Jack hubiera logrado llegar antes que ellos y los estuviera esperando en una terracita a primera línea de playa tomando una cerveza, pero nada de eso fue lo que vio al llegar a la orilla. No se había preocupado de coger nada en el barco, no había nada en él que le fuera de interés, aunque a juzgar por las caras y las acciones de alguno de sus nuevos compañeros, parecía que era de los pocos que no mostraban demasiado interés en las cosas que hallaron y dejaron en la cabina de la embarcación. Aun así, observó con atención las peripecias de Jorge, sin poder evitar que una sonrisa se dibujara en su rostro… Extraño personaje… Las drogas no son buenas fillinho…

Miró hacia ambos lados en la playa, siendo Valencia y a estas horas de la mañana ya debería haber alguien, aunque fuera haciendo footing. Eso desde luego no era normal y eso se podía notar en el ambiente. – Si, deberíamos dirigirnos al centro, a ver si encontramos a alguien que nos pueda explicar que es lo que está ocurriendo. – respondió a Ana. – Tampoco estaría de más buscar una cabina donde poder llamar, me gustaría hablar con mi familia. -

-¡¡¡Por fin tierra firme!!!- …exclamó Roque nada más pisar tierra, dejándose caer de rodillas y llenando sus puños de arena, la cual dejaba caer entre sus dedos.

Echó una mirada alrededor, todo parecía muy tranquilo… -Quizá hayan evacuado a los pueblos a algún sitio más cercano de un hospital o algo por el estilo, esa enfermedad parece muy grave y no creo que la puedan combatir en un pueblo- …pensó.

Luego se percató que al ser un pueblo costero del Mediterráneo, tenía que ser turístico por fuerza, así que busco la típica ducha de la playa, la cual no tardó en encontrar. Se dirigió a ella con rapidez mientras el resto del grupo llegaba a la playa, quitándose la camisa se metió bajo la ducha sin pensárselo un segundo, se frotaba el cuerpo con las manos mientras caía el agua para contrarrestar el frio, luego se quito los zapatos calcetines y pantalones, los remojó bien bajo el agua… -odio el salitre que se queda después de bañarse en el mar- ...pensó en voz alta.

Cuando acabo de remojarse con agua dulce, así como de lavar su ropa, escurrió esta con fuerza y luego se vistió… -Busquemos una farmacia, tengo…. eehhh… hay que buscar algo para José… Jordi…. eeh no, ¿Jorge?, si para Jorge, esa herida hay que cerrarla bien ¿no?-

Aarón había creado una especie de claustrofobia por los barcos... Lo único en lo que pensaba era en caminar sobre alguna superficie que no se pareciese en nada a un barco. Cuando vio que sus compañeros empezaban a lanzarse al agua, no lo dudó un instante. Sin reparar en si necesitaba algo del barco, saltó al mar y comenzó a nadar con todas sus fuerzas, concentrándose únicamente en el objetivo de llegar a la orilla. Brazada tras brazada consiguió alcanzar la tierra firme. Una vez salió del agua, se apoyó con las manos sobre sus rodillas, mirando al suelo y respirando agitadamente.

Echó un ojo a Ana. Le leyó la mente. Mirando a su alrededor, no se veía un alma. Ni siquiera se escuchaba un sonido que fuese el ir y venir de la marea. Esto daba de todo, menos buen rollito.

- Sí, Samuel tiene razón. Necesitamos intentar ponernos en contacto con los nuestros, a ver si se encuentran bien. Y ya de paso, intentar averiguar qué está pasando...

La playa estaba desierta, pero algo os llamo la atención, algo que visteis por el rabillo del ojo. Había alguien no muy lejos, tumbado en la arena, desde vuestra posición no podíais ver mas detalles. No muy lejos de ahí había una especie de cabaña que hacía funciones de chiringuito, que se abría en verano para servir bebidas. Parecía abierto aunque tampoco había nadie ahí dentro.

Mas allá de la playa, no parecía haber actividad, ni de personas ni de coches, aunque como había algunos meceteros y arbustos tampoco podíais verlo bien desde la orilla de la playa, aún así reinaba un silencio sepulcral y solo se rompía por el oleaje detrás vuestro. No muy lejos podíais ver una cabina telefónica.

- Coño, un chiringuito. Nuestra suerte está cambiando chicos. - Dijo Cobos en cuanto vio el lugar. Se percató de la figura en la arena pero esa era su menor preocupación en esos momentos. Chiringuito significaba fiesta y, sin duda, alcohol y algo de comer. Justo lo que le hacía falta para coger fuerzas. Después iría a buscar una farmacia o lo que fuera menester. Poco importa una herida que no duele, que solo pica un poco. Cuando oyó al viejo decir lo de la farmacia le faltó poco para ir a sacudirle. ¿Ahora se iba a preocupar de él? Cuando faltó poco para que muriese desangrado y el capullo no le había dejado el salvavidas. Jorge pensó que le daría igual que se ahogara. Pero, qué coño, aquel tipo no iba a arruinar el descubrimiento del chiringuito. - Vayamos a buscar algo de comer. Después de comer tanta mierda mataría por un buen espeto de sardinas. - Dicho lo cual fue hacia el chiringuito con paso firme.

No sigo a Jorge, no pierdo el tiempo intentando que razone el millar de cosas por las que no es seguro obrar de una forma tan estupida. No sabemos si la comida esta contaminada aqui...no sabemos si ese cuerpo pertenece a alguien muerto o infectado... Miro al resto de mis compañeros.- Tal vez deberiamos dividirnos en grupos y quedar aqui dentro de un par de horas...-sugiero con la esperanza de alejarme de ese inutil cabeza de chorlito alcoholico de Jorge.

Ana no se había percatado de la presencia del chiringuito hasta que Jorge no lo comentó. Al mirar hacía el lugar vio que cerca había un cuerpo en la arena. Desde donde se encontraba no podía asegurar si estaba vivo o muerto o algo peor, después de lo que había visto en el yate cualquier cosa sería posible. Jorg... intentó advertir a Cobos de la presencia del cuerpo, no creía que fuera muy seguro acercarse a él de ese modo, pero Jorge ya se dirigía hacia el chiringuito y no parecía importarle en absoluto que estuviera allí. Este chico no se preocupa por nada... Se encogió de hombros y lo dejó ir, aunque sin quitarle la vista de encima.

Fue entonces cuando Diana sugirió que se dividieran en grupos. Separarnos... Ana lo pensó unos segundos. No creo que sea buena idea, no sabemos lo que está pasando... además si vamos juntos sería más fácil defendernos si... No era capaz de continuar con la frase. ¿Qué pensais el resto?

Vas en dirección al chiringuito y pasas cerca de aquel cuerpo. A medida que te acercas te invade un fuerte olor a podrido y descomposición, a los pocos pasos cerca de aquel cuerpo, te das cuenta que es de un varón adulto, el cuerpo está como podrido, con girones de carne sueltos y heridas superantes, asqueroso. El sol ha quemado parte de su cuerpo haciéndolo aún mas grotesco si cabe. También te fijas como tiene una grave herida en la cabeza, como si alguien o algo le hubiera golpeado fuertemente.

 Julia recordó, casi a última hora, la mochila que había preparado rápidamente cuando salieron del Pomelo, hacía ya una eternidad -o más bien eso le parecía-. Conociendo que el camino se encontraba despejado, corrió a la cubierta a por ella  y se encontraba exactamente en el mismo lugar en el que había conocido por primera vez a aquel insistente infectado. Metió la mochila de tamaño mediano dentro de un par de bolsas plásticas que rebuscó en los cajones y saltó al mar junto con sus compañeros. 

Cuando llegó a la orilla rápidamente echó un vistazo a los alrededores mientras anudaba su pelo en una improvisada coleta. Estrechó los ojos tratando de aguzar la vista sobre aquella figura que se encontraba tumbada en la arena. Personalmente no se había mostrado muy partidaria de recoger a la gente que encontraban en su camino, así que más bien obvió la figura y se centró ahora en el chiringuito. -Yo quiero un teléfono, Internet o una radio. A ver si allí... - Dijo dirigiéndose ya al chiringuito con la esperanza de que hubiera alguna radio, siguiendo los pasos del inconsciente Cobos. 

Vas en dirección al chiringuito y pasas cerca de aquel cuerpo. A medida que te acercas te invade un fuerte olor a podrido y descomposición, a los pocos pasos cerca de aquel cuerpo, te das cuenta que es de un varón adulto, el cuerpo está como podrido, con girones de carne sueltos y heridas superantes, asqueroso. El sol ha quemado parte de su cuerpo haciéndolo aún mas grotesco si cabe. También te fijas como tiene una grave herida en la cabeza, como si alguien o algo le hubiera golpeado fuertemente.

En cuanto se acercó un poco al cadáver semitostado que estaba tumbado, contuvo una arcada y comenzó a temblar. Pese a haber visto cadáveres (casi todos en los últimos días) seguía sin acostumbrarse a ellos. Además aquel era especialmente asqueroso ya que estaba podrido y olía como el sobaco de un churrero. Cobos se dio la vuelta y se dirigió a todo el grupo, el cual tenía miembros que aun se estaban secando y dijo: - Este no se va a levantar. - Lo suyo sería taparlo con la toalla para cuando venga alguien a llevárselo. Cobos tenía la esperanza de que la policía y el resto de seguridad del estado estuviese aun operativa, pudiendo darle a ese hombre un entierro digno. - A ver si os la podéis traer. - Nadie había utilizado su toalla y con la que llevaba en la mochila le sobraba. Después dirigió su vista al chiringuito mientras esperaba que el resto le alcanzase. La verdad es que le daba un poco de mal rollo ir solo hacia allí.

Mi mandibula casi cae al suelo....- Una toalla.... ¿Quieres una toalla para tapar un muerto?... en serio... ¿Por que no lo cubres con tu horrorosa camisa?.- pregunto algo astiada.-Por si no lo ve tenemos otros problemas mas acuciantes y seria mas logico cubrirlo con arena para que el olor y las infecciones no probocaran epidemias pero claro, su mente comprende que la logica esta fuera de su razon, por tanto, si quiere una toalla consigasela usted mismo.

Un chiringuito!!... Seguramente tenga teléfono… Samuel solo podía pensar en saber algo de los suyos y que era lo que estaba ocurriendo. Habría salido corriendo hacia el chiringuito de no haber sido por la presencia de un nuevo cadáver. – Yo creo que Ana tiene razón, no es buena idea separarnos, por lo menos hasta poder averiguar algo más. – reforzó el comentario de su amiga.

Se acercó al cadáver dejando suficiente distancia con él. Sabía que esas cosas se movían con demasiada lentitud, pero no quería correr riesgos, y mucho as tras haber golpeado dos veces a uno de ellos sin ni siquiera conseguir que dejara de caminar hacia ellos. – Jorge, Julia, y alguno más, como por ejemplo Aaron, revisad por favor el chiringuito en busca de algo de comida, bebida, teléfonos y esas cosas. Todo lo que sea de utilidad será bienvenido. – comentó mientras no quitaba los ojos del cadáver. Alguien debía organizarles y, aunque Samuel no era el más indicado para ello dado que no se trataba de un líder, sabía que todos debían remar para el mismo sentido o habría problemas. – Diana, - comentó ya esta vez alzando la mirada hacia la muchacha. – es buena idea lo de cubrirlo con arena, aunque no sé si realmente resultará, pero algo debemos hacer. Ana, ¿nos ayudas?. – Podria pedir ayuda tambein a Roque, pero este último no parecía dispuesto a ser de demasiada utilidad, aun así lo dedico unos segundos siguiendolo con la mirada por si se percataba de lo que tenia en mente Samuel.

Observó de nuevo el cadáver para cerciorarse de que no se movía, incluso tomó una piedra de la playa y la lanzó sobre el cuerpo.

Roque miraba al resto del grupo con cara de asombro… -Joder, la que están liando por un puto cadáver y un chiringuito- …pensaba mientras se percató de la mirada de Samuel y de su intención, se señaló a sí mismo y acto seguido se dirigió al chiringuito negando con la cabeza… -¿Pensáis ir enterrando a todo el que veáis muerto?, por que posiblemente nos encontremos a algunos más, no creo que este sea una excepción- …dijo con paso ligero.

-Me parece bien lo de intentar contactar con alguien por teléfono o incluso buscar alguna señal por radio, seguro que el chiringuito tiene una, buscare también lo que nos pueda ser útil por lo que pueda pasar, ¡!pero demonios!!, de ninguna manera me voy a poner a echarle tierra encima a un muerto, simplemente para que no huela mal- …dijo cada vez mas irritado… -¡Ni que fuera a montar una puta tienda de campaña al lado suyo para pasar la noche!- …siguió refunfuñando el solo hasta el chiringuito.

Ya acercándose al chiringuito aún se le podía escuchar levemente… -y tú no empieces ahora…. Ya son mayorcitos para herir su sensibilidad, ¿qué te crees que son, monjitas?.... ya les estoy echando una mano…… pues que dejen de irritarme…. ¿con facilidad?, ¿te parece poco lo que ha pasado?...-

Vas en dirección al chiringuito y pasas cerca de aquel cuerpo. A medida que te acercas te invade un fuerte olor a podrido y descomposición, a los pocos pasos cerca de aquel cuerpo, te das cuenta que es de un varón adulto, el cuerpo está como podrido, con girones de carne sueltos y heridas superantes, asqueroso. El sol ha quemado parte de su cuerpo haciéndolo aún mas grotesco si cabe. También te fijas como tiene una grave herida en la cabeza, como si alguien o algo le hubiera golpeado fuertemente.