Partida Rol por web

El master le ha hecho una pregunta, y él conoce la respuesta. Es curioso, al registrarse en el censo de Umbría Island le preguntaron lo mismo...

¿Cómo habéis llegado a Umbría Island nuestra patria? -Pregunta el atareado goblin. Parece que no hay nada de lo que tenga más ganas que de despachar a aquellos novatos lo antes posible. Ya le han dado su correo electrónico, su edad y algunos otros datos personales, pero todavía queda alguna pregunta de rigor. En estos tiempos la aduana está colapsada, y ni los goblins dan abasto.

Darkhar aprecia con diversión al administrativo goblin, inquiriendo para sí mismo desde cuando este tipo de seres tenían la inteligencia suficiente para encargarse de tareas administrativas. De acuerdo que no es necesario ser un genio, pero cualquiera podría sospechar que el ser acabará devorando los papeles que firma. Acaba volviendo a la realidad al pensar que él no era ni mucho menos un experto para opinar sobre la capacidad de un goblin.

- ¿Que cómo llegué aquí, dices? Bueno, supongo que me tendré remontar a mis inicios, cuando yo era un joven idealista y apasionado... Eran días felices en los que yo me desapasionaba de los estudios para dirigir mis intereses a las magníficas aventuras. Bueno, en realidad me gustaban todos los géneros, pero la narrativa dominaba mi vida, sobre todo la fantasía y la ciencia ficción. Esto ya se veía claro en mi niñez, cuando despechaba los deportes para adentrarme en imaginarios mundos de propia invención con mis amigos. Sin embargo, no solo me limitaba a los libros. La presencia los ordenadores en mi entornos dispuso mi mente para este maravilloso mundo. En inicio eran pequeños y tímidos pasos en aventuras gráficas, o juegos de rol, aunque por entonces yo desconocía ese término, que me atraían como la luz a las polillas. El gran boom llegó con el océano de la red. En inicio, Pequeños sitios que se han desvanecido de mi mente como los recuerdos de mi niñez. La enorme metrópolis de MSN fue mi capital, y me movía en relación a ella. Pero no avancé hasta encontrar casualmente, callejeando por la pequeña ciudad de Nintendo, un mapa que me guió hasta el primer foro interpretativo en el que participé. Su nombre era Reino Hyrule, y fue mi hogar por años. Por supuesto, no paré de moverme, y explorar, más si bien mi alma siempre permanecía allí. Pero lo malo de estos maravillosos lugares es que suelen perder su esencia, los habitantes que se mueven por ellos. Ahora solo quedamos sombras, fantasmas que caminan sin hablar y a los que solo nos queda desvanecernos en la niebla matutina. Si bien esto no fue el final. Habitando en los maravillosos lugares de ese mítico reino, en su época de esplendor, conocí gente que me mostró las vías del rol en estado puro. La 3ª edición de D&D fue mi primera guía de viajes, y se convirtió en un dogma para mí y mi grupo de amigos, a los que he intentado inculcárselo cuanto he podido. Sin embargo, no soy muy buen alumno autodidacta, y no supe enseñar correctamente la magia del rol en ellos tan en el fondo como me ha llegado a mí. Sin embargo, sé que la semilla está plantada, y algún día germinara.-

El extravagante hombrecillo hace una pequeña pausa, dirigiendo su mirada hacia el goblin.- Espero que esté tomando nota de todo esto... ¿Por dónde iba? Ah, sí, mis inicios en el rol. He dicho que D&D fue mi primera guía, pero no por ello lleva la exclusividad. He procurado extenderme en todo tipo de artes del roleo, desde otros juegos de dados como Vampiro, hasta las miniaturas de Warhammer, pasando por juegos de cartas como Magic o Erase una vez. El ir recopilando tal vasto conocimiento me ha llevado años, o al menos la experiencia de estos. Acercándonos al descubrimiento de esta maravillosa isla se ha de constatar el descubrimiento de otro extraño y preciado saber: Paranoia. Su planteamiento me conquistó desde el primer momento, y me hizo pensar el iniciar una partida basándome en su sistema. Buscaba la más colosal, desternillante y mordaz aventura que pudiese existir en la red, y por ello me embarqué en las turbulentas aguas de Google. La búsqueda casi me lleva a zozobrar, pero de pronto, allá a lo lejos, divisé tierra. Me encontraba ante un paraíso, justo todo lo que había estado buscando. Una delicia para todo aficionado al rol, a la aventura, a interpretar, un compendio de todo lo que jamás se pudiese imaginar. Las Tierras de la Isla de Umbría.

Darkhar mira al goblin que da muestras de terrible somnolencia. Tras un par de toses poco disimuladas, el burócrata abre los ojos y observa al personaje que tiene en frente.

- ¿entonces viene de Google?

- Ehhm... sí, pero...

- De acuerdo. ¡Siguiente!

El goblin señala a un lado mientras observa un reloj de la sala cuestionándose cuanto faltará para el final de su turno.

El goblin se haya anonadado con aquella ingente cantidad de información. Cuenta con los dedos, confundido, antes de responder:

He de hacerte alguna advertencia. La primera es que en Umbría Island Nuestra Patria se utilizan las negritas para hablar, las cursivas para pensar y ambas juntas para susurrar. Ah, y el texto normal se usa para hacer cosas. Hay excepciones, por supuesto. Chemo, Oh, Nuestro Demiurgo Floripontente y Magnisciente no acepta que se le hable en negrita, pero por lo demás... ya sabes... es educación.

Ah, y has hecho otra cosa que me ha incomodado bastante. ¡Me has interpretado! Eso está muy feo. Hiciste que dijera una cosa que ni siquiera... bueno, sí, la pensaba, pero que ni siquiera sabías que iba a decir, oye. Aunque Chemo también es la excepción ahí. Lo llama puppeting, a eso de interactuar libremente con el entorno. Mira que es friki, ¿No crees?

El goblin se rasca la cabeza.

Tampoco está bien alargar el tiempo que ocupa tu mensaje, aunque puedes profundizarlo todo lo que quieras, y de hecho los posts extensos son una apreciada rareza en Umbría. Que vale, que así se avanza más... Pero es que no es lo mismo. Estás invadiendo el terreno de los demás... y eso es malo que ni te cuento. Por ejemplo, esto:

Media hora después, Darkhar todavía no había dicho nada.

¿Ves? Lo puede hacer cualquiera. Anota un par de cosas en su libreta, y se vuelve a los compañeros de Darkhar.

¿Y vosotros? Ipso Ratio y kalamardo, pone. ¿Cómo llegasteis a Umbría Island?

Ipso observa detenidamente todo cuanto ocurre a su alrededor y a los personajes que tiene en frente, al goblin y a los compañeros novatos. Se queda sorprendido de que Darkhar le diera una descripción tan meticulosa de su historia a un goblin, que probablemente no habrá comprendido ni el 10 % de lo que le ha dicho.

Mira a sus compañeros y les dice: Yo llegué aquí por error y por mi voluntad. Por error porque conocí el rol por error, siendo aún muy joven. Pedí un regalo de navidad, unas figuras de acción de guerreros medievales, y lo que me trajeron fue una caja con unos folletos y nos extraños dados. Así me inicié en el rol. Tenía años que no jugaba rol, pero ví una peli, The Gamers, que me recordaron mis días de rolero en la universidad y me plantié jugar nuevamente.

Ipso mira al goblin que aparentemente está esperando a otro novato para rellenar su formulario administrativo. Se adelanta y le dice al goblin:

"Me preguntaba por una isla donde se agruparan personas aficionadas a las aventuras, donde ocurriesen historias imposibles, y no tan imposibles. Así que fui al oráculo del Google, el cual me reveló la isla de Umbría".

Viendo que ya me toca el turno me levanto del asiento y me dirijo hacia el goblin de aduanas:

- Atente todo, mi nombre es Edwan - Giro un instante la mirada para saludar brevemente con la cabeza a al resto del grupo -. Sinceramente, he llegado aquí por culpa de un hacha muy grande, - Extiendo los brazos todo lo que dan de sí y digo en tono exagerado  - pero que muy grande! - Hago una breve pausa y prosigo mas calmado -  Bueno, también tiene que ver con unas cervezas de más  y la hija del un posadero ( y unas extrañas setas). Supongo que ya se lo puede imaginar maese goblin. Total, que mis pasos me llevan al puerto de Edge donde me hablaron de un lugar lleno de todo tipo de aventuras, gentes y curiosidades. Así que tomé el primer barco y aquí me tiene dispuesto a descubrir esta Isla (Oliendo a pescado que echaría para atrás hasta a una Sirena) – Asiento con la cabeza con una mirada un tanto perdida  -.

Edwan, entonces. -El goblin apunta algo en su libreta.

Bien, ya está. Ahora una guía rápida para viajar por Umbría Island. Si veis un goblin con un cartel, es un enlace. Sólo tenéis que tocarle para que os lleve a donde indica el cartel. Qué más. Ah, sí, los tutoriales son el dado de ocho de arriba. Señala al cielo nocturno de Umbría, donde levitan, alineados mágicamente, varios astros con forma de dados. Son muy sabios.

Más, más... Los foros. Cuidado con sin clasificar; es el único lugar de la isla en el que desvirtuar no está prohibido. Y... ¿Veis esos cuervos que vuelan en círculos? Son los administradores. La mano derecha de Chemo. Ah, bueno, Chemo es un espantapájaros con sombrero picudo que creó de la nada este lugar. Y bueno, luego están los capataces. Son como orcos enormes y rojos que hacen que nos mantienen... en nuestro sitio -Un escalofrío recorre su espalda. Para buscar partidas, id a ese barrio; el buscador de partidas, o a la calle "Partidas", en el foro, o al panel de corcho de la puerta principal, donde encontraréis las últimas partidas, como en vuestra ficha de usuario...

¡Ah, sí, se me olvidaba! -Saca unos cuadernos de debajo del mostrador. Estas son vuestras fichas de usuario. En cada página aparece una cosa; en la primera las novedades, en la segunda los mensajes, en la tercera las partidas... Deja de hojear, bastante aburrido, y se los pasa. Lo primero que veréis serán las normas; arrancadlas cuando las hayáis visto.

¿Alguna duda?

Cojo todo el material y con el dedo indice empiezo a buscar mientras susurro :

- normas... no.. normas... tampoco... normas?...

Pongo cara de paleto y comento al goblin:

- En nuestra ficha de usuario no encuentro el capítulo de normas, donde están?

El goblin abre, hastiado, una caja, saca de ella a otro goblin y le pone un cartel encima en el que pone:

Estas normas.

Levanto la cabeza y veo frente de mi, bien claro, un goblin con el cartel de "normas de la web". Rápidamente ubico donde se encuentra en la ficha de usuario. Si la tenia delante debajo de mi imagen, que poco me fijo. Doy al enlace sobre y leo las normas atentamente. Cuando acabo digo al maestro goblin:

- Ok, normas comprendidas, cuando queráis adelante.

Darkhar se lee cuanta información le ha otorgado el goblin. Ahora, cargado de conocimientos, se dirige al funcionario.

- Normas, tutoriales, ficha... Por mi parte, estoy listo para continuar. Cuando ustedes deseen, estaré a su servicio.- Lanza una sonrisa tímida a sus actuales compañeros y busca un sitio cómodo donde no moleste demasiado.

No hay dudas . . . por ahora.

Bien, bien... Viendo que la gente se amontona tras ellos, el goblin deja de aconsejarles.

Pasad, pasad, que no tenemos todo el día.

Se les abre la compuerta, y con ella la posibilidad de explorar Umbría Island a sus anchas. Las gentes son de lo más diverso imaginable: Las hay con pintas de vampiro renacentista, de mago chiflado, de jedai, de robot, de princesa... Y de variopintas mezclas de todo en general. Pero también hay personas perfectamente normales que llegan tarde al trabajo y no parecen darse cuenta de todo lo que les rodea.

Y los edificios son dignos reflejos de aquellas gentes. Los hay de todas las épocas pasadas y futuras y de todas las ficciones jamás inventadas.

- [Suspiro] - Madre mía! ¿por donde empezar? Me rasco la cabeza y abro bien los ojos ante tal abanico de posibilidades. Me dirijo a mis dos nuevos compañeros y comento :

- ¿Alguna preferencia? 

Ipso se encoge de hombros, y parece meditabundo.

Yo diría que necesitamos un mapa o una guía turística. Debemos decidir si queremos estudiar a las personas que habitan esta isla, los lugares en que habitan, su sistema de gobierno, la flora o la fauna del lugar, o si se quiere, el bestiario.

Ipso mira alrededor en busca de algún letrero con direcciones.

Ipso se queda viendo uno de los dados que gravitan en el cielo.

Mira Kalamardo, si queremos estudiar a los habitantes de esta isla, podemos recurrir al dado de diez caras. Allí podrás ver una listado de umbrianos según su procedencia. Incluso podemos interactuar con ellos por medio de ese dado. Pero quizás lo más interesante sea interactuar con los umbrianos por unos portales mágicos llamados "partidas". Por medio de esos portales entraremos a mundos fantásticos, pero tanto nosotros como los umbrianos tendremos otra identidad en esos mundos.

- Guau.

La gente. Los edificios. El paisaje. Un enorme compendio de culturas, un éxtasis para los sentidos, que daba forma a una algarabía caótica de formas y figuras. Esto es lo que recibió Darkhar al contemplar lo que se le mostraba tras las puertas abiertas. Ante ello se quedó maravillado mientras sus compañeros avanzaban y decidían que hacer. Al poco, sus sentidos volvieron a su cauce y se centró en la conversación.

- Quizá debamos pedir consejo al funcionario de la entrada sobre qué hacer... Hay tanto entre lo que elegir.- Tomando la iniciativa, Darkhar se dio asomó a la sala de la que acababan de salir.- Disculpe, una pregunta. ¿Qué nos recomienda hacer primero?

Tras todas la ideas comentadas por Ipso reorganizo mis pensamientos y le digo:

- Gracias Ipso, he visto las opciones pero aún no queda muy claro cual es nuestro siguiente paso.

Mientras escucho la propuesta de Darkhar y asiento con la cabeza.

Parece que el master tiene bastante prisa, así que no deja a los nuevos acabar su relato.