Partida Rol por web

Un antro extraordinario . . . o quizá no tan extraordinario. Pero nunca aburrido

Crede salió con tiempo de sobra para dirigirse al lugar donde tendría lugar su cita, El Rancor borracho. Intentó aparentar tranquilidad absoluta y se dirigió al transporte publico, allí se mezcló con todo tipo de gente, a decir verdad el olor de algunos de los pasajeros echaba para atrás.
De vez en cuando Crede echaba una ojeada intentando captar cualquier movimiento sospechoso, tan concentrado estuvo en ello que se pasó su parada, afortunadamente solo una, y gracias a que había salido con bastante tiempo logró llegar a su destino más o menos a su hora.

Se quedó plantado unos instantes en la puerta estudiando el lugar, desde luego tendría que tener cuidado, "Tal vez si que debería haber conseguido un arma." se dijo así mismo, pero esto no lo intimidó, Crede era un hombre valiente, había sido un oficial del imperio y un puñado de tipos duros y bichos raros no le iban a intimidar.

Allá vamos. Se dijo a si mismo antes de adentrarse en el lugar con paso decidido.

El Rancor Borracho... llevaba tiempo sin pasar por aquí, la verdad es que demasiado... los ultimos tiempos había estado demasiado concentrada en el trabajo, en viajar de un lado para otro, y en el capullo de mi ex como para dedicar tiempo para el ocio y para mi misma... Volver a pisar un local como este me trae buenas vibraciones, parace una señal, la señal de que se acercan tiempos de cambio, esperemos que para mejor... Aunque con el imperio volviendose cada vez mas estricto nunca se sabe... En fin, al menos lo tengo mejor que los alienigenas.

Tras un vistazo alrededor, me dirijo a la barra, donde veo a una joven atendiendo a la clientela, y me decido a cumplir estrictamente lo que me dijo Gus, aunque a mi manera... Sentandome en un taburete llamo la atención de la muchacha.

Ponme un Loco* por aquí por favor. Y hazme el favor de llamar a Pete, el encargado, tengo que hablar con el.

Tras ésto, mientras espero que lleguen Pete y mi copa, echo un vistazo alrededor para ver si localizo al hombre que tenía que buscar.

La camarera asiente a tu pedido, se aleja un poco y dice algo a un tipo que está en la barra preparando algo. Poco después deja tu servicio al lado del tipo que lo toma y llega con él en la mano, sonriente pero serio a la vez. La sonrisa más falsa y postiza que puedas imaginar.

Yo soy Pete.

Se detiene frente a ti, lanza un posavasos sobre la pulida barra de madera y deposita sobre él tu Loco. Después apoya ambas manos a los lados, con los brazos estirados y la mirada fija en ti. Su sonrisa "pegada" sobre la cara resulta incluso molesta, quizá sea esa su intención.

Correspondo a su sonrisa falsa con una sonrisa encantadora y le digo simplemente:

¿Qué hay Pete? Vengo de parte de Gus, supongo que ya sabes por que...

Sin alterar su sonrisa ni un ápice entrecierra un poco los ojos, te examina de arriba abajo y finalmente se aleja con paso rítmico hacia el fondo de la barra sin decir nada.

Poco después reaparece con un paquete que lanza sobre la barra desde un par de metros de distancia pero parece tener perfectamente calculada la trayectoria, el deslizamiento, el peso y la velocidad. El paquete, que parece pesado, se detiene a apenas dos centímetros de tu Loco. Aún con la esperpéntica sonrisa fijada hace un gesto de asentimiento hacia ti y vuelve a lo que sea que estuviera haciendo.

En el paquete cuidadosamente envueltos encuentras una llave de speeder, un pequeño blaster y una nota de Gus:

Cita nota de Gus:

Crede abre la puerta y pese a que aún no ha dado un paso dentro una vaharada de ruido y calor sale a recibirle, atrapándole como los tentáculos de un kraken espacial. Al menos no hay un gorila controlando el acceso, en cuanto da unos pasos y penetra parece cambiar a otro mundo, uno fuera de Corellia y situado en esos antros marginales como Tatooine, Ord Mantell o Nar Shadaa.

La iluminación queda en ese indefinible punto entre escasa y suficiente para no tropezar. El volumen de la música es moderado y sin embargo el ruido ambiental es tremendo. No ensordecedor pero sí fuerte. Hay varias decenas de seres en el local, de todos los tamaños, razas, especies, sexos y condición que pueda imaginar.

El Rancor borracho es grande, muy grande. Tiene una larguísima barra en U que va casi desde la entrada hasta casi el fondo y regresa por el otro lado del local hacia la puerta de emergencia. Una vez que se llega más adentro de los 10 primeros metros se ensancha y pueden verse mesas y sillas, zonas de juego, mesas de sabacc y de pazaak, algunos discretos compartimentos y al fondo de todo el escenario a un lado y el ring al otro. El ring resulta mucho más espectacular pues está rodeado por una verja metálica que lo cierra convirtiéndolo en una jaula. Tanto el escenario como el ring permanecen todavía en la penumbra, sólo un foco ilumina el centro de la jaula, como indicando que esa noche será allí donde se concentre la actividad.

Entre los clientes del bar hay de todo, desde exuberantes bailarinas twileks hasta algún wookie, pasando por uno que debe ser arkaniano. Incluso puede verse un grupo de balosar, con sus antenas u orejas extendidas.

Maldita sea Gus... debías saber que tengo mis propias armas y sé como ocultarlas, al darme otra me pones en un compromiso... ¿Estará lo suficientemente bien oculta?

Cuando cogí el paquete y subí a ver el speeder, aproveché para ocultar el blaster en la espalda, aprovechando pantalón y chaleco para camuflarlo lo mejor posible en mi persona.

Tras comprobar que está todo en orden con el speeder vuelvo a bajar y busco una buena mesa, próxima al pasillo del baño, lo suficientemente discreta para no llamar la atención, pero que me permita controlar la entrada. Tras un rato, con mi Loco casi terminado, veo como por fin entra el cliente de Gus. Le veo como echa un vistazo alrededor, estudiando el lugar, y espero a que su mirada pase por la zona en la que estoy sentada, momento en que me muevo un poco a la zona mejor iluminada y le hago un discreto gesto con la mano para llamar su atención, sin levantar sospechas en el resto de la gente.

Tras un rato, con mi Loco casi terminado, veo como por fin entra el cliente de Gus. Le veo como echa un vistazo alrededor, estudiando el lugar, y espero a que su mirada pase por la zona en la que estoy sentada, momento en que me muevo un poco a la zona mejor iluminada y le hago un discreto gesto con la mano para llamar su atención, sin levantar sospechas en el resto de la gente.

Tras entrar en aquel antro, lo primero que llamó mi atención fue aquella jaula, sin duda sería mucho más prudente mantenerse lejos de ella.
Después me llamó la atención aquella cantidad de seres, me fascinaba, aunque sin duda aquí estaría la representación más baja de cada una de estas razas.
Empece a moverme lo mejor que supe, intentando no llamar la atención ni destacar, no quería tener problemas, entonces algo captó mi atención, una mujer me hacía un gesto para que me acercase. Me pilló por sorpresa, ¿sería que mis increíbles dotes de seducción estaban funcionando?, enseguida me quité esa idea de la cabeza, era imposible, no tenía pinta de mujer de pago y yo no era tan bueno ligando. Finalmente decidí acercarme a ella discretamente, y sin tenerlas todas conmigo le dije:

Señor Sal-Solo gana usted mucho en persona. Añadiendo una sonrisilla.

      Parece que he conseguido captar su atención, pues mira hacia aquí, aunque parece algo extrañado... Finalmente se dirige hacia donde me encuentro, asique me levanto de la mesa para saludarle. Cuando llega, se dirige a mi con unas palabras que por poco no me hacen reir.

"Señor Sal-Solo gana usted mucho en persona."

       Correspondiendo a su sonrisa, extiendo la mano para presentarme:

Hola, soy Kira. Gu... el Señor Solo me ha enviado para recogerte... - Señalo la mesa en la que estaba sentada con mi ya casi acabado ''Loco'' - Por favor, sientate, tenemos que esperar al momento justo para ir a buscarle, cuando yo te lo diga, sigueme rápido... Mientras llega el momento, si te parece, podemos charlar un poco y quizá tomar algo...

Después del correspondiente apretón de manos me senté junto a aquella joven, la cual decía trabajar para Sal-Solo, dado que no tenía motivos para desconfiar de elle decidí sentarme a esperar. Preferí no pedir nada de beber, no sabía como una reunión de negocios podía acordarse en un sitio como aquel, ni porque debía seguirla rápidamente cuando me diera una señal, ¿nos estaban vigilando? que locura, mi cerebro como siempre analizaba todos los datos lo más rápido posible, aunque aquello no tenía demasiado sentido, así que ¿para que darle más vueltas?

Disculpa por no presentarme, supongo que sabes mi nombre, pero, Crede Manhor, encantado, y, ¿como ha llegado una chica como tú a un lugar tan encantador como este? Dije mirando de reojo la jaula, la cual no perdía de vista.

En tanto os presentáis* y charláis el local se va llenando rápidamente. Al parecer se acerca la hora del espéctaculo porque la mayoría de clientes se agolpa cerca de la jaula - ring. Pronto es una multitud vociferante la que espera el comienzo, como si fueran a ver la mejor actuación de la galaxia.

Dentro del bar cuesta entenderse debido a la cacofonía generada por decenas de voces de distintas especies. Además varias de las razas presentes son respiradoras de nitrógeno y sus máscaras dejan un rastro de olor que se mezcla con el ya abigarrado aroma inherente al lugar. Sin llegar a resultar irrespirable sí resulta costoso oxigenarse adecuadamente. Para un humano normal este ambiente puede resultar levemente intoxicante. No puede ser peligroso pues hay muchos humanos junto con el resto de alienígenas pero quizá vengan precisamente por eso. Se puede conseguir un buen colocón sin consumir nada.

Dentro de la barra trajinan tres camareras y Pete, el encargado. Apenas visible, bien disimulado en la oscuridad detrás de la barra vigila como un halcón un . . . ¡Ithoriano! La raza más improbable a priori para ser guardia y sin embargo, ninguno de los clientes parece tomarlo a broma.

      Tras la presentación, pido una Ardees y depositando en la mano de la camarera el pago, me siento para charlar mientras esperamos. Crede, que así se ha presentado, parece nervioso y no le quita ojo a la jaula... ¿Por qué será? ¿Habrá estado en alguna prisión? Pero su pregunta, supuestamente inocente, quizá incluso un intento estandarizado de iniciar un ligue, ensombrece mi animo y detiene mis divagaciones... "¿Cómo he llegado hasta aquí?". Es una buena pregunta, sin duda... A medida que los ultimos dias vuelven a pasar por mi mente, mi rostro se ensombrece más y más, y mi expresión comienza a reflejar un odio intenso... Me repongo justo a tiempo con un trago de Ardees, y encendiendo un cigarrillo, trato de recomponer el gesto y dedicarle una media sonrisa mientras le ofrezco uno extendiendo el paquete:

Qué... ¿Pensando en participar? - Pregunto, haciendo un gesto con la cabeza en dirección a la jaula - En fin... terminar aqui... circunstancias de la vida Crede... una nunca sabe donde le van a llevar los acontecimientos, nisiquiera cuando crees tener tu vida en orden y bajo control... Pero hablemos de otra cosa, si no te importa, por ejemplo, si no es mucha indiscrección... ¿A qué te dedicas? ¿Qué es eso que te hace tan interesante para que Sal-Solo ponga tantos medios para una reunión contigo?

Cuando me ofreció un cigarrillo enseguida lo rechacé, por lo general rechazaba una gran mayoría de hábitos perjudiciales para la salud, lo cual hizo que aquel ambiente tampoco me sentara muy bien, no estaba acostumbrado a aquello.
Al ver la respuesta de la chica a mi pregunta me sentí un poco mal, no había sido muy acertada, la había lanzado para matar un poco el tiempo y no había pensado en que tipo de vida habría llevado.

Cuando Kira terminó de hablar le respondí a sus varias preguntas intentando ser lo más tranquilizador posible y midiendo mis palabras, la verdad es que también había temas que prefería dejar.

No me entusiasma demasiado la violencia, y ese lugar no me da muy buena espina. Dije mirando la jaula. Bueno, lo siento si fui indiscreto, la verdad es que no sabría decirte a que me dedico ni como he acabado aquí. Creo que voy descubriendo mi oficio sobre la marcha. Dije lanzandole una pequeña mueca.

Intercambiáis durante unos minutos vuestros nombres y algunas palabras superficiales. Cuando la conversación puede ponerse interesante sobre qué habéis hecho en vuestras vidas antes de llegar aquí el encargado, Pete, se acerca por la barra hasta vuestra altura con un micrófono en la mano y la sempiterna sonrisa en la cara.

Señoras y señores, gentes de toda la galaxia, tengo el gusto de presentar esta noche un espéctaculo único e irrepetible [pueden oírse algunas risas y comentarios soeces] irrepetible hasta que nosotros volvamos a organizarlo claro. Hoy veremos sobre el ring una desigual pelea, nada menos que DOS luchadoras de renombre se enfrentarán a nuestra invicta campeona.

Recibamos con un fuerte aplauso [justo entonces su mirada se topa con un seloniano que le mira sorprendido. Nadie ha visto aplaudir a un seloniano jamás] o como les parezca a las valientes SAYA y SELMA. Cuando dice esto se ilumina la jaula y en ella entran desde un lateral dos bellas y vistosas twileks, ligeras de ropa y saludando a todos los presentes. El rugido que las recibe es estruendoso.

Esta noche se enfrentarán a nuestra campeona local, invicta tras catorce combates en el barro, veterana de cien cantinas y tabernas, la inigualable GUSI [ese nombre hará girar la cabeza a Kira sin duda. Podrá ver como el hierático Pete le hace un gesto con la cabeza, como asintiendo a la muda pregunta que pasa por su mente]. Si el anterior recibimiento fue caluroso este provoca un temblor en todo el local que amenaza con hundirlo. Todos se ponen en pie, chillan, gritan, aporrean las mesas de plastiacero, se golpean las piernas, aplauden o saltan al recibir a una enorme matrona cereana.

      Cuando Pete sale con el micrófono, centro mi atención en el. No puedo evitar una mueca, parecida a una sonrisa, al ver como mira al seloniano tras su petición de un aplauso... Pobre seloniano, convertido involuntariamente en el centro de atención durante breves instantes... Cuando aparecen las dos Twi-Lek, algo en mi interior se revuelve... La maldita obsesión de los hombres por un cuerpo esbelto, el local va a inundarse de saliva en los proximos momentos, seguro... entonces Pete presenta a la siguiente luchadora... un segundo... los ojos se me abren ligeramente con sorpresa: ¿¡Gusi!? ¿Es esa la clave? Que ingenioso Gus...

     Ante el disimulado asentimiento de Pete, echo un vistazo alrededor para cerciorarme de que nadie nos vigila, y me levanto rápidamente. Tomando del brazo a Crede, le insto a tomar con presteza el camino de los servicios:

Vamos amigo, esa es la señal. Ahora iremos a reunirnos con el señor Sal-Solo, espero que no te den miedo las altas velocidades, porque no soporto conducir despacio...

En cuanto os levantáis y os dirigís al fondo observáis que junto a la jaula se está gestando un altercado. Veis a un cereano, sin duda fan de la luchadora, que vocifera algo en su idioma bastante enfadado. Entretanto Pete sigue presentando el espectáculo.

En la esquina del escenario Franky admite apuestas como es habitual. Se pueden hacer apuestas por Saya, por Selma, por ambas o por Lusy.

Entonces el cereano parece calmarse por un momento pero con sus gritos y bruscos movimientos ha derramado algunas bebidas, entre otras las de un wookie. Este le ruge algo que pocos serían capaces de comprender. El volumen de gritos, rugidos y gestos amenazadores va en aumento a ritmo vertiginoso.

La voz de Pete, sin perder la sonrisa,  empieza a elevarse desde la barra: Señores, mantengan la calma. Tranquilidad. CALMA, CALMA.

Justo cuando llegáis a su altura comienzan los empujones y puñetazos.