Partida Rol por web

Nada más salir de la tienda y ver a Hamakok y el tipo metálico, me fundí con las sombras por instinto. Prefería escuchar lo que se tuvieran que decir a una distancia prudencial.

Brisa se acercó hasta ellos tranquila y las respuestas de Guinzo eran las que esperaba. ¡Qué tipo más aburrido!

En un momento en que se descuidaron y las atenciones se centraron en Hamakok dejé las mochilas que yo llevaba junto a las otras de Brisa y volví a desaparecer. 

Cuando extendieron los mapas encontré un árbol cercano desde el que poder observarlos subida cómodamente a una rama. Los mapas no eran lo mío, pero total, no había nada mejor que hacer, a parte de mover la cola distraídamente de un lado a otro...

"Ni idea, la verdad. Imagino que tendremos que improvisar un poco y estar atentos al entorno, rastros... el tipo de cosas que no se me dan demasiado bien", contesto mientras examino el mapa con un interés que no tarda en esfumarse. "Puede que no seamos los primeros en llegar, un sitio como ese puede convertirse rápidamente en un refugio si no eres muy exigente para escoger cama y te dan igual las goteras. Y hay que contar con que entrar de cabeza por la puerta principal es, sin duda, una mala idea. Pero no creo que vayamos a encontrar una puerta trasera con la llave debajo del felpudo, desde luego."

- Para eso me habéis contratado... - respondió Brisa absorta en el estudio del mapa.

    Villtur asintió en silencio mientras veía lo que tomaba la clériga, aunque hizo un alto al ver como extendía las manos hacia las pociones, aunque en aquel preciso instante no eran requeridas, el alquimista de la compañía había sufrido un percance y los había "abandonado", algo que expuso con un tono nuevamente inquietante que hizo que únicamente pudiera llevarse la mitad de las mismas. Con la bolsa casi llena, estaba lista para abandonar el lugar.

    El hobgoblin se aproximó a cerrar de nuevo el pequeño almacén y la chica se giró para reunirse con el minotauro cuando... Un traspiés la llevó de bruces al suelo, la penumbra la había traicionado y la había hecho tropezarse con algo tratando de alcanzar la salida, afortunadamente, los reflejos felinos del trasgo impidieron un mal mayor tomando la bolsa salvando así a los viales que había cargado a sus espaldas. Ya recuperada la verticalidad, Vanielle pudo ver el causante del accidente, se trataba de una especie de bastón viejo y desgastado en el que no había prestado atención cuando entraron, aunque lo más seguro es que ni si quiera lo hubiera visto.

   Aunque ahora, visto de cerca, algo en su remate la llevó a afinar sus sentidos. El pomo estaba decorado con un icono ciertamente familiar, dos manos cruzadas y unidas por la base por cordeles, la mayor parte de la pintura y el barniz había desaparecido pero todavía se intuían los colores blanco y rojo en las escasas zonas coloreadas que habían resistido el paso del tiempo.

    -No es más que una antigualla, ni siquiera se que hace aquí, deberían de haberlo usado de leña hace tiempo. Probablemente lo haga ahora.- Sentenció con voz ronca el trasgo preparado para devolver a la chica la bolsa y a recoger el cayado.

    Ante los ojos del resto parecía evidente que Brisa se dedicaba a buscar simplemente el mejor camino para alcanzar su meta, algo que no podía levantar sospechas, aunque no era lo único que deseaba hallar. Tras un rápido análisis la primera parte se había completado, parecía que la ruta no tenía muchas opciones salvo que quisieran ponerse originales, el camino más directo consistía en tomar el desvío de la calzada real de la salida Este de puerto Victoria para seguir por un sendero atravesando el bosque hasta llegar a las llanuras donde ya deberían de poderse guiar a simple vista por la ubicación de la colina. Pero claro, estaba el tema de los posibles asaltos de bandidos.

    Brisa sabía perfectamente de que banda se trataba, Kubard "La tormenta negra" él y sus "relámpagos" habían sido un quebradero de cabeza para la guardia el último año, se decía que atacaban las rutas comerciales y se ocultaban en algún punto que debía de encontrarse por donde ellos pasarían. Él era un semielfo renegado con alrededor de una veintena de secuaces que lo seguían, en su manera de actuar se centraban más en el asalto directo, dejando rara vez supervivientes sin prestar atención a la condición social, ya que nunca habían pedido rescate (de hecho se los creía responsables del asesinato del sobrino del gobernador de Puerto Victoria semanas atrás, lo que había provocado que se estuviera empezando a formar una fuerza para erradicar el problema, aunque no antes de su viaje). Tratar de averiguar la ubicación exacta del campamento era una apuesta a la desesperada, en el mapa no había nada destacable en medio de la foresta más allá de una pequeña loma en un recodo del río no muy lejos de por donde pasaba una viejo camino usado por los pastores en el pasado, camino que ella conocía pese a no estar registrado allí.

    Obsevando con más detalle, percibió que también había algunas otras pequeñas inexactitudes, nombres alterados o emplazamientos mal localizados, desde luego no importantes para su viaje, pero lo suficiente como para tratar de comprender el por qué de aquello ya que, dada la calidad del mapa, esos errores no tendrían que haber estado. Entonces lo comprendió, aquel mapa no era reciente, debía de tener por lo menos más de cincuenta años, y pese a ello estaba de una pieza con la salvedad de algún reborde carcomido. Entonces dirigió su vista hasta Järub, el lugar donde se encontraba la torre, donde percibió un peculiar destello apenas perceptible ¿Una marca de agua? Con aquella luz solo la captaba parcialmente, haciendo imposible identificar lo que fuera que hubiesen codificado allí.

    La exploradora comenzó a estudiar a conciencia los distintos mapa, aunque para ello debía de comenzar con el de mayor escala, aquel que incluía la zona que abarcaba desde el punto en el que se encontraban hasta el monte al que se dirigían. Brisa corrió a señala el punto nombrado como Järub, aquel al que Mal'Evar los había encargado llegar, para después iniciar un estudio más generalizado. Para un profano en la materia, aquello no parecía algo demasiado complicado, sabiendo donde se encontraban y a donde dirigirse, su principal problema debería centrarse en evitar accidentes geográficos que pudieran entorpecer la marcha sin alejarlos en exceso de su destino. Pero la montaraz de piel azulada parecía estar tratando de identificar algo más, lo que la llevó estar por varios minutos con su total atención centrada en el mapa.

    Oculta a la vista de todos, Nayle se había subido a una vieja haya que los hombres de Malk'Evar habían respetado pese a encontrarse en el interior del perímetro de su campamento. Desde las alturas y la lejanía se podía sentir como una observadora ajena a lo que acontecía, la aparente seriedad inquebrantable de Gu1nz0 y el extraño juego que se traían entre ellos el tiflin y la genasi. Pero su diversión no duró mucho, en una muestra de profesionalidad, la exploradora pidió los mapas y se centró en su estudio, una labor tediosa y pesada pero necesaria.

    Los dedos de la joven atravesaron montañas, bosques y caminos, que bien podrían llevar semanas recorrer, en cuestión de segundos. Aunque cuando por fin se detuvo, pareció que su vista regresaba hacia Järub, la colina en la que se encontraba la torre. Algo no parecía cuadrar, Nayle no estaba segura, pero un destello azulado muy tenue parecía formarse en la parte dedicada a la colina.

-¡Miaaauuu! - sono la excmamación de sorpresa de la Tabaxi sobre la rama donde estaba cómodamente tirada lamiéndose la zarpa izquierda.
>>¿Lo habeís visto? Esa... no sé, era como un brillo muy tenue en el mapa, en la zona de la colina donde debe estar la torre... tenía forma... como... de runa, creo. ¿Lo habéis visto?
Ahora su curiosidad felina estaba entregada a la misión. Prometía ser una excursión interesante si ya empezabamos con las cosas raras.

¿La ha visto desde ahí arriba? Buena vista tiene la gata... ¡ Cuidado ! ¿Qué más habrá visto?

Brisa señaló al brillo que ella también había visto, pero que no había podido interpretar.

- No puedo verla bien, necesito más luz... o algo - exclamó la muchacha un tanto contrariada. Fijaba su vista en el esquivo brillo. - ¿Puedes bajar a echarnos una mano y dibujarla si tú la ves bien?

Brisa esperó la respuesta de Nayle, mientras intentaba acercar la luz de las antorchas a la mesa, pero cuidando mantener la distancia para no estropear los mapas.

 -Esperad.

Aquel bastón... Aquel bastón tenía algo que estaba hablándole directamente al alma. Y cuanto más lo miraba, más segura estaba de que aquel trozo de madera estaba consagrado por entero a Ilmater. Porque el símbolo podría haberlo grabado cualquiera, pero el aspecto general que tenía, destartalado y viejo, era una oda a los principios de su deidad. Un bastón nuevo y reluciente no representaba el mensaje de Ilmater ni la mitad de bien que aquella reliquia.

 -Si os parece bien, deseo quedármelo. Yo le daré un mejor uso que alimentar un fuego. Y si es necesario, cortaré la leña que haga falta para suplir la falta de este bastón.

No lo había encontrado por casualidad, de ninguna manera. Su dios se había encargado de señalarla aquel objeto por una razón. Y ella se encargaría de atesorarlo hasta descubrir qué papel cumplía en el esquema del universo.

    Villtur arqueo la ceja de su ojo sano ante la respuesta de la clériga, pero de inmediato perdió el interés y se giró con acritud, si ella deseaba perder el tiempo con aquella ruina era decisión suya, ya se arrepentiría cuando se torciera un tobillo o cayese de bruces al suelo cuando tratase de apoyarse en ese pedazo de madera apolillada subiendo por una colina. Sin más que decirse el uno al otro, abrió la entrada y espero a que Vanielle pasara mientras con la mano libre apagaba la lampara de aceite para dejarla adentro antes de retirarse.

    -Listo.- Fue todo lo que Villtur necesitó para anunciar a Gaidar que estaban de regreso. -Regresemos con el forjado para que podáis salir, mañana uno de mis hombres os hará entrega de las monturas con las provisiones y todo aquello que me digáis.-

    Tras ello, el hobgoblin deshizo el camino andado hasta llevarlos de vuelta al lugar del que habían venido en primer lugar.

    En cuestión de un par de minutos volvieron a localizar al grupo, Hamakok ya había vuelto y se encontraba junto a Gu1nz0 rodeando a Brisa, quien a su vez se había inclinado sobre una mesa en la que parecía haber extendido algo que examinaba con gran interés.

    Ignorando la proximidad de los tres, la voz de Nayle rompió el silencio, a causa de la distancia no lograron comprender muy bien lo que decía, pero gracias a su intervención lograron localizar a la tabaxi recostada sobre la rama de un árbol próximo que la permitía observar a los otros tres desde las alturas. Lo cierto es que de no haber hablado habría sido casi imposible detectarla, su piel oscura y postura la permitían fundirse casi a la perfección con las sombras nocturnas allá donde no podía ser alcanzada por el fulgor de las hogueras.

    Ante su comentario, Brisa levantó la mirada para responderla, parecía que la estaba pidiendo que repitiera algo relacionado con lo que acababa de decir.

Al escuchar las palabras del hobgonlin sobre el cuido de sus armas y su comparativa con algunos de los factores mas importantes de la navegación el minotauro no pudo mas que entender al instante, luego mientras espera simplemente saco la piedra de afilar y el aceite y dedicarle un rato al filo de 1 de sus armas, solo probando la piedra y evaluando su calidad...

Al volver con el resto del grupo y verlos ya reunidos, asintió a G1nz0 a modo de "no paso nada", pensaba que tendría que cargar algo al menos pero ni eso, realmente solo fue a hacer bulto...

Observo a la oscura figura montada en las alturas y solo le dijo, Es verdad que todos los gatos caen de pie? soltando una fuerte risotada, con una sonrisa en el hocico... Luego se acerco y gracias a su altura procedió a observar por encima de la cabeza de los demás, lo que se extendía sobre la mesa...