Partida Rol por web

La alarma sonaba un día más, con la pequeña diferencia de que hoy David se despertaría sabiendo que en unas horas tendría su entrevista de trabajo... Aunque quitando eso, aquello era un día como otro cualquiera. Fuera como fuera aquella entrevista, no cambiaría demasiado su vida, pues aún teniendo un salario suculento, tenía mucho apego a aquella casa tan grande que recibió como herencia, además de ser la casa en la que se crió.

Era una casa bastante grande, con dos pisos y sótano. En el piso superior se encontraba la habitación en la que ahora dormía David, un baño y una habitación de invitados. En la planta baja se encontraban la cocina, dos baños, un comedor, una sala de estar y un recibidor. Por último el sótano lo usaba de trastero... Aunque aún habían algunos trastos que había dejado su padre.

El día empezaba y era el momento de decidir que hacer a continuación.

Tan pronto como abrió los ojos, esta vez, David se incorporó de la cama de un tirón. Recordaba con claridad una vida pasada, una en la que nada menos que su mejor amigo le había asesinado. Una en la que su escritor favorito le acompañaba cual terminator, ayudándole a intentar encontrar el libro. ¡El libro que tenía que traducir, que era mágico! Sí, todo le sonaba a un fantasioso sueño, y en ocasiones normales lo primero que habría hecho es escribir todo lo que recordaba en su diario de sueños, para utilizarlo de material de escritura.

Sin embargo aquella vez fue diferente. Sentía, sabía, que aquel sueño no era un sueño, que lo que recordaba había pasado de verdad. Así que corrió a ver el agua del váter, donde vio por primera vez aquellos mensajes de sus vidas pasadas... ¿Pasaría otra vez?

Tras mirarse en el agua del váter, pudo ver como su reflejo, antes de recibir la meada matutina, le hablaba.

¡Justo como había supuesto! El sueño había sido verdadero... Ahí estaban los mensajes de sus otros yo... ¿Y ahora qué? ¿Vendrían los matones de Malcolm a matarle, Vincent a rescatarle? ¿O tal vez de eso ya se habría encargado otro de sus yoes? No sabía bien cómo funcionaba aquello. La única constante que tenía era Vincent... Decidió arreglarse rápido y buscar su número de teléfono en internet, tendría una oficina o algo a donde pudieran llamarle...

Si le atendía una secretaria, le diría algo así como: "Dígale que soy David W. Seehan..."

Efectivamente una secretaria contestó al teléfono. - El señor Banes se encuentra reunido con la dirección de la empresa, por favor, llame en otro momento. - entonces colgó. ¡Qué maleducada la recepcionista!

¿Dirección de la empresa? ¿Significaba que ahora no era Malcolm sino Vincent Banes el dueño de la empresa? ¿O sería otra empresa? No tenía ni idea, pero oye, ya era un cambio. Con un poco de suerte no aparecerían matones en su casa para asesinarlo. Tenía unas horas antes de la entrevista, que NO quería perderse. Pero ya de la otra vida recordaba cierta curiosidad por qué trastos habría en el trastero. Quizás echar un vistazo y limpiar un poco le ayudaría a aclarar sus ideas... Quién sabe, quizás encontrara algo útil para una próxima vida, o probablemente no... Y estaba el asunto del LSD. ¿De dónde rayos iba a conseguir LSD ahora? ¿Tal vez la empresa se lo suministrase? Ay madre, no parecía una buena idea, pero era el último mensaje de su yo anterior...

¡En fin! ¡Lo primero era lo primero! ¡Quitarse el gusanillo de la curiosidad! ¿Qué habría en el trastero? ¡Hora de limpiar! Pero atento a la hora, David, ¿eh? Lo último que queremos es que te pierdas la entrevista.

David empezó a rebuscar a ver que encontraba. Allí habían cosas la mar de interesantes, entre ellas los álbumes de fotos de su madre, las botellas de Whisky de su padre, bastante añejadas ya... Y polvo, mucho polvo. Pero entre todo aquél polvo, había algo interesante, la caja fuerte que llevaba allí... A saber desde cuando.

Su padre y su madre nunca le dijeron la combinación, por lo que era imposible que David supiera la combinación, al menos no era posible que la supiera de una forma lógica.

-Sótano. Cinco Ocho Uno Seis.-... David probó esa combinación. ¿Sería esa? David había pensado en un primer momento que se referiría al sótano de la empresa, ¡no al suyo! Pero quizás... ¿se refiriera el mensaje a su sótano? ¿Qué habría dentro? ¿Más fotitos? ¿Tarjetas de crédito? ¿Un testamento? Ojalá hubiera ingentes montones de dinero con el que comprar LSD.

...Qué rara era la vida. Jamás se habría pensado que estaría pensando justo eso, en encontrar dinero desesperadamente para comprar LSD.

Tras poner la combinación, David abrió sin esfuerzo la caja fuerte. Dentro había una PDA, la encendió y rápidamente algo hizo click en su cabeza, recordando todas sus vidas de golpe. - ¿Lía? - preguntó, esperando respuesta por parte de aquella extraña amiga que había hecho a través de la PDA.

Ah, mierda... Uh... ¡Cierra la caja! ¡Cierra la caja! Me he equivocado... no me acordaba de esto...

Eh... Está claro que no eres Lía... - dijo con gran decepción tras leer la respuesta que le acababa de dar ese tal "Anthur". - No... Osea... Cerrar la caja fuerte no va a hacer que me olvide de todo...

Vale uh... cómo resolvemos esto... ¿Jugamos a las adivinanzas?

Veo veo... ¿Qué veo? Una cosita... empieza por L y termina por SD...

...A saber qué estarías pensando para querer drogarte para traducir. ¿Te parece bonito? ¡¿Eh?!

Yo... Eh... - David empezó a sudar, con cierta vergüenza. - Jo tío, que no lo he dicho yo... Lo dijo Sally. ¡Ella tradujo el libro así! - comentaba ahora con cierto enfado, ya que realmente no era culpa suya tener que poner ese mensaje.

¡No fastidies! ¿Sally puede dejar mensajes en tu mural del alma? ¡¿Quién más puede dejar mensajes aparte de ti?! ¡Oh! ¿Sally no era tu ex? No fastidies que ella también recuerda otras vidas... ¡chico qué poca exclusiva que tienes! Y hablando de recordar, puede que a ti se te haya encendido la luz y recuerdes ahora todas tus vidas pero yo estoy más a oscuras que la era de las cavernas cuando no tenían ni para antorchas. Ahora que recuerdas tus otras vidas dime, ¿hay algo que deba saber? Por ejemplo, ¿cómo muriste la última vez? ¿Por traducir sin el maldito LSD?

En fin, llévate la PDA chico, y ponte en marcha. Tenemos trabajo que hacer, droga que comprar... ¡libros que traducir! Bueno, yo no, tú. De hecho yo me voy como en una semana. Lo que en tu mundo equivale a... um... cuando te mueras. Más o menos.

¡No! No... Que Sally me explicó como traducir un capítulo... No que ella pusiera el mensaje... - decía suspirando y con cierta pena. La verdad es que aquél tipo estaba siendo la mar de agresivo. - Yo... Morí de viejo la última vez, rodeado de mi mujer, hijos, nietos y de mi buen amigo Banes... Nada que destacar la verdad...

Aquél tipo de la PDA parecía molesto por algo y David no sabía por qué. - Jo tío... Va... Vale. Vamos a la empresa... _{Echo de menos a Lía...} - y con ese murmuro partió hacía la empresa.

Al llegar, David aún tenía unos minutos libres, aunque podía subir directamente a la reunión si así lo deseaba.

¡Bueno! ¡Pues se acerca tu séptima entrevista! ¡O la octava! No sé, pero seguro que es pan comido para ti. ¡Mucha suerte de todas formas! Recuerda no estar pendiente de la PDA hasta que termine la entrevista, porque no sé, es de mala educación y eso. ¡Pues nada David! ¡Si tuviera brazos, te pegaría un empujón! ¡Dale caña!

Al llegar a la entrevista, en el piso doceavo, allí estaban Banes, J.J y al lado de esta, la bruja de la empresa. David entró tímidamente en la estancia. - Ho... Hola chicos. ¿Nos llevamos el libro Banes y yo ya?

Banes miró sorprendido al chaval. - ¿Lo recuerdas todo? Extraño en ti, amigo mío.

Si verás... Es que... Volví a conseguir la PDA... Pero esta vez hay alguien mucho peor al otro lado... - sacó la PDA y se la mostró a Banes. J.J y la bruja sintieron gran curiosidad y se acercaron a verlo también.

¡HOLA!