Partida Rol por web

La alarma sonaba un día más, con la pequeña diferencia de que hoy David se despertaría sabiendo que en unas horas tendría su entrevista de trabajo... Aunque quitando eso, aquello era un día como otro cualquiera. Fuera como fuera aquella entrevista, no cambiaría demasiado su vida, pues aún teniendo un salario suculento, tenía mucho apego a aquella casa tan grande que recibió como herencia, además de ser la casa en la que se crió.

Era una casa bastante grande, con dos pisos y sótano. En el piso superior se encontraba la habitación en la que ahora dormía David, un baño y una habitación de invitados. En la planta baja se encontraban la cocina, dos baños, un comedor, una sala de estar y un recibidor. Por último el sótano lo usaba de trastero... Aunque aún habían algunos trastos que había dejado su padre.

El día empezaba y era el momento de decidir que hacer a continuación.

Oscuridad y ese estridente ruido... hasta que abrió los ojos y el mundo comenzó a volver a aparecer en torno a él. A pesar de que tenía esa entrevista de trabajo había conseguido dormir la noche de un tirón. Realmente no estaba preocupado, estaba acomodado y cómodo, pero al final si no cambias de trabajo, o al menos sabes tu valor en el mercado cada cierto tiempo, estás muerto en el mundo empresarial.

Estiró el brazo para apagar el despertador en su móvil y ese "cinco minutos más" resonó en su cabeza, acayándolo. Había trasnochado, para variar, esta vez leyendo un interesante libro, pero no se iba a permitir en un día de "trabajo" el remolonear por mucho que le apeteciese.

Se levantó y tras hacer unas flexiones se dirigió al baño para darse una ducha, disfrutando del caliente agua, para tras secarse ponerse un pantalón corto y una camiseta de baloncesto, no había demasiada prisa por llegar a la entrevista para luego tener que esperar así que se decidió a bajar al sótano para seguir buscando quien sabe qué entre los trastos de su padre.

Le causaba cierto dolor remover en el pasado, pero era la terapia que se había autopautado. Antes de empezar puso la alarma para tener suficiente tiempo para cambiarse y ponerse el traje que había elegido para la entrevista.

David se sentía especialmente inquieto aquella mañana, a pesar de ir con ropa cómoda y haberse dedicado a hacer un par de flexiones matutinas, tan inquieto que hasta se dedicó a rebuscar por el sótano. Estaba oscuro, pero aun así usando su móvil como linterna, David fue capaz de ver por aquella habitación. Habían un montón de cosas tiradas por el suelo, botellas de alcohol de su padre y álbumes de fotos de su madre.

Revisando entre los álbumes de fotos, David encontró un número de teléfono en el que ponía "Sarah Jenkins". Se quedó pensando un buen rato hasta que finalmente recordó que era el número de la psicóloga que lo trataba de pequeño. Decidió guardárselo en la cartera y continuar rebuscando en el sótano.

No parecía haber nada más de utilidad, hasta que finalmente dio con la caja fuerte de su padre. Nunca había visto el contenido de esta, pero siempre la había guardado con gran recelo, por lo que hubiera dentro debía ser importante... Aunque nunca supo la combinación de la caja fuerte, ni su padre había dejado nada por ninguna parte...

Parecía que no había allí nada más.

Sarah... aquel nombre que tan alejado quedaba en el pasado volvía en este momento al presente. Curioso... barajó incluso marcar el número, tal vez seguía haciendo terapia y podría recibirle y charlar un rato con él, otra manera de reconectar con el pasado y seguir purgando sus inquietudes.

En este momento no era capaz ni de recordar por qué había tenido que acudir a su consulta, pero... ya habría tiempo por lo que guardó la tarjeta en su cartera aunque... y si...

Sacó la tarjeta de nuevo de la cartera y se la jugó agregando en su agenda el número pensando que tal vez tuviese la fortuna de que estuviese vinculado a una cuenta de whatsapp, o tal vez de facebook y poder "cotillear" un poco, tal vez al ver alguna foto algún recuerdo del pasado afloraría al presente y todo parecería más claro.

Tras este intento siguió rebuscando hasta que dio con la caja de su padre. Esa caja que en más de una ocasión había tratado de abrir y que nunca había conseguido. Ni a oído ni con alguna secuencia que había encontrado por ahí. Tal vez ya era año de acabar con los fantasmas del pasado y abrirla... si, a la vuelta de la entrevista pasaría por un centro de bricolaje para que le indicasen qué profesional podría ayudarle. Tomó una foto con su móvil de la caja y volvió al piso de arriba para seguir con su día.

Desayunó distraidamente viendo las noticias y haciendo tiempo y subió para vestirse pues se acercaba la hora de la entrevista.

David estaba a punto de relajarse un poco observando las noticias, pero pronto algo lo sacó de su pequeña relajación. Alguien llamaba a la puerta de forma sonora y apurada. Por mera curiosidad, David se acercó a mirar quien demonios era y pronto se sorprendió al ver que en la puerta estaba el reconocido traductor Vicent Banes. David siempre había seguido su trabajo de cerca, de hecho se podía decir que hasta lo admiraba.

Aun así podría ignorarle completamente y seguir revisando los álbumes de fotos, aunque eso dejaría a David sin saber que querría el famoso traductor.

Dió un respingo en su silla por los fuertes golpes en la puerta... ¿Qué está pasando? ¿Quién coño llama así? ¿Se está quemando algo? Se levantó enérgicamente para ver quién era y no pudo menos que abrir la boca como si fuese tonto al ver a su admirado Vicent Banes al otro lado de la puerta. Tardó un poco más de la cuenta en darse cuenta de lo estúpido que estaba siendo al reaccionar así y tras recomponerse abrió la puerta poniendo el pie detrás por si se abalanzaba contra la puerta y quería hacerle algo raro... Al fin y al cabo la conducta de Vicent no era normal.

- Señor Banes... ¿En qué puedo ayudarle? ¿Qué sucede

Dedicó un pensamiento a las fotos que había dejado a medias pero... ¡Diablos! ¡El gran Banes estaba al otro lado de la puerta llamando insistentemente! ¡Las fotos podían esperar a mañana!

¿Señor Banes? ¿En que puedes ayudarme? - contestó sorprendido Banes al ver la extraña reacción de David. - ¿Voy a tener que ponerte al día todos los días? - suspiró. - Y yo que pensaba que estarías más preparado el día de hoy... Que remedio. - entró sin miramiento alguno a la casa, como si fuera la suya propia, incluso sacó unos cereales de miel de un armario a la primera, sin tener que rebuscar.

Empezó a devorar aquellos cereales y dirigió la palabra a David. - Ve a mirarte al espejo. Fijamente.

Finalmente a pesar de las precauciones que puso David la fuerza arroyadora de Vincent lo llevó hasta el interior de su casa, así, como si fuese suya.

- Más preparado... - musita - ¿Más preparado para qué?

David tuvo que recomponerse un poco por la familiaridad con la que había entrado conociendo su casa. No recordaba nada que le hiciese pensar que "el señor Banes" le conociese tan bien, y algo así hizo que se extrañase y fuese hacia el espejo como un autómata para hacerle caso y mirarse al espejo. Fijamente.

David se miró al espejo... Entonces empezó a ver como su reflejo empezaba a hablarle, a contarle cosas...

David empezó a notar como su cuerpo temblaba por la sensación tan extraña que estaba viviendo, pero aun así aguantó el tirón y comenzó a "escucharse".

Vale, te estás volviendo loco... pero vamos a ver si tu reflejo dice algo coherente o si te caes detrás del espejo como Alicia...

Al fin y al cabo no había sido iniciativa propia, había sido Vincent, pero... ¿sería Vincent real o sería también una ilusión?

David escuchaba a su reflejo sin entender nada de lo que le decía...

-No dejes que lo vea... ¡¿!Quién!?!

-No lo leas a solas... ¡¿¡El qué!?!

-No desnudarse en la guardería. ¡¿¡Qué guardería!?!

-No te olvides de mi. ¡¿¡De... mí... de mí mismo!?!

-Malcolm ladrón. Banes, J.J.: amigos. ¡¿¡Quiénes!?!

Al ver que su reflejo no tenía mucho más que decirle se retiró y volvió a Vincent.

- ¿Por qué me decías que mirase al espejo? Si, ponme al día como "todos los días" que hoy estoy especialmente espeso... ya sabes, pasé mala noche - dijo tomando la decisión de dejarse llevar por lo que estaba sucediendo y ahondar en la extraña realidad que acontecía a su alrededor.

Suspiró, con cierta resignación. - Que remedio... Tendré que explicarlo todo. - se puso cómodo en una de las sillas de la cocina. - Hoy, en esta vida, debías empezar a trabajar para traducir un libro ¿verdad? Pues ese libro, ya no está, alguien lo ha robado. La pregunta es ¿quién ha sido? ¿Sabe el poder que tiene ese libro? 

Volvió a suspirar, aunque esta vez algo más nervioso. - Ese libro nos dio a ti y a mi el don de volver al día en que encontramos dicho libro y logramos traducir algo de este, por lo que deduzco que el ladrón también tendrá esos poderes. Por eso debemos encontrarlo cuanto antes, por si quien lo tiene ahora decide quitarnos nuestra capacidad de ver nuestros reflejos parlantes. - miró con seriedad y preocupación a David. -  La cosa es ¿encontraste algo en tu reflejo? ¿Algo que nos diga quien es el ladrón?

- Malcolm. - Dijo secamente David, casi escupiendo el nombre, dejándose caer pesadamente en otra de las sillas de la cocina. Tras unos instantes se rehizo y volvió a mirar a los ojos a Vincent.

- Pero... si podemos volver al día en que encontramos el libro, como tú dices, ¿por qué no volvemos a ese momento, antes de que fuese robado, y lo recuperamos de esa manera? El ladrón no lo habría encontrado aún y todo estaría solucionado, ¿no?

- Lo que no logro entender es por qué no recuerdo nada del libro, de la traducción, ni de nada... solo recuerdo que tenía una entrevista de trabajo en un rato... Porque... ¿Todo esto es real, verdad, Vincent?

¿Y quien diantres es Malcom? - preguntaba sorprendido Banes. Pronto David recordó que Malcom era un muy buen amigo de la universidad, de hecho era la persona que le había conseguido la entrevista que tenía hoy. O que debería tener.

Estamos en el día en que desapareció el libro Y el día en que descubrimos el libro. Es el mismo día, pero no podemos evitarlo sin conocer la identidad del ladrón, aunque parece que esta vez tenemos una buena pista. - comentó, con cierta tranquilidad.

No siempre se recuerda todo. Solo una simple frase para ayudarte en tu siguiente vida. Quizá a más traduzcamos, más podremos recordar, pero solo tradujimos la portada, así que tampoco esperes recordar mucho... - suspiró. - Así que sí, esto es real. Ahora dime ¿quien es Malcom y que hacemos con él para recuperar el libro?

- Vincent, parece que los recuerdos vuelven poco a poco... Malcolm es un antiguo compañero de la universidad, un buen amigo. Tal vez de alguna manera... - ¿Y si la entrevista estaba relacionada con todo este asunto?

- Joder, es el que me consiguió la entrevista, tal vez tenga algo que ver con todo este jaleo... Creo que deberia ir a la entrevista.

A pesar de que todo parecía una puta locura de libro de ciencia ficción poco a poco todo iba cuadrando, e iba pareciendo algo natural.

La entrevista se ha cancelado, después de todo no hay libro que traducir... Pero bueno. - dijo rascándose la cabeza. - Supongo que si descubrimos donde demonios ha metido el libro Malcom, podremos recuperar la normalidad... - se rascó la cabeza.

¿Bueno y por donde empezamos? Tú lo conoces... Así que supongo que sabrás como dar con él. - inquirió.

La mente de David bullía en actividad tratando de decidir qué era lo más adecuado en ese momento. No tenía muy claro por donde seguir o qué hacer.

- Vincent, ¿te dice algo el nombre de J.J? Creo que él podría ser de alguna ayuda, no se como pero tiene que estar relacionado, y para bien, creo que es alguien en quien podemos confiar.

¿Dónde encontrar a Malcolm? De alguna manera esto es extraño, ¿por qué no recuerdo nada? Es como si alguien estuviese manejando mis hilos, como si yo no fuese yo... Tal vez debería llamar a Sarah, a lo mejor de pequeño sufrí algo que no recuerdo y ésto es solo parte de aquello... tal vez el estrés me está jugando una mala pasada...

¿J.J? - decía con la boca llena de cereales. - No, ni idea. No conozco a absolutamente todas las personas del mundo David. - tragó la comida y suspiró, como si se hubiera llenado. David sabía que Malcom trabajaba en la empresa, además como era su viejo amigo y como todos los viejos amigos suelen tener, tenía el número de este.

¿Dónde vamos? Te llevo en mi coche. Seguro que es más rápido. _{Y caro...} - murmuró.

- Vincent, espero que te gusten los cereales... tú tranquilo, hasta que revientes... - David empezaba a estar nervioso, esperaba que su admirado y a la vez aparentemente tan familiar Vincent le echase alguna mano de alguna manera... y encima esa arrogancia al hablar de su coche.

Daniel toma su móvil y consulta en su agenda por si hubiese algún J. J. que no recordase, tal vez algo más de información le sería útil. Tras esto decidió ir a ver a Malcolm por si pudiese sacarle algo.

- Venga, vamos vamos hacia la empresa, prefiero llegar allí de sorpresa y si no le encontramos ya tendremos tiempo para llamarle... y Vincent, un poco de comprensión no estaría mal, de verdad.