Partida Rol por web

- No sé que tipo de enterramientos se hacían en el caído imperio en el que gobernó Amon Konshu. Por tanto lo que diga puede ser impreciso. Aun así me aventuraré a pensar que la momificación era algo frecuente entre los líderes y faraones del antiguo imperio de estos arenales - comentó sin demasiada idea, apelando principalmente a la lógica de las probabilidades y sugiriendo una momia como hipotética forma de Amon -. Si su corazón le fue apartado de su cuerpo, esta forma de muerto viviente sería apta para él, si es que es un muerto viviente - matizó.

- Por antiguas aventuras he sabido que los vampiros también han sido líderes y monarcas. Esa sería otra posibilidad, aunque remota a mi ver. Los vampiros necesitan sus corazones y, a no ser que sean encerrados, les gusta gozar de placeres y vicios terrenales. No quedarse sepultados o presos en pirámides o planos alternativos - divagó.

- Por último, si nos ceñimos a que era un gran arcano, un esqueleto hechicero o un lich bien podrían ser otras opciones - mencionó frunciendo los labios con poco agrado al considerar la última opción. Tal vez la más probable -. Un lich es un adversario formidable con grandes poderes y resistencias mágicas - describió tal y como lo había aprendido de su instructor en el templo de Milani.

Después de recuperarse del daño sufrido el mago se incorpora lentamente frente a las miradas espectantes de sus compañeros, poco a poco comienza a recobrar la lucidez, poniendo su mano entre la sien y la frente, al parecer un fuerte dolor de cabeza era la reminiscencia de lo que haya pasado.

Gracias Zhay, ya me siento mejor, aunque puede que cueste un poco estar completamente bien. Sea lo que sea en lo que se haya convertido Amon no será nada bueno, aunque no soy muy adepto a especular las situaciones, supongo que es buena idea prepararnos para lo que pueda ocurrir.

el mago termina de recobrar la lucidez y parece estar mucho mejor, se muestra listo para continuar con la aventura, dónde sea que esta vaya a terminar.

9. Cámara del sarcófago Real

Al entrar en esta sala, lo primero que notas es que no hay escritura en las paredes, ni grandes recipientes con tesoros. sin decoraciones de ningún tipo. En el centro de la habitación se encuentra un sarcófago exterior de piedra simple. En cada rincón de la habitación se alza con orgullo un canino del tamaño de un mastín, momificado.
Tan pronto como el primer PJ ingrese a la sala, los cuatro sabuesos de la tumba (ver Nuevos Monstruos - Apéndice B de esta aventura) comienzan a aullar al grupo. Cualquiera dentro de area de sonido esto es tratado como si un hechicero de décimo nivel hubiera echado una rayo de debilitamiento sobre él. A medida que los PJ luchan por hacer sus tiradas de salvación apropiadas, los hambrientos perros no muertos se mueven juntos para atacar.
 

Oroku es el primero en entrar.

Como siempre, intenta adentrarse con precaución ante los obstáculos. Pero no esperaba los perros momificados, así que recibe de lleno el ataque

"Mejor a mi, que a mis compañeros" piensa mientras intenta defenderse

"A- umpf..." el ninja nota como la magia necromantica le arrebata parte de su vitalidad, y sobre todo su fuerza.

"Al final, si que tenemos una momia qie eliminar, compañeros!"

Los perros de la tumba fueron una vez grandes mastines criados por Amun Khonshu por su lealtad y ferocidad. Tras su fallecimiento, los perros de guerra fueron momificados y encantados para ser guardianes de su sarcófago. El encantamiento dictaba que despertarían para defenderse de cualquier intrusión en la cámara funeraria de su amo. Además, le dio a cada perro la habilidad de arrojar rayos de debilitamiento sobre cualquier presa que escuche su triste aullido. 

COMBATE En cuerpo a cuerpo, un sabueso de la tumba tiene una mordida cruel que puede usar para arrancar a sus enemigos de la extremidad. Además, los sabuesos de la tumba poseen las siguientes habilidades: Triste Aullido (Su): como un ataque, el sabueso de la tumba puede aullar desde las profundidades de la desesperación. Esto emana como un cono 60 pies . Cualquier persona atrapada en el área debe tener éxito en una tirada de salvación de Voluntad (CD 12) o tomar ld6 + 1 de daño de Fuerza temporal.

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Zhay observó la nueva sala que se abría ante ellos. Era un lugar pequeño, sin decoración alguna, con un sarcófago de piedra lisa en su centro. El único ornamento parecían ser una serie de cuatro figuras perrunas demacradas a cada esquina de la estancia. Entonces cayó en la cuenta, a base de unos aterradores aullidos que hicieron que la clérigo diera un respingo de sorpresa, de que ni tan siquiera esos ornatos tenía: eran unos sabuesos reanimados que atacaban al grupo.

Aparte de un escalofrío (cuatro para ser más exactos) que recorrió su columna, la mujer no sintió nada especial de aquellos chuchos ruidosos, salvo las ganas de despacharlos por escandalosos.

Alzó la mano mostrando su símbolo sagrado y desgastó de nuevo el nombre de su amada diosa.

- Oh, Milani, que tu vitalidad gloriosa acabe con nuestros enemigos no-muertos. Aunque sean perrunos ¡Pereced ante la luz de Milani! - exclamó en una explosión de luz que abarcó la sala.

Es la hora de la verdad. Empieza el combate, y lo cierto es que la maldición de los perros, como si fuera una condena por parte del dios-sabueso de los Osirionitas.

Pero las maldiciones, los colmillos y las espadas no deben de detenerle: El es un ninja y ha jurado proteger Los Tres Magos, a estos amigos, con la vida y el alma si hace falta.
Para recuperarse de la fuerza perdida, Oroku saca una poción de su bandolera y la bebe rápidamente. Un brebaje amarillento. Una poción de Fuerza de Toro.

por fin habíamos llegado a la tumba de Amon, la travesía llegada a su cúspide y desenlace, era el momento de finalizar con todo aquello que se había emprendido. La tumba era todo lo opuesto que el elfo se había imaginado, en lugar de ser una tumba que reflejara la megalomanía de aquel insulso mortal, por el contrario era una habitación más bien ascética. 

toda la fastuosa antesala para llegar a éste mísero aposento, que contradictorio.

Mientras pensaba en eso, distraído como de costumbre, el elfo a lo lejos escuchó aullidos que irrumpieron su concentración, aunque repentinos y distraído Thömathör logró reacción más o menos a tiempo protegiéndose lo mejor que pudo de aquel místico ataque.

Aunque desfallecido físicamente, no se preocupa mucho de su condición, pues él sabe que su verdadera no fuerza no viene del físico. Viendo que las bestias momificadas otrora grandes perros guardianes se lanzan al ataque, se agacha para tomar un poco de polvo del suelo, de su túnica saca una pequeña cantimplora y la abre, arroja el polvo al aire y salpica agua en forma circular a su alrededor.

¡TODOS ACÉRQUENSE A MI, ESTO SE VA A PONER FRÍO!... JÄÄMYRSKY!!!!

Y allí estaba la sala del eterno descanso de Amon Konshu, una simple y pequeña sala de techo abovedado y ningún ormamento mas allá de 4 figuras decrépitas con forma de perro, una en cada esquina:

— Quizá debieramos... — empecé a parafrasear, justo cuando Oroku dió el primer paso dentro de la habitación — Maldito ninja!!— pensé en un inicio, pero él no había encontrado ninguna trampa, así que no podía recriminarle nada. Unos aullidos demoniacos por parte de aquellos canes momificados me sacaron de mis reflexiones, pues provocaban no solo que se erizase el vello de la espalda, si no que se entumeciesen los músculos!! Cuando desenvainé la espada pude comprobar que, de hecho, la magia nigromántica que contenían había debilitado mi cuerpo. Por suerte, no había sido demasiado, y esos cánidos, antes incluso que su propio jefe, lamentarían no haber abandonado esta tierra.

Levantando la mano con la que no empuñaba la espada, señalé al que tenía mas cerca, y a una orden mágica un cono de fuego se precipitó sobre el putrefacto ser. Momento en que, empuñando la espada, me dispuse a mantenerme protegiendo a Zhay y Tömathor. Oroku sabría protegerse a sí mismo sin problema.