Partida Rol por web

Vuestra compañía esta lista, así que procedéis a salir del castillo. Lo hacéis bien temprano.

No os extraña ver, que  ningún soldado del castillo forme a vuestra salida. No es raro en estos casos, que la guarnición del castillo, forme en el patio, mostrando sus respetos a la compañía que marcha. Hoy esto no se da. Salís en silencio e ignorados.

La compañía está formada por vosotros dos, sir Jaradam herido, y por sir Borlock y sir Harchet.

Tras dejar a vuestras espaldas el castillo, y contemplar por última vez, su magnífica disposición defensiva proseguís rumbo a Vagon, pues allí es donde parece que está el Pendragón, y si no está allí, bien sabrán aquellos deciros lo que hacer o donde ir.

Marchais al paso. Dais por seguro, que con las provisiones que acarreais, llegareis a Vagon sin problemas, aun cuando rodeeis, u os enredeis en el camino.

Tras unas horas de marcha, y tras haber parado al almuerzo de rigor, surge la primera decisión. Os hallais en la encrucijada que os hace elegir rumbo.

¿Enderezareis rumbo derecho, esto es usando el camino más corto, o rodeais hacia el norte, osea arriba?

Realmente lo "arriesgado" del camino de vuelta( interpretese este "arriesgado" como se desee), pasa por los territorios del condado de Cornualles. Es de esperar que al entrar en el condado de Jagent cualquier hipotetica amenaza Cornica no exista ya.

Sobre la mesa esta la posibilidad de rodear Tintagel, atravesando el Bosque de Morris ( con los peligros que un bosque tupido puede albergar), y a traves de Blackdown Hills, empalmar con el camino principal que une Exeter con Ilminister, bastante cerca de la ciudad de Ilminister.

La opción más rapida y directa, pasa por enderezar rumbo hacia la ciudad de Exeter, y seguir el camino, todo el camino hasta Ilminister.

Osease camino rosa o camino verde. El rosa son 5 dias más de viaje.

La despedida del castillo fue descorazonadora, saliendo del mismo como gente ignorada y despreciable. Sin embargo, no logró ensombrecer el ánimo de Cadwallon, que no consideraba que hubiera hecho nada reprobable. Antes bien, se alegraba de poder dejar atrás esta tierra y poner rumbo a Salisbury, acompañado de buenos soldados y caballeros. 

Las sospechas de juego sucio por parte del nuevo castellano o alguno de sus secuaces se fueron disipando. Incluso si alguno de ellos mandara a algún destacamento a enfrentarse a ellos por algún motivo, tenía el convencimiento de que podrían derrotarlos. 

Quizá este último deseo estaba motivado por la sensación de libertad al cabalgar de nuevo hacia una nueva aventura, y por la alegría de volver a Salisbury con la satisfacción del deber cumplido.

La salida del castillo fue como cabría esperar de quién no tiene honor ni dos dedos de frente, como el nuevo castellano. Me gustaría pensar que simplemente nos dejarán marchar, pero por otra parte no estoy tan convencido. Hay un viejo dicho que dice espera lo mejor pero prepárate para lo peor.

Cuando llegamos a la bifurcación, me acerco a Sir Cadwallon y Sir Jaradan. Caballeros, toca decidir el camino a seguir. Puede que sea más largo digo, mirando al norte, pero un camino directo se me hace un buen lugar para emboscadas. Si Sir Jaradan cree poder aguantarlo si muchas molestias, me gustaría optar por la prudencia y utilizar el bosque de Morris como escudo ante posibles emboscadas.

Sé los peligros que pueden acechar en un bosque, pero también conozco los peligros de los hombres sin honor y ya hemos comprobado que por aquí no es algo que les sobre.

Cadwallon escuchó con atención las palabras de su camarada. - Puede que sea una opción prudente. Solo tardaremos unos días más en llegar a Vagón, y quizá de ese modo nos libremos de problemas. Algunos caballeros parecían especialmente hostiles y podrían optar por atacarnos, con permiso del castellano o sin él.

El caballero miró a Sir Jaradam. - Pero, noble Sir Jaradam, os apoyaremos si decidís usar el camino más directo. Que no se diga que rehuímos el combate. Pero entonces, deberíamos ser prudentes y establecer avanzadillas y estar muy atentos a posibles emboscadas

Los mis huesos son capaces de cabalgar. Mesma cosa por camina largo et corto. No gastes preocupación en los mis huesos, pues ya aguantaran el camino.

Colunma de tropas no mala somos, para afrontar posibles emboscadas et ataques. Vayamos a derecho por el camino corto, et salgamos pronto et bien de aqueste condado infecto.

No obstante, parece juicioso rodear si con eso hacemos evitación de problemas.

Cadwallon miró a todos los presentes y, viendo que Sir Jaradam, el caballero de más rango presente, no tenía interés especial en ir por un camino u otro... decidió apoyar a su amigo Sir Flaín.

- Creo que será prudente ir por el camino más largo. No temo a las mesnadas del ducado, pero no quiero darles el placer de ponerles fácil una posible traición. El camino a través del bosque no implica un desvío tan grande en tiempo y, además, - miró a los presentes con una ligera sonrisa. - hace buen tiempo como para cabalgar por la floresta.

Decidido pues el camino a tomar, solo queda encarar este. Giro hacía allí mi caballo para empezar el lento camino. Van a ser unas jornadas largas.

Tras dejar a vuestras espaldas el castillo, y contemplar por última vez, su magnífica disposición defensiva proseguís rumbo a Vagon, pues allí es donde parece que está el Pendragón, y si no está allí, bien sabrán aquellos deciros lo que hacer o donde ir.

La decisión vuestra, parece convencer al resto de los caballeros, y procedéis asi.

El dia se va echando y parece sensato parar y montar campamento. Aun estais lejos del Bosque de Morris, pero adivináis a lo lejos una gran arbolera, que bien pudiese ser el principio de ese bosque. No obstante, mañana temprano llegareis hasta allí, y es posible que la noche próxima, la echéis en los limites del bosque, casi saliendo ya de él.

Un poco más alante, pero sin llegar a la arboleda del fondo, decidis parar y montar campamento. Os paree un lugar tan bueno como cualquier otro para echar noche, y asi lo haceis. Vuestros cansados cuerpos lo agradecen.

Sir Jaradam recibe sus curas, y los escuderos montan tiendas y ejercen de su rango. Los soldados montaran guardias, y acamparan al rededor vuestro.

¿ hareis algo hasta la próxima amanecida?

El día había sido largo y todos agradecieron por fin plantar el campamento. Cadwallon decidió dormir con su espada cerca, y se paseó entre los soldados animándolos a estar alerta esta noche y no descuidar las guardias, pues la posibilidad de una emboscada siempre existía, pero aún más después de la hostilidad de los nuevos dueños del castillo que habían abandonado.

Había que descansar, pero mejor que los soldados que hicieran guardia se tomaran en serio su trabajo esta noche.