Partida Rol por web

A Partir de Ahora.

Capítulo 1

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24/08/2008, 05:09

La lluvia golpea suavemente los cristales. Desde afuera, se ve la hermosa vista que la ciudad de Londres impone. Claire se fija en cómo los carruajes pasan por las calles de tierra mientras el agua corre por los costados. Los caballos no parecen molestarse con la sensación, más al contrario es como si disfrutaran un poco de ese atisbo de libertad. Mary está junto a ella. Mirando las mismas cosas aunque tal vez fijándose en puntos diferentes. La luna pende en el cielo, plateada como una moneda y las estrellas dan un trémulo fulgor a la fría noche.

Mañana partirán hacia su casa de campo en Winfield. Una hermosa mansión campestre en donde sus más de diez sirvientes preparán todo para hacer la estadía cómoda. Las jóvenes saldrán escoltadas por sus damas de compañía, requisito indiscutible de Lady Hancok. Sus hijas deben ser observadas, cuidadas, custodiadas por dos buenas mujeres que simplemente estarán haciendo su trabajo.

Son casi las diez de la noche ya y alguien toca a la puerta, es la señorita Ema, una joven mucama a cargo de la limpieza de las habitaciones y la preparación de la ropa que llevarán durante el viaje.

-Señoritas, señoritas... vuestra madre me ha preguntado si... si ya teneís todo listo y os recuerda que es hora en que... las damas se acuestan.

Ema habla en voz baja, como siempre, demasiado tímida incluso para no repetir el mensaje de manera muy distinta a lo ordenado por la señora.

Notas de juego

chicas, recuerden de tildar sólo vuestros nombres.

Gracias y espero que me tengan paciencia, trataré de dar lo mejor.

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24/08/2008, 05:21

Termina Patrick de dar la última línea de tinta a su maestro y protector, diciéndole que irá a cuidar su posesión en las tierras de Windfield, un hermoso ejemplo de la campiña inglesa. Allí, el hijo del lord Heddington, Francis, tiene una casa de campo de dimensiones considerables. La tarea de Patrick es simplemente observar que las cosas estén en orden. Tendrá a su cuidado a seis sirvientes que le atenderán así como limpiarán el lugar y lo preparán en caso de que Francis quiera dar una visita.

Patrick no tiene deseos de ir hasta allí, siente que Francis podría hacerlo por sí mismo, pero como tantas otras veces, el hijo del ahora fallecido Lord Heddington tiene un afán desmedido en delegar responsabilidades. De todas formas, será el amo y señor de la casa hasta que el muchacho vuelva y, aún siendo así, es sabido que lo considera un hermano.

Son las diez de la noche ya, Patrick deja la carta sellada sobre la mesa donde la mucama la recibirá a primera hora. Es hora de irse a acostar y prepararse para el viaje. Sin embargo, el sueño no aparece con facilidad y Patrick se sienta sobre la cama y repasa en su mente las razones por las que preferiría no hacer la travesía. De pronto el poder se siente como un peso, sobre todo cuando no es el propio.

Notas de juego

Targul, recordá sólo seleccionar al director cuando respondas. Como les dije a los demás, espero que me tengan paciencia, poco a poco, mostraré una historia que será un poco mía, un poco de vosotros. Espero que mi narración se acomode a cada personaje y, sobretodo, que se diviertan.

Besos

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24/08/2008, 05:33

Las tres jóvenes Cornwell se encuentran durmiendo en la misma habitación. Dos comparten la única cama y la tercera duerme en el sillón viejo que se apoya contra la pared. Son las diez de la noche sobre la hermosa campiña de Witfield, un ejemplo del paisaje rural inglés. La casa, pequeña pero alegre, que las cobija es parte de la herencia de Mr. Cornwell que ya ha fallecido hace dos años. No hay dinero para sirvientes así que las chicas se hacen cargo de la limpieza, la cocina y demás tareas domésticas. Su madre, aunque una mujer dulce y buena, ha caído presa de una gran depresión luego del destino sufrido por su esposo. Lo que más desea para sus hijas es que salgan de la pobreza, todo hombre con algo de dinero o posición es visto como el candidato perfecto y, aunque las chicas no gustan de esto, quieren demasiado a su madre para contradecirla al respecto.

Son las diez de la noche ya y un trueno en la distancia anuncia una próxima tormenta. Es necesario asegurar las ventanas y fijarse que los pocos animales que poseen estén en sus corrales. Habrá que atender la boutique al otro día, pero ahora deben pensar en mantener el agua y el viento a raya y en evitar que su madre se despierte y comience con otro ataque de angustia.

Notas de juego

Bueno, empezamos. Como les dije a los demás, fijense de tildar sólo a uds 3 en las casillas ya que esta escena es para todos.

Espero que me tengan paciencia, que página a página la aventura crezca, junto con sus personajes y la propia master. Bueno, besos y nada, que sea una linda experiencia.

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24/08/2008, 05:47

Francis ha ordenado, o mejor dicho "pedido con exigencia" como le solía decir su padre, a Patrick Collins que vaya a cuidar su casa en Windfield, un lugar campestre típico de la vida inglesa. El joven lord partiría unos cuantos días después para ver cómo están las cosas. Le ha dicho a Collins que su tarea consiste en observar que las cosas estén como corresponden, que los sirvientes limpien y preparen las habitaciones, que las provisiones estén completas, que todo esté dispuesto hasta que él mismo se decida a pasar por allí.

Aunque Francis no tiene muchos deseos de dejar Londres, la cuestión es que necesita un descanso de la vida ajetreada de la ciudad. Sabe que esa casa de considerables proporciones en medio de prados verdes llenos de la humedad inglesa, el aire fresco, las tertulias a la noche, todo eso y más le calmará los nervios. Es que, aún siendo joven para su fortuna, ésta lo ha cubierto desde que su padre ha muerto y debe estar listo para afrontar los grandes negocios.

Ahora, con un cigarro en la mano derecha y un poco de brandy en la izquiera, Francis piensa en dos cosas:

Sus planes para el futuro y su próxima visita a la campiña.

Notas de juego

Hola, bueno como les dije a todos, y sepan disculpar que hice una sola escena pero es para organizarme mejor, que tildes sólo al director hasta que estés interactuando con otro personaje. Espero con el tiempo que mi redacción se acomode bien a la época y a cada uno de vosotros. Que lo pasemos bien, y que se arme una gran historia. No se apuren por contestar, es sólo un turno por semana y nada más.

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24/08/2008, 18:00
Elizabeth Cornwell

El trueno que oye en la lejanía, la despierta, y salta de la cama cual resorte...

Mira a sus hermanas dormidas y sonríe. Las quiere mucho a ambas, y se siente muy unida a ellas, sobre todo desde que su padre murió y desde que su madre se encuentra en tal estado...

Se acerca a ellas, y susurra, apremiante:

-Sue.. Ann!!!
-No le gusta llamarlas por sus nombres completo..-Habéis oído...? Hay tormenta... Deberíamos ver que todo está bien...

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25/08/2008, 00:31
Patrick Collins
Sólo para el director

Responsabilidad.

Aquella palabra no le abrumaba, a pesar de que lo pudiera sentir su corazón. Sentado en la cama, con la solitaria luz de una vela en la mesita de noche, el irlandés reflexionaba sobre aquel sentimiento. No era la falta de responsabilidad, pues siempre había tenido mucha: sus obligaciones, el ejército, la protección del joven señor... Más bien, creía, se trataba de la carga que suponía el poder defraudar a aquel que le daba de comer, la relajación. Llevaba tiempo dando vueltas a una idea, la idea de buscar su propia vida. Pero, los hados parecían confabulados.

Apagó la vela mojándose dos dedos y apagando la mecha con un pinzamiento por ambos lados. Luego, tranquilamente, se tumbió en aquel mullido lecho, sintiéndose cómodo. Nada que ver con los duros catres de campaña, o los jergones de paja de su Irlanda natal. La luz entraba por la ventana, a través del cortinaje, mientras él seguía reflexionando.

El poder. Esa era la respuesta. Él estaba acostumbrado a ser ordenado, y no a ordernar. Sin embargo, se consoló pensando en que mandar a un criado no era muy diferente a mandar a un soldado... y en eso tenía experiencia. Debía mostrarse, pues, como aquel oficial de infantería que hacía poco había sido, y que en teoría seguía siendo: gravedad, paternalismo justo y eficiencia. Sobre lo último, sin embargo, tenía sus dudas. Administrar una casa de campo y los negocios de concesión de tierras, aparceros, lealtades económicas, sociales y políticas en la zona no era lo mismo que ser un teniente de los casacas rojas. En realidad, era parecido a ser un coronel. Así lo veía él.

Parpadeó, cansado. Pensó que mañana sería un nuevo día, y que el camino hasta Winfield sería largo. Además... en ausencia del señor, seguro que alguien habría tomado aquellas funciones administrativas de modo provisional. Aprendería de su sabio criterio (si es que era sabio, pero trabajando para lord Heddington, debía serlo). Arropado con las sábanas, se quedó dormido.

La luz le hizo parpadear. Esa noche no hubo pesadillas, como solía pasar. Los muertos cubiertos de pólvora y sangre no aparecieron en sus sueños, y de hecho no recordaba haber soñado nada. Era un prometedor comienzo para su día, pensó mientras se aliviaba en el orinal, sentado en el borde de la cama. Se pasó la mano por la barbilla, notando la rugosidad. Entonces, se levantó, algo entumecido, y abrió la ventana. Lucía un buen y traicionero día inglés. Quizá lloviera a media tarde, o quizá no. Eso era algo que nunca se podía afirmar.

Se lavó el rostro e hizo sus abluciones antes de darse espuma y afeitarse frente al espejuelo, metódico. "Te haces viejo", pensó al mirarse en él. En realidad, no lo era tanto, pero considerando que había salido de Inglaterra con el ejército de Wellington cuando era todavía un chaval, no era una afirmación gratuíta. Picaron a la puerta.

-¿Si?
-Vengo a recoger la ropa sucia -dijo la criada.

Se puso una camisa, para no escandalizarla.

-Pase.

Terminó de vestirse, pues había comenzado con las botas y los pantalones, y ahora le seguían el chaleco y la levita. La chica, fiel a su tarea y muy discreta, recogió la ropa en un canasto. Se percató de la carta, y pronunció unas breves palabras.

-¿Quiere que se la entregue al mensajero?
-Por favor -repuso.

La muchacha recogió la carta, mientras Patrick terminaba de abrocharse la levita, mirando las alforjas preparadas con su exiguo equipaje (poco más que algunos efectos personales y ropa de recambio). El resto, según había ordenado, sería enviado a Winfield en el coche de postas que diariamente hacía el trayecto por la comarca, y al que pensaba escoltar a caballo. Terminó cogiendo la fusta, una fusta negra de madera con un mosquitero en la punta, y colocándose el abrigo de piel encerada (si llovía, no quería mojarse demasiado). Se miró en el espejo un momento, antes de cruzar la puerta, sonriendo para si. "Pareces un burgués", pensó.

Bajó al salón, donde los criados estaban atareados con sus quehaceres matutinos, y tomó un desayuno fuerte con huevos, bacon y pan (no era muy amigo de las comidas refinadas). Despues, cuando el criado arrastraba su maleta hasta la puerta, se levantó para ayudarle, y juntos cargaron el resto de sus pertenencias en el coche de postas, que esperaba frente a la entrada, en el camino. Poco tardó en buscar su montura en el pequeño establo, su purasangre negro, al que ensilló.

-Buenos días, señor Topper -le dijo, acariciando su robusto cuello.

Afirmó bien la silla y el correaje antes de montar. Entonces, aproximándose al paso hasta el carruaje de postas, hizo una señal al cochero, y este fustigó a sus animales, iniciando la marcha. El irlandés miró al cielo, como pidiendo clemencia. No sería una buena imagen el llegar empapado a Winfield. Aunque ese, reflexionó, era el menor de los problemas que, de nuevo, volvían a ocupar su mente.

Picó espuelas, y se puso en marcha.

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25/08/2008, 02:50
Susanne Cornwell

La casa no es grande, sin embargo está bien para ellas. Posee dos plantas, en la primera se encuentra la cocina, sala de estar y el comedor, además de un pequeño despacho; las habitaciones, que suman un total de cuatro, se distribuyen en la planta superior. De esas habitaciones sólo se ocupan dos, las otras permanecen cerradas y se abren sólo para sacudirles el polvo dos a tres veces por mes.

La señora Cornwell usa la habitación más grande y confortable, mientras que ellas, sus hijas, optaron por una de las habitaciones pequeñas. ¿La razón? Práctica. Al ser más pequeña es posible calefaccionarla con un brasero, además que disponen de una cama para dos y un sofá, ese en el que Sue solía tumbarse durante las tardes de verano para leer, pero que hace dos años le sirve de cama. No se queja, ya se ha acostumbrado a dormir medio doblada, sin embargo a veces, por las tardes, cuando consigue tener un respiro, se tumba en la cama y duerme una pequeña siesta.

Sue esa noche se fue a dormir más cansada de lo normal, había sido un día arduo, largo. Habían tenido que cortar leña, limpiar los corrales, el gallinero, fuera de los quehaceres al interior de la casa y la atención de la boutique. Por lo mismo no demoró nada en dormirse profundamente, no oyó los truenos y le costó algo más de lo normal reaccionar cuando su hermana la despertó, mas cuando lo hizo se incorporó de inmediato.

Se abrigó rápidamente, Liz tenía razón, debían cerciorarse que todo estuviera bien. Demoró menos que sus hermanas en abrigarse, no porque fuera más rápida, sino porque dormía más vestida que ellas, el sofá aunque cómodo era helado.

-Abríguense bien -susurró a ambas-, iré a revisar las ventanas en la habitación de mamá.

Abrió la puerta, procurando no hacer ruido y caminó por el pasillo los pocos pasos que la separaban de la habitación de su madre.

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25/08/2008, 12:36
Francis P. Spencer
Sólo para el director

Francis sentado junto a la ventana paladea el humo de su cigarro antes de dejar escapar las volutas de humo. Desde su sillón puede ver a los viandantes y los carruajes yendo de aquí para allí. Le encanta la sociedad Londinense, y piensa que en el campo la gente es iletrada y aldeana, pero el ajetreo está acabando con sus nervios y cada día duerme peor. Es por eso que ha decidido ir a pasar un tiempo a Windfield, la casa donde tantos veranos había pasado con su familia de niño.

Dio un trago a su brandy y decidió subir a su habitación a asegurarse de que los criados metían todo lo necesario en las maletas que estaban preparando.

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25/08/2008, 16:14

Los cascos de los caballos resuenan sobre las calles de Londres, se dirigen a una campiña rural que se encuentra a unas siete horas de viaje, conocida como Windfield y en donde el padre de Charles tiene una estancia de descanso.

Han partido a eso de las seis de la tarde y ya es la una de la mañana pero Charles no logra conciliar el sueño. Una fría llovizna gris se esparce sobre su saco oscuro. No ha querido ir en los carruajes, junto a su padre y los sirvientes. Prefiere la soledad y la aventura de cabalgar por su cuenta. Ahora, han llegado. Charles se baja de su córcel y ve la enorme casona oscura. Abre la puerta principal y ayuda a su padre a bajarse de la carroza. Los sirvientes toman las bolsas, maletas y demás y comienzan a entrar. Encienden un par de los candelabros, simplemente para tener un poco de luz y guiarse a través del recinto. De todas formas, es muy tarde para preparar la casa así que simplemente armarán los dormitorios para pasar la noche.

Charles sube al propio, se recuesta sobre la enorme cama y espera que una de las mujeres de servicio le traiga sus cosas.

-¿Señor?- pregunta la muchacha -¿Acomodo su ropa en el armario o prefiere que lo deje descansar y vuelva por la mañana?

Notas de juego

Hola, bueno empezando ya por aquí. Te pido que sólo tildes la casilla de tu personaje hasta que te coloque interactuando con otro jugador.

Disculpa que puse todos en una misma escena, pero por ahora prefiero tener la historia en forma de capítulos. Cualquier duda, pregunta.

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26/08/2008, 00:09
Anabel Cornwell

-Cómo para no oírlo... Sobretodo tus gritos- responde la mayor de las hermanas a la menor con una sonrisa mientras se incorpora en la cama, controlando el sobresalto y los nervios para que ellas no se asusten demasiado.
Cubre el largo camisón haciéndose con una gruesa bata que anuda a su cintura, después se coloca sobre los hombros su capa de viaje.

-Betsy, ocúpate de asegurar las ventanas del piso de abajo, yo iré a asegurarme de que las gallinas están bien cubiertas-
se cubre con la capucha y corre escaleras abajo, saliendo al exterior y encogiéndose un poco sobre sí misma ante el aguacero y el viento nocturno que la azota de repente.
Cierra la puerta para evitar que se escape el calor y se acerca al pequeño corral, por suerte a pocos metros de la casa. Sin duda alguna no le hubiera agradado la idea de que cualquiera de sus hermanas pequeñas tuviera que salir con este temporal.

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26/08/2008, 01:02

El percherón marrón y blanco tiró de la carreta en donde Jean viajaba hacia la campiña inglesa de Windfield. Los movimientos eran suaves aunque el caballo era tosco y forzudo. Un viajante se había ofrecido a llevarlo al lugar ya que acostumbraba hacer el viaje en busca de mercaderías. Era un hombre de aspecto cortés llamado Thomas. Viendo que Jean carecía de dinero para pagar todo el viaje se contentó con que le ayudase a bajar algunos de los bultos una vez que llegaran a destino.

Una vez allí, Jean tendría que encontrar una casa en donde le dieran alojamiento, o mejor aún un trabajo. Eran las diez de la noche cuando faltaban algunas millas más para llegar a destino. El aroma del césped verde y los frondosos árboles llenaban los pulmones del joven. Aunque estaba a su suerte, ya que sólo tenía unos pocos ahorros, se sentía extrañamente afortunado.

-Bueno, ¿qué espera encontrar en Windfield, muchacho? Es un lugar tranquilo, creo que le gustará pero dígame- el cochero lo mira un momento y luego sigue enfocado en el camino -¿Qué está buscando aquí?

Notas de juego

Holaaa, gracias por integrarte. Te pido que recuerdes sólo clickear tu casilla hasta que interactúes con otros personajes. Espero de a poco que te sientas en casa, voy a dar lo mejor de mí para que esta historia sea la de todos.

Bsos

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26/08/2008, 09:17
Mary Ann Windsor-Hancock

Mary Ann observaba la calle... sombría, dejando que la Luna la iluminara con su plateada aura. Mary miraba las calles y los edificios pero solo veía rejas y muros... cada vez se le hacía más y más duro vivir allí. Londres se había convertido en su cárcel y añoraba las verdes praderas y los románticos atardeceres junto al río. Cada vez le costaba más regresar a la ciudad. Allí se ahogaba con la gente y se sentía aprisionada por muros y calles.

Escuchó a la sirvienta decir que era hora de irse a domir, pero no tenía sueño. Aún así en silencio se tumbó en la cama.

-¡Estoy deseando llegar a Winfield!dijo suavemente a su hermana pequeña y cerró los ojos para imaginarse allí. Mary Ann siempre estaba imaginando cosas, su madrastra la reñía porque no vivía en la realidad, siempre soñando despierta con locuras que una señorita de su clase no debía ni pensar.

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26/08/2008, 23:32
Mary Ann Windsor-Hancock
Sólo para el director

Notas de juego

tendria que haber escrito más???

quizás he puesto poco¿¿¿¿???

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27/08/2008, 00:15

Notas de juego

no hay problema, cada uno escribe lo que va viendo en su personaje, no te hagas problema. De verdad.

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27/08/2008, 08:24
Mary Ann Windsor-Hancock
Sólo para el director

Notas de juego

Gracias. Supongo que al empezar cuesta más y luego se va aumentando verdad?

a ver si mi hermanita contesta pronto ;)

estoy deseando estar con más gente.

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27/08/2008, 10:27
Jean Antoine Lésdiguièrs

Incluso el tiempo acompañaba el viaje, pues lucía el sol, reflejando sus rayos en los verdes campos en los que me iba adentrando, ansiaba ver los hermosos pueblos con sus casas de piedra, las mansiones de las que la gente hablaba en Londres, en realidad, deseaba conocer todo aquello que me rodeaba.

Es como estar en una nube, sentirme vivo por primera vez en mucho tiempo, empezar a recomponerme, como si la vida en Francia fuera un recuerdo lejano, sentía unas enormes ganas de llegar al término de mi viaje, y por otro lado, no quería que éste terminara nunca, y eso me gustaba, sentimientos encontrados que me inspiraban.

Aspire profundamente, buscando captar la esencia del lugar, grabarla en todos mis sentidos, quería que, cuando mi memoria evocara este lugar, no sólo tuvieran una imagen visual, sino que fuera capaz de reproducirlo en su totalidad. Las palabras del señor Thomas me traen de vuelta a la realidad, lo miro y una amplia sonrisa se dibuja en mi rostro, le agradecía profundamente que hubiera aceptado traerme.

Realmente no estoy buscando nada señor Thomas, eso es lo más curioso de todo este viaje, porque cuando no busca nada, encuentras todo, si, realmente no deseaba nada concreto, Un trabajo, tranquilidad para escribir, y una agradable casita donde pasar las noches mirando el cielo, ¿es acaso pedir demasiado?, ¿o es pedir demasiado poco?, río por mis propias palabras, algo confusas, víctimas del entusiasmo.

Soy profesor de francés, tal vez alguna familia del lugar quiera recibir una adecuada educación sobre el idioma, eso sería lo apropiado, sino buscaré cualquier otro tipo de trabajo, mi verdadera pasión son los libros señor Thomas, y como usted ha dicho, Windfield es un lugar tranquilo, busco inspiración las respuestas concretas solían gustar más a la gente sencilla.

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27/08/2008, 18:59
Claire Windsor-Hancock

Levanté la vista del barro de la calle cuando Emma entró en la alcoba, ya me parecía demasiado que no nos mandaran a avisar que era hora de dormir, como si ambas fueramos tan pequeñas que no lo supieramos. Miré a la joven que al notar mi mirada bajó la suya enseguida, me puse en pie y sonreí parándome cerca de ella.

-Puras patrañas, Emma-volví a reír y me senté en mi cama.

Miré a mi hermana por unos instantes, aquello nos estaba matando, padre estaba demasiado empecinado en que las cosas se hicieran como todo el mundo las hacía y desde ningún punto de vista, aceptaba que fueramos las Hancock, señoritas diferentes. La ida a la campiña me resultaba algo maravilloso, el escape a un encierro y a una vigilancia extrema. Si bien allá también estaríamos vigiladas, nunca era lo mismo, siempre lograbamos conseguir cosas pero no sólo eso, quizás estando cerca de Vander, su primo, lograse conquistarlo.

-Mary... ¿recuerdas a Vander? Quizás él pueda animar nuestras tardes en Winfield...-y lo creía de verdad.

Notas de juego

Ya estoy aquí. Segura que lo haces bien, Gaia :) Animo!

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27/08/2008, 22:31
Charles Patrick Avon

Charles, todavía empapado se desposee de la casaca antes de tumbarse en la cama esplomandose agotado por el viaje. Tiene la costumbre de dejarse caer sobre las matas para pensar cuando se siente cansado, dejando su mente divagar en ilusiones imposibles que le amargan ligeramente al esfurmase, como cuando le interrumpe la sirvienta.

-Déjelo así, gracias. Ya basta por hoy, es tarde. Vallase a descansar.- Respondió, más por empatía que por deseos de irse a dormir. No estaba cansado, apenas encontraba acomodo entre los cojines. No. Estaba inquieto, como de costumbre, o al menos muy a menudo. Solía agotar las noches leyendo recostado sobre un gran diván de caoba que tenía en su habitación de la mansión de Londres, o directamente en la cama, devorando con fruición libros de prosa de autores románticos hasta encontrase con la vista pesada y los pensamientos nublados lo suficiente como para caer rendido en un profundo sueño.

No obstante hoy era una de aquellas noches en que Charles estaba inquieto, quizás ésta especialmente. Se extraviaba mirando por la ventana abierta la noche tormentosa que le traía olores de madera húmeda y menta recién cortada, los cuales le evocaban fuertes sensaciones; ganas de correr libre, de salir de la casa y buscar vida ahí fuera... Una vida que vivir llena de experiencias nuevas. Ya no era suficiente con recorrer con su unidad los prados a caballo galopando contra el enemigo... Eso ya lo había conocido. Su alma se removía impaciente y le pedía que saliese ahora mismo a buscar aquello que le faltaba... Una nueva aventura de naturaleza desconocida...

Aquella noche Charles se durmió fantaseando con su futuro, sin ni tan siquiera llegar a cambiarse de ropa ni meterse entre las sábanas.

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27/08/2008, 23:18
Mary Ann Windsor-Hancock

- Buff resoplé. Ciertamente no me apetece verle en absoluto. Por mi como si no aparece. dije sin apenas moverme de mi cama ni abrir los ojos.

Por un instante su cara apareció en mi mente.

- ¿No sé qué le ves a ese inútil? pregunté algo enfadada.

Notas de juego

:P