Partida Rol por web

Kordava, capital de Zíngara. Una gran ciudad llena de adinerados barones codiciosos de poder envueltos en perfumes, y viles rufianes esperando en cada rincón oscuro para hundirle un puñal a cualquiera lo bastante necio como para no tener su espalda.

Hace apenas tres días que has llegado a esta ciudad y ya la aborreces por completo. Sus habitantes son sórdidos, sucios e incultos, y sus diligentes egoístas y taimados. Lo único que encuentras aceptable es su vino.

Durante las mañanas, cuando aun no cae el sol con fuerza, gastabas tu tiempo y las pocas monedas que te quedan en una de las tabernas del puerto, "El pez espada".

En el marco de la puerta había un atún disecado clavado a un tablón, con una espada de madera sujeta a las aletas, como si estuviese luchando con ella. Las jarras no estaban muy limpias, pero desde su terraza podías ver el mar y los atracaderos sentado sobre un barril, con una botella de vino rosado, a la espera de ver llegar algún barco en el que marcharte lejos de aquel lugar, o alguna oportunidad de trabajo. Los exiliados también tienen que ganarse la vida.

-Mira, ya llega el Lobo

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Jaibén, un marino shemita que solía compartir la mesa contigo, pues era el único que conocías con quien hablabas una lengua en común.

Divisaste en el puerto como unas doscientas personas, la mayoría mujeres y chiquillos se aglomeraban ante el puerto y lanzaban voces a la tripulación de un navío que estaba reduciendo su marcha para atracar.

-Lo veis? os dije que venían! Dijo el chaval emocionado.

Había llegado exhausto hasta el Magistrado para informaros de la llegada de Domingo y sus filibusteros, a los que esperabais en Kordava desde hace unos días.

El anterior piso en el puerto que tenía Valenso quedó destrozado durante la rebelión, y como pasabas la mayor parte del tiempo en el frente, no valía la pena buscar otro, así que mandasteis al escudero de Valenso, a vigilar el horizonte día y noche, y mientras estuvierais en la capital os residiríais en las antiguas dependencias del Duque Villagro.

El joven Tomás, hijo del Alberto de Montresa, os guió corriendo por la ciudad hasta el atracadero, donde unas doscientas personas, en su mayoría mujeres y niños se aglomeraban y lanzaban gritos a la tripulación del "Lobo Feroz"

Después de un largo viaje lleno de aventura, la Lobo Feroz se acercaba lentamente al atracadero, y los mozos del puerto se preparaban para amarrar los cabos cuando se los arriaran la tripulación.

Como estaba acordado, pasado un mes la tripulación de Domingo volvería a su puerto en Kordava, donde les esperaría sin duda, la familia de muchos y la fiesta para otros, pues hay muchas cosas que celebrar.

Ha sido duro, pero habéis cazado y aniquilado tres navíos barachanos, robado sus tesoros y quemado sus barcos en ruinas sin apenas bajas. Por fin alguien vuelve a poner en jaque a los barachanos y toda Kordava os está agradecida por ello. Pronto reuniréis una tripulación mayor, os aréis con nuevos barcos y con capitanes que os sigan para darles a los barachanos lo que se merecen.

Unos metros mas atrás, unas doscientas personas, la mayoría mujeres y chavales, se aglutinaban y lanzaban voces a la tripulación para darles la bien venida.

Todos están deseosos de escuchar vuestras aventuras y ver vuestros botines. Vosotros, tenéis ganas de ver a vuestros seres queridos, gastar el botín y disfrutar de la hospitalidad de vuestra propia ciudad, así como de enteraros que ha estado pasando durante el mes que habéis estado fuera.

Los mozos del puerto ya estaban atando los cabos para amarrar el buque, y el capitán gritaba las últimas órdenes para el desembarque, pero sus gritos se confundían con los de su tripulación y los de los familiares y amigos que esperaban impacientes en el puerto.

...-Eeeeh! Mariano! ya era hora... -tus hijas ya ni se acuerdan de como te llamas...-Vivan los Filibusteros!  -Hermano! Has vuelto entero?!... -Joder! Te has vuelto cinco años mas viejo... -Y tu todavía mas feo! -Me has traido algún regalo?! -Has comido bien hijo?... José! habrás traído todo el dinero que me debes, no? ...

Cada uno trataba de gritar mas que el anterior, mientras los piratas se asomaban por la borda antes de desembarcar y devolvían los comentarios o los chistes con poca gracia, enseñando los botines y trofeos que traían alzándolos al aire llenos de júbilo. Algunas de las mozas del puerto hacían comentarios lascivos y enseñaban los pechos a los marinos, recuperando antiguos clientes o avivando el deseo de algún novio. Otros, simplemente observaban desde las tabernas o las tiendas del puerto con una sonrisa en los labios.

La llegada de la "Lobo Feroz" sin duda era algo muy esperado por muchos.

En el muelle, algo separados, destacan también las figuras de dos jinetes que esperan, uno es un caballero, de nobles ropajes y aires de importancia, y a su lado hay una muchacha esbelta, de piel clara y cabellos rojos como el fuego, que lleva una armadura muy escueta y dos espadas al cinto. Junto a ellos, un chaval de unos diez años aguarda feliz.

Bueno, al fin han llegado. Ahora ya tenemos compañía para beber, dice tranquila la norteña dirigiéndose a Valenso, no es que me aburra contigo,continúa con una pícara sonrisa, mientras acaricia su roja melena,pero los refuerzos nunca vienen mal...
Espera unos segundos antes de continuar,¿nos acercamos ?comenta haciendo un gesto con la cabeza en dirección al barco.

Guardando sus pertenencias en el baúl antes de desembarcar, Damon coge algunas monedas y lo cierra con llave antes de empujarlo bajo su cama y salir de la enfermería. Una vez en cubierta, localiza a Domingo gritando ordenes, y logra con dificultad abrirse paso por el caos de la cubierta hasta el.

-Bueno capitán, parece que ya hemos llegado. -dice Damon cuando llega a su lado- Que le ha parecido mi primer mes en la mar? Espero no haberle defraudado.

Valenso sonrió, mientras se atusaba los bigotes pensativo, y observaba el barco de los filubusteros.

- Si, ya era hora. Espero que Domingo siga recordando que el motivo por el que tiene ese barco es porque le hice conseguirlo. Y espero que otra persona recuerde también lo que me debe - dice mirando a Ydhir con el ceño fruncido.

Es evidente que la guerra constante entre los zingarios no era lo que Valenso deseaba, y que su continuación no ha contribuido a hacerle un hombre feliz. En los últimos meses lo has visto preocupado, y aunque ha mantenido contigo su trato cordial, a veces se le nota un fondo de amargura que, afortunadamente, casi siempre consigue dejar de lado bien con la compañía de alguna esclava bonita, bien con una posada, bien con una buena conversación. Lo has visto trabajar intentando, con toda sinceridad, mejorar la situación en la ciudad y en su patria.

Y te ha tratado y pagado bien y con justicia, tal como prometió.

Tras observar el barco mira al chaval y le sonrío más relajado

- Buen trabajo, Tomás. ¿Quieres acompañarnos y ver el "Lobo Feroz" y conocer a su capitán? Es un buen amigo tanto de Ydhir como mio - luego mira a la norteña y le sonríe como dsagraviándola por su tono de antes- Es bueno tener amigos con quien beber, ya sabes que estoy de acuerdo. Vayamos a que Domingo pueda fanfarronearnos un rato

-Por cierto capitán, espero que no le importe si le acompaño, no conozco muy bien la ciudad aún y no se a donde ir.

-Claro! pero... vos delante, ser. Dice Tomás con timidez acabar la frase.

Me dijo mi padre que ese pirata había trabajado para los Valverde. Seguro que está de nuestro lado, ser?

Mira pensativo al escudero y sonríe

- ¿Seguro? Nada hay seguro en esta vida, Tomás, ya irás comprendiéndolo. Sin embargo participó en el cambio de poder y es zingario. Quizás además tengamos la fortuna que sea amigo de sus amigos, y que sea un filibustero leal.... o en el peor de los casos que crea sinceramente que tenemos mas posibilidades de ganar que las otras partes en conflicto. Lo que se de él, me hace tener mas confianza que suspicacia. Y lo que se de la vida me invita a no confiarme demasiado - tras estas palabras la sonrisa se le hace mas afilada, mas dura. Luego menea con la cabeza- ¿Conoces el dilema del cautivo, Tomás? - luego mira a la guerrera- ¿Y tu, Ydhir?

Al oir a Valenso decir la palabra cautivo la cara de la joven cambia por completo,borra de su rostro su habitual sonrisa pícara y espolea al caballo para adelantarse un par de pasos mientras refunfuña,No Valenso,dice la norteña sin girarse, no tengo ni idea de que estás hablando.
Evidentemente Ydhir se ha molestado, y no trata de ocultarlo,durante este último mes ha intantado olvidar su experiencia en el burdel, aunque resulta evidente que no lo ha conseguido del todo.La mayor parte del día está bien, pero algunos comentarios le recuerdan sucesos que desearía olvidar, esto, unido a su fuerte carácter hace que algunos días estar en su compañía sea insoportable.
Tras unos segundos se lleva a la mano a la cara para secar unas incipientes lágrimas y se gira hacia el noble y el chico,Te preocupas demasiado Valenso, ¿no será que necesitas un buen masaje?En el fondo no soportaba enfadarse con él, le molestaba admitirlo, pero el apuesto noble le resultaba muy agradable, tal vez más de lo que debiera...

- Imagina - dice Valenso mirando al escudero, tras ver como Ydhir se aleja- que dos hombres son apresados por la guardia. Ambos son acusados de haber cometido un crimen, de haber matado a alguien, pero la guardia no tiene pruebas. Por eso ofrecen a ambos cautivos por separado un trato: si confiesan ambos los castigarán a seis años de galera. Si confiesa uno y el otro lo niega, el que ha confesado será liberado, y el otro castigado a la pena de quince años. Y si ninguno confiesa... como la guardia no tiene pruebas solo los podrán castigar con una pena menor, con una multa. El dilema del cautivo nos dice que lo mas inteligente es confiar. Pero que si confías en la persona poco adecuada, estás perdido. - tras estas palabras mira a la pelirroja con una sonrisa- Depende del masaje y de quien lo de - contesta riéndose

Y se dirigen hacia el barco

Domingo deja que el contramaestre acabe con el trabajo de atraque a la vez que se pasea, orgulloso de volver a su ciudad, por la cubierta.

-Bueno capitán, parece que ya hemos llegado. -dice Damon cuando llega a su lado- Que le ha parecido mi primer mes en la mar? Espero no haberle defraudado.

-Sin ninguna duda, su contratación ha sido una de las mejores de este último mes. Ahora que usted atiende a los heridos, de forma excelente debo añadir, el intendente ha estado haciendo avances en sus investigaciones y, aunque no se si está ligado, parece que ha sido un mes fructífero en nuestra cacería de perros.

-Solo le deseo que con el tiempo aprenda el arte de la espada. Si alguna vez se lo plantea en serio, conozco un contacto, aquí en Kordava que dirigía una academia de esgrima que, a cambio de un buen sueldo, podría enseñarle el noble arte del duelo. Divaga el capitán recordando sus pocos años de entrenamiento.

-Por cierto capitán, espero que no le importe si le acompaño, no conozco muy bien la ciudad aún y no se a donde ir.

Ante la pregunta, el zíngaro asiente. -Por favor, mi casa es su casa. Le ofrece hospitalidad. Siempre que mi querida madre acepte. Añade rápidamente.

Mirando a la gente reunida en el muelle, identifica a la primera a su madre saludando con el rodillo aun lleno de harina. Seguramente estaría preparando pan cuando oyó la noticia de que llegaba. A su lado, y haciendo la escena habitual, el  esbelto, refinado y negro gato del pirata aguarda erguido y ajeno a su alrededor, mirando al galeón fijamente y lamiéndose una pata con pereza.

En una segunda pasada, Domingo identificó a un par de personajes fuera de lugar en aquel panorama. Personajes que se alegraba de ver. Con un gesto de cabeza, saludó a los tipos montados a caballo. Seguramente querían hablar con él y él también tenía ganas de hablar con ellos y ponerse al día.

Cuando por fin el navío deja de moverse, Domingo es de los últimos en bajar de el Lobo Feroz, aguardando a sus oficiales y ultimando detalles sobre la estancia en tierra.

Domingo deja que el contramaestre acabe con el trabajo de atraque a la vez que se pasea, orgulloso de volver a su ciudad, por la cubierta.

Mirando a la gente reunida en el muelle, identifica a la primera a su madre saludando con el rodillo aun lleno de harina. Seguramente estaría preparando pan cuando oyó la noticia de que llegaba. A su lado, y haciendo la escena habitual, el esbelto, refinado y negro gato del pirata aguarda erguido y ajeno a su alrededor, mirando al galeón fijamente y lamiéndose una pata con pereza.

En una segunda pasada, Domingo identificó a un par de personajes fuera de lugar en aquel panorama. Personajes que se alegraba de ver. Con un gesto de cabeza, saludó a los tipos montados a caballo. Seguramente querían hablar con él y él también tenía ganas de hablar con ellos y ponerse al día.

Cuando por fin el navío deja de moverse, Domingo es de los últimos en bajar de el Lobo Feroz, aguardando a sus oficiales y ultimando detalles sobre la estancia en tierra.

Cuando la mayoría de marinos ya están descargando los pertrechos y quedan pocos más que los oficiales, Domingo se reúne con ellos.

-Bien, tal y como tocó con las pajitas, hoy le toca quedarse a bordo a Ignacio(Intendente) y al señor Lopez(Contramaestre). Recuerda el capitán. -En principio nos quedaremos una semana en puerto, tiempo suficiente para reparar los pocos destrozos del barco y actualizar nuestra información.

Dirigiéndose al contramaestre, Domingo añade. -Este sería un buen momento para ponerse en contacto con su familia, señor Lopez. Si envía una carta mañana por la mañana es posible que le llegue la contestación antes de que finalice la semana.

Seguidamente se gira hacia Francisco. -Tu que vas a hacer, Francisco, te quedas a hacerle compañía a tu hermano o bajas a tomarte unas jarras frescas y a disfrutar de un buen par de pechugas?

El navío  no es más que una mole  de madera  carente de gracia y armonía como todo lo occidental .La nave  mas  que surcar las aguas las parte violentamente .¡cuan diferentes de  los ágiles juncos  de mi   añorada tierra! .Llevo discretamente un pañuelo  ligeramente perfumado a la  nariz para  soportar el olor hediondo  de estos bárbaros antes de responder en shemita .El lobo  ?. Las palabras  en  ese lenguaje burdo  se me antojan ásperas y mis labios  casi sufren con cada silaba.¿En que  medida ese barco podrá mejorar  nuestra fortuna?. La rueda  del  universo ha girado hasta ahora en  contra  pero  las estrellas  hablan de cambios y eso no siempre malo

-¿Perros? Que agradable coincidencia, justo hace un momento estaba pensando sobre adquirir uno para mi protección. Mucho me temo que el arte de la espada no es algo muy indicado para mi y mi cuerpo, y considere que otro tipo de protección podría ser beneficiosa.-dice Damon sonriente ante el golpe de buena suerte-.

Todavía contento por la corta conversación y la perspectiva de tener algo que hacer en la ciudad, el sabio se apoya en la baranda del barco para ver a las personas en el puerto, esperando a una distancia respetuosa a que Domingo acabe su charla con sus oficiales. Un individuo particular le llama la atención por la extraña mueca en su cara, como si acabara de comer algo podrido.

Desde las tabernas del puerto, los curiosos* pudieron ver todo lo que sucedía a marchas forzadas. La tripulación del Lobo feroz iba bajando y se reunían con los que les esperaban, estallando en un cúmulo de abrazos, besos y alguna que otra riña severa. Al fin maridos se reunían con sus anheladas esposas, los padres con sus hijos, los jóvenes con sus amigos y los hijos con sus madres.

¿Todos? No, todos no. Entre aquellos que habían perdido a sus familiares y que empezaban a darse cuenta de sus pérdidas mientras las lágrimas les brotaban de los ojos, una señora mayor entrada en carnes, con un delantal manchado de harina y un rodillo de amasar en la mano esperaba de brazos cruzados con rostro severo.

Muchos de los piratas que pasan a su lado, sobre todo los que partieron desde Kordava y no los reclutados en otras ciudades, la saludan con elegancia, "Buenos días señora Encarna... Encantado de volver a verla Señora", pero ella apenas les hace caso.

No es hasta el momento en que Valenso, acompañado por Ydhir y su escudero intentan subir a la "Lobo feroz" que parece activarse.

-EH! A donde te crees que vas?! No creas que no se quien eres, pero nadie tiene prioridad en un hijo salvo su madre. Indignada y sin esperar respuesta, la señora Encarnación sube por la pasarela adelantándose a los pasos de Valenso por unos segundos.

El llegar a cubierta, al círculo que formaban los oficiales para hablar en secreto, el primero de abordo advierte al capitán.

- Me quedaré por aquí un rato... Será mejor que hablemos luego de eso.

Dice indicándole a Domingo que se de la vuelta, justo a tiempo para ver como los gruesos brazos de su madre le rodean en un abrazo aplastante contra el que no puede hacer nada.

-Hijoooo!! Vergüenza debería darte, aquí hablando con tus amigotes y haciendo esperar a tu pobre madre. Que sepas que por mucho barco que tengas ahora Yo sigo siendo tu única madre, eh?  Has comido bien? Prfff seguro que no, estás muy flacucho, te he preparado una tarta como las que te gustan, si es que no se come mejor que en casa en ningún sitio, estás bien? no te habrán cortado nada verdad? A ver que te mire. Lo repasa de arriba abajo sin soltarlo de su abrazo No me acabo de acostumbrar a eso que tengas los ojos azules eh? con lo bonitos que los tenías, negros como los de tu padre, que en paz descanse. Me has traído algo de tus viajes? No será otra esclava? la negra esa que me trajiste la última vez no trabaja ni aunque la muela a golpes con el rodillo, pero bueno, me viene bien, por que ahora, la señora Carmele, la que vive justo al lado de nuestra posada, se ha roto la cadera, y claaro, quien la va a cuidar si no es la señora Encarna, su amiga de toda la vida, y entonces la muchacha esa va bien, por que le friega el suelo a la señora Carmele. Menos mal que ya estáis aquí otra vez y que su hijo podrá cuidarla unos días. ¿Por que no habrás dejado que maten a Fernandito verdad? Mira que su madre te dijo que cuidaras bien de su único hijo. Y que le iba a decir yo a la pobre, en cama todo el día con la cadera rota y su hijo muerto por el pobre de mi hijo. Mira que le dije que estaba ya muy mayor como para subir cada día las escaleras, pero nada, la mujer venga que venga, asta que PAF! la semana pasada, un día que llovía va la muy tonta y se patina, menudo susto nos dio a todos...

Cuando estabais pensando en estrangularla todos juntos para hacer callar a la mujer de una vez la señora Encarnación suelta a su hijo domingo y mira a los demás.

Bueno, luego me cuentas, que tienes que hablar mucho con tus amigotes. Si vas a traer alguno a comer a casa avisa, que sino no tengo tiempo de preparar nada.

Le plantó un beso en la mejilla y se marchó por donde había venido. Más de uno de los presentes se alegró por unos instantes de ser huérfano, pero más de un pirata lleva orgulloso un tatuaje de "Amor de madre"