Partida Rol por web

A la mañana siguiente os ponéis en camino. La comitiva de refugiados consiste en tres carretas tiradas por bueyes, uno de los cuales transporta a Nana y sus huérfanos, y cerca de 85 personas a pie, algunos cargados con fardos y otros tirando de carretillas en las que han apilado todos sus bienes mundanos. La fila de refugiados avanza lentamente y acampan durante la noche.

El capitán Schiller ha fijado un duro orden de marcha: un tercio de los guardias locales supervivientes al frente, otro tercio en retaguardia, y el resto desperdigado a ambos lados, flanqueando la comitiva. Hans Baunner va por delante, explorando el bosque. Durante la noche hay cinco guardias vigilando.

La comida escasea, al parecer solo Lambert había sido previsor y llevaba comida y agua.

El primer día y la primera noche de la marcha transcurren sin incidentes. El avance es lento debido a la presencia de carretas y niños, por no mencionar la escasez de comida. A mitad de camino del segundo día llegáis a Grimminhagen. Sin mediar palabras, Hans dirige a la comitiva por entre las ruinas del pueblo. Ya habéis oido bastante a los pueblerinos para saber a qué se debe. Los habitantes de Untergard no son bienvenidos en Grimminhagen y no halláis consuelo en ella.

Gracias a Nana, mujer con la que trabó una gran amistad, empezó a recuperarse dd la paliza del otro día.
Por suerte, lleva comida para 1 semana y agua fresca, cosa que le hizo el viaje más llevadero.
Pensó varias veces en compartirlo, pero herido como estaba, necesitaba de la comida para sobrevivir a aquel viaje.

Continuaron caminando hasta llegar a un pueblo Grimminhagen, devastado por los hombres bestia, no vieron atisbo de vida en él.

Lambert no confiaba en el éxito de aquella escapada, a estas horas Utrengard sería pasto de las llamas y la manada de Gors irían en busca de ellos.

La marcha era pesada y tenían que parar de tanto en tanto a descansar. Lambert ayudó a varios ancianos a seguir andando.

Hizo varios bastones con palos de madera en tal de mejorar sus condiciones de viaje.
Preguntó a varios hombres sobre Grimminhagen y sobre Hans Baunner.

Mientras pasas por Grimminhagen te das cuenta que está mucho peor que Untergard. Las fuerzas de Archaón han saqueado el lugar y apenas han dejado supervivientes. Parece que nadie de Untergard piensa siquiera en advertir a los que quedan en Grimminhagen acerca de los hombres bestia que vienen desde el sur.

Me paseo entre los refugiados con sed, pero sin pedir agua a nadie, total, la gente se aparta de mi alrededor según voy pasando, será por la máscara.

"Así que refugiados, se puede caer mas bajo, por dios, que asco, somos una vergüenza."

Sigo junto a los demás refugiados, pensativo y en silencio, sin prestar atención a lo que me rodea, como si fuera un autómata.

Mientras pasas por Grimminhagen te das cuenta que está mucho peor que Untergard. Las fuerzas de Archaón han saqueado el lugar y apenas han dejado supervivientes. Parece que nadie de Untergard piensa siquiera en advertir a los que quedan en Grimminhagen acerca de los hombres bestia que vienen desde el sur.

Mientras caminas te enteras de que el Graf Sternhauer no se encuentra en Grimminhagen, sino que permanece en su fortaleza, que se halla a varios kilómetros de distancia

Hablo con los supervivientes de Grimminhagen, al ser bretoniano les hago entender que nada tengo qur ver con las estúpidas rencillas entre pueblos del Imperio, intento de buena fé advertirles de la inminente llegada de hombres bestia des de el Sur.

Intento advertirles y les pido que nos acompañen, no soy de Utrengard, no soy de Reikland, ni tan siquiera ciudadano del Imperio.

- Atended a razones señores y acompañadnos, unidos tendremos más fuerza- dijo Lambert a un grupo de aldeanos de Grimminhagen.

El ogro apenas tiene tiempo para prepararse para la marcha pues lo despiertan, no sin dificultades, al romper el alba y todo el mundo sabe que eso es muy temprano para un ogro. Aún estaba quitándose las legañas de los ojos cuando ya llevaban un par de horas de viaje y, claro, no llevaba ni comida ni agua.

Según se alargan las primeras jornadas del viaje y se acortan las raciones el ánimo de GRUK cada vez se va volviendo más sombrío y taciturno. 

Malditos hombres bestia, por culpa de ellos GRUK tener hambre. Como pille a alguno.... ¡GRUK se lo come! ¡Vaya que sí!

 La mitad del  segundo día la pasa caminando al lado de un delgado caballo de tiro, más bien esquelético, y está claro que el ogro está esperando que muera para poder comérselo o, ¿quién sabe? igual se lo empieza a comer un poco antes de que eso suceda....

Al pasar por las ruinas de Grimminhagen ni levanta la mirada de las punteras de sus zapatos, sólo quiere comida.

Gunter el capitán de la guardia de Grimminhagen parece agradecido con Lambert por avisarle de la cercanía de los hombres bestia hasta el momento en que le pide que vaya con ellos.

-¿Con los de Untergard?- escupe en el suelo- Prefiero morir luchando contra los hombres bestias que ir con esos gandules.

No hay nada que se pueda hacer para convencer a la gente de Grimminhagen para que os acompañe.

Poco después del anochecer algunos de los huérfanos de Nana deambulan por el campamento. Están llorando y gimoteando:

-¡Nana, Nana! ¿Dónde estás, Nana?

Un rápido vistazo por el campamento basta para comprobar que no está. El capitán Schiller frunce el ceño.

-¡Por los dientes de Taal! ¿Y ahora qué? Nuestra mejor sanadora se ha esfumado. Bueno, alguien va a tener que ir a buscarla... ¿Algún voluntario?

Lambert rió ante el comentario de Hans, capitán de la guardia de Grimminhagen, pero por dentro lamentó la cabezonería de aquel tipo.

-Sea como sea, esten preparados amigo. Les deseo suerte- se despidió con un apretón de manos.

A las pocas horas empezó a anochecer y tras una frugal cena, los lloros y sollozos de los huérfanos hicieron que se levantara. Todos se arremolinaban alrededor del capitán Schiller, el cual con el rostro serio, lamentaba la ausencia de Nara la sanadora.

Lambert se acercó al tiempo que el capitán lanzaba un grito.

-¡Por los dientes de Taal! ¿Y ahora qué? Nuestra mejor sanadora se ha esfumado. Bueno, alguien va a tener que ir a buscarla... ¿Algún voluntario?
 

- Yo iré en su búsqueda, capitán. Le debo mi vida a Nana, cuente conmigo la traeré de vuelta.- dijo convencido el bretoniano.

Sin la aprobación del capitán Schiller, empezó a preparar la mochila para una búsqueda que se antojaba difícil. El Drakwald se extendía a su alrededor y de seguro, habría que entrar en el bosque en busca de Nara.

- No creo que haya ido al hacia el río -pensó el patrullador de caminos.

El bretoniano rebuscó en sus pertenencias y sin pensarlo dos veces, bebió de la pócima de salud, de un trago consiguió bebérsela.

- Que amarga...baggg.

Empezó a sentirse mejor a los pocos segundos, sus heridas empezaron a esfumarse y sin ellas, se sintió más capacitado para traer a Nana de vuelta.

Miró al capitán y a su alrededor, en busca de algún loco, que como él iba a adentrarse en un bosque repleto de peligros.

Por la noche duermo apartado del resto, siempre a solas, a pesar de ello los llantos de los niños resuenan, por ello me levanto con intención de mandar callar a los mocosos, pero al llegar allí veo la conversación entre el capitán y Lambert.

- Habrá que ir a buscarla, pero para ello nos harán falta algunas provisiones - Digo manteniendo la mirada al capitán, acto seguido miro al ogro.

- Tal vez haya algo que aplastar o destruir - 

Acto seguido me retiro a por mis cosas sin dilatar más el momento.

"Tal vez así consiga algo de comer, voy notando la necesidad"

EL ogro no puede evitar oír la conversación entre Gunter y Lambert y ante el gesto del primero y el hambre que empieza a reconcomerle las entrañas se le despierta la ira. Se acerca a Gunter y se agacha para poner su mirada a la altura del humano. GRUK no recuerda tu cara en los días que luchamos en el puente, humano, igual el humano estaba tocándose las pelotas mientras Untergard machacaba hombres bestias... Tras esto se levanta, escupe un salivazo mucho más grande y sonoro que el del capitán y vuelve a ponerse junto al caballo que, espera, le sirva de almuerzo en breve.

Cae la noche y parece que Nana ha desparecido y se empieza a montar un grupo de búsqueda. GRUK, pensativo, mira a Lambert, el primer voluntario y al caballo, tan apetitoso, sin saber muy bien que hacer.

- Tal vez haya algo que aplastar o destruir -

GRUK se levanta, irá con los humanos, igual encuentra algo que comer...

GRUK ir también, si hay problemas los humanos son muy blanditos, necesitarán de GRUK. Y mirando al humano vestido de negro con el ceño fruncido. A GRUK no gustar destruir cosas, a GRUK gustar arreglarlas. Suavizando el gesto el ogro, lo muda por una sonrisa. ¡¡¡Y lo que más gusta a GRUK es comer y beber cerveza!!! ¡¡¡Ho, ho, hoooo!!!

Se acerca a los carromatos y recoge todos los odres vacíos que encuentre y alguno que le quede algo de agua, para el camino, igual encontramos agua en el bosque...

GRUK estar preparado.

Master, hice la tirada de heridas en el off topic. Me salió un 7¿Cuantas heridas recupero?

Gracias

- Habrá que ir a buscarla, pero para ello nos harán falta algunas provisiones

-Eso será imposible, las provisiones escasean no podemos prescindir de ninguna de ellas, vosotros tenéis más oportunidad de encontrar alguna en el bosque que nosotros

El capitán Schiller rastrea hasta encontrar las huellas de Nana, indicándoos el camino por el que se ha ido. 

No tardáis ni 10 minutos en encontrar a Nana, aliviados la encontráis en un claro del bosque, con algunas hierbas recién arrancadas en su mano. Sorprendida, tiene la mirada fija en tres elfos embozados en capas que le apuntan con sus arcos. El líder de los elfos dice:

-Explícate, bruja, o mi flecha volará certera

-Solo recogía hierba curativa para la gente de Untergard.

-Mientes, solo una bruja al servicio de los poderes oscuros estaría sola de noche en el Drakwald

Tras seguir un rastro claro que llevaba al bosque, apoyados por la tenue luz de la Luna, llegaron a un claro donde estaba Nanna en el suelo asustada, al otro lado tres elfos hablaban con ella amenazantes. Por suerte, no les habían visto llegar, el bretoniano alzó la mano y escuchó lo que decían.

-Explícate, bruja, o mi flecha volará certera

-Solo recogía hierba curativa para la gente de Untergard.

-Mientes, solo una bruja al servicio de los poderes oscuros estaría sola de noche en el Drakwald

Lambert no lo dudó y salió de su escondrijo. Levantó las manos en signo de paz y lentamente se fue acercando a Nanna.

- Buenas noches tengan, nobles elfos- tragó saliva y les dedicó una leve reverencia, ese gestos corteses eran muy apreciados por los elfos.

-Le debo la vida a esta señora, ella curó mis heridas usando este tipo de hierbas, no es una hechicera si no una gran sanadora.

Somos un grupo de refugiados, estamos en el cercano pueblo de Grimminhagen, hemos acampado allí huyendo desde el Sur.

Utrengard, la aldea de donde venimos, ha sido tomada por una manada de hombres bestia.

Nuestro líder es Gerhard Schiller, capitán a las órdenes del Conde Boris Todbriger. Esta mujer cuida de los más pequeños, les invito a verlos con sus propios ojos, si no es cierto lo que digo pueden matarla a ella y a mí mismo si lo creen preciso.

Pero, por favor, que reine la calma. Es todo un malentendido- dijo casi en un susurro mientras Nanna se escondía detrás de él.

-A esta distancia, si me disparan, me acertaran en el corazón de un flechazo. - pensó el Bretoniano mientras lamentaba su estupidez, allí lejos de su casa, en un sucio bosque podría decirle adiós a su vida.

Buscando a la vieja curandera, el pequeño grupo da con ella... Y con tres elfos.

Mmmmm, ¿los elfos se podrán comer? Piensa el ogro.

Lambert, muy gallardamente, se interpone entre las flechas y Nana, llamando al diálogo pero, siendo realistas, si disparan, lo matan y puede que a Nana también. El ogro sacude la cabeza, se encoge de hombros y deja el pico apoyado en un árbol para salir de la misma manera que el humano, con los brazos en alto, colocándose entre los elfos y Lambert.

Humano tener razón, buscar a Nana porque ser buena y curar muy bien. También buscar comida para GRUK y los niños y agua, agua también...

Señala con un gesto los odres que cuelgan de su cinturón.

GRUK también bueno, pero enfadarse mucho cuando pinchitos de esos arañan su piel. Ultima refiriéndose a los arcos que portan los elfos y aportando una magnífica sonrisa ogra con la idea de suavizar ánimos como ha visto hacer antes a muchos humanos. Claro, el efecto no es exactamente igual pero el ogro no lo sabe.