Partida Rol por web

La magia envolvio a los aventureros transportandolos a otro lugar a traves del espacio.

Estaban en el pantano envuelto en niebla, delante de la tumba donde habian entrado ya antes, cuya reja seguia entreabierta bajo un arbol particularmente grande y amenazador.

Todo parecia tranquilo.... no habia rastro de zombis comecerebros por ninguna parte, ni se escuchaba sonido alguno que no fuese el crepitar de las ramas secas del oscuro tronco pese a no haber siquiera brisa.

La puerta abierta les invitaba a entrar como antes, pero habia algo mas... algo oscuro y amenazador que en la ocasion anterior no estaba tan presente como ahora.

Recuerda que sigo con todos los detectares puestos y si no los llevo me los echo. 

Después de haber soportado la magia elfica por segunda vez, haber recogido de mala gana la estaca para hundirla en el pecho de uno de esos pobres infelices que servían al nigromante, Bram  Se encaminó a la entrada de las ruinas.

Mas al primer paso se detuvo, percatándose de que algo atípico predominaba en el ambiente.Mirando de hito en hito, el enano permanecía alerta ,frunciendo el caño y  apretando su mano diestra contra el mango de su martillo....

Su hermana era muy poderosa. El había conseguido teleportar al enano unos cuantos pisos en aquella torre pero Riwen había echo aparecer a todo el grupo a salvo. O eso creían. Algo en el ambiente se hacía extraño.

Algo había cambiado en el ambiente y se podía sentir. Anna razono un breve momento y de repente sintio un mal presentimiento, despues del viaje que habían realizado a la fortaleza maligna y como se habian abierto paso a través de ella, para volver al punto de partida.

 Riwenn, cuidado! No me parece muy buena idea entrar ahora en este lugar. Nuestro mortal enemigo con seguridad habrá dejado algo para dañarnos.

Seguía asiendo su espada congeladora, comprobando que el brillo azulado no aumentaba su intensidad, lo que significaba que no habia orcos en la zona.

Viendo que Bram empezaba a entrar en la catacumba, se resigno y se preparo para una nueva aventura.

La elfa hizo el signo del silencio. Algo presentían y quizá les estaba esperando. 

Bram el enano se detiene a escasos metros de la entrada... algo no va del todo bien.

Las raices del arbol negro y pelado se levantan del terreno fangoso crujiendo, serpentean como tentaculos mientras el tronco despliega sus ramas cuajadas de zarcillos agitandose en el aire.

El horroroso ucorno guarda la entrada a la catacumba, y ahora esta despierto.

Os saluda con una especie de mugido salido de las entrañas del submundo.

Riwen seguía concentrándose en el conjuro de rayo, pero le comentó a Nymrael algo:

Puedes comunicarte con los Ucornos, Nym? No me gustaría tener que luchar contra un ser que no es malvado. 

No está entre mis capacidades. Lo siento
Dijo el silvano mientras desenvainaba la espada.
No perdáis tiempo con las flechas, a esta pobre bestia hay que matarla con hierro y fuego.

El caso es que las raices serpenteantes del arbol se hunden en la tierra y se extienden a traves del subsuelo hacia los aventureros levantando tres protuberancias en el terreno como topos monstruosos mientras avanzan.

- Mi buen Nymrael, no descartes el uso de las flechas tan pronto.

Tras las misteriosas palabras del amanerado elfo, con toda la parsimonia de la que un Noldor puede hacer gala, Emeldir tomó a Telperion es sus manos enguantadas y, de pronto, estaba ya surcando el aire, elevándose fuera del alcance de las nudosas raíces del Uncorno. El brujo se elevó raudo en el aire, como si no pesara nada, y una vez arriba dejó caer el contenido de uno de lso frascos de aceite que llevaba sobre el ser de madera animada. Desde arriba sonrió a su hermana que ya había demostrado en otras ocasiones que manipulaba el fuego a su antojo.

Nymrael miró con escepticismo al Noldor, y aunque sólo fuese por complacerle sacó su arco y lanzó una flecha para ver si existía alguna posibilidad de hacerle algo de daño.