Partida Rol por web

Leofric despues de lo visto al acampar, reacciona mejor de lo previsto ante la vision de los zombies, quizas se deba por el hecho de ir en grupo. En cualquier otra circunstancia la mera vision de uno solo de esos engendros habria bastado para dejarle petrificado. Sin embargo en esta ocasion y a pesar de ser bastante nulo en combate decide colaborar algo mas que la otra vez si puede. Carga una flecha en su arco y se dispone a aprovechar que aun estan lejos para ver si suena la flauta y consigue algun impacto.

Riwen tomó una decisión. Tenía un conjuro perfecto para esos débiles y numerosos enemigos. Su falta de inteligencia y su temeridad serían estupendas. Iban a sentir el olor de la carne pasada y chamuscada. 

Pondré un muro de fuego justo delante de nosotros. Esperad detrás hasta que lo lance, o quedaréis entre los enemigos y el fuego. 

Caminando lentamente se puso a la cabeza mientras su ceño indicaba que estaba concentrando su poder. 

¡Qué contraste! La vileza de aquellos seres y la repugnancia que le provocaban enfrentados a la presencia de Riwen y la admiración que sentía por ella.

¡Un muro de fuego!- Emeldir estaba asombrado por que su hermana lograra manipular el fuego hasta ese nivel. Muchos de sus entrenamientos y estudios como magos lo habían realizado juntos, por lo que conocían bien hasta dónde podían llegar del otro. Sin embargo, había cosas que aún, a pesar de ser mellizos, se ocultaban el uno al otro. Emeldir lo hacía con el fin de sorprenderla, aunque pocas veces lo conseguía. Al contrario, ella no paraba de asombrar a Emeldir con cada uno de sus actos.

¡Es tan valiente!- Con cada paso que ella, demostrando el coraje de su corazón, daba hacia los no muertos, Emeldir daba un paso en otra dirección. Era una inconsciente. Si algo salía mal estaría en primera línea.

- ¡Qué alguien la proteja!- Es lo que se atrevió a decir. Él no podía, ya le gustaría, pero tenía también empezar a concentrarse cuanto antes. Entre la espesa niebla buscó un escondrijo desde el cual poder atacar a esos engendros cuando se acercaran.

¿Muertos vivientes? Creo recordar que tenían un punto débil. Si lo recuerdo les disparo a él.

Disparo tres veces al más cercano (si cae, tiro al siguiente).

Están lejos todavía, maese Bran le ruego que contenga su hacha hasta que los debilitemos. Algunas leyendas dicen que si le hieren puede convertirse en uno de ellos. Y no me gustaría tener que enfrentarme con vos... ni siquiera muerto. 

Cuando avistaron a los cadáveres andantes,  el grupo reaccionó como  el enano esperaba. Alguno de los artistas del arco y las flechas tensaron sus fieles armas, mientras que los magos, fieles a su mágico conocimiento, avisaron sus intenciones. -¿un muro de fuego?- pensó el enano  mientras mantenía su mirada  desafiante  hacia los engendros que se tambaleaban en su dirección. Sus músculos se tensaron, dispuestos a  hacer frente a cualquier ser que  no cayese ante los disparos. Concierta mueca de incredulidad, Bram giró su cuello para observar al elfo que estaba a su lado,cuando este le advirtió de la estrategia a seguir. Con un tono hosco, el enano respondió:

- No he llegado a viejo siendo impetuoso, elfo..- se puso en guardia:-... y no os preocupéis,  podría acabar con vos con una mano atada a la espalda y bailando... -

Un nuevo bramido proveniente de la garganta del enano, alertó al resto:

- Quiero oír silbar esos arcos, ¡por las barbas de Thorin!- mirando de reojo al que semejaba ser el hermano de aquella elfa a la que tenía cierto respeto, masculló:-No te preocupes elfo, mientras me quede un hálito de vida, esa dama no sufrirá daño..-

.....se acercan
 

Mientras lanzo una segunda andanada de flechas grito.

¡Leofric!, ¡Anna! ¿Qué dicen las leyendas de estas criaturas? ¿Tienen algún punto débil? ¿Te conviertes en uno de ellos si te devoran? ¿Se les mata con plata?

Tras concentrarse en su escondrijo, Emeldir asomó la cabeza y un brazo  y apuntó con el dedo índice al primer cuerpo putrefacto que vio.

- A ver que tal con esto.- Sin más pronunció unas extrañas palabras que hicieron que su cabello rizado en bucles perfectos se erizara. Una energía de origen desconocido comenzó a acumularse alrededor del brujo.

Anna Craven

La mujer sacó el arco corto tan rápido como le dio tiempo a reaccionar y lanzó la primera flecha en busca del enemigo más cercano que tuviese y acto seguido cargó y volvió a disparar. Tendrían que mermar aquel grupo antes de que se acercasen pues cuerpo a cuerpo podrían sufrir.

-No estoy para pararme a recordar historias. Tendremos que confiar en que no nos toquen.

El primer lanzamiento impactó de lleno en aquel ser que se estremeció mientras que el segundo ni se le acercó. Demasiada niebla como para alcanzar con ambos proyectiles atacando tan rápido