Partida Rol por web

Bram había aceptado el asiento ofrecido,mas permaneció en silencio mientras el resto hablaba. Mantuvo la mirada con cada uno de  los ponientes, ignorando los comentarios que intentaban vanamente  hacer sorna o escarnio sobre su raza .

Asintió levemente con su ceño fruncido, a las palabras del anciano guerrero que  contaba la apremiante misión que iban  a realizar.  Levantándose de su asiento mientras golpeaba con su puño la mesa para llamar la atención , escupió:

- Habláis de repartir un tesoro que aún no tenemos en nuestro poder, olvidándoos de lo importante. Los orcos invaden los antiguos túmulos de nuestros ancestros,sean elfos o enanos.- cruzando sus brazos sobre su pecho, graznó:

- Sois unos pobres confiados si pensáis que esta tarea será fácil.- con un leve movimiento de negación, continuó:

- ... Pero seguid vuestra discusión de quien debería ser dueño de que, tal vez los orcos huyan al escuchar vuestros alegatos....-

Una mirada llena de cierto enfado se cruzó de nuevo con la del anciano humano:

- Cuando encontréis gente dispuesta a defender la causa y no sanguijuelas... contad conmigo -

Con sus ultimas palabras cruzó el local para acercarse a la barra...

El problema es mas grave que el reparto, los orcos nunca se han interesado por oro ni obejetos magicos... mas bien por esclavos. No sabemos bajo que mando estan pero hay rumores de un hechicero del cual no habiamos tenido noticia hasta hace poco.

Si se hace con el poder de la antigua magia sera problematico. Esa es la situacion.

Anna Craven

La mujer estaba divirtiéndose mucho con la forma de pensar de sus compañeros. Ella soltaba el anzuelo y todos picaban. Tenía la sensación de que se lo iba a pasar bien en compañía de aquellos extraños.

-Evidentemente puedes contar conmigo para eliminar esa amenaza orca pues si terminan aquí su trabajo no tardarán en volver al este a intentar adueñarse de aquello que nos pertenece. Por mi podríamos partir ya pues este lugar comienza a asfixiarme, ¿o tal vez prefieran descansar en un camastro antes que al aire libre?

Con tiempo y calma puedo mediante la magia averiguar cosas de los objetos que encuentre y determinar poderes, maldiciones,origen e historia de los mismos. Es cierto que no soy ahora mismo un maestro en el dominio de estos poderes pues no he encontrado a lo largo de mi vida muchos objetos como para practicar, sin embargo seguro que con tiempo lo del reparto no sera un problema.

Aun asi insisto con mi pregunta...quizas para algunos de vosotros esa meta tan noble sea motivo suficiente para partir de mision. Sin embargo, y a pesar de que en mi caso tambien me parece una buena causa. Como he dicho antes...soy bastante nulo en el combate y vamos a tener que arrebatarselo a Orcos...con lo cual...que recibimos nosotros por alistarnos en esta mision?.

Emeldir había permanecido de pie todo el rato. Podía estar así sin cansarse un buen rato, después de todo, su estructura ósea era perfecta. Seguía anonadado por la presencia de la enana y, cuando habló, no pudo evitar casi beberse sus palabras. Su acento era tan extraño y al hablar con semejante fuerza le hacía sentir como si tuviese una espina de pescado atravesada en la garganta. Carraspeó un segundo, algo impropio en él, llamando sin quererlo la atención de los presentes.

- Ehm...- Sus ojos se posaron en la dura y fría mirada de su hermana Riwen y fueron pasando por cada uno de los presentes hasta posarse de nuevo, en la enana. Era como la miel a las abejas. Terroríficamente hermosa. No, repugante. Lo que fuera, pero atrayente. Algo tenía que decir y algo que no fuera una estupidez. Sus perfectos cabello negro caía en artificiales bucles en los laterales de su rostro. Se pasó la mano enguantada en cuero por el pelo, colocando la melena toda a un lado para ganar algo de tiempo. -...Lo que dice Halmir es preocupante.- Cortó de esta manera las discusiones sobre la propiedad de los objetos que le parecía algo sin sentido en aquellos momentos. Se encontraban al sur de Angmar, no creía que hiciese falta recordar nada a nadie, más bien no iba a rebajarse a hablar de ello con según quien. -¿Qué rumores son esos?- Inquirió a su anfitrión. LA antigua magia en manos de un hechicero obnubilado pro las ansias de poder podía ser peligroso.

Bueno, Halmir, al menos dinos dónde se les vio actuar por última vez... por algún lado tenemos que empezar. Tendremos que ver de dónde salen y tratar de recuperar lo que ya hayan robado antes de empezar a saquear tumbas por que sí...

Aún así, insisto que esta tarea me genera un gran recelo si el reunir esos objetos por nuestra parte, generara algún mal, si los hombres repitiesen el daño de Isildur, tengan por seguro que no descansaré hasta enterrar a quien sea el responsable. Si se escondieron y se les pusieron guardianes por algo será. 

Me alegro que empecemos a hablar de lo que importa. Se lo agradezco, señor enano (refiriéndose a Bram), lo primero es acabar con el peligro y recuperar lo robado. Ya habrá tiempo de repartos. 

Señor Halmir, contad con mi magia. 

Sobre por dónde empezar, es importante localizar a los orcos, pero, eso puede ser una odisea. Estamos en tierras llenas de escondites. No sabemos dónde están sus guaridas, pero sí qué objetivos tienen. Recordad que roban y saquean porque están a las órdenes de alguien que sí desea los tesoros. Él sabe dónde mandarlos. Vayamos a un lugar todavía no profanado y pongamos sus tesoros en buen recaudo. Tarde o temprano ellos nos encontrarán a nosotros. Será el momento de ajustar cuentas. 

Si quereis encontrar a los orcos el yermo esta plagado de ellos como digo. pero su fortaleza mas cercana esta en el Monte Gram, del cual pocos han regresado con vida.

Propongo de momento seguir el camino hasta el puente del Sim Merve. Allí creo recordar que había unas ruinas

Luego ya iremos viendo. La zona de entreríos está llena de antiguos asentamientos y cuevas. 

Leofric cada vez tiene menos claro porque les han elegido y que esperan de ellos, un grupo tan dispar que les cuesta ponerse de acuerdo, con rencillas historicas y sin objetivo claro del todo. Recuperar objetos o reliquias magicas de distinta naturaleza y eso sera el premio de su mision.
Que impedira que una vez consigan el primer artefacto y se lo asignen a alguien abandone la busqueda..una vez tenga el pago...por que arriesgarse...tantas cosas en el aire...desde un primer momento el pensaba ayudar por el simple hecho de hacer el bien, pero eso no quita que le de vueltas a las cosas y aqui hay muchas cosas sin cerrar.

Espero que los demas no les den tantas vueltas.

No discutire con aventureros de verdad asuntos sobre mapas y caminos a seguir. Asi que por mi parte me parece bien lo que dice Nymrael.

Anna Craven

Aquello cada vez le hacía más gracia pues todo y cada uno de los seres inteligentes que habitan la Tierra Media y aquellos que vienen o viven más allá son egoístas y piensan solamente en ellos, sin embargo también sabía callar y adaptarse al grupo para un bien común como es el de eliminar orcos.

-Yo estoy de acuerdo con Nymrael aunque yo como combatiente no sirvo de mucho, mi fuerte es la canción.- no les diría al grupo que también podía forzar cerraduras y desactivar las trampas que se encontrase- Por cierto, también manejo algo el arco, espero que eso sirva como arte de combate.

El enano, con una buena jarra de cerveza en la mano, se acercó cuando comenzaron a decidir el inicio de su viaje. Escuchó al elfo de cabellos oscuros, aquel que se hacia llamar Nymrael; el cual comentaba un posible trayecto  hacia la aventura.

-¿Sim merve, decis?- mientras engullia un grantrago de espumosa, continuó:-Espero que no sea tu ultima idea lucida, elfo.-

Levantó la vista , tras escuchar las palabras de  los bardos, a primera vista humanos. Asintió a ls palabras del primero pero escupió una replica hacia la muchacha:

-Si usais el arco tan bien como la musica , serás de gran ayuda para nuestros enemigos,..quedate atrás y quizás  salves el cuello.-

Anna Craven

-Maese enano, en el momento en el que vos me oigáis cantar tened por seguro que se os quitarán las penas y deseareis que no termine nunca la balada. Así que controlad vuestra lengua no vaya a ser que os la mordáis y muráis envenenado por la misma.- la mujer le contestó con una sonrisa en los labios pues sabía que la mordacidad sería su arma más poderosa contra los tragacervezas enanos.

Riwen tenía poco que decir sobre rutas y objetivos. Sólo podía emplear su lógica. 

Por el número de nuestro grupo, no podremos enfrentarnos a un ejército. No es tampoco nuestra misión. Así que no recomiendo partir en busca de las guaridas orcas. Sim Merve puede ser un buen lugar como cualquier otro. Será un buena oportunidad de medir nuestra fuerzas. No dudo de la valía individual de cada uno, pero no nos conocemos, así que todavía no sabemos luchar juntos. Quizá sea bueno empezar por algo sencillo. Adelante por mi. 

La enana se termino la jarra de aguamiel, dejándola sobre la mesa con un sonoro golpe.

-Bien, ¿a que estamos esperrando? No he crruzado las montañas solo parra conocerr esta posada.

Pues ala, que refresca. Me levanto y me dirijo a la salida. Paro, me vuelvo y pongo cara de darme cuenta...

Ah que a lo mejor los melowi tenéis que dormir. Mejor salir al amanecer. 

Pido una habitación y me voy a dormir.

Parecía que el destino no quisiera que Vardamir llegara a la reunión. Primero baldíos que bloqueaban el paso, luego puentes derruidos y, por último, el caballo que no quiso seguir caminando. El temor y la duda no sólo llena los corazones de enanos, elfos y hombres sino también de los animales que conviven con ellos - Quizá esto sea signo de que no deba reunirme con ellos - cabiló mientras avanzaba con las riendas de la montura. Ignorando quizá toda advertencia respecto a lo que pudiera pasar se encaminó definitivamente hasta el lugar donde se daría la congregación.

Nada más llegar dejó su corcel en los establos. Dejó las riendas atadas bajo el techo para luego abrir la puerta de manera sutil. Se fue directo al grupo de personas que estaban reunidos y lo primero que hizo fue disculparse por la demora - Siento la tardanza - Se quitó la capa y dejó que tanto su melena y sus ojos quedaran libres de toda atadura - Si no me dirijo mal a quien está en esta mesa, vos debéis ser Halmir - Hizo una leve reverencia al anciano o que aparentaba tener ya cierta edad - Los retrasos han acontecido en todo mi caminar hasta este lugar y por ello mi demora ha sido demasiado larga - Observó lo que había encima de la mesa con curiosidad pero apenas dijo nada más. Terminó por echar un vistazo y esperar a que alguien le ofreciera asiento.