Partida Rol por web

Al llegar a la habitación, abro con cuidado y meto la cabeza para ver si esta mi desconocido compañero nuevo, pero por el momento parece que no ha llegado. La cama, por suerte esta limpia de ropa interior, aunque ahora no recuerdo donde narices la he dejado...es lo malo de centrarse en una cosa y dejar el resto un poco al margen.

Me aparto y dejo paso libre a Alessa, La habitación no es gran cosa, pero no esta mal. Como he llegado el primero, me he cogido la cama y que mi compañero se quede la litera. Si quieres sentarte, señalo la cama y las sillas. Donde quieras esta bien.

La mayoría de mis cosas están en cajas, que todavía no he abierto, pero mi portátil descansa sobre la cama, con los cascos junto a el. Es un modelo caro, de los mejores del mercado y con numerosas modificaciones por encargo o que yo mismo he realizado.

-Vaaaya- se le escapó nada más entrar girando sobre sí misma ganando una panorámica general del estado del cuarto- creo que nunca he visto un cuarto tan ordenado... ¡si hasta se ve que tienes colcha en la cama! Si vieses mi cuarto creo que acabarías pidiendo un mapa para salir,- flexionó las piernas para saltar sobre la cama, pero una mezcla de voz de la conciencia (Alessa, que éste no es tu cuarto) y del respeto por lo ajeno (sobre todo cuando lo ajeno era mucho más caro de lo que ella podía permitirse) hizo que se arrepintiese en el último momento haciendo una especie de maniobra patética que terminó con la menuda pelirroja con el culo en el borde de la cama como si en el instante crucial en el que iba a acabar en el suelo un dios del azar hubiese decidido que mejor dejar a los del piso de abajo tranquilitos.

-... fuf, viviendo al límite- dijo con la respiración alterada por el susto, sentándose bien con la funda del violín colocándola sobre las piernas.

-Dime, ¿qué tal es estar aquí?- preguntó mientras él se organizaba para enseñarle la canción- estaba muerta de miedo por no conocer a nadie o que los veteranos fuesen todos.. ehmmmm- buscó una palabra adecuada pero no la encontró sino que le salió el nombre que el mismo Alan había nombrado en el comedor- como Halca.

Rió avergonzada.

-soy una persona horrible, le he cogido una tirria muy seria a esa chica. ¡Más que ella!-Se balanceó de un lado a otro y se asomó al portátil de Alan, apoyando la mano en su brazo para no acabar desparramándose, como diría ella, sobre su trasto ultra caro- menudo pepino de portátil- hizo un ruido muy parecido a silbar, más bien un "soplido fuerte".

Le miró de soslayo preguntándose en serio cómo podía un chico así no tener miles de grupies de esas por todo San Francisco o Chicago o Massachussets.

Estas tías tienen que ser ciegas a fuerza.

-Alan, ¿puedo preguntarte algo?- dijo en voz baja acercándose-¿qué se siente al ser tan alto?- cuando preguntó no se retiró, ella hacía la pregunta completamente en serio y quería saberlo todo.

Sigo los movimientos de Alessa con tanta atención como sus palabras. La muchacha parece moverse como si danzase siempre. Es capaz de moverse sin tropezar con las cosas, cuando yo me las llevo siempre por delante. Claro que el mundo esta construido para gente de metro setenta... . La maniobra sobre la cama me hace pensar que pensaba sentarse sobre ella con toda naturalidad, pero que en el ultimo momento, pensar que es la de un chico y lo que haya podido suceder en ella le ha hecho dar casi un salto para salir de ella. Me alegro de no ser de los que se sonrojan y de haber cambiado la muda esta misma mañana. A menudo me olvido de estas cosas.

Bueno, supongo que si tienes casi todas tus cosas en cajas de mudanza porque nunca encuentras un hueco para organizarlas, es difícil que estén esparcidas por los sitios. Con unas mudas de ropa y mi equipo tengo mas que suficiente. En el armario tengo mi violín, un modelo caro que me regalaron cuando me aceptaron en el instituto. Mi madre sigue teniendo la esperanza de que me haga concertista como ella, pero no creo que pase. Como igual lo de decir que es caro queda un poco pretencioso, trato de arreglarlo torpemente. Con lo de caro quiero decir, que no es el mio, con el que aprendí. Aquel era el de mi madre, con el que aprendió ella de niña y tiene demasiado valor sentimental como para que salga de casa.

La pregunta de como es vivir en la academia se las trae. Estoy por contarle toda la verdad, pero sera mejor que lo suavice. Es una buena chica y quiero que siga siéndolo. Y lo mas importante, me cae bien. Vivir en la academia?...bueno, sus instalaciones son las mejores y los profesores se salen. Hay eventos y actividades que ni te creerías. Esa es la parte positiva claro.En cuanto a las "Halcas" y los "Halcos", hay bastantes que van de divas, aunque muchos no duran demasiado. Se ven tentados para lanzar su música prematuramente y terminan bastante mal. Solo conozco una persona que haya triunfado de verdad dejando la academia sin terminar.Me guardo la parte de la competencia despiadada, los sabotajes, el enchufismo, el escaso compañerismo y el que muchos de los profesores y gente que trabaja aquí piensa que la música solo es un negocio. Quizás se lo cuente en el futuro. Por ahora tratare de que tenga un amigo que le ayude a evitar esas cosas.

No eres horrible. Esa chica se merece lo que piensen de ella. Viste la forma en la que trato a Maki?. Yo estaba lejos, pero me llego algo de lo que decía. Ella es la horrible, de digo sonriendo y apartándome del portátil en el que trasteo para darle unas palmaditas en la mano. Cuando dice lo del pepino, y pese a nombrar al portátil, mi mente se queda en blanco un segundo. Eeerh...si, ya sabes...es mi herramienta principal de trabajo.Necesito que sea capaz de seguirme el ritmo y me gusta trabajar a veces con 3 o 4 temas al mismo tiempo.

Cuando estoy a punto de darle los cascos para que vea el vídeo de mi canción favorita, la que me dio un puesto en la academia, su pregunta me deja parado. No se que responder. Para mi ser alto es...normal.

Ahora esta mas cerca de mi, y siguiendo un impulso, le paso las manos por debajo de los brazos, tomándola por la cintura y alzándola hasta que sus ojos quedan a la altura de los míos. Vaya...apenas pesas nada. Se me escapa. Casi mejor eso que decir lo bonitos que me parecen sus ojos.

Al segundo me arrepiento ya del rapto, pero poco puedo hacer si se asusta o se ofende. Que que se siente al ser tan alto?...miralo tu misma...

-Entiendo...- quizá sí que se sentía algo intimidada en cuanto a la diferencia de nivel económico de ambos pero la actitud de Alan no permitía que aquella especie de nube acaparase su atención como para preocuparla. Todo lo contrario- mis padres estarían alucinando contigo y todo esto, siempre se dejaron la piel por parecer más ricos de lo que realmente eran, parecer mucho más estirados de lo que podían permitirse... creo que venir aquí es la única decisión que he tomado con la que están de acuerdo- comentó distraída, vacilando cuando notó las manos de él pasando bajo sus brazos, el estar hablando había hecho que no se enterase de nada hasta que fue tarde.

-¿Eh? ¡Ah!- se tensó como un gato pequeño al ser alzada y rodeó con los brazos el cuello de él.- Esto está muy alto, el cambio de presión me va a dar mal de altura o algo- bromeó agarrándose a él riendo contra su hombro- no me tires, que no sé caer de pie- pidió sintiéndose como una pequeña garrapata.

Era cómodo estar ahí, natural, no forzado por intentar encajar sino simplemente por estar bien. ¡Eso era lo que esperaba de aquel lugar! No tanto snobismo de una diva venida a menos que no sabe hacer una clave de sol en una partitura.

-...¿En serio?- se le escapó por lo bajo, haciendo un esfuerzo por no resbalarse usando las piernas a los lados del torso de él para anclarse- ¿tu guitarra es de Adamantium o llevas una camiseta de músculos falsos debajo de la ropa?-se echó hacia atrás lo justo para dejar de tener la cara escondida contra él y mirarle a los ojos ahora que estaban al mismo nivel-acabo de decir otra tontería, no me lo tengas en cuenta... a veces hablo antes de pensar.

Por Dios, Alessa, compórtate  que si vuelves a abrir la boca se te saldrá el corazón y le abofeteará en la cara.

Parece que se ha tomado a bien el que la alzara sin contar con su aprobación. Por un segundo he temido que se armase una buena. A veces me dejo llevar por el entusiasmo. Es uno de mis mayores defectos. Rondando lo suicida... Lo digo sin el trasfondo de mis pensamientos, lo que lo hace aun mas extraño si cabe.

Mis padres siempre han llevado con discreción lo de tener dinero. Toda mi familia en realidad. No hay nadie famoso a no ser por sus medios profesionales y a muchos de mis primos, ni siquiera adivinarías que son millonarios. Lo digo como lo mas natural del mundo. Aunque a mi padre le ha dado la crisis de la madurez y se ha comprado un Bugatti Veyron la mar de escandaloso...negro y naranja.

Dejo el tema a un lado cuando me doy cuenta de que Alessa esta prácticamente enroscada en torno a mi, o al menos, es lo que me parece. Se me seca la boca y no solo por sus ojos fijos en los míos. Así que mal de altura eh?, que curioso...creo que yo también lo estoy sintiendo. No la beses, no la beses...besala...no la beses, no la beses....besalaaa...maldita canción de Disney.

La salida friki que me hace me hace sonreír primero y reír a carcajadas después. Vaya... y encima eres friki?. Eres bonita y ademas con criterio. No lo ocultes, te han fabricado en un laboratorio de Japón con el fin exclusivo de seducirme...menuda sarta de tonterías que estoy soltando. Me daría una bofetada yo mismo.Mi guitarra es española, me ahorro la parte de que sea de encargo...y los músculos son 100% míos y naturales. Me estoy pasando de presumido, pero la chica se ha fijado...y es muy guapa. Tenso los músculos para que se marquen bajo la camiseta de forma mas que evidente, corriendo el riesgo de rasgar alguna de las mangas.

Debería besarla?...Dios, esto se me da fatal.Nunca se cuando dar el paso o si debo darlo.Antes de que mi mente consciente pueda hacer que la deje de nuevo en el suelo, mi mente de reptil le hace un corte de mangas a la parte consciente y se inclina sobre Alessa para besarla en un arrebato.

Por dentro estoy gimiendo de puro terror y grito dentro de mi cabeza que de esta me expulsan de la academia.

No era muy espabilada para esas señales de "me gustas" o similares pero cuando hay un beso de por medio las medias tintas y los malentendidos no verbales pierden importancia.

Cuando los labios de ambos se tocaron Alessa notó cómo se le erizaba la piel hasta darle un escalofrío. Una de las palmas de sus manos se amoldó a la nuca de él y le correspondió hasta el momento en que ambos se separaron y ella no sabía dónde mirar ni qué decir. Quería ponerse todo el pelo por delante de la cara o esconderse tras la funda de su violín.

-E..En la fábrica de Japón nos ponen pequeños sensores bajo la piel para que sintamos-dijo trabándose al principio de la frase con las mejillas encendidas y el corazón latiéndole tan fuerte que saldría y les daría una paliza a ambos.

Aflojó la presión de las piernas intentando tocar el suelo con la punta de los pies.

-Es tecnología punta y... y... y estoy hablando un montón porque como le calle seguro que me desmayo o le despierto y no estáis ni tú ni la academia y empiezo a parecer una loca y....-Farfulló algo realmente avergonzada. No quería que pensase que le interesaba por el dinero. ¿Por qué tenía que haber hablado de ello? Menuda tonta-de verdad que quiero oírte tocar, puedo hacerme fan o algo... por dios no me dejes seguir hablando.

El beso ha estado muy bien. Que diablos, para haber sido improvisado y sin esperarlo, a estado genial. Y ni ha gritado, ni tratado de golpearme ni amenaza con las furias sobre mi y mis descendientes. Eso tiene que ser buena señal. Claro que la tengo sujeta y alzada unos 30 centímetros sobre el suelo. Eso hace mas difíciles las huidas...

Noto un movimiento y como parece tratar de ver si hay suelo bajo sus pies, así que la dejo sobre esos mismos pies con todo cuidado, aunque tardo un poco mas en soltarla. Es agradablemente cálida y su carne es firme. De bailarina sin duda.

Pues tengo que pulsar en el "Me gusta" de su pagina de Facebook. Esos japoneses saben lo que hacen. Sonrío divertido y asustado, a la par que asombrado por lo sucedido. Normalmente tardo unos 8 meses en tratar de besar a una chica. Me pregunto si ella se sentirá tan sorprendida como yo.

Si veo que corres peligro de desmayarte, esta vez te dejare sobre la cama. Vaya, hombre...eso ha sonado tan mal como me ha parecido?. Eeeeh...creo que te pondré esa canción que te dije.

Claro que el diablo esta en los detalles y cuando me pide que no la deje seguir hablando, la forma mas eficaz de impedirlo es, lógicamente...volver a besarla. Esta vez es un beso de verdad, aunque intencionadamente modoso, no se vaya a asustar de verdad y salga corriendo, ahora que puede.

Tras el mejor minuto de mi vida, me separo de ella y aprovecho el momento de desconcierto general para colocarle los cascos, apartando algunos cabellos que caen sobre su rostro. Pelirroja...genial. Dios, menos mal que no escucha mis pensamientos...

Antes de que haga alguna locura mas, le doy al "play" y dejo que mi música le cante. Ella habla mucho mas alto y claro que yo.

Se puso de puntillas para impedir que él tuviese que agacharse demasiado y le sujetó por la camiseta para retenerle y alargar aquel beso que le dejaba la mente en blanco, simplemente dejaba de importar qué decir porque había algo que era más claro que las propias palabras.

-Fiuf- suspiró sentándose en la cama pasándose una mano por la cara, sin tener muy claro dónde mirar ni qué decir para callar el sonido de sus propios latidos que debían de estar escuchándose por toda la academia. Dio un pequeño respingo cuando los cascos le cubrieron los oídos, y el pelo (al aplastarse bajo los cascos) le cubrió parte de la cara. 

Estos cascos... son enormes.

Apoyó una mano en los cascos, más por comparar cuánto abarcaba con la mano que por otra cosa y, cuando sonó la música buscó la mano de Alan para sentir que estaba ahí aunque no le miró. Si le miraba no le haría caso a la canción y por consideración haría el esfuerzo... aunque no fue difícil perderse en la canción.

-Es... muy buena- dijo cuando concluyó quitándose los cascos y tendiéndoselos a él-voy a tener que trabajar muy duro para estar a tu altura cuando colaboremos- sonrió y apretó la mano que le sostenía. Seguro que cuando salga me cae un cubo de sangre de cerdo, en plan Carrie, es demasiado bueno.- ¡Ah!, espera un momento antes de irme...- abrió uno de los bolsillos añadidos a la funda del violín y sacó su móvil- te dejo mi número y así es más fácil comunicarnos estando cada uno en una punta de la academia, por si puedo echarte una mano- se ruborizó y bajó la mirada a las rodillas, mordiéndose el labio- o algo, ya sabes... en realidad no estoy tan lejos, mi habitación está.. en el edificio de al lado- se encogió de hombros- es más rápido mandar un whatsapp que un cochazo de lujo pintado como si celebrase Halloween- bromeó haciendo alusión al capricho de crisis de edad del padre de Alan.

Casi doy un santo cuando su mano busca la miá al arrancar la melodía. Estoy muy nervioso por demasiadas razones. Tener una chica en el dormitorio, ahora me doy cuenta de que nunca me moleste en enterarme si esta permitido, los besos, tan inesperados como bienvenidos. Y en el segundo ella a colaborado de mil amores, mas aun que en el primero, y un poco por encima de todo, que no le guste la canción. Madre miá, como no le guste me muero aquí mismo.

Sus primeras palabras hacen que una sonrisa radiante acuda al instante a mi rostro cuando la oigo. Le gusta, le gusta. Por primera vez puedo compartir mi música con alguien que realmente sepa apreciarla. El mayor merito es de mi hermana, que puso la voz y la letra. Yo solo hice las cosas pequeñas, ya sabes, la música, el montaje...cositas...Uff, que ojos tiene Alessa y como me mira.

Que diga que tiene que irse, aunque sea algo perfectamente normal, hace que mi sonrisa pierda un poco,aunque me anima el que quiera darme su móvil. A mi ni se me había ocurrido pedírselo. Dios mio, realmente soy un desastre con las chicas. Si, tienes razón, tenemos que estar en contacto para...para...para nuestra colaboración, eso. En cuanto estés instalada podemos comenzar a trabajar el algo. Como un álbum.

Me palpo distintas partes del cuerpo en busca del móvil que se que llevo, pero que tiendo a perder en mis bolsillos. Cuando lo saco, lo preparo para que me cante el numero. Te hago una perdida para que también tengas el mio...

El comentario sobre el coche de mi padre, que en realidad es muy chulo, me hace reír con ganas. Tomo nota, nada de mandarte una limusina como en Pretty Woman, tomo nota.

Le dictó el número de teléfono y miró la pantalla esperando que se iluminase, desviando la mirada cuando escuchó lo de la limusina.

-A mí o me mandas un helicóptero o ni me planteo salir de la cama-dijo levantando la barbilla como si le indignase la idea de que le mandasen una limusina antes de romper a reír. 

-Hale-dijo cuando el móvil vibró, guardando el número de contacto en la agenda antes de recular hacia la puerta sin especial entusiasmo.-En una escala del uno al diez siendo uno "quiero una orden de alejamiento y diez" por mí vale", ¿Qué puntuación tiene el mandarte whatsapp sin sentido y sin motivo?-alzó lo hombros al tiempo que sonreía a medias tras guardar el móvil en la funda que colgaba en su hombro-curiosidad científica, ya sabes-se apoyó en la puerta esperando antes de decidirse a salir.

Dejo de mirarla un segundo cuando marco su numero y luego lo guardo en la memoria. Antes de que pueda decir nada, alzo el móvil y le saco una foto. Cuando me mira un poco extrañada le sonrío tratando de parecer inocente. Es para ponerle cara al numero. Así veré quien es antes de ver el numero...

Me rio ante la mención del helicóptero y niego con la cabeza. No se si podría echar mano de uno para una cita, pero seguro que algo podría preparar. Mi padre tenia un avión privado, peeeero, mejor no sacar ya ese tema. Quizás mas adelante, para alguna sorpresa.

Cuando retrocede hacia la puerta para irse, mi sonrisa vacila un tanto. No quiero que se marche, y no por algo sexual, aunque me atrae, sino porque me lo estoy pasando muy bien simplemente estando con ella. La sonrisa se acrecenta al escuchar lo de la importancia de los whatsapp sin sentido y no se bien porque, pero me suena muy bien que me mande mensajitos, con o sin sentido. Aunque seguro que los que no tengan sentido no los pillo. A veces soy muy literal.

Esta tan sexy ahí, apoyada contra la puerta...seguro que no se da cuenta de la forma que tiene de moverse, o incluso de estar ahí parada, como si flotara. Un muchimillon?. No se si podría ponerle un valor menor que ese ahora mismo...me acerco a ella de nuevo, pausadamente y mientras hablo. La diferencia de altura parece acrecentarse según reduzco la distancia hasta que parece que me cierno sobre ella. Me detengo cuando casi estamos tocándonos. No estoy ahí plantado en plan acosador ni amenazante, solo es que soy grande.

No te lo he preguntado antes pero...te espera un novio en casa?. A buenas horas la pregunta, pero es innegable que mi cerebro dejo de funcionar correctamente desde el momento en el que nos quedamos solos en el comedor.

-¿Novio? ¿Eso es un tipo nuevo de pizza?-preguntó al tiempo que negaba con la cabeza-ni novio ni grupies ni mascota en casa, soy alérgica a los gatos-estiró la mano hasta tocarle la camiseta y cerró la mano en ella como si fuese a tirarle.

Es tan alto... qué pasada de chico, y que esté aquí en vez de dejando que le paguen por guapo es increíble. ¡Que se fastidien todos!

No se dio cuenta de que había aguantado la respiración hasta que se le escapó una especie de suspiro entrecortado que casi era un jadeo.

-Ya te arrepentirás de ese muchimillón cuando esta noche no pueda dormir por tu culpa-dijo quitándole hierro al asunto. Se puso de puntillas de nuevo titubeando al pensar si aquello era mínimente racional-tengo que irme antes de que me atrinchere ahí y no me puedan sacar.-

Desde ahora odio a los gatos. Le digo en tono de broma mientras le doy vueltas a la falta de novio de Alessa. La joven es guapa, de cuerpo grácil y atractivo y con un cabello y ojos fuera de serie. Y eso limitándose a lo físico. Luego estaba que era muy agradable, fácil de charlar con ella, que me gustaba y bueno...que le encantaba la música. No se si se podría pedir mas en una mujer.

Miro el puño que atrapa mi camiseta y que parece hacer fuerza, quizás para apartarme o para atraerme hacia ella. Aun era pronto para adivinarlo, aunque se bien lo que yo preferiría. Mis ojos se concentran en ella y me encanta una vez mas la diferencia de tamaños. Me siento como un personaje de videojuego o mi personaje favorito cuando conoció a su futura pareja. Creo que tengo fiebre.

Estaría encantado de ser el culpable de muchas noches en vela en tu futuro...igual me ha quedado muy crudo dicho así. Por...por lo de la colaboración, ya sabes... Y una leche por lo de la colaboración.

El que se ponga de puntillas acercando así su rostro al mio mientras dice que tiene que irse me parece simplemente encantador. Por una vez creo que estoy haciendo lo correcto con una chica que me gusta y esta siendo fácil, sin los miedos y dudas paralizantes que siempre me lastran.

Irte...y quien...te impide...que te marches?...mientras hablo apoyo las manos en la puerta, a ambos lados de su cabeza y me inclino sobre ella hasta que busco sus labios con la ultima palabra.

-... pues tú y tus besos, por ejemplo- dijo en voz baja cuando aquel nuevo beso terminó, dándole un toque con la nariz en la barbilla- esto está a punto de empapelarse todo de color de rosa y provocar caries- bromeó- ahora en serio, tengo a mis compañeras de cuarto abandonadas y con alguien tengo que cotillear sobre un americano alto y muy guapo que está aturullándome la cabeza así que si me permiteeees- alargó la "e" empujándole con suavidad para abrir la puerta.

Salió al pasillo y  giró sobre sí misma para echarle un último vistazo con una sonrisa nerviosa.

-Te escribo en un rato ¿hm? Para que no te aburras mientras llega tu compañero y eso- miró a un lado y a otro del pasillo antes de acercarse corriendo y saltar para darle un beso fugaz.

-¡Eso era el impuesto revolucionario de hoy!- dijo retrocediendo con pequeños saltitos por el pasillo. Se detuvo a mitad de camino y miró hacia atrás sacándole la lengua. ¿Hay normas sobre visitar los cuartos de los chicos? Ay madre, y si me he metido en una bronca antes incluso de empezar.

Merece la pena una y todas las broncas necesarias.

No puedo evitar reírme cuando menciona a sus compañeras, aunque un escalofrió recorre mi espalda cuando menciona lo de cotillear sobre un americano. Me parece que ese americano soy yo, verdad?. Es que para que se me escape una tengo que estar muy despistado. Bueno, ahora mismo se me están escapando las neuronas por las orejas, así que es posible que todo esto sea un sueño. Su comentario sobre mis besos también me han echo gracia, pero temo que si pienso mas en besarla no la dejare ir nunca.

Retrocedo cuando hace fuerza sobre mi y cuando sale asomo medio cuerpo al pasillo, deseando seguirla pero sabiendo que no debo agobiarla. Ademas, es medianoche o así y sale del edificio de los chicos. No quiero meterla en un lio, no señor.

Asiento cuando habla de escribirme y voy a mirar el móvil para ver la carga de la batería cuando se lanza sobre mi y me besa por propia voluntad. Siento que me derrito cuando lo hace y una sonrisa tontorrona deja ver lo poco solido que esta mi cerebro gracias a ella.

Elevo mi mano para despedirme de ella, observándola alejarse a saltitos. Dios, es adorable. A mi madre le encantaría...

Cuando se pierde por el pasillo, tardo un minuto en dejar de mirar en la dirección por la que se ha marchado y entro en mi cuarto emitiendo un leve suspiro.

Por primera vez en años, tengo algo mas en mente que la música.

Luego saco el móvil ,lo pongo a cargar y me aseguro de que el aviso de los mensajes sea bien audible. Según el protocolo para estos casos...si ella manda el primer mensaje, es que hay algo...

Cuando Alessa se marcha y el móvil esta preparado, me voy al baño a lavarme la cara con agua fría. Me he quedado temblando y afiebrado por culpa de la chica y me siento de lo mas extraño, con un nudo en la garganta y el estomago encogido.

Un poco mas tarde y ya que en el día de hoy no me he ocupado de mis deberes, me pongo al día con las cosas que pretendía hacer y que no he llegado a hacer.