Partida Rol por web

Ad intra mare (Mar adentro)

Resumen de los capítulos

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22/11/2019, 12:38
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MAPA DEL viaje del grupo:

Capitulo 1: estuvísteis en Burriac y sus alrededores.
Capitulo 2: estuvísteis en Burriac
Captíulo 3: pasásteis por St.Pere de Clarà y por la abadía de San Gabriel (entre St. Pere de Clarà y St. Bartomeu)

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Capítulo 1: UN ENCARGO DE VITAL IMPORTANCIA (por Txibi):

Nos conocimos todos en el camino y llegamos al Pueblo de Burriac, (Principat de Cataluña) en el frío invierno del año de Nuestro Señor de 1300. Por la mañana. Allí en el castillo de Burriac, Don Alejandro de Burriac el noble que mandaba nos informó que su mujer Doña Bárbara estaba muy enferma y sus doctores creían que para salvarse debían hacerse una pasta con unas raices y unas gotas de una extraña sustancia y ayuda nos pidió y recompensas nos prometió. Accedimos.  Las raices estaban en unas cuevas de los alrededores y ahí que fuimos. Por el camino hallamos a una mujer encapuchada, una anciana, a lomos de una mula que nos hizo señas, nos acercamos, se presento como Carme, nos invitó a comer y bien contadas que estaban las sillas, algunos comieron otros no. Pareció preocupada por las noticias de Doña Bárbara y dijo que investigaría, además indicó el camino a la cueva y avisó de una criatura que guardaba el lugar.  En la cueva, que era hogar de algo o alguien batallamos con unas criaturas cornudas y un ser pequeño, enano, que fue  la vieja decía que eran ¿gnomos? Encontramos la raiz (y Eguzki un libro de hierbas) y volvimos al castillo.

Resumen existente en la escena (lo incluyo aquí también):

El variopinto grupo de aventureros llega a las tierras de Burriac, donde el noble don Alejandro, una vez están en su castillo, les pide que vayan a buscar a unas cuevas no muy lejanas unas raíces que crecen en lo profundo de la tierra. Sólo así podrán sus médicos realizar un remedio para curar a su mujer, doña Bárbara, de un extraño mal. El grupo acepta, viaja hasta las cuevas, se enfrenta a sus moradores (unos seres irracionales de los que poco o nada saben) y uno de ellos, Caitán el Largo, consigue hacerse con las raíces tras internarse en un misterioso pozo interior. Eso sí, en mitad del viaje se encuentran con una extraña anciana, Carme, de la que tampoco conocen su papel en toda esta historia. Después vuelven todos al castillo con la empresa realizada.

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22/11/2019, 12:40
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Capítulo 2: UNA NUEVA RUTA EN EL CAMINO (por Txibi)

Ya llegando al castillo gruesos copos de nieve empezaban a caer, al llegar se nos informó que la salud de la señora Doña Bárbara ha empeorado y que Don Alejandro de Burriac nos espera ansioso. Gran fue su alegría y recogió casi la totalidad de los dos montones de raices halladas en la cueva (pues Eguzki guardó una rama de raiz para examinarla).  Dijo hallarse agradecido y repitió que ahí hallariamos casa, cobijo y dineros por nuestro bien hacer, pero que no estaba todo aún, pues las hierbas dijo que eran sólo para mitigar el dolor y que hacía falta algo más, el brebaje antes mentado y nos pidió si queriamos ir en su busca. El médico del castillo nos explico con más detalle el líquido y que él nos diría donde hallarlo pues nadie más sabía donde...   ... y en se momento un demonio cornudo enorme apareció y se dirigió al señor del castillo como Josué ben Jonás, y a ¿Doña Bárbara? quiza como Zenobia, o quizás como Salomé que decía estar muerta o quizás a ninguna de las dos, muy confuso todo. Don Alejandro llamo a la guardia, y guardias junto a los caballeros cargaron contra el demonio (mientras Eguzki gallardamente se escondía tras unos tapices de la pared), pero todos se desplomaron presa de convulsiones y espamos y el demonio, literalmente, se esfumó. Algunos de los guardias murieron. Se desató el pánico, todo el mundo corría, sellaron la habitación de la señora la guardia para que nadie osará molestarla, el médico en nombre de Don Alejandro nos instó a buscar el brebaje, etc.

Al día siguiente nos preparamos para partir con las instrucciones en un mapa y de palabra. El médico dijo que Doña Bárbara estaba estable y que Don Alejandro dormía aún junto a ella. Los criados prepararon un carruaje con mula y alimentos. El médico nos dijo que teniamos que ir a la taberna de Pedro, en un pueblo llamado St. Cristòfol de Monteugues, y allí, preguntar al tabernero por la casa de Adelaida. Ella tiene el líquido y cuando a punto de partir estábamos, Dalmau encontró una nota debajo de un trozo de madera. De Camila, que lo que le pasaba era más fuerte de lo que imaginabamos todos y que se pondría en contacto con nosotros (Camila la vieja que tenía fama de bruja, si no recuerda mal Eguzki). Desde Burriac a St. Crisfotol de Monteugues (unas diez leguas) se debería llegar en un par de días más o menos.

Resumen existente en la escena (lo incluyo aquí también):

Nuestros aventureros llegan al castillo de Burriac, entregan las raíces milagrosas, y delante del noble don Alejandro se les aparece un demonio que causa la desdicha en medio de una gran sala llena de cortesanos. Tras causar la muerte a algunos soldados, los jugadores han caído presas de la desconfianza y el desconcierto. Además, los médicos del castillo, por órden de don Alejandro, pedirán un nuevo encargo al grupo: viajar al noroeste y traer un misterioso brebaje para aliviar definitivamente a doña Bárbara. Tras pasar una noche de descanso (algunos más que otros) y desayunar, los jugadores partirán con un carro lleno de viandas y un mapa hacia St. Cristofol de Monteugues, un pueblo a varios días de Burriac. Es allí donde se encuentra el preciado líquido restablecedor.

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22/11/2019, 12:42
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Capítulo 3: NUEVAS GENTES Y LUGARES (por Txibi)

Partimos y tras unas horas hicimos un alto, en un lateral del camino humeaba una hoguera y ahí encontramos a un hombre, que se presento como Osvaldo caballero del Temple y de Castilla, y caballero parecía desde luego. Que volvía a su casa en Maratá tras acabar con unos bandidos que atemorizaban un pueblo del lugar. Al saber que hacia Sant Cristofol ibamos, a su parecer caminabamos en la misma dirección y siguió el camino junto a nosotros. Al anochecer hicimos alto en la posada el Barril de Oro, donde descansamos, Eguzki leía y un viejo llamado Claudio contaba leyendas de un hombre que acepto comido de unas silenciosas mujeres y que soñaba con lobos y que con ellos andaba... luego nos fuimos a dormir. Eguzki subió parte de las viandas a su habitación por si los ladronzuelos. A la mañana nos desperto el grito de dolor de Dalmau, que tenía unas marcas como a fuego (cicatrizado ya) en el pecho, una especie de letras que Eguzki no entendió. Dalmau habló de un sueño, de un caballero de armadura roja, caballo rojo, olor a azufre, que demandaba que dutuvieramos nuestra búsqueda o habría funestas consecuencias.

Otros gritos, pero esta vez del posadero Adriá, que nos llamaba, fuimos con él al establo y vimos a los animales depedazados, degollados, destripados... el carro echo pedazos que no servía ni como leña y lo que ahí quedó todo destrozado y echado a perder. Osvaldo gritó de dolor al observar a su caballo destripado (Gorrión). Entre la masacre se vieron huellas de pies descalzos entre la sangre que se perdían al salira al exterior y se hallaron unos eslabones de cadena quemada, un trozo de cuerda anudada y un frasquito hecho pedazos. Objetos que al saber de Eguzki, se habían usado en algún ritual de invocación algún tipo, pero más no pudo averiguar. Dejamos atrás la posada y el pueblo de St. Pere, sin carro y sin animales, cargando con los bultos. Al cabo de unas horas en un cerro se vio un monasterio o abadía, fortificado como estaban en esta época para así mejor defenderse de bandidos. Don Sebastían de La Torre Quebrada confirmó que era una abadía. Y afirmó que era un alto oblidado en el camino y que debiamos dirigirnos hacia allí. Fuimos allí y nos abrió el portón de entrada el Hermano Berengario, abadía era pues, una figura en la hornacina de la entrada representaba al ArcánGel Gabriel. Nos dejaban pernoctar, más sólo una noche.

Sebastián de la Torre Quebrada pidió hablar con el abad. El Abad Arnau nos dió la bienvenida, Sebastián dijo que estabamos en una misión y que no creía que el azar nos hubiera traído aquí, sino por algún designio divino. Nos instó el abad a ser cautos, no molestar a los hermanos y que algunos estaban enfermos. Parecían ser monjes de clausura. Eguzki se ofreció a echar una mano a los enfermos, Caitán fue a la herrería a reparsar el filo de sus armas y otros a otros lados. En la enfermería un monje muy anciando me llamó y describió al Don Sebastián, pidiendo hablar con él. Salí y me junté con Damiá y Caitán que estaban en la herrería al lado. Al fondo se acercaban también Don Sebastián y Osvaldo. Los cinco juntos; Sebastián, Caitán, Gavinet, Eguzki y Osvaldo. Eguzki comenta a Sebastián que el anciano le llama y Sebastián contesta que lo sabe y que a eso va. A esto que un alarido de un monje resuena en las letrinas. Fuimos corriendo allí y ahí nos encontramos con el caballero Dalmau que venía de los establos al lado de las letrinas.

Uno de los hermanos estaba abierto en canal, destripado y desparramado sus vísceras. Pronto llegaron los monjes y al abad. En la pared con sangre habían escrito algo que parecían unas letras, en concreto "Ag" El Abad grito "Berengario" (el hermano que nos abrió las puertas) Apenas el abad dio orden de limpiar y preparar al pobre hermano para enterrarlo cuando otro monje vino gritando que el agua de un pozo salía salada y del otro pozo salía sangre en vez de agua. Y que las gallinas eschaban espuma y babas por la boca... el Abad nos miró con mucha sospecha, pues todo esto pasaba al llegar nosotros, unos extraños. Dijo de todo el mundo a sus celdas (habitaciones) y dijo todos mirándonos. Le pedí a Sebastián que camino a las celdas pasaramos por el hospital a ver al anciano, pero declinó. Nos fuimos todos hacia nuestras habitaciones, incluido Osvaldo cuando tres grandes sombras sobrevolaron el lugar. Tres figuras negras incorpóreas... como entes de humo negro. Al tiempo del escriptorium, próximo a la biblioteca apareciero tres hombres de piel oscura, como la de los esclavos de más allá del mar. Marcharon directamente detrás de la iglesia golpeando a quien hallaron en su camino. Por si fuera poco el suelo empezó a temblar.

 Eguzki corrió al hospital, Dalmau siguió a Eguzki, Dalmau grito de ir al hospital, pero Sesbastián afirma que no permitirá que campen criaturas así por el terreno sagrado y se dirigé detrás de la iglesia junto a Osvaldo y Caitán. Nos enceramos en el hospital. El anciano enfermo que pidió hablar con Sebastián llamó a Dalmau y contó una historia de un noble judío que gobernó las tierras de Burriac y de que uno de sus descendientes le pudo la codició y lo que hizo. Las puertas temblaron, las criaturas con forma de sombra de fuera intentaban entrar. El anciano terminó la historia haciendo referencia a una A y una G escritas en hebreo... los golpes cesaron, pero un instante después una explosión hizo que el tejaro volará en llamas y escombros por el aire. Las tres sombras bajaron raudas por el agujero abierto y se llevaron al viejo gritando "HABLAS DEMASIADO VIEJO" Antes de que se lo llevaran el anciano señaló un bastón de madera y rogó que se lo dieramos a Sebastián. Eguzki agarró el bastón salimos del derruido hospital. Al salir vimos a un hombre con una corona, vestido de rojo, montado en un caballo totalmente rojo en lo alto de la torre en llamas de la biblioteca. Nos miró y nos inundó el terror. Los muertos del cementerio salían de sus tumbas y tambaleándose perseguían a los hermanos. El suelo seguía temblando. Nos dirijimos a la parte trasera de la iglesia y hallamos a Sebastián, Osvaldo y Caitan luchando contra las tres criaturas cadavéricas de piel oscura. Fuimos en su ayuda y ahí lo dejamos, en medio de un combate contra tres criaturas infernales, zombis dando vueltas, un demonio anticristo mirándo mal, el suelo temblando y una abadía que se nos deshace, nada de que preocuparse... El grupo acabó con las tres criaturas y marchó del lugar para continuar su viaje.

Notas de juego

Gracias Txibi por estos tres resúmenes.

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24/01/2020, 12:25
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Capítulo 4: HACIA SAN BARTOMEU

Los Jugadores marchan hacia el siguiente destino de paso, el pueblo de St. Bartomeu. Osvaldo les acompaña, pues después de St. Bartomeu está su hogar, Maratá. El trayecto durará tres días, y en medio de ese tiempo tres acontecimientos de importancia les suceden al grupo. Primero, la nieve es constante, y la vestisca y las nevadas son continuas, y apenas dejarán tregua a los Jugadores. Segundo, un águila se posa cerca del grupo, y tiene un mensaje en una de sus patas (que consiguien leer). Lleva un mensaje de Camila:

 

Y tercero: Sebastián de la Torre, durante el transcurso de esos días, enferma de pulmonía. Cuando llegan como pueden a St. Bartomeu acceden a la posada de El Resopó, lugar que conoce Osvaldo. allí permanecen ocho días debido a que Sebastián  ha de permanecer en cama, bajo los cuidados de Eguzki y la vigilancia de sus compañeros.

Tras ese tiempo, los Jugadores marchan hacia Maratá, aunque el pirata Damiá se adelanta y viaja en solitario, preocupado por Osvaldo. Mientras que El Gavinet llega al pueblo sin problemas (y logro explorarlo un poco), el resto del grupo se retrasa, pues su camino a Maratá se ve interrumpido por un encuentro con unos lobos de aspecto siniestro y ojos rojos. Una vez vencida su dificultad, el grupo de Jugadores se reúne en Maratá, vislumbra una figura luchando contra un lagarto gigante en una colina frente al pueblo (es Osvaldo) y esos momentos una veintena de muertos viviente se abalanzan lentamente sobre ellos. La lucha en dos bandos se sucede al mismo tiempo.

Tras varios asaltos, el grupo es capaz de acabar fácilmente con los seres muertos-vivientes, y una vez lo hacen, ven a Osvaldo luchar con más fervor contra el lagarto alado. De hecho, porta una cruz que parece brindarle una protección especial contra sus llamas. Cuando el templario consigue espantarlo (haciendo que eche a volar y se aleje de Maratá), la tierra se abre bajo sus pies, con un fondo de llamas, y lo engulle (literalmente). Es como si el infierno no dejara que éste acabara bien y de una pieza. Ha dado su vida, pero Osvaldo ha espantado al ser que arrasó las ahora ruinas de su pueblo natal.

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05/06/2020, 11:36
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Capítulo 5: LA BÚSQUEDA DE ADELAIDA

Tras dejar atrás Maratá y su desgraciado final, los Jugadores anduvieron un par de días por las tierras del Principat, dirección noroeste. El siguiente destino era Samalús. De camino, el grupo encontró una carreta de buhoneros destrozada, y los cuerpos de éstos diseminados por el camino. Sólo uno de ellos exhaló en un último aliento la verdad de lo que ocurrió: unos tipos de piel negra los mataron a todos menos a él, sólo para que diera a los PJ un mensaje: El supremo está a punto de subir a la Tierra, su heraldo es cada vez más fuerte". El caso es que, tras quemar los cuerpos, avanzaron en su camino y llegaron a Samalús, un pueblecito normal en un valle entre dos montañas.

Allí, a media mañana, encontraron a algunos vecinos consternados por un hecho singular: el párroco local, un tal Florencio, no había aparecido en unos días. El grupo, interesado por ésto se coló en la iglesia de Samalús para buscarle, pues habían oído ruidos en su interior. Una vez dentro (y tras ver algunas hornacinas de santos vacías de sus estatuas, así como el rostro quemado de una talla de Jesucristo en una cruz), encontraron un pasadizo subterráneo secreto. En su interior, en una especie de cueva tallada y llena de extraños símbolos, velas y las cuatro estatuas desaparecidas de la parte superior, el grupo encontró al padre Florencio.

Según el párroco, el fin del mundo estaba cerca, había tenidos pesadillas terribles acerca del cercano Apocalipsis que cubriría toda la Tierra. Tras una charla, el grupo recibe la bendición del párroco para continuar su viaje y al salir el pardo Caitán se despide de sus compañeros de viaje: ha perdido las ganas y el optimismo por continuar el intento de salvación de doña Bárbara, esposa de don Alejandro de Burriac.

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14/12/2020, 20:57
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Capítulo 6: A LAS PUERTAS DE SAN CRISTOFOL

El grupo avistó San Cristofol de Montegues, lugar donde podrían saber la ubicación de Adelaida (portadora del líquido sanador para doña Bárbara y don Alejandro). Antes de entrar en la localidad, a las puertas de éstas, un conjunto de tiendas repletas de todo tipo de divertimentos y servicios (una feria, vaya), invitaba a numerosos viajeros a dejarse agasajar por aquellas gracias. Claro que, para sorpresa de todos (o tal vez no tanta), de nuevo el águila de su aliada Camila les ofreció un mensaje desgarrador:

Ante esta mala nueva, los Jugadores no tardaron mucho en responder ante la llegada al destino: averiguaron en la taberna del lugar que Adelaida guardaba el líquido en Puiggraciós, lugar donde habitaba, y tal que así se marcharon del pueblo tras obtener dicha información. Pero antes de encaminarse a Puiggraciós se pasaron a vislumbrar los divertimentos de la feria: videncia, juegos de fuerza, de puntería, músicos productos deliciosos o no tanto. El caso es que Eguzki y Damiá probaron suerte en conocer su futuro (en la visita a la vidente la tienda salió ardiendo de una extraña manera a través de las cartas, que se predieron fuego espontáneamente). Por su parte Dalmau y Sebastián rechazaron luchar entre sí para obtener unos buenos dineros... Finalmente todos adquirieron unos animales para viajar, no sin antes probar su gran viveza (sobre todo el curandero Eguzki, quien besó el barro cuando trató de domar sus cuartos subido en uno de ellos). Finalmente, habiendo comprando los caballos a un precio razonable, todos se pusieron camino de Puiggraciós.

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13/03/2021, 12:09
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Capítulo 7: BUSCANDO EL BREBAJE

El grupo llegó a Puiggraciós, localidad donde vivía Adelaida, conocida en Burriac y quien tenía el brebaje capaz de devolver la salud a don Alejandro. Una vez el grupo entró en la población, caminó cuesta arriba y en lo alto del pueblo encontraron dos grandes piras. En una, una persona había sido quemada, y en la otra una mujer pelirroja (Adelaida) estaba apunto de ser quemada por brujería. La autoridad que había erigido tales hogueras era el Baile local, un tal Llorenç de Olot, quien con la fuerza de siete soldados manejaba la vida en la pequeña localidad. El caballero Sebastián trató por medio de la palabra invitar al Baile a reflexionar para no quemar a Adelaida (sin nombrar nada de ungüentos, Burriac o algo de su misión), pero aún el Baile así no escuchó tales razones. Y lo que es peor: acabó por creer que Sebastián y su compañero Dalmau estaban compinchados con la "bruja". Fue entonces cuando el Baile mandó quemar a Adelaida, pero Sebastián se interpuso en el estrado sobre el caballo, logrando así cortar las cuerdas de la mujer. Los soldados, entonces se echaron encima de los dos caballero militares, y Sebastián y Dalmau hubieron de defenderse. Tras unos instantes de lucha el anillo de Sebastián brillo, y una decena de lenguas de fuego atrapó, abrasó y calcinó a los soldados que los atacaban injustamente, y también a su ejecutor, el Baile Llorenç. Las gentes de Puiggraciós, que habían acudido como espectadores a la quema, huyeron despavoridas a sus casas.

Por otra parte, mientras todo esto sucedía, Eguzki y Damiá habían vuelvo pueblo abajo, habían dado con la casa de Adelaida y, finalmente, Eguzki logró colarse en el interior mientras Damiá vigilaba el acceso trasero (sin tener idea, todavía, del peligro en el que estaban sus compañeros). Eguzki logró dar con el sótano donde Adelaida tenía un pequeño taller de alquimia, así como con un ungüento oloroso que, en realidad, era lo que habían venido a buscar. Una vez salieron de aquella casa infestada de gatos (por cierto), los dos regresaron a la plaza del pueblo, donde sus compañeros luchaban contra los soldados. Cuando estuvieron arriba, contemplaron expectantes cómo las lenguas de fuego azul devoraban a los soldados en una demostración de justicia divina, o tal vez infernal, extraída de aquel extraño anillo en la mano de Sebastián.

Finalmente el grupo marchó fuera de Puiggraciós de vuelta a Burriac. 

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19/04/2021, 22:36
Director

Capítulo 8: EL MAL DELANTE DE LOS OJOS

Una vez fuera de Puiggraciós, el grupo se encontró en un claro con algo que los llevaría a dudar del raciocinio y entereza que aún les quedaba... Un temblor de tierra dio paso a la aparición de grietas en el terreno, y de ellas salieron lenguas de fuego hacia arriba. También pináculos rocosos, como alfileres, que sobresalían del interior del suelo verticalmente. Las monturas fueron atravesadas por éstos o bien cayeron en las grietas. Además, una puerta metálica, similar al portón de un castillo, apareció en medio del claro. De una manera obligada, el grupo entró en él, como arrastrados en realidad, y aquello no era sino el acceso a una especie de infierno. Tras recorrer diversos parajes con seres sobrenaturales, llegaron a lo alto de un castillo donde se refugiaron de la lluvia sangrienta que los bañaba.

En dicho castillo parecía morar el ser que se encontraran en la abadía de San Gabriel (la misma donde Sebastián recibió el báculo, y la misma que ardió antes de ser presa de seres de humo), y el mismo que le otorgó a Dalmau sus marcas en el pecho. En cierto momento, un chasquido de sus tenebrosos dedos hizo romper el tarro donde Eguzki llevaba el brebaje para don Alejandro de Burriac. Tras relatarles por encima un plan de maldad, las criaturas infernales que decoraban el interior de su palacio se abalanzaron sobre los personajes... y fundido en negro.

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09/05/2021, 12:30
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Capítulo 9: DE VUELTA A BURRIAC

Tras salir de aquel infierno, el grupo apareció a las afueras de Burriac. Una vez en su interior, se encontraron con Francesc, un herrero al servicio de Camila, quien tomó la vara del caballero Sebastián y la reforjó en una bella espada de una pieza (por orden de Camila). Francesc, además, les dijo que Camila les estaba esperando en un pueblo cercano del litoral (St. Jeroni de Murtra), puesto que una comitiva del castillo de Burriac formada por hombres de piel oscura había acudido hacia allí.

Durante el viaje el grupo se encontró con dos eventos: por un lado unos bandidos de poca monta que lograron vencer (a base de espadazos y espantadas) y con el águila de Camila, que aún seguía sus pasos (el cual entregó con su pico al caballero Dalmau una bella cruz de oro con cadena...).

Una vez en Sant Jeroni, tras aguardar en la posada, se presentó en su alcoba la propia Camila con el águila, relatándoles todo lo que había vivido ella y el propio castillo de Burriac durante el viaje de los Jugadores. Tras agradecer su buen hacer les pidió un último favor, viajar a una remota localización en alta mar para acabar con Montserrat, la hija de los señores de Burriac, don Alejandro y doña Bárbara (ya muertos), pues la niña estaba poseida por Agaliarepth, un gran demonio del infierno, quien quería alzarse en el mundo para devorarlo y abocarlo a un mal definitivo. La niña viajó con la comitiva de hombres oscuros desde Burriac a St. Jeroni, y de ahí a una isla perdida en alta mar (pues el capitán de un barco local así fue testigo y logró sobrevivir para volver al puerto y contarlo en el pueblo...).

Ahora, los PJ han de acudir al puerto para embarcarse con la propia Camila y su águila hacia ese extraño punto de alta mar para acabar con Montserrat.