Pensamiento del Día:

Una guerra luchada por medio de los políticos, es una guerra perdida. 

Por el Rito de Iniciación, Rennard gana 2 puntos de Honor por matar al Xrar. Los demás ganan solo uno por haber superado la prueba con "éxito".

Eran Marines ahora, aceptados en el seno de una de las organizaciones más poderosas del Imperio.

El interior del Monasterio-Fortaleza desafiaba la imaginación. Increiblemente grande, diseñado con el único propósito de honrar al Emperador a través de la fuerza de las armas, contenía todo lo que los Dientes de Sable podían desear.

El primer paso luego de pasar el Rito, fue presentarlos al Gran Maestro de los Dientes de Sable. El Lexicanum Aectus relató, con altas y firmes palabras, el relato de la muerte del Xrar de la forma que os fue extrayendo en el camino hacia allí. La cruzada sonó como salida de un cuento, como si fueran grandes héroes quienes hubieran abatido al gran felino. Era como un sueño que uno recuerda a medias.

Luego los llevaron a la barraca de los Exploradores. Aquellos que, como ustedes, todavía no habían obtenido el rango de Hermanos y solo estaban en entrenamiento "básico", poseían celdas en un edificio de granito gris, de 3 plantas. Las celdas eran, en realidad, pequeñas dependencias individuales: un dormitorio espartano, con un escritorio y un par de estantes; un recibidor con dos sillas y una pequeña mesa; y otra habitación en la cual, en un jergón sobre el suelo, vivía un servidor.

Todo un lujo para quienes los últimos años habían vivido en el suelo, casi en la intemperie.

Inmediatamente, al día siguiente, comenzó la instrucción. Iah se alternó con otros Hermanos, expertos en distintas áreas. Credo, Letanías, Tácticas de Combate, Infiltración, Armas, Combate a Mano Desnuda, Resistencia... la creatividad de los instructores para someterlos a pruebas cada vez más duras, más demandantes, era increíble.

La rutina no variaba mucho: cada día, dos horas antes del amanecer, se levantaban como un reloj para tomar un ligero desayuno mientras servidores médicos calibraban los implantes. Luego, Letanías de mantenimiento para las armas y armaduras; luego la instrucción de la mañana durante 4 largas horas: tácticas de grupo, infiltración; generalmente la mañana se pasaba fuera del Monasterio.

Al llegar el mediodía, con el cuerpo caliente por el esfuerzo, los Apotecarios los recibían para comprobar y ajustar las respuestas de los implantes recibidos, en base a los datos recogidos por la mañana. Luego, 10 minutos de almuerzo, una hora de meditación sobre las lecciones aprendidas, media hora de contemplación del Credo del Emperador y los Dientes de Sable.

Por la tarde era el entrenamiento en armas: la infalible escopeta de combate para cuarteles cerrados, el rifle de francotirador para apoyar a los Hermanos, armas pesadas, cuchillos. El sagrado Bolter.

A veces, por la mañana recibían entrenamiento sobre los vehículos: motos, speeders, rhinos. Su sagrado mantenimiento. 

Otros días se pasaban completamente en el Apotecarium, en la mesa de operaciones. 

Los días, las semanas y los meses comenzaron a correr como arena entre los dedos.

Pueden gastar sus 400px en las tablas de antes (si no lo han gastado antes, y recuerden que si ya compraron un avance Simple de características, ahora tienen que comprar el Intermedio):

Y en la nueva tabla de Exploradores:

Cita:

Ay, queridos, si hay que leer lo que pone el master... XD 

Las brumas de los días pasados como neófitos buscaban disiparse en la memoria, y la verdad es que había demasiadas cosas en las que pensar como para recordar historias pasadas.

La nueva rutina de entrenamiento era incluso mas exigente que la anterior, pero no había problema en seguirla con nuestros nuevos cuerpos, era increíble los cambios producidos en este tiempo.

Aun así, el peor de los entrenamientos era el recibido por el Hermano Bibliotecario, torturando nuestras mentes con visiones y pruebas que nuestros implantes no podían ayudarnos a superar, éramos como cualquier mortal pese a pertenecer al capitulo. Rugidos de agonía llegaban a veces desde la sala santificada donde se hacia el entrenamientos, y alguno de los otros dejaba de aparecer, hasta un tiempo, con suerte, alguna vez incluso creí ver en un servidor de la fortaleza una resemblanza con alguno de mis colegas…

Las cosas comenzaban a ponerse interesantes.

La entrada al recinto fue algo asombroso, realmente ya eran considerados Novicios de pleno derecho y aunque el rito de iniciación, pensandolo sujetivamente había sucedido muy rapidamente, Temán conservaba en la memoria cada uno de los movimientos y actos que él habia hecho, así como las reaciones del Xrar, recordaba vivamente como había apuntado al animal y la flcha surcaba buscando clavarse en la gruesa piel del animal, recordaba como se había movido para ayudar a Rennard y como la bestia tras varias heridas iniciaba la huida, pero todo eso fue borrado durante el instante en que atravesaban las puertas, incluso había olvidado quien era, solo importaba ese momento.

Luego la vuelta a la cruda realidad por parte del sargento Iah y los otros sargentos, para ponerlos, pulirlos en el arte de la guerra, solo las leciones con el Confesor Melchior, devoraba con pasión todo conocimiento.

Rennard aceptó el cambio, como todos sorprendido e ilusionado que todo hubiera sucedido tan rápido. La estancia que tenía para él, era espartana, y aún así Rennard no la lleno mucho, sobre el escritorio dejo el libro que le dió el Confesor Melchior, y en la estanteria deja el diente del Xrar junto con la zarpa y el collar del colmillo del Acechante Nocturno, pensó en dejar allí tambien la piel del Xrar pero al final la dejó encima del escritorio, para apartar los pensamientos de lo que era mundano y lo que era importante.

Al día siguiente empezó la rutina, pero tambien las enseñanzas, aprendió cuando es interesante atacar y cuando defenderse y mejoró en el uso de las armas como el sagrado Bolter y en el perfeccionamiento de las tacticas de los exploradores.

Las sesiones de operaciones quirurgicas todavía le seguian afectando  pero tras la herida sufrida durante el Rito de iniciación y ver como en apenas cinco días sus heridas habían desaparecido dejando solo una marca mas rosada en su piel, supo que cualquier mejora era una ventaja en el campo de batalla, la addición del Occulobe era una muestra, su visión nocturna mejorada le permitía ver como si fuera casi de día, es por ello que cuando recordó como él y sus compañeros habían intentado sorprender a los guardas de la puerta le asalto la risa. Ilusos que eramos, bueno quizas lo seguimos siendo.

El hecho que en el Rito nadie hubiera muerto era una doble alegría, por un lado había forjado amistad entre todo el grupo, incluso el distante y mordaz Larkin parecía más propenso a ayudar que solo a criticar como antaño, eso suponía a la larga una confianza total en que tu hermano siempre estará allí para ayudarte en el futuro;  y por el otro lado, el hecho de que le habían concedido los honores de la presa, algo que llevaría consigo durante toda la vida al servicio del emperador.

Continuará...

Litilus al pasar la puerta se sintió diferente una mas entre hermanos, antes, eran meros hombres intentando demostrar que eran dignos del emperador, pero ahora, aunque fueran unos novatos entre tanto hermano Diente de Sable, eran eso Dientes de Sable.

La habitación espartana no dejaba mucho sitio para el lujo, de todas maneras no se diferenciaba mucho de su hogar en Infernis, es mas incluso tenia alguna cosa mas, el entrenamiento era mucho mas exigente que el anterior, y si aquel le parecía duro, este le parecía aun mas, alguna vez incluso se aventuro a pensar sobre como serian los entrenamientos futuros, y alguna vez se desanimaba, a pesar de los nuevos implantes que le estaban poniendo y que desarrollaban su cuerpo y su mente de una manera fuera de lo normal.

En los casos que se desanimaba iba a ver al Confesor Melchior, y el le daba fuerzas otra vez para seguir avanzando, poco a poco cuando mas hablaba con el Confesor, mas claro tenia la senda que el debía recorrer para mayor gloria del emperador. En una ocasión le contó a Melchior que quería ser Capellán, el esbozo una sonrisa como la que un padre dirige a su hijo cuando dice algo que por ahora esta fuera de su alcance y contesto : Litilus, si algún día tu momento llega, yo estaré encantado de que estés a nuestro lado, pero por ahora centrate en tu entrenamiento para crecer para mayor gloria del emperador.

Entonces Litilus se centro en ese entrenamiento olvidando todo temor, y cada día mejoraba, incluso Iah, alguna vez se sorprendió de como Litius esquibaba sus golpes siendo simplemente un explorador, aprendió el uso del bolter y dedico días enteros a perfeccionar el tiro, intentando apuntar a ramas  y hojas de los arboles.

En el tercer año después de hablar mucho con Melchior y de leer y aprender sobre los capellanes, Litilus se presento ante Melchior y le confeso que se quería hacer Eunuco, así no tendría tentaciones y seria una mano del emperador sin temblores, Melchior estuvo de acuerdo y varios días después cuando todo estuvo preparado le operaron, cuando salio, Melchior le pregunto que que tal estaba y que sentía, Litilus contesto que Estaba bien y que no tenia dudas, ya no habrá temblores en su dirección de la defensa de la humanidad y del Dios Emperador, ante lo que Melchior esbozo una sonrisa de aprobacion y satisfacción por el encauzamiento de una oveja descarriada.

La vuelta a casa despues de "el rito de iniciación" fue magnifica, nos recibieron como ha heroes era mucho mejor que volver despues de ganar una batalla, lo que pasa es que no habia alcohol ni chicas, reconozco que ahora no teniamos mucho tiempo para esas cosas, aqui solo importaba el capitulo y sobretodo, la palabra de el Emperador que alli aprendiamos, con esfuerzo y sangre. Los años de explorador, fueron limpios y silenciosos, nos fundiamos con la naturaleza o cualquier entorno al que nos emfrentaramos, era como esconder un arbol en medio de un paramo helado, pero claro nosotros eramos marines, y eramos lo mejor de lo mejor.

En esta epoca como explorador, el hermano Iah era realmente un dios para nosotros, nos enseñaba con prestaza y mano dura, lo que nos salvaria la vida mas adelante, mis rencillas con él desaparecieron periodicamente, el entranamiento y la superior atención que logre, me permitian centrarme en lo que tenia delante, al 110% de mis habilidades, y eso me hacia crecer como persona, como marine y como futura arma para con el emperador y el capitulo.

Mis facultades para el Cuerpo a cuerpo se iban haciendo cada vez mas evidentes, aunque eso no significa que despreciara los entrenamientos del sagrado bolter, al que yo personalmente daba una especial enfacis, los hermanos ya marines por derecho nos explicaban una y otra vez, que el bolter eran ni mas ni menos que las palabras del mismisimo emperador, el cual nos daban valor en el
combate a nosotros los marines, y ahuyentaban como a perros a los enemigos de la humanidad.  Como iba a obviar un elemento que me permitia escuchar al mismisimo emperador, cada movimiento, cada roce con él arma era como rozar el Nirvana por segundos, y nuestro mismisimo dios viviente, hablaba personalmente con migo o con cualquier hermano, siempre que difundiamos su palabra,
en cualquier sitio donde hiciera falta unas clases de fe alli estaba su palabra.  Asi con un entrenamiento y con un objetivo tan grande y elocuente algo a lo que podia optar por derecho, fui llenando mis cargadores de pura justicia divina, y mi mente de horaciones, las cuales me permitian llevar a cabo la palabra del emperador, nosotros casi como unas maquinas, que no necesitaban descansar, alimentarse, ni llorar por las victimas caidas, todos los que se encontraran delante de nuestro Bolter merecian el castigo, si se oponian a la imperecedera palabra del emperador.

Los días se sucedian, rapidamente, de un día de entrenamiento, pasabamos al otro, y asi sucesivamente, mi cuerpo se acostumbraba al mas minimo cambio, a la mas minima orden, al mas minimo susurro, de cualquier cosa que necesitara uno de mis hermanos o yo mismo, para llegar inevitablemente al objetivo, marcado, un objetivo que seria erradicado por la justicia divina. Por nosotros.

Mis hermanos y yo, eramos un todo, cada uno era el dedo de una mano, pero la unión de esos dedos, era un puño, que era capaz de atravesar cualquier cosa que nos propusieramos. Los entrenamientos en vez de exaustos, que en muchos casos fue asi, solo nos daban ganas de seguir, de aprender mas, y de convertir la guerra en un modo de vida, despues del tiempo mucho tiempo para la desesperación de algunos, llego el momento de una misión, de algo de acción, como solia decir cuando solo era un soldado raso, algo de de nosotros nos obligaba a caminar por un filo un filo el cual habrazabamos con pasión, una vida de guerra, pero ese primer contacto real, nunca llegaba. Unos días pareciamos tocarlo,  y otros parecia tan lejos, que cuando llego ninguno lo esperaba, fue como si de vivir servilmente en nuestros cubiles, pasaramos a vivir en un palacio, fue como mover las estrellas con un simple gesto, fue como
escuchar al emperador explicandonos exactamente lo que ibamos ha hacer y eso bastara.

Doce meses han pasado de aquel Rito. Aquellos retazos robados al macho alfa Xrar llevan sus nombres y poco más, a la espera de ser llenados con hazañas y proezas en nombre del Emperador.

Con la segunda tanda de implantes colocada quirúrgicamente, y restando solo activarlos y aprender a usarlos, con los cócteles de drogas, las sesiones de hipnosis, el adiestramiento en el campo; cada día os sentís más marines, menos humanos.

La gran Capilla del Monasterio es un lugar gigantesco, adornado por enormes vitrós que describen los sucesos de la gran Guerra y la Caída de Horus. El altar está construido con los sagrados restos de 10 armaduras Dreadnought, aún los Marines más antiguos tocan con reverencia el metal para recibir la bendición de los antiguos. 

Tras el altar, una puerta blindada y custodiada en todo momento por dos capellanes novicios guarda las reliquias del Capítulo.

El Maestro de la Santidad, el capellán de más alto rango, preside cada día las oraciones de aquellos Hermanos que permanecen en el Monasterio y no se encuentran en misión fuera de él. Su voz es atronadora, capaz de frenar un Demonio; capaz de disolver el pecado. Su cabello corto y completamente canoso, lo hace parecer un anciano; aunque lleva la armadura con fuerza y soltura, como una segunda piel. Los rumores dicen que es el Hermano de más edad del Capítulo, que incluso fue de los primeros Dientes de Sable, y que fue adoctrinado en los Ángeles Oscuros pues todavía los Dientes no existían como ahora.

continuará...

Como todos los Hermanos estoy adoptando un silencioso reverente, debido a la importancia de acto y a la grandiosidad del lugar donde en estos momentos nos encontramos.

Pero, de todas formas, mi mente regresa a una cadena de recuerdo relativamente recientes, recuerdos de como nos recibieron tras la caza del Xrar y nuestra posterior inclusión dentro del cuerpo de Exploradores.

En un momento indeterminado, el énfasis de la voz del Maestro de la Santidad y el propio discurso me hacen regresar a la capilla Esta es la hora de la verdad. Que nadie se avergüence de su pasado sino que busque la gloria en el futuro. Limpiaremos las afrentas contra la Humanidad con la sangre aún caliente del Enemigo... Miro a mi alrededor y veo como en los presentes empieza a brillar una mirada de determinación y orgullo, algo de lo que me siento partícipe también.

Las sesiones de Liturgia, Estrategia e Historia han causado su efecto esperado en mí, pensando ya como un auténtico Diente de Sable. Y además, gracias a posteriores operaciones y tratamientos augméticos, ya nos alejábamos definitivamente de los cánones del ser humano, ya próximos a ser un Astartes, un Defensor del Imperio del Hombre.

Por otro lado, estos meses no los había desaprovechado, en absoluto. Sabiendo que la severidad de los entrenamientos sólo podía ir en aumento, me entregué en cuerpo y alma a pulir mis defectos en la luchar con el fín de apoyar a mis Hermanos en la batalla y para orgullo del Capítulo.

Ya había pasado un año desde que habían cruzado esas puertas por vez primera. Pero el recuerdo de esa noche aún estaba fresco en la memoria de Micah. Habían superado la primera prueba, ya eran exploradores. Lleno de alegría, se abocaba a sus lecciones con empeño. Los entrenamientos eran muy duros, pero su cuerpo también. Los implantes los habían mejorado increíblemente, preparándolos realmente para ser un puño que aplastara la oscuridad.

Cada letanía, cada lección, se iba grabando a fuego en su memoria, preparándolo para alcanzar algún día, si el Emperador lo quería, la tan preciada armadura marine. Aquella que lo atrajo hasta este lugar, hasta este Capítulo.

De todas las clases, las que más disfrutaba, eran las que pasaban con el apotecario. Sabía cuán importante era este hermano en la batalla y en el mantenimiento de la semilla del Capítulo y no dejaba de asombrarse cómo alguien entrenado para destruir era tan capaz de reparar y reconstruir a su vez. De a poco, el destino de Micah iba sellándose.

Su mano recorrió, perezosa una página del enorme y decorado libro. La vista se levantó para barrer el centenar de Marines presentes en la Capilla... podía nombrar cada uno de ellos, con sus méritos y defectos; incluso los novatos recién ingresados.

- Sagrada su Palabra y Sagrada su Cruzada, pues la Humanidad depende de ella, entonó con voz ceremonial, marcando el comienzo del sermón.

- Gloria Imperatus! respondieron los marines a uno.

- La palabra, pues, del Emperador, les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, reglón tras reglón, línea sobre línea; hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos. Por tanto, Guardianes de la Humanidad, Ángeles de la Muerte que hoy residís en Innana, oíd la palabra del Emperador.

- Por cuanto habéis dicho: Pacto tenemos hecho con la muerte, e hicimos convenio con Él; cuando pase el turbión del azote, no llegará a nosotros, porque hemos puesto nuestro refugio en la Fé, y en la vergüenza y el temor no nos esconderemos.

La voz fue subiendo de tono, duro y frío como el metal, penetrante como los tambores de guerra orcos.

- Conságrate al trabajo del Emperador, pues cuanto más tú hagas, más bendecido estarás a sus ojos! 

Un murmullo de asentimiento recorrió la capilla, sobre todo entre los jóvenes. Los veteranos aceptaban las palabras con la cabeza gacha.

- Pero el Emperador, aunque sea nuestro Padre y Protector, también necesita de nuestra protección! El Imperio del Hombre está bajo amenaza, bajo acecho en cada rincón. El Alien, amenazando nuestra divina existencia y Su descendencia. El Caos, los Seres Oscuros que buscan romper Su fulgurante imagen y corromper nuestro Imperio porque, Hermanos, el peor enemigo de todos está en nuestro seno: el Hereje! El hereje que se esconde en la casa del mercader, en el campo de cosecha, en la nave que surca el vacío. Entre nuestras filas osó esconderse, y el Emperador lo arrastró a la perdición con su propia mano!

- Esta es la hora de la verdad. Que nadie se avergüence de su pasado sino que busque la gloria en el futuro. Limpiaremos las afrentas contra la Humanidad con la sangre aún caliente del Enemigo... 

El gesto del Maestro recorrió los vitrales, la Traición, Horus, el Emperador en su Sagrado Trono Dorado.

- Pues dijo el Emperador: "Muchos me dirán tras aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Apartaos de mí, el trabajo no está hecho."

- El trabajo de los Marines Espaciales, sus Guerreros, nunca termina.

Tabla de Eventos: Exploradores

01-10    
Te
ves envuelto en un conflicto militar a gran escala. Tira nuevamente:

01-04             Suma
+2 a WS

05-08            Suma
+2 a BS

09-10              Suma +2 a T

11-20  Amigo
de un Tecnomarine. Elije un arma, se convierte en de Excelente calidad, y es
propia.

21-30  Estudiante
aplicado. Compra una habilidad a mitad de costo.

31-40    
Estudioso
de la Fé. Compra un Conocimiento a mitad de costo.

41-50  Rastreador.
El entrenamiento en la espesura te vuelve un gran rastreador. Gana un bono de
+5 permanente en Tracking.

51-60  Francotirador.
Siempre que uses un Rifle de Francotirador, y utilices Apuntar como acción
completa, ganas +30 a la tirada de BS (en lugar de +20).

61-70    
Tácticas
de Combate. Tu estudio de Tácticas de Combate te está preparando para comandar
tu propia escuadra. Ganas el Talento Conoce el Terreno: tira Per al
comienzo de cada combate, si tienes éxito puedes determinar lugares y
posiciones del terreno que den naturalmente bonos / negativos.

71-80   El
Emperador es tu Escudo, Su Palabra es tu palabra. Gana +2 a WP o +2 a Fel (a
eleccipon).

81-90   Tu
cuerpo responde favorablemente al condicionamiento físico. Tira nuevamente:

01-03            Suma
+2 a S

04-06            Suma
+2 a T

07-09            Suma
+2 a Ag

10                 Suma
+1 a S, T y Ag.

91-100  Rechazo a los implantes. Haz una
tirada de T. Si la superas, Suma +1 a T. Si la fallas, resta –2 a T.