Partida Rol por web

Dolor. Un gruñido divertido. Una calida sensacion de energia, aunque pequeña, restaurando las fuerzas. La luz es penumbras apenas, pero luego de la oscuridad en que venian igualmente las hace parpadear.

Finalmente pueden abrir los ojos. Estan en una habitacion de 20' de lado, paredes, piso y techo de piedra, sin ventanas y con una unica abertura, una puerta de madera gruesa, en el centro del lado Sur. Leonore se encuentra en el lado este e Irina en el oeste. A las dos les han quitado todo, ropas incluidas, exepto a la cleriga, a la cual le han dejado su anillo de piedra azul. Les han dado eso si, un poco de paja que les sirve de lecho. Las dos tienen grilletes de hierro en pies y manos, que dificultan su movimiento enormemente, ademas de impedirles dejar el monton de paja donde se encuentran...

La luz del lugar la provee lo que se filtra por la puerta, ahora abierta. Pueden observar su desnudez mutuamente y evaluar rapido las heridas propias y de la otra.

Irina es evidentemente la mas lastimada, con varios cortes y desgarros. Aunque no hay sangrado, la piel ha regenerado solo parcialmente, probablemente con algo de ayuda magica, pero el tejido debajo sin duda sigue muy dañado... Si salen de esto, quedaran profundas cicatrices en su espalda y pierna.

Leonore por su parte encuentra su bonito cuerpo en mejor estado, aunque presenta grandes hematomas en pecho y vientre. Le duele un poco al respirar, es posible que todavia tenga huesos rotos...

Ambas no se encuentran solas. El clerigo enano que sirviera a Rozen esta tambien en la habitacion, apoyado en su baston, sonrriendo y observandolas. No hay lujuria en su mirada, pero si malicia... es evidente que disfruta viendolas encadenadas y sufriendo.

Irina se acerca a Leonore y habla con ella mientras trata de observar todas las armas del enano y su localizacion disimuladamente.

- ¿Como te sientes?, ¿no te habran puesto una mano encima esa escoria?. Mientras observa directamente al enano.

Cuando intentas aproximarte, los grilletes te impiden hacerlo propiamente... Estan bien apretados en los pies y manos, de modo que solo puedes arrastrarte o andar a gatas, de la forma mas humillante...  o a saltitos si alguien te ayudara a ponerte de pie. Las ataduras son las normales de prision, bandas de hierro forjado unidas por una corta cadena.

El enano viste como en la pelea, una armadura de pieles, asi como un baston de madera recia. No parece llevar otras armas, pero recuerdas que tiene poderes magicos... El fue quien convocara al lobo que te derrotare.

El sonido de sus huesos crujir fue lo último que sintió Leonore antes de caer la suelo mientras todo se volvía negro, abrió un poco los ojos, para intentar  saber que pasaría con su guerrero, pero ya no lo veía, sólo que le faltaba el aire. Pensó que eso era el fin y encomendó su alma a su dios. Sin embargo, esos no eran los planes del destino. Leonore al abrir los ojos, sentía dolor y estaba aún ahogada, intentó moverse, pero el peso de los grilletes revivió antiguos recuerdos...

Ese barco, y ese capitan, ella apresada, nuevamente todo se repetía y soltó unas lágrimas, hasta que una voz familiar escuchó, Irina

- Irina...? - parecía aun desconcertada por revivir esas vivencias - ¿don.. donde estamos? - preguntó intentando moverse y se sintió desnuda, y más aún, con los ojos de ese clérigo sobre ella. Levantó las manos hacia su amiga como para abrazarla, estaba asustada además de estar herida - pensé que... que no te vería más - le susurró, observado de reojo a ese sujeto, intuyendo que algo les haría.

Tras rodar por el suelo y dificultosamente encontrar la manera de sentarse junto a su compañera Irina trata de infundirle valor y optimismo con sus palabras.

-Me alegro que estes viva amiga mia. Ahora debemos ser pacientes y recuperar fuerzas para no ser un estorbo cuando acudan en nuestra ayuda nuestros compañeros. Ten fé, seguro que ya estan en marcha buscado la manera de rescatarnos y que continuemos con nuestro viaje.- Le susurra con tono firme y seguro, a la vez que reconfortante.

-jajaja...+rie por lo bajo con sarcasmo, escuchando a la paladina+...ilusa.

Luego alza la voz, sin dejar de mirarlas

-Jefa! Ya estan despiertas...

Pasos de botas sobre piedra se escuchan, y luego de unos segundos aparece en el portal Rozen. La muchacha viste una sencilla tunica campesina sin adornos, y tampoco parece llevar armas. Da la imagen de una vulgar mujer de campo, un poco mas bonita de lo normal, si uno no la conociere...

Mira a ambas, sentadas una junto a la otra, acariciandose el cabello. Cuando habla su tono es tranquilo e informativo, como si departiera con un par de amigas..

-Bien bien... Al fin estan concientes. Espero que sus ataduras no sean demasiado incomodas, les prometo que solo las llevaran un tiempo. Ninguna de las dos es una niña, asi que supongo no necesito recordarles las reglas de comportamiento de los cautivos... Mientras las sigan, estaran bien. Sepan disculpar ademas que les quitaramos las ropas, teniamos que asegurarnos que no ocultaran nada... Pronto sera mediodia y les traeran algo de comer... Imagino que luego de dos dias, deben estar famelicas... Jeje, nuestra cocina no es la mejor, pero servira. Necesitan algo o quieren hacer alguna pregunta? .

Irina intentaba confortar a una asustada Leonore, que se abrazaba a ella, intentando recoger las piernas, pero los grilletes  se lo impedían,  intentó decirle algo, pero antes de hablar, una nueva figura llegaba ahí, era Rozen, la clérigo sintió como  le hirvió la sangre  al verla, ella era la culpable de muchas cosas!, apretó los puños, pero intentó controlarse, en el estado en el cual estaban lo peor que podían hacer era exaltarse, porque esa mujer tenía razón.

- pueden darnos ropas y vendas para... cubrir las heridas?.. se infectaran... y sacarnos.. los grilletes por lo menos de las piernas?- le dice, su voz suena despacio, por que le dolía aun el pecho - por favor... no haremos nada... no podemos hacer nada... - intenta persuadirlos, deberían amoldarse y luego averiguar la forma de salir de ahí. 

-No, no puedo proporcionarles ropas ni implementos de ninguna clase...+responde suavemente+ Tampoco quitarles grilletes, ni siquiera de las piernas. Aunque tu no eres problema, ella es bastante buena luchando +mirando a Irina+ y bueno, aunque tu no puedes conjurar sin tu foco ni las manos... tambien es mejor que tengas la movilidad limitada... Asi no me daran ningun inconveniente.

Posa su mano en el hombro del enano

-Pero por las heridas no tienen que preocuparse. Norek tendra listos esta noche los nuevos conjuros y las curara lo mejor posible. Si hace falta, el se encargara tambien de vendarlas y atenderlas para que se recuperen cuanto antes. Quiero que ambas esten en plena salud y vigor.

Sonrrie.

-Alguna otra cosa?

-Tan solo prevenirte, algun dia me tomare venganza por tus actos, no lo olvides.- Añade Irina muy segura de si misma, como si tuviese una revelacion del futuro y esbozando una leve sonrisa.

Suspira...

-Me lo han dicho muchas veces en este trabajo... +encoje los hombros+ Creo que resulta dificil atraer simpatias. Bueno, podras intentarlo, tal vez. Si escapas de tus amos y me encuentras...

Le guiña un ojo, sonrriendo.

-Bien, descansen, la comida vendra en breve.

La joven les da la espalda y se retira, pero el enano, quien sonrrie con una mueca maligna, permanece en la entrada abierta, vigilandolas.

No consiguieron mejorar su estado, Leonore toca a Irina para que se calmara, en la situación en la cual estaban, no podían alterarlos demasiado, por lo menos, no antes de saber porque los habían dejado vivir. Rozen ya se iba dejándoles al clérigo, Leonore intenta moverse pero los grilletes molestan, pero de todas formas busca a su amiga - saldremos...-le susurra, aunque casi sin ánimos, no estaba Malrick ahí, quizás estaba muerto...

Poco despues, un semielfo de aspecto sencillo, con un estoque en la cintura, aparece con dos cuencos de sopa. Su sonrrisa se ensancha, mientras el enano le deja sitio en la puerta a que pase.

-Damitas, mi nombre es Horm y soy su cocinero... +se presenta, mientras deja ambos cuencos al alcance de ambas. Sus ojos observan a las mujeres desnudas con lascivia.+ Tambien fui el encargado de desnudarlas, un placer que he disfrutado durante estos dias y me encantaria seguir haciendo... +mira a Leonore+ especialmente a ti. Eres suave y eso me gusta... quien sabe. Tal vez antes de la subasta tengamos tiempo.

Sus ojos pasean tambien por Irina

-No es que te desprecie, es solo que las prefiero delicadas a fibrosas, tu comprendes. jajajaja

Parece jovial, si no fuera por las cosas que dice... 

Irina mantiene la calma y espera a que se aleje para alcanzar la comida, sabe que necesitara reponerse y ser paciente para encontrar el momento adecuado para tratar de liberarse y salir de alli con su compañera de aventuras.

Horm se retira, aun riendo, y Norek cierra la puerta tras el... El sonido de la llave es fuerte, y le sigue el de una madera correrse, probablemente una tranca. Es evidente que se toman las precauciones para sus prisioneras... Solo una rendija de luz que se cuela bajo la puerta, les permite una misera iluminacion de penumbras en parte de la celda, el lado mas proximo a la puerta. El resto queda sumergido en oscuridad.

Ambas pueden entonces tomar la sopa, la cual si bien no es gran cosa, al menos alimenta...

Intenta comer,  pero el pecho aún sigue doliéndole, la da unas palabras de calma a irina, pero está demasiado callada, orando a Ilmater, concentándose para eso, luego revisa los grilletes, para ver que tan sueltos estaban y se podían liberarse de alguna forma.

Desgraciadamente no parecen tener mucho que ofrecer a la esperanza. Los grilletes son sencillos pero solidos, y cada argolla tiene su propio cerrojo, para un total de 4. Solo alguien de increible fuerza, o con la habilidad apropiada podria librarse de ellos y aun asi, no seria facil.

Por ende no queda otra mas que descansar... La celda es tibia y seca, por lo que no hechan de menos sus ropas salvo por el pudor, y los jergones de heno son ciertamente mejores que dormir sobre el suelo. Es evidente que no las quieren muertas, algo que podria haberse logrado facilmente en este tiempo...

Pasan las horas, lentas, monotonas, vacias... Afuera se oyen pocos ruidos y solo ocasionalmente, alguna risa que parece ser del enano. Finalmente la puerta se abre con crujido de tablas y hierro, dejando paso a Norek y Horm. Este ultimo trae otros dos cuencos con sopa, pero no os los da, sino que los deja junto a la puerta y esgrime una cachiporra que saca de su espalda... Mas es el clerigo enano quien se adelanta.

-Bien, inutiles, no se resistan. Las voy a sanar... +dice con tono rudo. Luego añade...+. Si se portan mal, tendremos que estropearlas y seria una cosa de nunca acabar.. Esta claro?

no las querían muertas. y el sujeto habló de una  subasta, quizás la venderían, por eso se tomaban todas esas consideraciones para mantenerlas dentro de todo, bien, no como simples prisioneras. Leonore intentó moverse cuando sintió la bulla, y sentándose, intentó cubrirse lo mejor posible, adoptando una posición con las piernas y cubriendose  los pechos con las manos.

- bueno.. gracias..- murmuró la chica, no mostraba enojo por lo que estaba pasando, ni contra es clérigo, aunque el otro sujeto  la ponía incómoda - cuando nos podrán pasar algo para cubrirnos, es muy incomodo seguir así...- le habla en susurro al clérigo,  buscando su simpatia.

Irina seguia las indicaciones de forma sumisa y casi ausente, sumida en sus pensamientos, se mantenia tranquila pero con el fuego y la fuerza aun en su mirada a la espera del momento mas propicio. Asi es el camino que Tir tiene preparado para mi; pensaba en sus adentros mientras caminaba tapando su desnudo cuerpo con sus manos.