Partida Rol por web

Según vais caminando con esfuerzo sobre la superficie del planeta . Fuertes vientos hacen que os sea difícil ver a unas pocas decenas de metros delante de vosotros. 

Sin embargo en un respiro de estos veis lo más increíble que habéis visto en vuestras vidas.

Una nave espacial enorme con forma de herradura. De unos dos kilómetros de diámetro y Ciento cincuenta metros de alto.

Sin duda alguna no era humana.

Nuestros pasos son muy lentos, avanzamos con precaución sobre un terreno rocoso y lleno de tierra y polvo compacto... los vientos fuertísimos levantan la arena y hace que nos golpée en nuestros trajes... por dentro podemos incluso sentir las pequeñas punzadas de la arena.

La visión es muy limitada, tan solo una decena de metros... sin embargo cuando llevamos andando casi media hora observamos a lo lejos una forma extraña que se levanta sobre el desholado paisaje.... nos acercamos poco a poco y la visión se va aclarando, es una estructura...una especie de ¿nave?...

Nostromo ¿véis eso que estamos viendo? digo por el comunicador.

Nos vamos acercando lentamente y cada vez podemos apreciar mejor la estructura.... es una inmensa mole con forma de herradura.... nada que tenga que ver son los diseños que se han ido fabricando en la tierra, si es una nave, no es humana, o al menos de la tierra...

Nostromo, Estamos cerca de la estructura, tiene forma de herradura y parece ser una especie de construcción o nave espacial accidentada... por su frorma y su estructura no se parece a ninguna que se construya en la tierra.

Su circunferencia me recuerda a las antiguas estaciones espaciales que utilizaban grandes anillos rotatorios para simular la gravedad con la fuerza centrífuga..

Nos acercamos más al casco de la nave y podemos comprobar que es rígido, también observarmos una pequeña grieta en la estructura, posíblemente causa del impacto. La posibilidad de introducirnos por aquella grieta no me atrae lo más mínimo.

Me giro hacia mis compañeros... Bueno, ya hemos visto que es una puta nave alienígena, nos volvemos, hacemos un informe, ponemos unas fotos chulas y nos largamos cuanto antes de esta maldita roca, ¿Que me decís? Yo creo que ya hemos cumplido, ¿no os parece?...

Mi mirada se dirigía a Kane, en varias ocasiones había alardeado de lo maravilloso que sería encontrar nuevas formas de vida... me estaba temiendo que el muy puñetero nos hiciera meternos dentro de aquella... cosa

Kane  iba abriendo el grupo. Se le veía emocionado. A pesar del aire el polvo y lo difícil que era caminar por el terreno no paraba de animar a los demás para que siguieras. Pero cuando llego a la nave su cara cambio.

Dios mío... Es increíble. Es lo más increíble que hemos visto nunca Nostromo. Este es un momento histórico.

cuando Bas dijo de hacer fotos e irse Kane no tardo en responder.

No no. Tenemos que continuar. Tenemos que continuar

Descendi hasta la superficie de aquel planeta, dispuesta a ver qué era aquello que aquel lugar nos deparaba. Sin embargo, ni siquiera todas las elucubraciones que mi mente pudiera hacer mientras caminaba, costosamente, por la ventosa superficie de aquel lugar, superaron a la realidad, en el sentido más amplio.

Camine y camine, abriendome paso, inexorable, entre todo ese polvo y todo ese aire, en aquel entorno indudablemente hostil. Kane no dejaba de animar al grupo a seguir avanzando, algo que, indudablemente, no era en absoluto necesario en mi caso. Siempre avanzar. Nunca darse por vencido. Aquel era el lema que habia gobernado mi vida durante años.

Y apenas llevabamos una media hora avanzando por la superficie del planeta cuando la exclamacion de Kane y de Bas hizo que me girara, cubriendo como estaba en aquel momento nuestra retaguardia, cerrando la marcha, arma en mano. Estaba acostumbrada a estar siempre preparada para cualquier cosa, para cualquier eventualidad que pudiera presentarse. Quizas aquella habia sido la razon por la que Price me habia enviado en aquel grupo: sabia que los protegeria a cualquier precio. 

Sin embargo, cuando me volvi, agradeci que el casco ocultara la expresion de sorpresa que se dibujo en mi rostro. Una que, aun asi, quedo latente en mis palabras, unas palabras que inicialmente, salieron en mi idioma natal - невероятный - dije, observando aquella nave, algo que, sin duda, no habia visto nunca antes.

-Capitan... Es... incrreible. Perrmiso parra continuarr investigando. - dije, antes de seguir avanzando. Desde luego, podia llegar a comprender que Bas quisiera volver de inmediato a la nave. De hecho eso era lo que el sentido comun mandaba. Pero, por encima del sentido comun estaba la curiosidad, aquella curiosidad que me incitaba a avanzar a cualquier precio. ¿Como ibamos a volvernos ahora? Aquello era una nave alienigena. ALIENIGENA. Con todo lo que aquella palabra implicaba. Asi pues, puse mi mano en el antebrazo de Bas, negando, cuando se giro hacia nosotros en un amago por salir de alli- Esto es historria, Zennerr. Y la historria no la escrriben los cobarrdes. - añadi, dando a entender que, a menos que el capitan dijera lo contrario, de alli no se movia nadie.
 

El viento aúlla como una manada de chacales, sumiéndonos a todos en una densa nube de polvo de roca y otros sustratos que nos impide ver mucho más allá de donde pisamos. En cuanto mis pies tocan la superficie del planeta, enciendo la luz incorporada al casco del traje espacial, que apenas sí logra mantenerme aislado del ensordecedor ruido y de las partículas y piedras diminutas que golpean mi cuerpo. Mi respiración suena ensordecida y metálica, como si procediera de una máquina en vez de un ser vivo, interrumpida esporádicamente por el espiráculo artificial del casco, que descarga un chorro de dióxido de carbono cada ciertos segundos. Al empezar a caminar, noto de inmediato la baja gravedad del entorno. La diferencia debe de ser muy sutil, apenas un diez o un quince por ciento con respecto a la de la Tierra, pero no hace sino contribuir a la sensación de que la feroz tormenta podría arrastrarnos si perdemos pie.

—Allahu akbar* —murmuro mientras camino junto al resto de la expedición. La caminata se me hace eterna, avanzando penosamente entre formaciones rocosas tan afiladas como cuchillas. Todo está muy oscuro, y no tengo ni la más remota idea de si este planetoide tendrá algún sol cercano que lo ilumine durante el día. El rastreador de señales arroja una información confusa, más allá de que el supuesto mensaje de socorro proviene de algún lugar frente a nosotros.

—No se alejen mucho los unos de los otros —comento al comprobar lo fácil que debe de ser perderse en un lugar como este. Si uno de mis compañeros avanzara demasiado, desaparecería en mitad de la nube de detritos, volviéndose invisible para el resto—. Traten de mantener el contacto visual.

Y entonces, la niebla parece apartarse por un instante. Y la veo. Una estructura inmensa que no parece estar compuesta de piedra, ni de metal, ni de ninguna otra cosa que yo haya visto, se cierne sobre nosotros desde la distancia. Aunque es difícil hacerse a la idea de su forma y su proporción real, parece tener un cuerpo central que se elonga y se curva pronunciadamente en dos brazos torcidos.

«Un útero —piensa de pronto mi mente científica—. Un enorme y fecundo útero, y las dos trompas de Falopio». De repente, sin saber por qué, recuerdo la pesadilla que estaba teniendo justo antes de despertar del hipersueño. A pesar de lo fragmentario e irreal del sueño, y de las diferencias que presentaba, no puedo dejar de darme cuenta de las inquietantes similitudes con lo que mis ojos ahora contemplan. Recuerdo la gran catedral negra entre nubes de niebla oscura y pegajosa. ¿Y qué es la matriz femenina sino la mayor catedral del universo, el templo donde se origina toda vida? Un escalofrío recorre mi columna vertebral. Siento horror. No simple miedo, o angustia, o pánico. Es el horror en su acepción más clásica, el temor reverencial hacia algo superior e incognoscible. En estos momentos, nada podría parecerme más lejano e insignificante que Capitol o la doctora Valéry. Lo único que desearía sería alejarme gritando de este lugar, y al mismo tiempo, escuchar el canto de las sirenas como Ulises...

... Aunque yo no tengo ningún mástil al que atarme para evitar la destrucción.

 Tuvisteis un duro camino hasta llegar al centro de la nave. Donde parecía que el casco se había derretido en tres puntos y seria posible la entrada.

El lugar era oscuro y aterrador. Y nada mas entrar dentro perdisteis las comunicaciones con la nave.

 El pasillo era angustioso. Parecía que estuviera hecho con algún tipo de secreción la cual formaba formas extraña como de huesos.r

 Seguisteis por el. Hasta que Kane vio una apertura en el techo. Como oficial al mando fue el primero en subir. Nada mas llegar arriba comenzó a llamaros. Para que pudierais ver algo increíble mas que la nave si cabía.  

Ni puñetera gracia me estaba haciendo este paseíto.... La sonrisa o más bien el rostro de satifacción de Kane me estaba incluso hasta tocando los cojones.... sin embargo no podía decir nada, él estaba al mando. Pero, era increíble... Nadie se daba cuenta que no somos un equipo de exploración y no deberíamos estar aquí...  El comentario de Illanka me sacó aún más de quicio... ¿Cobarde?...Ahora a ser precavido se le llama cobardía...hay que joderse.... Pero en fin no le vamos a pedir a un ruso que sea precavido....

Nos introducimos por una grieta en el casco y perdemos la comunicación con la Nostromo... Genial. El interior de la nave es cualquier cosa menos acogedor, parece el escenario de alguna película de terror de serie B... pero nada.... aquí estamos, por la ciencia y por la compañía... 

Kane sube un nivel y nos llama, por su tono de voz ha encontrado algo...

Al subir, se me corta la respiración... ¿Qué cojones es esa cosa?... Ni se os ocurra tocar absolutamente nada.... podríamos.... Contaminarlo. Me giro hacia el doctor buscando que apoye mi afirmación, aunque personalmente no tenga ni el más mínimo interés en preservar lo que acabamos de descubrir.

 El pasillo era angustioso. Parecía que estuviera hecho con algún tipo de secreción la cual formaba formas extraña como de huesos.r

 Seguisteis por el. Hasta que Kane vio una apertura en el techo. Como oficial al mando fue el primero en subir. Nada mas llegar arriba comenzó a llamaros. Para que pudierais ver algo increíble mas que la nave si cabía.  

Lenta y dificultosamente, nos encaminamos hacia la sobrecogedora estructura, que todos parecen haber llegado a la conclusión de que se trata de alguna clase de vehículo espacial de origen extraterrestre. Encabezados por un entusiasmado Kane, vamos desplazándonos hasta encontrar una vía de entrada hacia el origen de la señal aberrante, que sin lugar a dudas procede del interior del enclave. Nervioso, escudriño los umbrales que, como las bocas desprovistas de dientes de algún grotesco animal, conducen a una oscuridad húmeda y cavernosa.

—Esto es inaudito... —se me oye decir por el comunicador integrado del traje espacial. La galería que nos recibe tiene una apariencia de lo más orgánica, como si nos hallásemos en las entrañas de un ser vivo... o tal vez en el interior del cadáver fosilizado de una criatura que tal vez hace un millón de años sí respiró. Sea como fuere, abro rápidamente mi mochila de provisiones y extraigo algunos utensilios de análisis. De manera eficiente y organizada, tomo algunas muestras del aire, así como raspados de las extrañas paredes, si es que se las puede llamar así.

Entonces, desde algún lugar más adelante, Kane nos llama. Al parecer, ha encontrado algo interesante. Pero nada podría haberme preparado para lo que veo. Allí, en mitad de una gigantesca sala circular, en una plataforma elevada, descansa lo que parece ser el esqueleto fósil de algún extraño ser, de aspecto vagamente homínido, pero del tamaño de un coloso. Está recostado en alguna clase de maquinaria cuya función me resulta imposible de intuir. Frente a su cabeza hay lo que parece un tipo de dispositivo de visión remota, tal como un telescopio. Pero todo esto no son más que conjeturas. La verdad es que nos hallamos ante la prueba palpable de que hay vida inteligente en el universo, aparte del Homo sapiens.

—Tengo que tomar muestras de esto —asevero, y me acerco al cadáver milenario con la intención de examinarlo más de cerca. Es entonces cuando advierto algo insólito—. Qué curioso. ¿Se han fijado? Tiene un orificio enorme en la caja torácica. Es como si algo hubiera emergido violentamente desde el interior...

Esta revelación me llena de escalofríos. Temeroso, renuncio a mi idea original de recoger material del cadáver. Debemos obrar con prudencia. No se me puede olvidar que estamos en un mundo desconocido, cuyas normas desconozco. Cometer un error podría resultar letal.

Continue avanzando hasta aquella estructura, internandome en el hueco que habia quedado al descubierto y que, convenientemente, nos serviria como entrada a aquel lugar. No me paso por alto el hecho de que algo habia derretido aquella parte de la nave. La cuestion era qué, y por qué motivo. Y es que habia algo que pareciamos estar pasando por alto en un momento como aquel: si aquella nave estaba alli era porque nada bueno habia pasado.

Sin embargo, el impetu de Kane y el hecho de que, como si de un colegial se tratara, andara de un lado para otro correteando para ver aquel juguete nuevo hizo que no me entretuviera demasiado en aquel lugar e ingresara rapidamente en el interior de la nave, cubriendo la retaguardia.

No mentiria si dijera que lo que vimos alli adentro me dejo boquiabierta. Nunca, jamas, habia visto algo igual. Aquella nave parecia estar viva... Las paredes asemejaban un esqueleto y luego estaba aquella sustancia viscosa que me hacia tener la desagradable sensacion de estar en el interior de una enorme bestia. Como Iona y la Ballena.

Apunte con la linterna de mi arma hacia aquellas paredes, con intencion de ver mas a fondo de que se trataba. Sin embargo, el doctor decidio entonces venirse arriba, como Kane y comenzar a tomar muestrecitas de todo. ¿Pero es que no se daba cuenta de que si aquello estaba vivo podiamos tener un grave problema?

-Doctorr, no toque, porr favorr. - le llame la atencion, dando a entender que quizas aquello no era prudente- Ya tendrra tiempo de eso cuando sepamos que cojones es esto. - añadi, intentando averiguar mas sobre aquel lugar, que por alguna razon me resultaba algo claustrofobico.

-Y usted que querria perrderrse esto, Zennerr. - dije entonces con aquel cinico humor mio a Bas, mientras continuaba avanzando, cerrando la comitiva.

Hasta que vi aquello que hizo que me frenara en seco. ¿Que demonios era eso?

Mi mirada se paseo por lo que parecia... ¿Un esqueleto? ¿Era un alienigena? totalmente incredula. No, claro que no iba a perderme algo como aquello. Aquello era la demostracion de que habia vida. Vida mas alla de la nuestra. Siglos, milenios de elucubraciones, acababan de tener por fin ahora respuesta frente a nosotros.

Sin embargo, el doctor rompio con su nuevo intento de toquetear aquel momento historico y epico en mi mente. Y, resoplando, alargue un brazo hacia el, intentando detenerlo antes de que siguiera tocando nada mas- Doctorr. No toque. - repeti entonces, con la misma prudencia, mientras observaba, maravillada, aquella extraña forma de vida.

Enarco una ceja frente a los repetidos intentos de Pétrova de reprender mi conducta científica, aunque en el fondo la entiendo. Este lugar también despierta todas mis alarmas internas. Decido tomarme sus muestras de preocupación con buen humor.

—Ya tengo una madre, señorita Pétrova —digo sonriendo—, y está muy lejos de aquí. Además, hace muchos años que me hago cargo del riesgo de mis propias acciones. Pero no se preocupe... —Miro de nuevo el agujero en el pecho de la criatura alienígena, y añado en tono paternalista—: No tengo la menor intención de hacer nada que pueda ponerme en peligro ni a mí ni a ninguno de ustedes.

Decido volver a guardar el instrumental de prospección, y echo un nuevo vistazo al escáner de señales. Estamos más cerca que nunca del origen de la transmisión.

—Kane, esta excursión está siendo muy edificante, pero creo que los demás tienen razón. Deberíamos ceñirnos a nuestras responsabilidades. Ya tenemos muestras; puedo analizarlas más tarde, cuando estemos de nuevo a salvo en la nave. Así, ¿qué debemos hacer ahora?

¿No es lo mas impresionante que habeis visto nunca?  Pregunto Kane muy emocionado. ¿De que habra muerto? 

Doctor cuando nuestras fotos salgan en la revista Life no estara tan preocupado. 

Kase fue caminando por la enorme circunferencia de la base hasta que se paro.

Miren parece quemado. Se puso de rodillas y metio un poco la cabeza por el agujero. Aqui abajo hay algo. Veo luz. Puede que sea una maquinaria o puede que no. Voy a bajar a echar un vistazo. Cuando suba nos iremos.

Y Kane se dispuso a preparar la pequeña grua para bajar y meterse dentro.

Por fin Bas empieza a ver algo de sentido en sus compañeros... bueno, en todos menos en Kane. Illanka y el Doctor prefieren no tocar nada y yo creo que es lo mejor, sin embargo Kane sigue fascinado... el muy puñetero sería capaz de sacarse la escafandra e ir dando lametones a las paredes....

Ahora coge el tío y se mete por un agujero.... si es que está como un cencerro.

Yo no sé porqué pero cada vez que miro al esqueleto este gigante y el sitio donde está sentado me parece más un arma... una especie de cañón antiaéreo... o algo parecido. A ver si acabamos pronto y nos vamos de una santa vez....

Escuchabais la respiaraxion de Kane mientras bajas por el cable.

Esto es enorme parece una especie de caverna. Es gigantesco. 

esta todo oscuro. Menos en un sector. He tocado fondo. Hay algo en el suelo . Parecen huevos del tamaño de un perro grande. Están cubiertos por una especie de niebla que reacciona al romperse.

se escucha un ruido como metálico y después como si se resbalara.

Estoy bien he resbalado. Estoy delante de una especia de huevo....esperas algo se mueve dentro tiene vida. Vida orgánica. Se mueve se esta abriendo. 

Desde luego, estaba en contra de que Kane bajara alli solo y me preguntaba, a aquellas alturas, como se le habia ocurrido al capitan ponerlo al mando de la mision. Estaba claro que estabamos avocados al suicidio, a ese paso. Y no es que yo fuera especialmente precavida... Sin embargo, entre el colegial que metia el hocico en todas partes, el medico toquetea-todo y aquel lugar tetrico y lugubre que olia a peligro en cada esquina, lo cierto era que mi umbral de alarma estaba en aquellos momentos disparado.

Por desgracia, no fui capaz de parar a Kane en su impetu por bajar a aquel agujero. Ni siquiera me dio tiempo a acompañarlo, por si se encontraba con una desagradable sorpresa.

Y entonces hablo, describiendonos la escena. Un huevo. Alli habia un huevo. Un criadero... ¿De que? ¿De esas cosas? ¿O de algo peor?

Sin embargo, todas mis alarmas se activaron cuando, de repente, Kane informo de que parecia estar abriendose- Kane. ¡Salga de ahi! ¡Salga! - exclame entonces, esperando que por una vez se mostrara prudente y me hiciera caso. No sabia qué seria lo que contendria el huevo, si seria violento o, peor aun, si la madre o el resto de la "familia" estarian cerca. Aquello, definitivamente, no estaba bien.

Y yo, por si acaso, me prepare para bajar e intervenir, en caso de que fuera necesario.

Casi como si supiera que no íbamos a permitírselo, Kane desciende apresuradamente por el cable de la improvisada grúa que ha montado. Antes de que podamos llegar junto al agujero, ya está describiéndonos lo que ve desde su privilegiado punto de vista. Esto es increíble. ¿Qué le pasa a este tipo? Parecía perfectamente normal y estable hasta que bajamos a LV-426, pero desde entonces se está comportando como si tuviera algún trastorno de la personalidad. Aunque por otro lado... tal vez se trate de la llamada, la misma que yo sentí al entrar en este lugar. Sea como fuere, está más que claro que Kane no está capacitado para liderar esta expedición. Decido imponerme por el bien de todos.

—Kane, está usted actuando de un modo completamente imprudente y estúpido. —Mi voz suena fría y tranquila, en contraste con la dureza de mis palabras—. Vuelva aquí inmediatamente. No hemos venido a esto. —Sin embargo, el primer oficial persiste en su conducta díscola, y además empieza a contarnos algo realmente inquietante. Y es entonces cuando empiezo a asustarme de verdad. ¿Huevos? ¿Vida orgánica? Empiezo a gritar con ira, una ira que enmascara el miedo que realmente siento, mientras le recuerdo a Kane la primera norma básica de supervivencia al encontrarse con un ser vivo desconocido—: ¡Kane, maldito imbécil, ni se le ocurra acercarse! Manténgase lejos de esos... huevos, ¡y vuelva enseguida! ¿Me oye? ¡Usted y yo vamos a tener una charla nada amistosa con el capitán Price!

Sin embargo, tengo la terrible sensación de que mis advertencias no van a servir de nada...

Escucho la comunicación de Kane... evidentemente se ha vuelto majareta...  ¿Acaba de decir que está lleno de huevos y uno se está moviendo?....

- Kane! ¿por qué no coge usted una docenita de esos huevos y nos los llevamos para hacer una tortillita en la nave...? ¿Se ha vuelto loco?... SALGA AHORA MISMO DE AHÍ, POR EL AMOR DE DIOS!!!

Puto loco... en cuanto salgamos de aquí le estampo la botella de Macallán en el cráneo....