Partida Rol por web

-Ayo?-Pregunté mirando a Kenai a través del oro líquido del vaso.

Cuando vi las carpetas en su mano ya imagine lo que quería. Lo que ponía dentro no eran más que datos y números, así que buscaba algo más.

-Bueno, a falta de una palabra mejor la describiré como la hermana que dice que esos pantalones te hacen gorda, señor. Directa aunque duela. -Y nunca mejor dicho. Después de lo del baño con Lopez no sabía si nuestra "hermana" nos mandaría a tomar por... -Acepta órdenes sin rechistar, es buena tiradora... Tiene un punto sádico, si me lo permite decir, cuando la tocan las narices el enemigo. Supongo que como casi todos. Creo que quería ser geóloga planetaria cuando todo acabe. Ah! Y le encantan las hamburguesas muy hechas. -Termine de decir pensando en la barbacoa en mi casa durante el permiso.

-De quien quiere que hablemos ahora, sargento? -dije apurando el vaso de whisky.

Kenai le sonrió a Charlotte, no se había equivocado con ella.

Le gustaba la actitud de esta mujer.

Dime Kenai, le pidió, y yo seguiré diciéndote Charlotte.

Háblame, le pidió tomando la próxima carpeta y abriéndola ante ambos, de Cassidy dijo.

Jordan pudo notar dos cosas de Kenai pues este no intentaba ocultarlo.

La primera tenía que ver con el carácter del hombretón con el que ahora hablaba. Kenai era afable y comunicativo, sobreprotector con los suyos y muy humano.

La segunda, estaba relacionada con la elección de las carpetas. El sargento cogía sin mirar las carpetas, no había un orden y tampoco importaba. Y esto, si se leía entre líneas, indicaba a las claras que para el hombre los rangos no importaban – aunque debían ser respetados -,  y si las personas.

Me quede pensando mientras jugaba con el vaso.

No tenía muy claro lo que pensar sobre Chase. -En los años 80 tenían una serie de culto... antigua, pero entretenida: El equipo A. Chase es lo más parecido al teniente Murdock. Es muy profesional con lo suyo, la informática, pero cuando habla... Bueno, hay veces que no sabría decir si bromea. - era lo mejor que le podría definir.

Me recordaba al doctor de la base, un tal Jesse Bishop. Había veces que no sabía si me exploraba o me metía mano. 

-Es un buen tipo. Pero creo que nos distanciamos. No se si me entiende... Tras el permiso creía que, al ser Lopez su amiga, vendría más a vernos . Ya sabe, tomarnos algo, charlar... hacer locuras, Charlotte... Pero se distanció de ambas. De Lopez sobre todo. Chase no era antes al menos un hombre que necesitase una invitación formal para algo.

Saqué un cigarrillo del bolsillo y le ofrecí uno a Kenai preguntando antes sobre si podríamos fumar.

-La última misión nos ha cambiado a todos un poco...

-Basta ya!! - Grité mirando a Lopez y a Ayo con frialdad.

Esto era justo lo que pretendía evitar. Una confrontación sobre un tema que debería haber sido zanjado hace mucho tiempo. Sobre todo por los superiores, pero no se nos dijo nada y las heridas aún estaba abiertas.

-Esto se acaba aquí y ahora! ¿Me entendéis? No quiero volver a oir hablar de Raszack! Me importa una mierda lo que los demás piensen, pero no soporto veros enfrentadas!- Me llevé las manos a la cabeza como intentando parar un incipiente dolor de cabeza.

- Ayo, no somos quienes decir si fue un traidor o no lo fue. Ese calificativo le corresponde a la Weiland Yutani. No lo entendéis. Ninguna!! Somos soldados y obedecemos lo que se nos dice y punto! Y dado que nos mintieron desde el principio, podríamos decir que Vratasky es la traidora. Pero no es asi! ¿Me ois? Es como si el tenedor y la cuchara pelearan por ver quien pela mejor la puta manzana. Es el cuchillo el que lo hace!! Nosotros solo seguimos ordenes y Raszack ... se harto de ser la cuchara!

Me puse entre medias de las dos. No quería mas historias.

- Es hombre nos unió, para bien o para mal. Luego hizo lo que el consideraba era mejor. ¿Y sabéis que? La culpa de todo esto es mía. ¿Queréis echarle mierda a alguien? Pues echádmela a mi!!! - Empece a llorar delante de ellas. Estaba llena de rabia.

- Si no hubiera retado a Raszack, Lopez no tendría que haberse tirado encima suya para que no me matara y Ayo no tendría que haberle disparado. No lo habrías matado Ayo.... y esta conversación no tendría sentido ni lugar. Le reté porque me sentía frustrada por lo de Hammer!! No se merecía esa muerte, no se merecía morir!! Se que Ayo sentía algo por Hammer. Y yo no? Era mi amigo!! Pero no fue Raszack quien lo mato, Ayo. Aun si el teniente no se hubiera cambiado de bando haríamos tenido que bajar alli abajo y el gilipollas del medico no... no...

Sollozaba sin sentido mientras apretaba los puños delante de ellas.

- Y tu que, Sandra? Pones todas tus esperanzas en un hombre que no sabes si te apreciaba o no. Yo si te quiero y no te importa una mierda lo que yo piense!! Pasas los días sentada en el diván mirando por la ventana y llorando a un hombre que no volverá y y que no te merecía! Yo no puedo seguir así, Sandra. Soy tu amiga.. no lo ves? Me esta matando de pena el verte así... Asi que supéralo! Como yo lo hice con Conner... ¿ Nunca te lo conté? Pues me abandonaron embarazada!! Me tiró al espacio en un modulo de salvamento porque decía que me quería!!!Y nunca...volvió!!

Esta tan rabiosa que le di un puñetazo al crista hasta que salto en mil pedazos.

- Ahora, si me disculpáis, a parte de hablar con el nuevo Sargento, tengo que parar a esos gilipollas antes de que se maten también.

Salí por la puerta sin volver la vista atrás, las lagrimas caían por mi rostro  necesitaba que no me vieran así.

- Lopez!!! Ponte los guantes. Tu también vas a pelear. No dejaré que salgas allí fuera sintiendo tanta rabia dentro... así que prepárate, porque eres la siguiente.- Dije cerrando la puerta de golpe.

Kenai rechazo el cigarrillo con una de sus manos de forma amable, sin embargo no le impidió fumar pues él también lo hacía aunque lo suyo eran los puros.

El sargento había apoyado su mano sobre otra carpeta desviando por un instante sus ojos café de los claros de la mujer.

Sin embargo, aquella última mención de Charlotte le hizo abandonar lo que estaba a punto de hacer y volver a mirarla.

Tomo la botella y volvió a servir para ambos solo un poquito de whisky, a continuación, cogió su vaso y bebió de un trago el contenido para luego dejarlo nuevamente juntando una mano sobre la otra, ambas abiertas y sobre la mesa.

Suspiro ligeramente, mientras el calor de la bebida le acariciaba aterciopeladamente la garganta al bajar y entonces, solo entonces, hablo nuevamente.

Cuéntame de eso Charlotte, le dijo, cuéntamelo todo por favor y !maldita sea!, agrego mientras sacaba del bolsillo interno de su uniforme un Churchill Tripa Larga, me parece que voy a necesitarlo.

Cuando Charlotte se puso por medio, Ayo pensó que sin quererlo, su cabo había dado al traste con su plan.

Era sencillo. Quería sacar el veneno que estaba carcomiendo a López. Se veía suficientemente fuerte como para sobrevivir a una pelea con ella aquí y ahora y aunque no descartaba la rotura de algunos huesos, incluso heridas de gravedad sería difícil que alguien acabara muerto. Pero si su compañera de armas estallaba en la misión, sin duda habría muertes. Y no sólo de ellos -al fin y al cabo los marines viven para asumir ese tipo de riesgos-, sino de la gente que tenían la responsabilidad de rescatar. Era verdad eso que se decía una y otra vez en los discursitos: tenían que ir todos a una, o simplemente morirían. Tontamente.

Se puso firmes y dio un paso atrás dejando hablar a Charlotte sin inmutarse ni siquiera cuando rompió el espejo. Eso no era nada comparado con la mirada asesina de López. Cuando su cabo nombró el boxeo se preguntó si sería suficiente. No dejaría pasar la oportunidad.

-¿Nos vemos en el ring, Comehombres?

Era difícil de entrever lo que Kenai pensaba.

Su sombrío rostro y sus ojos indicaban que tras toda esa charla ocultaba algo mas. Sonréi mientras me ponía otro vaso de whisky pero no iba a bebérmelo. No de momento. Aun me faltaban un par de cosas como para empezar a emborracharme. El permiso me habia dado mucho tiempo para pensar. Y entre todo ese tiempo a domar mi hígado a base de bebidas llorando la muerte de Hammer. Hasta que dije basta. Aún así no era el momento para demostrar que en ese punto podría doblegar a cualquiera bebiendo.

-Creo que en el informe de David... el androide, lo pone todo- Dije acomodándome en la silla pensando, si realmente David habría puesto... todo. Es decir, todo. Aunque tratándose de una tostadora muy cara... quien sabe.- Le haré un pequeño resumen, y así quizá comprenda la tensión que hay en el ambiente. Trato de mantenerlos a todos enteros... Kenai, pero creame. Es dificil.

"La misión anterior comenzó siendo lo de siempre: Ordenes del mando superior. Una colonia incomunicada posiblemente atacada por una plaga de ratas-topo-gigantes-calvas. Bueno, así nos lo contaron claro. Nuestro teniente, tenia otras intenciones, al parecer. Quien iba a imaginarlo! Un hombre que era un héroe para la flota de marines!

Hice un respiro. No quería contarle que Lopez de enamoro del Teniente.

Despertamos del Criosueño pero ... sufrimos un abordaje, a falta de otra palabra mejor. En la sala de maquinas perdimos  Matt ..¿Reagan? Contra unos hombre que.. no se... habian sido modificados geneticamente.- trate de recordar a ese soldado pero, no recordaba su apellido, aunque sus chapas las tenia bien cerca de mi.- Les hicimos retroceder. Mentira, Jordan se replegaron. Si no estaríamos ahora mismo jodidos todos. Y escaparon en un modulo de salvamento de la Sulaco. Les seguimos hasta la superficie del planeta siguiendo una señal del teniente y pensamos que lo habían tomado como rehén.

Abajo descubrimos que en vez de ratas topo gigantes... teníamos un puto enjambre de.. bichos. Al parecer la colonia habia sido atacada por uno bichos de diseño. Creados de la mente de...quien fuera! Encontramos solo dos supervivientes, pero el medico, Oldenkamp, no supo esperar ordenes y mató a uno de ellos que se ocultaba en un tubo de respiración.  Suspiré para coger fuerzas por lo que estaba por llegar.

-Nuestro Sargento, Hammer, se lo recriminó y se lo hechó en cara pero... se que fue un accidente.. pero...- tragué un poco de saliva para poder no ahogar mis palabras que se agolpaban por salir de alli.- Oldenkamp no aseguró su arma y una ráfaga perdida mató a Hammer. Intenté mantener la calma pero... Casi lo matas alli mismo Jordan... Lo relevé del mando y le dejamos alli, en la sala del control central. Era.. lo mas .. humano. Ya, y una mierda! Tenía que haberlo matado!! Eso habría sido mas humano!

-Asumí el mando de la misión a falta del teniente y del sargento. Pero, como todo en esta vida, había un teniente infiltrado entre nosotros con una mision encubierta. Vrataski. Al parecer la mision real era recuperar los datos del ordenador central. Algo sobre supertecnología paramilitar. Y la competencia de la Weyland -Yutani lo quería. De hecho el abordaje que sufrimos era de ellos. Pero con todo, nos dimos cuenta que nuestro Teniente, el que nos había preparado para ser los mejores, se había pasado al bando contrario y era su lider.

Peleamos, perdieron y ... bueno, aquí estamos ahora. Claro, si no fuera porque retaste a Raszack a un duelo, y en medio del tiroteo se interpuso Lopez, Ayo no lo habrií matado. Y ahora la enamorada Lopez no andaría por ahí como alma en pena. Recuperamos los datos, volamos la instalación y... yuju! Ahora somos la élite de los marines, al parecer."

Terminé mi "informe" y apagué mi cigarrillo en el cenicero.

Como verá, señor, no solo ha habido bajas. Tambien han puesto nuestros nervios y prioridades a prueba. Y, sin ir mas lejos, ahi tiene a dos hombres a punto de "estrechar lazos". ¿Quiere saber algo mas de ellos? Bien.

Eraser es un veterano que no hace mas que dar lecciones de como sobrevivir, que es lo importante y todo ese. Es como... el Juez Dreed de los marines. Y Cassidy es su némesis. Lopez aún hecha de menos a su teniente. Al que los demás tachan de traidor. Mi opinión al respecto es que Raszack cambió de bando de forma inoportuna. Pero al fin y al cabo, cada uno hace lo que mas le conviene. No me corresponde a mi poner motes a nadie.

David es... una tostadora muy muy cara con patas, pero cumple su función. Hace unas tostadas muy ricas. Y con respecto a Vrataski, bueno, creía que era la amiga que conocí en la academia. Pero al parecer le han borrado la memoria o... cualquier cosa. - Hice un gesto como que en ese punto, Vrataski no era nada. De hecho ni se disculpó por la mentira. Sin tan amiga suya fui, me debía eso al menos.

-Si me disculpa, señor, tenemos a un par de hombres ahi fuera que exudan testosterona, y me gustaría hablar con ellos antes de que a alguno  le falta un diente y se queden feos. Hayq ue estar presentables para la foto de la mision- Dije en broma.

Me levanté del asiento para dirigirme a la puerta dando por terminada la charla.

- A no ser que desee algo mas, señor. Ademas, Lopez necesita desahogarse... y yo tambien, señor. Subiremos al ring despues de lo chicos.

Me acerqué a Eraser antes de que subiera al ring contra Chase.

Quería hablar con ambos antes de que se mataran o algo así. Sabía que ganara quien ganara, ninguno le mostraría respeto al otro. Chase se haría el chulo y Eraser se haría el "profesor por las malas la letra con sangre entra"

- Kurt. ¿ Podemos hablar? A solas- Dije mientras mantenía los guantes para ayudar a ponérselos alejados del ring.

Salgo de mi ensimismamiento cuando Jordan me habla. La miro, para luego guardar la chapa, y la meto por debajo de mi camisa. Asiento para ir donde ella me diga.

Una vez solos, y fuera de oidos indiscretos, miré fijamente a Jordan.

- Que ocurre? Si temes que me parta la cara con Chase, no iba a  hacerlo igualmente, no iba a seguir su juego. Si él tenia esas reglas, allá él, pero yo no hago esas tonterías. En la misión me comporto como un marine, las rencillas personales quedan aparcadas. No me rebajaría a su nivel.

- Siéntate Kurt.- apremio a decir cuando  estamos apartados del resto.

Mas que nada porque para ponerle los guantes me era mas cómodo. Y aún así, Eraser sentado era como un gigante para mi propio tamaño. Parecía una cría a su lado.

- ¿Crees que vengo a regañarte?- Pregunto mirándolo de reojo mientras abro los cordones de uno de los guantes. - No apruebo que la gente se parta la cara, pero al parecer el nuevo sargento tiene otra opinión- Digo encogiéndome de hombros.

Recojo las vendas y comienzo a vendarle las manos para que el guante no se resbale ni haga daño con las costuras interiores. Hasta que le miro durante un segundo directamente a los ojos.

- ¿Que te ha pasado Kurt? -Dije con amabilidad intentando ser lo mas sincera que pudiera.- Siempre has sido muy recto, cordial y justo. Lopez te tenia como un heroe de guerra. Y ahora pareces... no se.. un mercenario, Kurt. No tienes por que luchar solo esta guerra, amigo- Digo acariciando su cara con mi mano.  - Sabes que puedes contar conmigo si necesita hablar, pero no la pagues con el resto. Demuéstrales que sigues siento el viejo Eraser. Son niños Kurt...- Señalo al resto que esta un poco mas allá - ... enséñales lo "bueno" de esto. Lo malo ya lo saben. Solo están asustados. Nadie quiere morir, Kurt. Pero en este trabajo sabes tan bien como yo que ella nos espera en cualquier esquina.

Ajusto el guante a su mano y con un golpe compruebo que no se sale.

- Dales esperanza, gran hombre. Dales algo por lo que vivir, amigo- le hago levantarse y le doy un puñetazo en su brazo.- Y si ahora no sales a por todas con ese bocazas, te las veras conmigo... Despues de Lopez, claro.

Kenai intento mantenerse impasible mas a medida de que Charlotte hablaba su gesto fue cambiando.

Después de todo el era un hombre, uno con sentimientos que también había sido usado por el cuerpo en varias ocasiones.

Un hombre, como dije, al cual tampoco le gustaba ser usado como un profiláctico.

Para el sargento el honor primaba sobre todas las demás cuestiones y nada podía – según su escala de valores -, sobrepasar esto.

Comprendía ahora mejor los roces, la desconfianza, los malos gestos, los improperios, el miedo y los remordimientos y todas aquellas malas emociones que había percibido entre sus “nuevos muchachos y muchachas”.

Los entendía, ahora.

Inteligencia militar negro, le dijo su mente burlona y Kenai estuvo de acuerdo en ello.

Espere, Charlotte, le dijo cuando la mujer comenzó a marcharse.

Se levanto a su vez y acercándose a ella – a una respetuosa distancia -, le susurro por lo bajo y mirándola fijamente a los ojos.

Sepa usted que puede hablar conmigo de lo que sea y cuando sea preciso, indico, mantendremos este nivel de confianza entre ambos si no le molesta y me apoyare en su experiencia y conocimiento de tropa para cualquier decisión, indico, pero, quiero que recuerde lo que antes dije, soy un hombre de honor, sobre todas las demás cosas y no permitiré ninguna falta a este punto hágame el favor de explicarle esto a los muchachos finalizo y a continuación saludo a la mujer.

Miré a ese hombre con agrado.

No era Hammer. Porque coño sigo pensando en Hammer? Pero se acercaba bastante. Aun asi, su tono era cordial y profesional y con su último comentario me lo dejó claro. Era algo así como "haz lo que quieras pero haz tu trabajo y no me jodas". Era buena filosofia .

Y un buen trato.

Asentí con la cabeza antes de irme.- Creo que eso ya se lo dejó claro, señor. Pero como siempre hago, haré de madre para los descarriados. Descuide. Se portaran bien.

Saludé al sargento , pero justo antes de salir me di cuenta de una cosa. No había preguntado sobre mi y eso me pareció irónico. ¿A quien llamaría para que le diera su opinión sobre mi persona?. Así que vacile unos instantes antes de salir y, echando la vista sobre mi hombro, le pregunté.

-¿Que quiere saber sobre mi, Kenai?

Kenai miro a Charlotte durante un momento y en silencio.

Sus ojos marrones brillaban por la actividad pero su rostro esta neutro de emociones.

Así se mantuvo durante un instante, segundos o minutos, ¿Qué importa?. Finalmente, abrió la boca suya de labios gruesos y dijo en un tono de voz pausado y grave.

Mi “mai” era una mujer simple. Analfabeta pues su familia era tan pobre que incluso siendo niña tuvo que dejar de lado sus juegos y ponerse a trabajar. Aun así crio a ocho hijos rectamente y dando todo de sí misma para que ninguno de nosotros tuviéramos que afrontar la vida sin estudios.

Ya de jovencito todos los domingos le llevaba a mi madre el diario y le leía mientras ella cocinaba. Adoraba las noticas, los chismes de la farándula y las pequeñas tiras cómicas que junto a los pronósticos del tiempo se incluían en el periódico.

Mi madre no sabía leer, como dije, pero tenía una memoria incomparable y nunca olvidaba las frases que más le gustaban y que escuchaba de mi boca al leerle el diario. Atesoraba aquellas palabras y no perdia oportunidad de usarlas en sus hijos cuando era el justo momento para hacerlo dijo sonriendo mientras recordaba por un momento con el rostro encendido por la emoción.

También yo he heredado eso de mi madre, y recuerdo ahora mismo una frase que me gustaría compartir contigo:

"Lo que importa verdaderamente en la vida no son los objetivos que nos marcamos, sino los caminos que seguimos para lograrlo."

La he escuchado hablarme directamente, sin rodeos y con las palabras necesarias para hacerse entender.

La he visto moverse y hablar con los “muchachos y muchachas” de “tú a tú” sin perder la cabeza o subirse al ilusorio pedestal del mando.

También sabe consolar a quien sufre, es alguien que escucha las opiniones del otro con respeto pero a su vez conversa sus propias ideas.

En definitiva, Charlotte, es usted una mujer consecuente tanto en lo que demuestra como en lo que hace. Quiero creer que no me equivoco en esto, que mis viejos ojos y los restos de seso que aún conservo dentro de esta calva siguen funcionando como antes y por ello, Charlotte, no tengo nada más que saber de usted que lo que ya se, concluí mirándola con una sonrisa en el rostro.

Miré a ese hombre y le sonreí dulcemente.

Últimamente no me habían "piropeado" de esa manera, y tras la charla en los baños con Lopez y Ayo, necesitaba algo de apoyo. Miré mi puño aun magullado y suspiré.

-Gracias señor. Su Mai tenía razón. - Terminé de decir a modo de despedida. Aun tenía que hablar con Kurt y con Chase. - Lo intento, aunque a veces no es fácil. Es como decirle a un ladrillo que se coma las lentejas...

Abrí la puerta del despacho y antes de cerrarla para salir pregunté.

-¿Va a luchar usted también allí, señor?- Dije con algo de malignidad y picardía en mis palabras.

Ni me había dado cuenta de que Jordan estaba delante hasta que nos mandó callar. Cada vez que oía en la voz de alguien el nombre de mi teniente, mi corazón se agitaba y algo se revolvía por dentro. Era inevitable.

Durante unos instantes vi como Jordan había entendido, al menos en parte, la situación del teniente y lo que hizo. Al ponerse entre las dos, pude ver que, de alguna manera, ella tambien había empezado a quedarse con lo bueno que nos dió. Pero que se culpase a si misma era algo que no vi venir. Sus palabras y sus lágrimas me calaron hondo.

No! No! Todo es culpa de Putraski! Es que no lo ves?! Su "joderos todos que soy la teniente y estoy por encima de todos" fue lo que nos puso en esa situacion... Una jodida cuenta atrás en la cual acabaríamos todos muertos. Tu sólo buscaste una salida que nos permitiese vivir a los demás....

Y claro que te quiero y valoro tu opinión. ¿Qué pensais? Que todo esto me aisla de vosotros? En serio? Intento superar todo esto como puedo. El Cuerpo de Marines ni se ha molestado en comprobar si estoy o no mentalmente sana o si soy un peligro para mi o los demás. Y era más que evidente que no estaba nada bien. Desde que fuí atrapada por una red de proxenetas cuando tenía unos 21 años, hasta que logré escapar, hará un año, no tengo recuerdos de aquel tiempo... sólo pesadillas y saber que estuve drogada durante años...

Hice una pausa. Me costaba reconocer lo siguiente.. Y mis primeros 21 años de vida, antes de que me atraparan, los pasé en las calles. Cuidándome sóla, desconfiando de todo, de todos. Me convertí en una pequeña delincuente que robaba para sobrevivir. Las pocas veces que permití que se acercase algún chico a mi descubría que era para lograr meterme en el mundo de la prostitución. Cebos para captarme.

El primer hombre del que me enamoré, fue de Rasczak. Confesé entre lágrimas. Y aún le sigo amando! Dolía reconocerlo en voz alta. Tan fuerte era lo que sentía.. siento por él, que hubiese ido al mismísimo infierno y le hubiese traido un puñado de brasas de allí si me lo hubiera pedido. Pero... no... yo era uno más.. no había interés especial por mi. No había un jodido trasfondo detrás suya donde fuese a terminar siendo algo que no quería ser. Esa era una de las cosas que me atrajo de él. Su presencia me imponía respeto, le admiraba y me sentía segura a su lado. Nadie antes había logrado ese efecto en mi. Alguno si. Todos no...  Parecía que me calmaba contarlo, pero no era así. Sólo me alimentaba más y más por dentro... ASI QUE NO ME DIGAIS QUE DEBO HACER CON LO QUE SIENTO!

Ver a Jordan romper el cristal no me hizo inmutarme. Hacía tiempo que estaba evitando romper el mobiliario de la base. Simplemente porque hubiese dejado todo el aseo destrozado y no me hubiese calmado.

¿Pelear? ¿Enserio? ¿En mi estado?

Miré a Ayo. Que así sea.

Y salí a los barracones nuevamente.

Salí al tiempo de los baños. Aún estaba furiosa y se notaba a la legua que había estado llorando. Me apoyé en una pared, lejos del resto de la compañía. No tenía ganas de hablar con nadie, ni de seguir escuchando estupideces ni a nadie que dirigiese mi vida. Yo era la única que sabía por lo que había pasado durante toda mi juventud, y porqué ahora reaccionaba así. Jordan y Ayo sabían ya gran parte de aquello, pero no todos los detalles... ni el frío y el miedo que trae la soledad y la desconfianza....

Miro a Jordan.

- El viejo Kurt eh.... Seguramente si Julia me viera ahora, me estaría dando patadas en el culo, para luego arrastrarme a beber cerveza hasta no poder más. (saco el colgante y lo miro) Ella era mi prometida, murió en mi primera misión "suicida". Éramos un equipo de 15 miembros, pero nuestro teniente nos traicionó y casi todo el equipo se fue con él. Solo ella y mi mejor amigo nos quedamos a completar la misión, tuvimos que matar a casi todos ellos. Solo yo salí con vida de aquél infierno. Mis amigos murieron allí, mi prometida murió allí, yo debí morir allí. (guardo el colgante) No sé si queda algo de mi yo anterior... pero... (me quito el colgante y se lo doy a Jordan) podría volver a creer, volver a luchar, como un equipo.

Dicho eso, me levanto, golpeo mis dos puños entre sí, muevo el cuello haciéndolo crujir, para luego volver a poner la mirada que tenía cuando comenzó todo. Si ese bocazas creía que podría conmigo, lo llevaba claro.

La charla con Jordan había hecho efecto. El viejo guerrero había despertado. Mi mirada estaba fija en Chase, que se seguía riendo como un idiota.

- No querías un combate para limar asperezas? O temes romperte una uña? (digo en tono desafiante, pero divertido a la vez)