Partida Rol por web

La casa de Nasim presentaba pocas modificaciones respecto a las viviendas originales de la colonia. Una estatuilla del dios Shiva, un set completo de pesas, una vieja pipa de agua y un par de posters de una muy atractiva mujer india, eran de las pocas cosas que alteraban el plateado monótono del interior. 

 - Siéntase como en su hogar, señora Harker. - Dijo más tranquilo, tras cerrar la puerta, no sin antes echar un vistazo al exterior, para comprobar si alguien les había seguido. - De hecho, es técnicamente el mismo aburrido habitáculo de fábrica que tienen todos aqui, je...  

No dejaba de moverse mientras hablaba, intentando ser un buen anfitrión a pesar de la escasez de suministros que no fueran de necesidad básica para sus rutinas. Lo mejor que pudo ofrecer a su invitada fue una botella de agua mineral y un asiento en primera fila frente a la pantalla de su televisor.  Como no podía ser de otra forma, la función de la noche consistía en cine indio clásico.

- Uhm, me daré una ducha, será lo mejor. - Dijo tras pulsar el botón de play en el reproductor y ajustar los subtítulos al idioma inglés . - ¡No tardo demasiado!

Claire, sorprendentemente, se sintió más relajada al entrar en la casa del ingeniero, quizá por no tener que fingir más.

Observó el habitáculo con curiosidad, observando aquellos objetos que destacaban. Sus ojos azules recorrieron la estancia hasta detenerse en el indio. Sonrió, relajada.

-Veo que le has dado... un toque personal- dijo, acercándose al sofá -. Mi casa apenas tiene nada que la haga...¿cómo decirlo?- se dio unos golpecitos en el labio, pensativa -Mía.

Se sentó en el sofá y agradeció el agua que Nasim le ofreció. Luego él dijo que iba a ducharse y Harker asintió.

-Ve tranquilo, yo me quedo viendo la tele- puede que el cine bollywoodiense no fuera su preferido, pero no quería menospreciar los gustos de su anfitrión, así que se acomodó en el sofá, echándose hacia atrás, y se dispuso a disfrutar del espectáculo colorido y las canciones de la película, tan propias del género.

Estabas viendo la tele. Cuando por un segundo te parecio escuchar algo detrás de la puerta. ¿ Te lo habías imaginado o se habia escuchado algo?

Claire frunció el ceño y bajó el volumen del televisor. Le había parecido escuchar un ruido proveniente del otro lado de la puerta principal de la casa. Dudó si avisar o no a Nasim, pues quizá era una visita inesperada. La cabeza de Harker barajeaba distintas ideas mientras esperaba volver a oír aquel ruido. ¿Sería Haddad? Nasim sospechaba de él, incluso había dicho que lo vio intentando entrar en su apartamento. No, no creía que Faisal, quien en aquellos momentos debía estar pensando que Nasim y ella estaban teniendo relaciones, se atreviera a interrumpir de aquella manera.

Se incorporó del sofá, dando unos pasos hacia la puerta, deteniéndose a cierta distancia para agudizar el oído antes de hacer nada.

Escuchas un ruido que rasca la puerta...

Ahí estaba. No era su imaginación. Alguien o "algo" estaba rascando la puerta desde el otro lado. Harker intentaba hacer memoria, de si había visto algún gato o similar por la colonia. Se acercó a la puerta y llevó la mano hacia el panel táctil de apertura, pero se detuvo, dubitativa.

No era su casa, ¿estaría bien abrir la puerta sin el consentimiento de su dueño? Miró hacia la puerta del baño. El agua de la ducha seguía corriendo, por lo que Nasim no había terminado.

Cogió aire y lo soltó muy despacio. Vamos, Claire, ¿a qué temes tanto? En esos momentos se dijo que pondría una cámara de seguridad fuera de su apartamento desde que obtuviera los permisos, para evitar este tipo de situaciones.

Su mano temblaba frente al panel, pero al final lo tocó, abriendo la puerta.

Cuando abres la puerta solo ves el pasillo vacío...

Nasim regresó de la ducha totalmente renovado. La maraña que era su cabello se había alisado, su barba había desaparecido y tenía un litro menos de aceite encima. Además, vestía de civil, algo que nunca hacía cuando andaba por el resto de la colonia, estuviera o no trabajando.

No tardó en acomodarse en el sofá para ver con entusiasmo la película, una historia trágica que probablemente ya habría visto una veintena de veces en el pasado. A pesar de eso, seguía teniendo que esforzarse para contener las lágrimas durante las partes más emotivas, que no eran pocas.

Conforme pasaban los minutos, el indio se fue acercando de la manera más disimulada posible a su compañera de fila. Hacia la última escena del drama, poco antes de los créditos, se inclinó un levemente sobre Claire y le habló en un tono de complicidad y discreción.

- Y bien, señora Harker... ¿Cómo sigue lo nuestro? - Retrocedió de repente, tomando conciencia de lo mal que había elegido palabras otra vez. No tardó en rectificarse y adoptar una terminología más exacta y una voz menos insinuante. - Me refiero a que, bueno, ya sabe, tenemos contrato con una compañía que experimenta con criaturas mutantes a costa de la integridad física de sus propios empleados, o sea nosotros, potencialmente. Seré sincero, quiero largarme de aquí cuanto antes.

Conteniendo el aliento, Claire abrió la puerta... pero allí no había absolutamente nada. Abrió los ojos de par en par. ¿Habría sido su imaginación? Se asomó al pasillo, mirando a un lado y al otro. Nada, ni un alma. Frunció el ceño y cerró la puerta.

Frustrada, regresó al sofá y bebió un gran sorbo de agua. Subió el volumen del televisor y continuó viendo la película. Al cabo de un raro, vio a Nasim salir del baño, bien aseado y con ropa de calle. Abrió mucho los ojos, sorprendida por el cambio del ingeniero. Se aclaró la garganta y desvió la mirada al darse cuenta de que tenía sus ojos zafíreos clavados en él.

El indio se sentó a su lado para disfrutar de la película. De reojo, Harker vio extrañada cómo el hombre se emocionaba con algunas escenas. Ladeó la cabeza con una suave sonrisa y una mirada curiosa, observando a Nasim y sus reacciones. Había pasado tanto tiempo aislada en su mundo y en su pesar, que ya no recordaba aquella parte humana que, las expresiones del ingeniero, unidas al drama contenido en el film, despertaban en ella.

Antes de que terminara la película, Nasim se acercó a ella, que abrió los ojos asombrada ante sus palabras, pero el indio se explicó mejor y Harker se relajó, esbozando una sonrisa nerviosa.

-Tras lo ocurrido hoy, está claro que la Compañía oculta algo... pero tenemos un contrato que cumplir, Nasim- suspiró, apesadumbrada -. Estoy tan acojonada como tú, pero no sé qué hacer ni cómo abandonar la colonia- miró al indio con ojos suplicantes y una tímida sonrisa -. Perdona las palabras malsonantes... suelo decir tacos cuando me pongo nerviosa.

Estabais hablando cuando volvisteis a escuchar un ruido en la puerta de entrada. Como si la estuvieran rascando.

Harker dio un respingo, sujetándose al brazo de Nasim instintivamente, y clavando sus dedos en él por la tensión. Miró hacia la puerta y luego al indio. Había miedo en sus ojos azules.

-Ese ruido... otra vez- dijo en un susurro -. Lo escuché mientras estabas en la ducha, pero... abrí la puerta y allí no había nada.

- Shhh, tranquila. Yo me encargo... - Susurró el mecánico antes de levantarse del sofá con suavidad y acercarse a la entrada, procurando no alertar al misterioso visitante que había del otro lado. Al llegar, apoyó una oreja contra la fría superficie de la puerta, intentado obtener algún detalle sonoro que describiera al espía.

Cuando te asomaste viste al pequeño causante del ruido.

Un pequeño roedor que debía de haber arañado la puerta y al verte salio corriendo por el pasillo.