Partida Rol por web

- La verdad es que en principio no deberían dejar la estación por unos días, pero bueno mi empresa solo me solicito que me entrevistara con ellos y creo que he cumplido. Será cosa suya como sobrevivan, si necesitan ayuda deberían haber intentado ser mas sociables.

- Prepare la lanzadera.

Llegaste a la estación de paso con el transportin del gato.  Allí te estaba esperando un Capitán del cuerpo de Marines. 

Bienvenido. Hace una semana rescatamos a los miembros de una nave perdida hace 57 años con una historia muy peculiar. Casi matan al represéntate de la compañía que enviaron Carter Burke.  Les prometi que podian salir hoy por eso le han hecho venir. Trate con ellos y llevelos a una hotel o algo que pague la compañia. Pero rapido.

¿Alguna pregunta?

Rufus estaba aún abrumado por todo lo sucedido cuando se vió embarcado en una lanzadera rumbo a la estación de paso, el cual era un nombre extraño, pues para ser realistas estaba pegada como un moco a la tierra, si estuviese en mitad de la galaxia conocida tendría sentido lo de "de paso"... o a lo mejor era porque para salir de ella había que dar un paso, lo mismo que para entrar en ella... pero en el fondo ese razonamiento no dejaba de ser una gilipollez.

Al llegar a la estación Rufus es abordado por una especie de "Madelman" hipervitaminado que le empieza a contar no sé que película de unos tipos rescatados y de una nave perdida. Rufus qué aún tenía la cabeza en la "pirola" solo se queda con que tiene que recoger a alguien y llevarlos a un hotel... Ah! y que paga la compañía!! Eso último sí que lo entendió, por lo raro del hecho que la compañía pague algo... así que debe ser un marrón bien gordo para que se rasquen el bolsillo... 

Errrr.... ¿Y donde puedo encontrar a esa gente? Preguntó Rufus al militar.

El Capitán te llevo poco mas o menos en volandas a una de las habitaciones del Hospital. Al abrir la puerta vistes que el lugar olía mucho a humo. Y había latas de cerveza y botellas de Vodka esparcidas por el suelo.

También pudiste ver a una mujer morena de pelo corto. Un hombre con un brazo metálico y hombre de color.

Bien como os dije al día siguiente os mandaría a la tierra. Este es Rufus Firefly. Jefe sindicalista de Wy.  Se ocupara de vosotros. Aparte os dará apoyo legal en caso de que la compañía quiera haceros responsables de algo. 

Muchas gracias señor soldado. Respondió Rufus al capitán. Rufus desocnocía los rangos militares y nadie le había dicho el nombre del capitán, así que había elegido una forma neutra para dirigirse a él.

En la habitación había un grupo bastante curioso, una mujer a la vista tan bella como inaccesible, un manco pelirrojo y un negrito que parecía hecho un "pingajo". Los tres tenían caras de pocos amigos y Rufus decidió plantearse la primera toma de contacto con mucha diplomacia y psicología. Rufus apoyó la jaula de transporte donde seguía "Sillones" el gato y se dispuso a presentarse:

- Buenos días, camaradas! Alegren esas caras,.... ni que alguien se hubiera muerto... Jaja! Rió Rufus. Mi nombre es Rufus T. Firefly y soy el representante sindical del comité de empresa que les ha sido asignado. No se preocupen, pues cualquier problema que haya podremos solucionarlo... bueno, siempre y cuando no hayan volado un carguero espacial, claro... jajajaja. Bromeó el bueno de Rufus.

Tal y como les prometieron les brindaron una enorme cantidad de vodka y cigarrillos. Al día siguiente Fénix se levantó con un dolor de cabeza terrible. 57 años sin beber habían hecho que el bueno de Fénix perdiera un poco la práctica. La pillo tan grande que no recordaba el final de la noche.

Espero no haberla liado.

El día transcurrió entre más cigarrillos y alcohol. Con lo que cuando la puerta se abrió de repente, entrando el militar y un “esmirriao” muy Hippie, la sala parecía una leonera. Se sentía como cuando se iba a fumar porros con sus colegas cuando era joven.

El militar dejo a ese hombre con ellos, y empezó a hablar.

-¿Representante sindical? Desde cuando la compañía tiene de eso?!? desde cuando le interesan sus trabajadores?- Fénix no se lo podía creer. Podía ser que la compañía hubiese cambiando?

-Jajajaja pues sí, algo parecido parecido paso con cierto carguero sí...Un cigarro?

La punta del puro se iluminó como si de un arbol de navidad se tratara, solo para después dejar escapar un denso humo por la nariz, mientras miraba a la puerta, como el cara-rajada traía a un chaval que bueno, seguramente lo hubieran usado como pelota en el patio del colegio cuando era joven. Cuando se incorporó ante la nueva llegada, llevaba una lata de cereza cogida solo con los dedos indice y pulgar del brazo mecánico y el puro en la otra mano.

- Mira Illanka, otro puto comunista. - Comenzó a reir, mientras le daba un codazo a la mujer. - No serás un Hippie ¿No? - Preguntó, señalandolo con la lata de cerveza. Parecía que alguien se había pasado un poco con las cervezas. Y por la montaña de cervezas vacia que había, lo dificil era pensar como podían seguir con vida después de tanto bebercio.

- Pues mira, la cuestión es que sí. Murieron dos buenos hombres, un sintétitco y una mala puta. Esa se lo merecía. - Movió la mano de lado a lado. - Pero los otros dos no. Y todo por culpa de la puta compañia. - Se quedó en silencio, pensando. - Fueron tres hombres muertos, un sintético que le revente la cabeza y esa mala zorra. Ahora si. - Le dio un trago a la cerveza y tiró la lata contra el montón de latas, provocando un pequeño derrumbe.

- Yo soy el Capitán John Sebastian Price. Y estos son los pilotos Illanka Petrova y el piloto Fénix. No le preguntes por su nombre, mejor fénix a secas. Como el del Equipo A. ¿Por que temporada va esa serie? - Preguntó al sindicalista. A ver si podía hacer algo útil por ellos.

Bueno, la verdad es que para cuando Rufus entro en la habitacion, lo que es las caras ya las habiamos alegrado. Y si, a juzgar por la cantidad de botellas de vodka y cerveza, la cantidad de colillas apagadas y la expresion divertida que habia incluso en mi rostro... habiamos conseguido volver a recuperar nuestro estado natural... mas o menos, al menos.

Asi que cuando aquel extraño hombrecillo con coleta entro en la habitacion, llamandonos ni mas ni menos que "camaradas", mis ojos se abrieron ligeramente, dando una larga calada a mi cigarrillo, al tiempo que asentia a las palabras de Price, incredula y casi... ¿Ilusionada? - Zdrást-vuj-tye, Tovarisch! - exclame, cabeceando, para mirar acto seguido a Price- Rrecuerrdo que mi padrre solia desirr que siemprre hay un camarrada en cualquierr parrte del univerrso, no imporrta cual sea... ¡Aha! Aqui está el nuestrro... - añadi, dando una pequeña palmada casi festiva, antes de señalarle una botella casi vacia de vodka al recien llegado- ¿Quierre un trrago? - le ofreci, antes de volver a centrarme en la conversacion, llevandome un dedo a la sien a modo de saludo cuando Price me presento oficialmente, negando, cuando hizo mencion de El Equipo A- Amerricanadas. En la Madrre Patrria siemprre veiamos una serrie mucho mejorr... De una familia con una... ¿Como se dise? Farrmacia. Si. Farrmacia de Guarrdia, se llamaba... Parra adentrro, Rromerales*... - dije, y lo comico de mi frase contrastaba, sin duda, con la seriedad con la que la estaba diciendo. Algo bastante comun en mi. -No imporrta. -añadi, dejando que los demas explicaran -mas o menos- cual era el balance de la situacion. Era absurdo repetirse...

Rufus rechazó el cigarro ofrecido por Fenix. - No gracias, lo siento, pero es que soy alérgico al gluten.

Escuchó con interés y atención las intervenciones de aquellos personajes sin entender muy bien de qué estaban hablando, de hecho le extrañó que le llamaran comunista, igual que le extrañó el raro acento de la mujer. Rufus supo mantener las formas, pues de primeras pensó que aquella mujer podía ser una robo-pilingui con el interfaz de habla un poco estropeado, pero al parecer aquella mujer era una de las pocas mujeres que había llegado a piloto en la compañía, también raro era que un integrante de la minoría africana hubiera llegado a piloto, a Rufus le resultaba increíble que desde que existía la manipulación genética en la concepción aún hubiera padres que quisieran tener hijos negritos... Supuso que posíblemente viniera de una familia de escasos recursos y que no pudo permitirse una reestructuración genética. Era horrible, a saber que otra clase de malformaciones podría haber sufrido... Un a razón más para luchar por el derecho a que cualquier trabajador de la Weyland pudiera acceder a la manipulación genética de sus hijos.

Cuando se fijó en el capitán Price, Rufus hizo un comentario señalando su brazo mecánico. ¿Y eso?... Un accidente laboral supongo, sabe que eso con mi ayuda podría denunciarlo en los tribunales... y probablemente ganásemos una buena tajada en indemnización. ¿no le interesaría? Preguntó.

Dejando a un margen las posibles demandas y oportunidades varias que se pudieran presentar, Rufus se centró en lo que realmente importaba de ese caso.

Bueno, me han comentado desde la compañía que tenía que hacer que estuviesen cómodos y a gusto. Realmente no sé muy bien porqué, ni que quiere la compañía, pues no me han puesto en antecedentes de su situación. En cualquier caso se me ocurre que tal vez estarían cómodos en alguna de las suites VIP que tiene la compañía en la estación, en lugar de este antro lleno de humo... Se dirigió a una de las ventanas de la estancia para intentar abrirla y ventilar un poco el lugar, pero se dió cuenta de que no había forma de abrirla, algún mendrugo se había olvidado de poner una manija, no se le ocurrió que tal vez abrir aquella ventana supondría una muerte casi instantánea de todos los que estuvieran en la sala y no llevaran un traje espacial.... Mierda de ventana.... No se abre.... Rufus seguía intentándolo. Finalmente abandono la idea de abrir la ventana y decidió encender la ventilación. 

Bueno, pues como iba diciendo, hay sitios mucho mejores en los que alojarse, y pagando la compañía yo de ustedes estiraría todo lo que pusiera la teta del señor Weyland.... jeje, Y hablando de tetas!! Si alguno de ustedes tiene ganas de darse un revolcón... Yo soy su hombre!! Aja! Aprovechemos!!! Dijo con una gran sonrisa en la boca.

- ....................................................................... - Vamos a dejarlo en que Price lo siguió con la mirada. Y cuando mencionó lo del accidente. - No fue un accidente. - Dijo las cuatro palabras de una forma más seca. Pero después acaba sonriendo, y echandose una larga carcajada. - No este así, joder. Anímese, coño, hay cerveza y puros. - Iba a acercarse, pero el muy friki fue hacia una de las ventanas a intentar abrirla.

- Eh, tio, que tenemos un submarino aquí de puta madre. Tu tienes pinta de darle a la hierba... ¿Tienes? ¿Sabes quien pasa por aquí? ¿Donde esta esa suite de puta madre, coletas? - Miró a Illanka. - ¿Como decías que se llamaba este? - Le preguntó, dándole otro trago a la cerveza.... otro lo suficientemente largo como para terminar del tirón la que tenía, y coger otro.

- Venga, que a este morado paga la compañía. Llama a tus colegas, coletas, que invito yo. - Dijo, entre risas mientras andaba dando tumbos hacia la salida...

Alce una ceja cuando aquel hombrecillo miro el brazo de Jhon, llamandolo "accidente". Y casi hasta se me corta el buen rollo que tenia en aquel momento. "Casi", ya que nuestro compañero en la lucha pronuncio la palabra magica: Suite VIP.

-Tovarisch... Se llama Tovarisch Jhon... Y... - dije, dando un largo trago a una de las botellas que habia por ahi, ladeando una media sonrisa en el rostro- Yo tambien quierro saberr donde iesta la habitasion esa. - vale, una cosa es que fuera rrusa y otrra que fuera imbecil. Y una noche o dos de relax era lo minimo que nos mereciamos.

Pero entonces el tipo empezo a toquetear las ventanas como intentando... ¿Que? ¿Abrirla? ¿En mitad del espacio? La sola idea casi arranca una carcajada en mi, suponiendo que nadie alli iba a ser tan imbecil como para que consiguiera hacerlo. Y cuando Jhon se puso en pie, tambaleandose en direccion a la puerta, yo hice lo mismo, casi coincidiendo con aquella invitacion a un revolcon del hombrecillo- Lo siento, tovarisch. Esta rrusa ya iesta ocupada. - me limite a decir, encogiendome de hombros, con la botella aun en la mano- Perro si me consigue la llave de la habitacion esa... ya me encarrgarre de darle un buen uso. - fue lo ultimo que dije, dibujando una enorme sonrisa en mi rostro que dejaba claro que el uso no iba a darselo con el. Pero oiga, yo mis planes los tenia.

Fénix observaba a aquel hombrecillo de la coleta moverse y hablar con los ojos vidriosos. Mientras este se movía por la estancia, el piloto levanto la botella e intento beber, pero estaba vaciá. Aunque parecía que no se diera cuenta, pues se pasó un rato con la botella en la boca.

Hasta que el hombrecillo se puso a intentar abrir la ventana. Fénix no aguanto más y se puso a reír descontroladamente. La botella le cayó de las manos y rodó por el suelo, mientras él se tronchaba.

Cuando pudo recuperar el aliento. Se levantó de golpe y alzó la mano.

-Yo me apunto a la hierba!- dijo con una gran sonrisa. Eso le traía recuerdos a su juventud con sus colegas del barrio...

Pero la seriedad volvió a su rostro cuando el coletas se ofreció a tener sexo con ellos.

-EH! Que aquí a nadie le gustan los hombres, eh! Bueno quizá a la rusa... pero no lo tengo seguro- era tan machota- El caso es que el capitán y yo somos muy machotes! Nos gustan las mujeres!

Ya valía de aquellas acusaciones sin “fundamentos”

¿Y cómo lo sabia ese? ¿Quizá había cámaras de la compañía? ¿Los espiaban todo el rato? Sabian lo que hacían, lo que decían? Lo mejor seria largarse de allí.

-Si vayamos a la suit esa si...

Pues no os mintio vuestro sindicalista cuando dijo que el sitio era lujoso. Os llevaron a otra estacion.

Era una estacion de lujo contruida por Weyland Yutani para sus empleados y colaboradores VIP. Y quien pudiera pagar un lujo como el que alli habia.

En vuestra casa aparte de unas vista privilegiadas. Teniais de todo y lo que no hubiera podiais pedirlo.

Rufus mantenía la sonrisa ante aquellos desconocidos, estaba claro que había conectado con ellos. Todos estaban encantados de pasar a la estación espacial Elysium, una auténtica maravilla de lujo y placer para los sentidos que ningún ser humano rechazaría. Acompañó con gusto a aquellas personas que algo muy bueno debían haber hecho para que la compañía los premiara así...

Mientras conversaban le resultó curioso a Rufus que algunos se sintieran medio ofendidos por el ofrecimiento a mostrarles los lugares más tórridos y con las mejores robo-pilinguis que se pudieran contratar, incluso el negro le miraba con unos ojos que a Rufus lo ponían un poco nervioso.

Bueno señores, en lo que a mí refiere también me gustan las mujeres, no entiendo el porqué de sus dudas... Rufus pensó que tal vez se había expresado de forma un tanto ambigüa. Pero no se preocupen, mi intención es solo mirar, no participar... Rufus se percató que esa tampoco había sido una afirmación muy acertada y se corrigió a sí mismo. No me refiero a que me guste mirar, claro que me gusta participar, pero no con ustedes... es decir, que me gusta participar conmigo mismo.... Y por supuesto mirarme a mi mismo, pero no solo, sino acompañado... pero no de ustedes, aunque ahora tenga que ser de ustedes.... HODOR!!!  Rufus, al momento cerró la boca, no sabía que había pasado, ni porqué había acabado soltando esa palabra, solo se le ocurrió que callado estaba más guapo.

Rufus metió la mano en el bolsillo y sacó tres tarjetas negras con el símbolo de la compañía dorado y se las ofreció a los tres personajes: Aquí tienen, paga la compañía!, Si quieren hierba le preguntan al jardinero, si quieren putas les presento a unas abogadas de la compañía y si quieren que les den por culo este es su hombre.

- Me parece bien. - Contestó a Illanka cuando esta dijo que ya estaba ocupada. - Pues nos inflamos a follar y todos contentos. - dejó claro que a él eso de follar le gustaba. Y que ya se había pedido con quien. Pero después miró a Fénix, desde que mataron a David en la nave, estaba.... raro.

¿Y si tiene una conmoción cerebral que no le han detectado? Podría estar muriendose. Bueno no... siempre ha sido un poco especial. Concluyó. Y puede que si no fuera un poco rarito, no habría aguantado tantos años como su piloto. Después de todo, Price no se fiaba de nadie que al menos no tuviera tres buenos vicios, y al menos uno de ellos no lo compartiera con el. Pero eso si, después fueron a aquella habitación de puta madre. - A ti te puede gustar lo que te de la gana, Hippie. - Zanjó por su parte el tema así. Que a él eso de hablar de pollas con otros le parecia un poco de maricones. 

- ¿Putas abogadas? - Preguntó, antes de entrar en la habitación. A ver... que el tema no estaba mal, que después de todo el llevaba... ¿Cuantos años congelado? Pues los mismos sin follar. Y con el frio que hacía, seguro que con los ocjones bien arrugados.

Pero entonces entraron en aquel lugar, y pudo observar la estación. Si algo había aprendido, es que la compañia era una hija de puta traidora, y que aquello no era, ni mucho menos, gratis. - Bien, antes de nada. - Anunció una vez dentro y señaló a Fénix e Illanka. - Buscad cámaras y micros. Desmontarlo todo si hace falta. Si veis algo de valor dejarlo sobre la mesa. - Señaló la mesa del salón. - Y tu, Hippie, ven un momento. - Le pidió con la mano y señaló hacia el ventanal.

- Mira, a ti se te ve así como muy comunista ¿sabes? Y el comunismo va de compartir ¿sabes? Así que dime... - Señaló con el dedo metálico el ventanal, hacia la estación. - ¿Dónde esta el Espaciopuerto? ¿Tiene la compañía alguna nave de combate aquí? -

El cuarteto se dirigió a la suit mientras el coletas empezó a despotricar sobre mirar a hombres mientras se miraba a si mismo y demás sandeces de las que Fénix no quería verse involucrado. Así que el piloto se dedicó a mirar por los enormes ventanales. La verdad es que esa estación era lo más lujoso que había visto en su vida. No sabia cuantos años tendría, pero él no recordaba nada así antes de dormirse.

Llegaron a la suit mientras el hombre de la compañía acababa su diatriba.

¿La hierva la tiene el jardinero? Una buena tapadera sí. Habrá que buscar a ese hombre... Oye pues lo de las abogadas no suena mal...Y ¿finalmente nos enseña la foto del que debe ser su novio? ¿Pero a mi que más me da con quien se acueste?

Por suerte las palabras del capitán lo apartan de esos pensamientos, y el pobre Fénix era muy gráfico para esas cosas...

-Ahora mismo jefe...y gracias.

Agradecía que la imagen mental de esos dos hombres hubiera sido barrida por la de Price puño de hierro, en modo autoritario.

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