Partida Rol por web

- Hace cincuenta años la compañía nos tendió una trampa. Debiamos hacer un viaje sencillo, clásica ruta de mierda entre la tierra y una puta roca a tomar por culo cuando salimos de la crioextasis a medio vuelo por una señal de radio... no humana. Nos desviamos, según el protocolo de la compañía estabamos obligados a investigar, y así lo hicimos. La cuestión es que al llegar encontramos una nave alienigena lleno de.... Aliens. O al menos, huevos de estos. Uno de los mios fue atacada por algo que salio de uno de esos putos huevos y se le enganchó a la cara. A las pocas horas, le salio un puto bicho del pecho, rebentandolo desde dentro. En 36 horas ese bicho creció hasta alcanzar una altura de dos metros y pico. Tres quizas. Garras como guadañas. Dientes del tamaño de tus dedos. Y su sangre era acido corrosivo. Mato a toda mi tripulación menos a nosotros tres. Poco antes de huir, un David, un androide que la compañía metió como polizón, confesó todo lo ocurrido antes de disponer a matarnos. Este cabrón casi no lo cuenta. - Señaló a Fénix con la cabeza. - Y yo destrocé seis servomotores del brazo hundiendole la cabeza al puto androide. Resulta ser que la compañía ya sabía de la existencia de esa nave, y la ruta estaba preprogramada para que la descubrieramos. La intención era que ese bicho criara usando nuestra carne y con la nave llegara hasta la tierra... sin supervivientes. Por suerte, les salió mal, y aquí estamos. - Señaló entonces a los dos pilotos y a si mismo.

Dejó que Illanka afanara con todo lo posible. Todo era bueno y util cuando no tenías nada más. - Hace 50 años tuvimos que improvisar armas con lo que tuvimos al alzance. Esta vez prefiero ir pertrechado para lo que pueda pasar. - Era... paranoia, quizás. O el hijo de puta más sabio y experimentado de aquella puta estación. Todo era cuestión de puntos de vista.

- Asi que yo me pregunto. ¿Como puede usted solucionar un asesinato multiple de mi tripulación, sumado con el intento de gonocidio mundial y el asesinato en grado de tentativa de nosotros tres, Rufus? -

Shhh calla insensata. Que la rubia era una sintetica y eso lo sabía todo el mundo. Al menos la misma cantidad de plastico si q tenía en el cuerpo xdddd

Fénix estaba enfrascado en la búsqueda de algo que pudiese servir de arma. Y finalmente encontró algo. Algo duro, grande y potente. Lo cogió todo emocionado blandiéndolo en el aire...hasta que se dio cuenta de que era una polla.

Se la quedó mirando mientras el Price preguntaba si eso era todo. Pues sí, la mejor arma que he encontrado.

Se acerco a darle el cigarro a Illanka cuando se dio cuenta de que seguía con la polla en la mano. La imagen era muy bizarra.

-¿Acariciar? -dijo al escuchar al coletas- ¿Cómo? No yo no...-rápidamente la dejó encima de la cama y se limpió la mano.

Sin saber que hacer, mientras Price explicaba su historia, Fénix se puso delante del ordenador. Quería mirar si había una suerte de censo sobre la gente de la base o algo. Había pasado mucho tiempo ya, pero quería saber si por casualidad ahí había alguien que Fénix hubiera conocido...o algún familiar.

Al fin y al cabo Fénix había tenido (hacía 50 años) un par de contactos en los marines y un oficial de los marines, que era amigo de su padre...

Mi familia...

Rufus escuchó con atención las palabras del capitán, y por curioso que sonara, todo aquello le resultaba ciertamente familiar. Marcar tripulaciones como sacrificables era algo que la compañía ya había hecho anteriormente, no eran hechos aislados, sino continuados. El problema estaba en el punto 136/4 del contrato tipo de la Weyland, el conocido como Anexo flexible, un espacio en blanco de todos los contratos que la compañia usaba para añadir condiciones o derechos a posteriori de la firma. Siempre que había fallecidos o accidentes acostumbraba a aparecer ese anexo cubierto con la frase de que el firmante renunciaba a cualquier derecho sobre su integridad física o psiquica siempre que ello implicara un beneficio tangible para la compañía. Estaba convencido de que aquellos tres miserables tendrían aquella cláusula perféctamente cubierta en los archivos de la compañía, era una tontería ni siquiera molestarse en mirarlo.

- Bien, vayamos por partes, dijo el sindicalista. - Reconozco su situación de rabia y resentimiento, y por mi parte la comparto, pero aún así no acabo de ver la utilidad de un gran falo etrusco para fabricar un arma que permita robar una lanzadera militar. Así que por favor dígale al amigo conguito que deje el juguete encima de la mesa.

Una vez los objetos volvieron a su lugar original, Rufus continuó su informe. - Bien, respecto a su pequeño problema, les informo que con toda seguridad la compañía se habrá blindado lo suficiente como para que una demanda por homicidio corporativo quede desestimada ante cualquier tribunal. Eso no significa que no pueda hacer nada al respecto. Ahí es donde entro yo, en esta clase de casos, lo habitual e ideal es negociar una salida con la compañía. La compañía habitualmente tras un intento de asesinato suele convocar al trabajador, si este ha sobrevivido claro está, para ofrecerle un acuerdo de compensación, normalmente suelen ofrecer dos meses de sueldo más el derecho a mantener la licencia de trabajo, en ocasiones puntuales puede llegar a ofrecer tres meses si ha habido secuelas permanentes. En lugar de secuestrar una nave, yo les recomendaría acudir a una convocatoria de reunión con la compañía y allí les puedo asegurar que haremos pagar a la compañía por todo el daño que les ha causado. Eso sí, añadió Rufus. El cargo de homicidio es complicado de demostrar pues los afectados no han reclamado nada, y tampoco pueden aportar testimonio al estar muertos y desaparecidos. Por otra parte.... ¿alguna vez les han ofrecido trabajar en una colonia? Sus condicionantes son un poco distintos a los de otros trabajadores de la compañía pero los beneficios sociales compensan los inconvenientes, posíblemente conseguiríamos que la compañía les reasignara a tareas coloniales, que están bien remuneradas.  ¿no les resultaría atractivo?

Bla, bla, bla, bla, bla...

Eso resonó en la cabeza de Price mientras el comunista hablaba, y él aburrido le había dado por encenderse un puro, dándole una larga y satisfactoria calada. Joder, que bien sentaba un buen puro después de saber que estas vivo, o mientras un capullo sindicalista te daba la chapa sobre burocracia moderna. Aquella basura burocrática resonaba en su cabeza, mientras él miraba hacia las estrellas, hasta que dijo algo. Una cosa que sabía que todos los presentes les haría girar la cabeza y mirar en dirección del tipo.

¿Trabajar en una Colonia?

Aquel tipo debía haberse colocado con lo que ellos se habían bebido y fumado. Así que miró la cerveza que llevaba en la mano. ¿Como podía ser que la borrachera y las gilipolleces las dijera otro, si el que había bebido era él? - Creo que no te he entendido bien. - Se giró hacia él, dándole un trago más a la cerveza y lanzando la botella a una de las esquinas de la habitación.

Ahora aquella esquina acababa de ser designada como papelera.

- ¿Tu me ves a mi cara de trabajar en una colonia? - Le preguntó, mientras se señalaba con el dedo pulgar al pecho. - Creo que la pregunta no esta bien formulada, disculpa. - Levantó la mano, en señal de disculpa. - Haré la pregunta de una forma que sea más fácil de entender pata ti... - Le dio una nueva calada al puro, dejando escapar el humo por la nariz. - ¿Tu eres gilipollas? - Preguntó con gesto... hasta algo confuso. - Sin animo de ofender, claro. Solo quería dejar claro el grado de gilipollez que acabas de soltar por tu boca. ¿Sabes donde me veo? Capitaneando mi nueva nave. Con mis pilotos. Y me suda la polla si es un carguero o un crucero robado solo para darle por el culo a los maricones de la compañía. Quiero mi nave. Quieres ayudar, consigue una. A mi no me vas a enterrar en una roca de mierda. - No... no estaban avanzando lo más mínimo. Entonces miró a Fénix.

- ¿Esta el Asteroids? -

Continue mirando aqui y alli, acabando por cambiar incluso la television de canal, para ver si habia algo de interes en ella despues de todos aquellos años. A veces se podia extraer informacion del mundo que te rodeaba mirando una simple pantalla.

Y, mientras Price seguia intentando hacer ver a aquel alma desdichada de Rufus que ninguna de sus "soluciones" iba a ser factible, y que no queriamos una bonita "jubilacion", en una colonia, ni en una mina, ni en un despacho, ni en una mansion -bueno quizas eso si era negociable- sino que lo que queriamos era una puta nave y salir de alli, yo acabe por ponerme detras de Fenix, junto al respaldo de aquella silla desde la que consultaba el ordenador- Diejalo Jhon. Crreo que no pilla porr dionde van los tirros. - dije, con desgana,acabando por aguantarme una carcajada cuando lo llamo gilipollas,  mientras daba un trago a una de las botellas, observando aquella pantalla que ahora consultaba Fenix- ¿Has iencontrrado algo util? Estoy empiezando a cansarrme ya de esta mierrda y quierro irrme a casa. - repuse, en una peticion que casi resultaba inocente y todo.

Los rusos eramos asi. De gustos sencillos.

No encontraste nada en el ordenador. Pero por fortuna si estaba el Asteroid el solitario y el buscaminas.

-Puf...nada de nada- le dijo a la rusa -Se ve que mis contactos y amigos de hace cincuenta años...lo más probable es que estén muertos. O si no, sean fósiles en algún asilo espacial ubicado en un bonito meteorito o algo...En fin, que le vamos a hacer...-

La idea de vivir en una colonia paso por su cabeza. Recordó el sueño que tuvo donde vivian agradablemente en una granja, todos juntos...

Pero entonces el capitán dijo que no y Fénix se sacudió la idea de la cabeza. Lo primero era lo primero, y aunque después de rozar la muerte con un monstruo espacial y pasar 50 años durmiendo, el hecho de tener una granja y vivir feliz le atraía, nunca iba a dejar a sus dos amigos. Eran toda la familia que tenia.

-Estoy de acuerdo, una nave seria el mejor regalo de la compañía.

Entonces encontró los juegos en el ordenador.

-Lo siento capi, pero solo tenemos el solitario...el buscaminas...-Una sonrisa afloró a su rostro- y el Asteroid!

Rufus se asustó con la reacción del capitán, ignoraba que habían vivido aquellos hombres pero estaba claro que no estaban bien en sus cabales. Comprendió que nada de lo que él pudiera decir les haría cambiar de opinión, así que prefirió hacer honor a su alma sindicalista y decidió echarle la culpa de todo a otro...

- Buenos señores, supongo que lo han pasado mal y la compañía es culpable de todo ello. Creo que lo mejor es que llame al comité evaluador para que puedan hablar con ellos y buscar una solución negociada. Ellos tienen bastante más recursos que yo. Propuso Rufus. En todo caso les ruego que descarten la idea de secuestrar una nave, yo personalmente ya les digo que no pienso ayudarles a ello... ya les aviso que soy una persona incorruptible. Siempre y cuando no haya unas faldas por medio... Pensó el sindicalista.

Rufus, sacó su movil y llamó a su enlace en el comité de evaluación. Al menos la gente del comité podrían decirles exáctamente a estos personajes cuales eran sus opciones reales en la compañía, luego si querían suicidarse robando una nave ya era problema de ellos, desde luego Rufus no tenía ninguna motivación como para acompañarlos o seguirlos en una huída absurda a quien sabe donde, y mucho menos con un puesto cómodo en la compañía que le permitía vivir la sopa boba sin pegar palo al agua...

Al otros lado de la linea

Hola Rufus. Yo me encargo del comité. En 24 horas en la tierra. Quedan a tu cargo. Adios.

- Oh, el Asteroids. - Tenía debilidad por ese juego. Hace cincuenta años era lo último en videojuegos. - Después nos echamos unas partidas. - Acabó por decir, mirando la pantalla. Había más juegos, pero a él le iba el Asteroids. No hizo mucho caso al sindicalista mientras hablaba, pero cuando del comité le dijeron que estaban a su cargo hasta dentro de 24 horas, soltó una carcajada.

- Te han jodido bien macho. - Acabó por decirle, mirándole de reojo para después mirar la pantalla una vez más. - Ponlo en pantalla, a ver. Y después podriamos dar una vuelta por la estación. El coletas nos hará de guía. La compañía le ha regalado a tres crios que cuidar, y nosotors mandamos. - Hizo una pausa y miró a Rufus. - ¿Ves como la compañía es mala? -

-El buscaminas.... Sencillamente sublime. - dije, con mi marcado acento, asintiendo, cuando Price hablo de echar unas partidas despues- Me parrece perrfecto. - añadi, cruzandome de brazos, a la espera de salir de alli de una vez.

Fue entonces cuando aquel tovarisch comunista intento "sutilmente" pasarle el marron a otro. Otro que, con una habilidad fuera de serie, le vino a decir que "eramos su marron" hasta dentro de 24 horas. Una respuesta que dibujo en mi rostro una expresion divertida- Lo siento, tovarisch. Parrece que hasta mañana vamos a serr tus mejorres camarradas...- di un par de palmadas en el hombre del hombre, mirando a John y a Fenix, casi conteniendo una carcajada, algo muy poco habitual en mi. Pero oiga, siendo honestos, aquella situacion si que me habia hecho gracia.

Y entonces me encamine hacia la puerta, esperando a que el tal Rufus hiciera caso a John y nos sacara a pasear. Y bueno, ya pensariamos si asaltabamos la nave y nos ibamos de alli de camino, ¿no?

Tendriamos que evaluar nuestra posibilidades primero, pero lo cierto era que, si queriamos hacerlo, teniamos tan solo 24 horas antes de llegar a la Tierra. Y algo me decia que una vez en tierra, no ibamos a estar tan "libres" como ahora...

Rufus, cerró el telefono y bajó la cabeza resignado. Una vez más el pérfido Pactista se la había metido doblada. Miró a los tres naúfragos espaciales, estaban entretenidos jugando a juegos antidiluvianos, ya no era que hubieran estado casi 70 años congelados, su mente parecía congelada desde hacía casi 200 años.

Al final Rufus, aceptó que una buena forma de pasar el tiempo hasta que salieran hacia la Tierra, podía ser dar una vueltecilla por la estación, visitar los muelles, la zona de compras o el barrio rojo...

Esta Bien señores! Vayamos a dar una vuelta! Dijo Rufus.... Y por favor eviten sustraer arte fálico que se puedan encontrar. Gracias.

- Eso último va por ti, Fénix. Últimamente estas que no cagas con las pollas.- bromeo, mirando al piloto.

La estación estaba construida con tipo de lujos. Rios artificiales con posibilidad de hacer deportes acuáticos.  Grandes parques donde poder descansar. Y puesto de comida por doquier.

También habia posibilidad de jugar en los múltiples casinos que habia repartidos por la estación . Así como gran cantidad de bares o lugares de diversión con robo pilinguis.

Teniais un dia entero para pasear y Rufus tenia una tarjeta oro de Weyland Yutani.

Bien señores, ¿a donde les apetece ir? Preguntó Rufus, aunque suponía la respuesta dado el interés del capitán en afanar una nave.

- Me cago en la puta. - Fue la expresión que soltó por su boca al ver el lugar. Él venía de una epoca en la cual la tierra era un lodazal de contaminacion y mierda por doquier. Y aquello parecía el maldito paraiso. - Aquí podría comerse en el suelo. - Y aquello no era una expresión necesariamente buena.

Miró a su alrededor, y frunció el ceño. Seguro que aquel coletas con todo lo comunista que era estaba de pasta hasta el culo, y a ver si podían sacarle algún provecho. - Tres preguntas. La primera. ¿Aquí se pueden comprar armas? Segundo ¿Hay joyerias? Tercero ¿Cual es el sitio MAS caro para comer? -

-La hostia. - fue lo unico que dije, con aquel marcado acento mio, mientras miraba a mi alrededor, alucinando con todo lo que ofrecia aquel lugar. ¿Desde cuando el mundo habia cambiado tanto?-Pues si que parrece que han cambiado un poco las cosas... - añadi, mientras mi mirada iba de un lado a otro, como si hubiera vuelto a la mas tierna infancia, si es que alguna vez la tuve, y todo aquello fuera completamente nuevo para mi. Entonces John hablo, y mi mirada se dirigio hacia el, divertida al escuchar aquellas tres preguntas salir de sus labios. - Crreo que puede serr un dia de lo mas prroductivo. Y si no le apetece acompañarrnos, siemprre puede dejarrnos esa tarrjeta suya... Se la devolverremos despues, porr supuesto... - dije de inmediato, por si habia algun tipo de impedimento moral que le hiciera mostrarse reticente ante nuestras peculiares compras- Yo tengo una prregunta mas... ¿Donde puede comprrarse un buen tabaco aqui? Digame que hay prroductos de la Madrre Patrria... En un sitio como este, dudo que haya algo que no se pueda encontrrarr. - desde luego, aquello solo era el principio... El resto... bueno, estaba segura de que encontrariamos mas de una cosa de provecho en un lugar como aquel.