Partida Rol por web

¡Alto, en nombre de Castilla! II: ¿Quién roba a la Muerte?

II. ¿Qué ha pasado con el cuerpo?

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12/12/2013, 18:25
Fulgencio de Salete

El sol ya entraba por los huecos de las paredes, y vuestra habitación hallábase orientada por donde sale éste; por lo que en el amanecer os despertarían los primero rayos... Pero no fue la claridad ni la la luz quien interrumpió vuestro sueño, sino más bien el tremendo portazo que, de una soberana patada, hizo abrir la entrada de vuestra alcoba.

¡¡BOOOM!!

La puerta casi se tumba a abajo, pero lo máximo que hizo fue abrise de par en par hasta su tope (golpeando a la pared rocosa). Delante de vosotros, con el sueño roto y hecho trizas, vuestros aún somnolientos ojos comprobaron de quien tratábase: era ese Fulgencio, portando su brillante coraza y tan temprano y, por supuesto, su capa de oso; irrumpió con cara de tremendo enfado, y caminaba al interior con sus puños cerrados. Tras él, dos pares de soldados irrumpían también, con sus manos en sus espadas, listas para ser sacadas.

¡¡DÓNDE ESTÁ EL CUERPO DE LA ESPOSA!! -ni tan siquiera era una pregunta, tan sólo una especie de grito bien pronunciado-. Fulgencio tomó al joven Damián por el cuello de las ligeras prendas de dormir hasta que casi lo saca de la cama, y se lo acercó a la cara... luego lo volvió a soltar en la cama, como lanzándolo. Estaba fuera de sí...

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12/12/2013, 18:39
Jimeno de Arguilla

¿Qué osadía es ÉSTA? ¡Qué desacato! ¡¡EXPLICÁOS!! ¡¡Y rápido!! -dijo Jimeno incorporándose y con alguna muestra de dolor en su pie-.

Sin embargo, el hombre de confianza de don Ramiro de Estebanillos miraba la habitación por doquier, sin dar paso alguno, como dudando de todo y de todos.

Notas de juego

Haced una tirada de Descubrir (PER)

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12/12/2013, 18:45
Potencio Flores

Dio un salto del jergón

- ¡PERO QUÉ OCURRE! -no había visto ni de quién se trataba. Al ver a alguien más grande y con más arrestos que él, que era una comadrejilla, se tranquilizó bastante y achantándose se quedó completamente quieto. No fuera a ser que le dieran un poco de yerro por listo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

 

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12/12/2013, 21:24
Tariq el Shadid

Qué plácido era el sueño que estaba teniendo, hasta que aquel cabronazo de Fulgencio entró avasallando a nuestra habitación. Apenas había empezado a gritar aquel energúmeno cuando eché mano del cuchillo con el que siempre dormía*, listo para lanzárselo entre los ojos si se ponía aún más violento. Además, aquel cobarde se había ido a por el más débil. Si hubiera intentado zarandearme a mí así en vez de a Damián, se habría llevado unos cuantos cuchillazos en la garganta.

Pero el final no pude resistirme y mis maneras de pirata salieron a relucir.

-Non sé de qué maldito cuerpo fablades, mas sé dónde acabará el vuestro como volváis a tocarle un pelo al chico.

Aquello lo dije ya incorporado y sentado en la cama y con el cuchillo bien visible.

Notas de juego

* No he dicho antes que duermo siempre con un cuchillo bajo la almohada; por eso, si el DJ considera que no lo tengo, editaré el mensaje.

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14/12/2013, 12:57
Damián

Damián hacia ya unas noches que despertábase empalmado(1), pues la fogosidad de la juventud no podía apagarla estando de aventura. Así que cuando fue alzado sin miramiento alguno hasta la cara de Fulgencio, lo primero que golpeó con su coraza fue su miembro viril. Tan dormido estaba que solo oyó las últimas palabras del de la capa de oso "DE LA ESPOSA!" a grito pelado, siendo lanzado de nuevo a la cama.

Con la vergüenza de verse sacado de la cama en paños menores y con su delantera erecta, el cerebro del joven trabajó lo más deprisa que pudo haciendo, desgraciadamente, erróneas suposiciones. Mirando a su señor Don Pelayo, y rojo de vergüenza y arrepentimiento, el joven Damián confesó, con voz entrecortada y pegajosa por el sueño.- ¡MI SEÑOR! ¡OS JURO QUE NO SABÍA QUE ESTABA CASADA! ¡LA CRIADA ME DIJO QUE NO HABÍA NOVIO ALGUNO QUE LA CORTEJARA!- Dijo, todavía sin entender muy bien de qué demonios le estaban hablando.

Notas de juego

(1) ¿Os creíais que los héroes no han pasado por la polución nocturna adolescente, eh? ¡¡Incluso Aragon, hijo de Arathon, se tocaba pensando en la elfa esa!!

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14/12/2013, 13:30
Pelayo de Arbás

-¡Callaos imberbe!-le espetó Pelayo a su joven escudero, enfadado por aquella descortesía y por la respuesta estúpida que el joven había dado. Aquel aspecto era una vergüenza, Pelayo avanzó con paso decidido hacia Fulgencio sin dignarse a mirar a Damián- ¡¿Como os atrevéis?! ¡¿Irrumpís aquí y amedrentáis a mi escudero con vagas acusaciones?! ¡Mas os vale tener un buen motivo para esto!

- Tiradas (1)
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14/12/2013, 20:07
Fulgencio de Salete

Claro que lo tengo... -dijo desafiante Fulgencio acercando su trostro al de Pelayo, que se había levantado con lo puesto y sin sus pertrechos y armaduras-. Y unos instantes de tensión hicieron saltar chispas, como cuando una cantro blanco repasa el filo de una espada y la hace afilar.

¡El cuerpo de la señora de don Ramiro ya no está en su mortaja! -gritó para todos- ¡Ni tan siquiera en el cementerio donde aguardaba a su eterno descanso! ¡HABLAD! ¡Porque os cortaré la lengua antes de que supliquéis por vuestra muerte! ¿Qué ha pasado con el cuerpo?

- Tiradas (2)

Notas de juego

Os tiro el "Descubrir" a quien no lo ha hecho.

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14/12/2013, 20:14
Jimeno de Arguilla

Jimeno se levantó, apoyando el pie con dificultad.

¡OS ESTÁIS ADELANTANDO! ¡Cómo vos pensáis que haríamos cualesquiera cosa de las que dice! ¡Ocultar un muerto et privarle de descanso! -y se santiguó ligeramente-.  ¡Qué locura! ¡Preguntad a cualquiera de los sirvientes si bien no hemo sido guiados en todo momento en este castillo...! -el de Arguilla señaló a la puerta, pues habíanse congregado unos cuantos criados asomados ante el escándalo del de Salete-.

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14/12/2013, 20:22
Criado del Castillo

Don Jimeno tiene razón... -habló con cierto temor el joven criado que ya había tratado con vosotros-. Los señores invitados han estado aquí toda la noche... -de haber salido de la habitción los criados habríanse dado cuenta, pues la alcoba donde estábais se situaba junto a otras tres en las que ellos mismos se hospedaban-.

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14/12/2013, 20:24
Jimeno de Arguilla

Fulgencio miró al criado con rabia, dándose cuenta que con esa impulsiva acusación e irrupción tan temorosa habíase equivocado. Quizá fuera la euforia y extrañeza del suceso que habríale llevado a pensar en el robo de un cuerpo por unos extraños, y vosotros érais los únicos allegados de fuera...

¡Que ya hablaré yo con su señor don Ramiro por éste desencuentro y por atreverse con uno de mis hombres tan  a las bravas! -y miró al joven Damián, que seguía rojo de vergüenza- Mas por el buen hacer del regente de Montepenares, que en este momento agradecer su hospitalidad yo puedo, en dejando los rencores a un lado por momentos. ¡HOMBRES! -os gritó mientras aún estaba de pie, "malapoyando" su pie-, ¡Vestíos y armaos! ¡Que non permito que mi nombre sea manchado! ¡Buscaréis el cuerpo de la Señora, e lo traeremos a don Ramiro! ¡Aprisa! -e instó a que lo hiciérais-.

Y mientras apretaba los dientes Fulgencio, sabiendo su mal hacer, se giró junto con los soldados y marchó de allí. Los criados se apartaron enseguida de la puerta de la alcoba, mas antes de desaprecer Jimeno se volvió a dirigir a Fulgencio.

Este agravio no quedará así... -el de Arguilla, "los tenía bien puestos"... sólo en ciertas ocasiones-.

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14/12/2013, 20:31
Director

Pese a la sorpresa que todos vieron emanando de debao de tus ropas, ninguno se percató de algo que sólo tu díste cuenta: y es que la capa de Fulgencio, es gran capa de piel de oso, estaba húmeda en su extremo inferor (el que arrastra el suelo) y se encontraba escurriendo agua levemente en el suelo.

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15/12/2013, 12:03
Pelayo de Arbás

El caballero miró con enfado durante unos segundos a Fulgencio quien debería apartar la vista avergonzado por tamaña afrenta. En cuanto salió por la puerta se giró hacia Damián y le dio un pescozón en el cuello sin apenas mirarle.

-Vamos muchacho tapa tus vergüenzas y ayúdame a poner la armadura, ya has oído a Don Jimeno, no podemos dejar esto así-le dijo con serio semblante.

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15/12/2013, 20:45
Damián

-¡AY!.- Fue cuánto pudo decir ante la justa reprimenda de su Señor Don Pelayo. Correteando por la habitación como un cervatillo, empezó a vestirse deprisa y de mala manera. Y en esto que estaba dando saltos para calzarse una bota cuando vio algo que no cuadraba. Extrañado, y ante el estupor de los otros, bajose de nuevo los calzones y empezó a tocarse por las partes pudendas, como comprobando algo que no acababa de entender. Parose a pensar rápidamente y sacadas ciertas conclusiones, con la boca seca por las implicaciones que podían acarrear, llamó la atención de su Señor.

-Mi Señor Don Pelayo...- solicitó con la voz entrecortada y todavía con los pantalones a media pierna.- Bien sabéis vos que no soy cobarde, y que no me amedentro a la primera.- Levantando la levita y mostrando la parte interior de sus pantalones, continuó.- Mas cuando Fulgencio agarrome de mala manera, lo primero que pensé que me había meado encima del miedo, pues aquí, en el suelo, donde estábamos ambos, hay un charco. Pero mis calzones están secos por dentro y por fuera.- Dijo señalando al suelo, donde efectivamente había un pequeño charco de agua.- Entonces, cuando me lanzó de nuevo a la cama, me fijé que la enorme capa de oso que portaba tenía los bajos empapados y embarrados, como si hubiera estado fuera...- finalizó el joven Damián, todavía no muy seguro de qué podría implicar dicha acusación velada.

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16/12/2013, 10:54
Potencio Flores

- No puedo creerlo -dijo bostezando. Pero no se refería a la desaparición del cuerpo, sino a que tuviesen que salir a estas horas a buscar a una tipa que encima ya estaba muerta. Pero los señores mandan y pensándolo mejor, quizás si él era el primero en encontrar el cuerpo, el Señor del predio quedaría tan agradecido que quizás le tomase a su servicio, no era mala idea después de todo.

- Vendría de buscar el cuerpo,  lógicamente. Bien -decía vistiéndose -haríamos bien en dividirnos en dos grupos a buscar a la Señora, si os parece bien claro. Yo puedo ir directamente al cementerio a buscar huellas, se me dan bien esas cosas-ahora era el hombre más dispuesto del mundo.

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17/12/2013, 01:10
Tariq el Shadid

-La puta que parió... -dije, dando un salto de la cama, y resignado a involucrarme de nuevo en otra aventura para desfacer entuertos, tan del gusto de aquellos dos patricios con los que viajaba.

Sin embargo, en aquella ocasión, al menos, tendría como recompensa la satisfacción de ver al cobarde de Fulgencio en apuros cuando tuviera que disculparse por sus vanas acusaciones. Desde la primera vez que lo vi me había dado mala espina, y mi olfato no me había fallado. Quién sabía si había querido echarnos el muerto a nosotros para quitárselo él de encima, y nunca mejor dicho. Muy osado debía ser para acusarnos tan fácilmente de esconder el cuerpo de una muerta. Pues, ¿con qué motivo unos recién llegados iban a hacer aquello? Ojalá los nobles hubieran estado más despiertos y no le hubieran dejado marchar hasta que nos dijera el motivo de sus acusaciones, pues ni siquiera había tenido la precaución de preguntar a los criados si habíamos salido por la noche.

"Venía de buscar el cuerpo", dijo Potencio.

-O de enterrarlo -añadí yo, mientras me vestía-. Que muy empeñado parescía ese fideputa en echarnos la culpa sin pruebas.

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17/12/2013, 17:42
Fulgencio de Salete

Andábais con acusaciones varias; unos pensándolo, y otros escupiendo a la diestra y la siniestra lo que la razón parecía dictaros...; eran aciagos tiempos en Castilla, y es que Murcia aún era castellana, ¿acaso no sabrían ya que no érais simples viajeros? ¿Cómo desaparecía un cuerpo de la noche a la mañana? Mucho habíais pasado ya, hasta en la más pequeña aldea, y cualquier posibilidad cabía en la razón de ser, aunque espacio no hubiera en las molleras de muchos... Movidos por las órdenes de Jimeno, os ataviásteis con las armaduras y sin olvidar las armas, y bajásteis acompañados de los criados hasta el patio de armas.

Allí ya se estaban sacando los caballos de la caballeriza, y dos mozos salían con las bestias y hacían montar a varios soldados, et al propio Fulgencio, que parecía no dejar escapar a quienquiera que el cuerpo robase. Una vez él montado en su montura (que detrás le acompañaros otros cuatro soldados de la guarnición de don Ramiro), os miró desde la altura con desaliño y furia, pues sabía que había quedado a la altura del betún... Tras abrir el portón, los cinco jinetes galoparon fuertemente, y el sol comenzaba tímidamente a brillar tras el amanecer.

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17/12/2013, 17:50
Criado del Castillo

Ordenó a los soldados batir el monte... -dijo el criado a espaldas vuestras, mientras fijó su vista en los que se alejaban-. Dijo algo así como que "si alguien robó el cuerpo, habría huido ya". Montepenares se ve nada más salir del castillo -efectivamente era así-, y el cementerio está a media legua entre el pueblo y el castillo, al sureste. Tráigan sus restos -pareció suplicaros el joven-, mi señor don Ramiro es hombre "de los de que traga y calla" -dijo esto más bajito-, pero el no poder enterrar a una esposa, hermano o hijo lo hará enloquecer de dolor...

El criado y el resto de ellos se retiró y quedóse la plaza de armas vacía, a excepción de los soldados, que aguardaban a no cerrar la puerta por si íbais a salir.

Notas de juego

Ni siquiera habéis desayunado. Hacerlo os llevaría un rato, aunque podéis también de tirar de raciones.

Los sitios de búsqueda son el monte (como Fulgencio), el pueblo de Montepenares, y el Cementerio. Decidid cómo ir (grupos o no) y continuamos.

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17/12/2013, 18:02
Potencio Flores

-Si os parece bien Señor Pelayo, el moro y yo podríamos ir a buscar en el cementerio, que ese trabajo tan desagradable no es propio de un hombre de vuestra talla. Nosotros haremos bien en buscar entre los restos, yo vigilaré que éste no se escaqueé.

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17/12/2013, 19:31
Pelayo de Arbás

El caballero no respondió a Damián. Podía ser cierto que el tal Fulgencio se había mojado las ropas por el rocío pero algo no le encajaba del todo. Por otro lado dejar a un moro por el camposanto cristiano no le parecía una gran idea.

-Potencio, agradezco tu buena atención. Ve con Tariq pero... vos-le dijo al moro- evitad entrar si podéis a merodear entre las lápidas. Lo último que necesitamos es al pueblo entero en contra nuestra... Id después al pueblo donde nos reuniremos.

-Damián tu vendrás conmigo al monte, sigamos a ese tal Fulgencio y ayudémosle en su búsqueda. Después regresaremos al pueblo.

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17/12/2013, 20:43
Director

Notas de juego

Fulgencio ya ni se vé. Tendríais que rastrear (exitosamente) muchas veces para dar con él.