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¡Alto, en nombre de Castilla! V: Todos muertos, menos uno

Epílogo de Aventura y Campaña

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07/05/2015, 11:44
Director

¿Y QUÉ PASÓ EN EL CASTILLO DE FEDRO DE SOTERRAZ?

Y es que Fedro de Soterraz parecía estar ganándose la fama de “oscuro” que había ido envolviéndole en poco tiempo. Decíase que muchos días se recluía en la más alta torre de su castillo y pasaba allí noches enteras. Y es que Fedro, al estar siempre rodeado de sus vasallos nobles castellanos y tras rumores por la zona, comenzó a sospechar que su esposa, Elisa de Aingeru, se veía con alguien (quizá alguno de ellos) y llegó a notar con el tiempo que alguno de tales tomaba a su esposa sin él darse cuenta. ¡Estaba seguro!

Una de las noces, en aquella torre Fedro logró contactar, sólo él sabía como, con el demonio Masabakes, diablesa de la lujuria, pidiéndole que le revelara el nombre de la persona que se encamaba con la suya mujer. Pero el Mal nunca da algo a cambio de nada: le entregaría a la persona que buscaba a cambio de una gran orgía aquelárrica en su nombre. “Cuando comáis el cerdo y bebáis el vino, y luego hagáis placer de la cópula, mataré a todos y dejaré sólo con vida a aquel que se encama con tu mujer, para que te recrees tú en la venganza...” Por ello, Fedro, con la excusa de acallar tales rumores de su esposa, obligó a los habitantes de Alaurico, previa quema y destrucción de sus casas, a acudir a un parlamente en su castillo (que para los aldeanos resultó ser una cena), para luego perpetrar con ellos una enorme orgía,

“Golfo él y golfo ella”, y aunque él también sobrepasaba los límites de su matrimonio, quería saber con toda certeza quién de sus vasallos o súbditos era el susodicho. Tampoco podía enemistarse con todos, pues perdería sus apoyos e incluso podría ganarse demasiados enemigos al momento. Además, tras pensarlo bien, quizá el infame que anduviera con la suya esposa fuera un simple aldeano... Todo era posible. Ya en la cena, aldenaos y nobles sentados increíblemente codo con codo, todos comenzaron a cenar, sin excusas, no sabiendo aún los comensales el motivo exacto del evento.

Tras la plena cena, Fedro mandó a todos los aldeanos varones desnudar a las suyas esposas, et a sus vasallos nobles tomarlas allí mismo, delante de sus esposos. No hubo quien rechistara en aquesto (sobre todo sabiendo del poder del de Soterraz). Mientras se realizaba aquella orgía forzosa, el de Soterraz subió a su torre, y mandó llamar a su esposa Elisa. Acto seguido Masabakes, mandó tres parejas de Stregas (seres con cuerpo de mujer y alas con plumas) al comedor, las cuáles comenzaron a dar muerte a todo ser vivo del castillo (invitados en el interior y soldados en el la muralla o el patio).

Finalmente, la sorpresa de Fedro fue mayúscula: ¡Ninguno de sus vasallos quedó con vida! ¡Tampoco los aldeanos! Sin embargo, el noble escuchó un gemido procedente de una de las letrinas del piso de abajo. En su interior encontró al padre Cristóbal, el sacerdote de Alaurico, llorando aterrado de miedo por las Stregas, de las cuáles había logrado escapar y esconderse ¡Entonces era el cura! Fedro bajó de la torre una vez pasó la tormenta (dejando a su esposa al cuidado de uno de aquellas stregas) y comprobó quién de aquellos quedaba vivo. El Padre Cristobal "no sabía ni por donde iban los tiros"...

Pero ¿cómo lo hacía? ¿Cómo hacía para verse con su esposa a escondidas?

Fedro, que no por todos estos actos dejaba de asistir a la misa, sabía cuales eran los sermones favoritos del padre Cristóbal: los que hablaban de la piedad, el compromiso y el pecado... ¡el pecado! En sus misas citaba con frecuencia la los momentos de la Pasión de Cristo (el Calvario, la Cruz a cuestas o la Corona de Espinas). Lleno de ira y sorpresa, el noble tomó una antorcha y fue a quemar vivo al párroco, aunque este se levantó precipitadamente y se internó en la cocina, luego en la alacena y finalmente desapareció, a los ojos de Fedro. Entonces, éste descubrió la piedra abierta en el suelo, y el pasadizo: ¡el cura accedía desde su sacristía hasta el interior del castillo!

Tras cruzar ambos el oscuro túnel, Fedro dio caza al padre Cristóbal y, tras un forcejeó, le prendió vivo. Sin comprobar si éste yacería o no, Fedro volvió a su castillo, y el padre Cristóbal logró llegar hasta la capillita de Alaurico, donde yació horas hasta vuestra llegada... No obstante, sus piernas no pudieron soportarlo, pues quedaron casi carbonizadas... Et que al día siguiente, en pensando Fedro de Soterraz lo que hacer con su esposa, que Jimeno de Arguilla et los demás llegásteis en el momento oportuno...

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07/05/2015, 12:25
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EPÍLOGO DE CAMPAÑA

 

Notas de juego

:: FIN ::