Partida Rol por web

¿Pongo entonces aquí el de la entrada o el primer post con la "historia/descripcion" de la mazmorra? y lo pongo para que lo lean todos? (lo había pensado para que lo lean los que vayan entrando pero supongo que se puede hacer una mini edición rápida recortando que ven a los trasgos y tal)

Hace horas que abandonaste el pueblo de Ardan en dirección norte, hacia el frio Monte Milter. El camino es placido y tranquilo, pues caminas por una senda silenciosa en medio de un bosque helado. El día pasa y apenas escuchas algún animal salvo alguna rapaz que vuela por los altos cielos. Te parece ver alguna sombra que se mueve entre los arboles cubiertos de escarcha y oyes el crujido de alguna rama que cede al peso de la nieve acumulada en la noche... pero nada te molesta y las huellas que dejas en la nieve del camino te llevan hasta las faldas de la montaña.

Finalmente el bosque empieza a clarear y observas con mayor claridad la montaña y sus alrededores. Ves que el camino es escarpado y difícil, y solo consigues distinguir una delgada senda que sube por la ladera de la montaña, bordeando un lago helado. Mas cuanto mas te acercas, mas te das cuenta de que no estás solo en esa región. Un grupo de pequeños trasgos  pasa ante ti sin que te detecten entre la maleza, avanzan hacia el lago portando una especie de cofre, seguramente el botín de sus saqueos. Sabes que si los sigues llegaras al camino de la montaña.

Al felino, a pesar de su gruesa piel peluda, le da la impresión de que el frío va recrudeciéndose a medida que avanzan hacia su origen. Aquello no hace más que servirle para constatar lo antinatural del clima. Expulsa un vaho helado y sigue la senda, su rastro en la nieve sería una evidencia peligrosa si no fuera porque no hay ni rastro del menor sonido, ni el menor olor. Todo parece muerto alrededor de la ahora lúgubre montaña.

De pronto, un sonido dispara su instinto, con un gesto dirige sus orejas en varias direcciones hasta que consigue distinguir su procedencia, le hace una señal al enano para que guarde silencio y espere, susurrándole de modo apenas inteligible :- _^Trasgos.

Repugnantes y serviles criaturas, ¿qué contendrá ese cofre que con tanto afán arrastran? Lo que no cabe duda es de adonde se dirigen, bastará con seguirlos para encontrar la ruta más corta a su infecta guarida.

Ni siquiera necesita verlos para no perder su rastro, pues los hediondos trasgos apestan. A una más que prudente distancia, sin premura a pesar de la impaciencia por entrar en acción, Garra Blanca comienza a seguir a los repugnantes acólitos del señor de la montaña.

Mientras el hombre bestia y el enano marchaban a paso rápido en dirección a la oscura montaña, Thráin,al observar aquel depresivo paisaje, no pudo evitar que una sensación de nostalgia le rodeara su viejo corazón, haciéndole recordar las incontables batallas en territorio orco que alguna vez participo y lucho tenazmente junto a sus hermanos de la Legión del norte-. ¿Han pasado sus 100 o 150 años desde ese entonces?-. Se preguntaba tranquilamente mientras seguían avanzando…

Al pasar de las horas, el enano pudo sentir un frio sobrenatural, una penumbra que inundaba el lugar de alguna forma misteriosa, como si esta tratara de arrebatar cada vestigio de vitalidad-. Ahora sí que me siento como si fueran los viejos tiempo jajajajaja-. Expreso el enano, contento, mientras desenfundaba su enorme martillo que se encontraba en su espalda-. Ya estamos cerca-. Le sonríe a su peludo compañero, pero en ese momento el enano sintió una desagradable presencia que se le hacía familiar-. ¿Orcos? No ¿goblins? Tampoco… ¿trasgos? Si eso es, como extraña a esas asquerosas criaturas jejejejeje-. Susurro, un alegre enano a la vez que se humedecía sus labios por la emoción que producía volver a la acción después de muchos años…

 -.Trasgos

Al escuchar a Garra Blanca, Thráin simplemente le guiño el ojo, demostrándole de alguna forma que él también se había dado cuenta de la presencia de aquellos asquerosos seres…

 Pocos segundos después, su peludo compañero comenzó a seguirlos a una distancia prudente, acción que el enano imito sin ningún problema, mientras que en su mente solo crecía la expectación de una futura gran batalla….

Los incautos trasgos os conducen directamente hacia un campamento a orillas del lago. Las viles criaturas han levantado barricadas y una destartalada torre de vigilancia, desde donde unos arqueros vigilan el lugar. Parece que el campamento es una especie de puesto avanzado desde el que las criaturas lanzan sus ataques contra la gente de Ardan. Además bloquea el único camino de acceso a la montaña, por lo que os acercáis para buscar una ruta de paso e investigar el lugar. Creéis pasar inadvertido, sin embargo alguien da la voz de alarma, y un pequeño tropel de trasgos sale de su campamento.

No podéis evitar más el conflicto, tienes que luchar o escapar. Uno de los arqueros de la torre os ve y una flecha cae a escasos centímetros de vuestros pies, mientras los trasgos lanzan gritos amenazantes con sus voces chillonas y cargan.

Los trasgos a los que seguían los dos héroes se detuvieron en un campamento improvisado, se hizo evidente que sería difícil acceder a la montaña sin altercados. El hombre tigre se acercó al lugar, todo lo que le fue posible sin llamar la atención, con la intención de comprobar sus pertrechos, número y la mejor ruta a seguir dadas las circunstancias. Con un examen rápido concluyó que era un campamento temporal, que los ocupantes eran demasiados para que pudieran manejarlos solos y que la senda que llevaba a la montaña se encontraba a tiro de piedra.

Piedra -.Pensó posando la mirada en la agreste ladera llena de afiladas y escarpadas rocas cargadas de hielo.

Antes de que pudiesen intercambiar pareceres sobre el mejor movimiento estalló la alarma, un proyectil llovió a pocos pasos y varios trasgos se lanzaron con su habitual desorden hacia ellos. Garra Blanca no tuvo tiempo de meditar si lo que pensaba hacer era lo más acertado, en aquél momento era más perentoria la acción, su garra derecha se cerró sobre el cuarzo que colgaba alrededor de su cuello y con la izquierda señaló hacia la ladera mientras desgranaba despacio, concentrado en cada una de ellas, las palabras que habían de dar forma a su voluntad mágicamente. Con un crujido espeluznante las piedras de la montaña comenzaron a temblar, primero despacio, después llegando a rodar y finalmente golpeando unas con otras, provocando con el derrumbe una pétrea avalancha sobre los desconcertados trasgos.

Al llegar al campamento, Thráin calmadamente se queda unos pasos atrás de Garra blanca para vigilar que no haya ninguna desagradable sorpresa por ningún flanco-. ¿Un puesto de avanzada, eh?-.  Se pregunta mientras dirige su mirada al improvisado campamento trasgo-. Realmente será una gran molestia encargarnos de aquellos bastardos de piel verde-. Piensa el enano a la vez que hace sonar su grueso cuello en reiteradas ocasiones-. Hey! Garra Blanca por qu…-. Antes de terminar su sugerencia, lo interrumpen las alarmas, gritos y el sonido oxidado del acero trasgos-. Mierda nos han descubierto-. Piensa extremadamente feliz el enano, a la vez que mira a su peludo aliado que estaba preparando un tipo de hechizo-. YO ME ENCARGO DE MANTENERLOS A RAYA JAJAJAJAJAJAJAJAJ-. Grita el enano mientras se lanza a correr a toda velocidad para enfrentar de frente a esas inútiles criaturas-. PRUEBEN EL ACERO DE UN VERDADERO HIJO DE LA MONTAÑA JAJAJAJAJAJA-. Se abalanza contra la línea trasga moviendo con agilidad su enorme martillo por todos lados riendo como verdadero señor de la guerra, atento al derrumbe causado por la magia de su aliado….

Uno a uno los trasgos eran despedazados por el martillo del enano… cráneos, viseras y miembros se esparcían por el lugar, mientras que el enano entonaba una vieja canción de guerra enana calmado, sereno, moviendo su arma con gran destreza evitando sin ninguna dificultad los ataques de estas torpes criaturas-. Jajaja como extrañaba esto-. Decía feliz Tháin, mientras despedazaba las mandíbulas de los trasgos con sus puños y pies, rematando con su arma haciendo explotar varios cuerpos al mismo tiempo, las criaturas gritaban de terror, dolor y desesperación, algunas trataron de escapar pero la máquina de guerra enana no tuvo piedad, lanzo su martillo para machacar aquellos cobardes que trataban de huir, se abalanzo con su cuerpo,  pulverizo con sus manos, codos, dientes a cada asqueroso ser que se le acercaba….

ya para cuando se aproximo nuevamente a su arma, ya habían unos pocos que seguían con vida, algunos les faltaban los brazos, otro las piernas, pero esto no le importo simplemente los remato con una sonrisa de placer dibujado en su rostro….

Tal y como había previsto las grandes rocas se iban estrellando contra los horrorizados trasgos causándoles devastadoras bajas, sin embargo, el hechizo obligaba a Garra Blanca a permanecer inmóvil, concentrado en el uso de la energía mágica que suponía controlar las fuerzas de los espíritus de la tierra, en esa actitud era presa fácil de las criaturas que lograban llegar hasta él a través de la lluvia de rocas y podrían haberle atacado y roto la magia, de no ser por el enano.

A Thráin le faltaban manos para destrozar a cada trasgo que tenía la suicida intención de acercarse lo más mínimo, lo que le dio al chamán el tiempo suficiente para desarticular por completo el campamento a base de peñascos. Puede que los héroes tuviesen o no éxito en su empresa final de erradicar el mal de la montaña, pero, sin duda, al menos los habitantes de Ardan estarían a salvo, una larga temporada, de las molestas incursiones trasgas. Mientras el polvo se iba asentando y el silencio se adueñaba del lugar a medida que los últimos gemidos de los moribundos se apagaban, Garra Blanca se acercaba al noble enano que limpiaba, aún sonriente, la sangre y los trozos de seso de su martillo e hincando la rodilla para estar a la altura de sus ojos, ponía una garra sobre su hombro.

Este humilde siervo de Gaia te debe la vida valeroso Thráin, los espíritus de la tierra son testigos de que esa es una deuda que no olvidará mientras tenga aliento.

Se levantó entonces y miró alrededor de aquel caos buscando dos cosas: Algo que pudiera resultarles útil en aquel destrozado desorden y el camino por el que era menester continuar.

Los trasgos cargan contra vosotros de forma desordenada, pisándose unos a otros solo para ser aplastados por los poderosos golpes del martillo de Thráin. Pronto sus gritos de guerra se convirtieron en aullidos de furia y luego de terror, pues estaban acostumbrados a enfrentarse a viajeros y campesinos, no a aventureros experimentados.

El hechizo de Garra Blanca surtió efecto y la avalancha hizo que la nieve y la roca sepultaran parte del campamento y a algunos trasgos rezagados, la torre de vigilancia cayó al suelo y todos sus ocupantes se estrellaron contra el suelo, regando el suelo con sus sesos.

Ante tamaño despliegue los trasgos empezaron a soltar sus armas y huir de inmediato, las cobardes criaturas empezaron a correr por sus vidas hacia al bosque, mientras los rezagados eran despachados por el guerrero enano, ahora salpicado por la sangre y entrañas de sus múltiples victimas.

...

Una vez terminado el combate el silencio vuelve a reinar en el campamento... los trasgos han dejado absolutamente todo, sus tiendas están medio enterradas por la avalancha, a una fogata con un puchero lleno de algún desagradable mejunje... y al lado veis el cofre que portaban antes los trasgos... no tenéis mas que reclamar los tesoros que contenga y salir por la otra puerta del campamento, que conduce hacia el lago y la senda de la montaña.

-.JAJAJAJA no te preocupes mi peludo camarada-. El enano le grita con alegría a garra blanca, mientras sacaba los últimos pedazos de carne fresca de su barba y de su pesado martillo -.por mi parte no tienes ninguna deuda conmigo, así que calma…-. Piensa un momento y lo mira nuevamente-. Pero si aún te encuentras ansioso sobre aquello, invítame a unas jarras y toda “deuda” estará más que zanjada-. Le expresa animadamente, poniendo su martillo en su hombro y dirigiéndose al destruido campamento, para ver si había algo útil…

Luego de unos minutos el enano exclama-. ¡Mira!-. Le señala con un dedo a su camarada de guerra -. Creo que es ese el cofre que aquellas patéticas criaturas resguardaban con recelo-. Sonríe mientras toca su barba de manera calmada y serena-. Ven, acompáñame y veamos qué cosa estaban escondiendo estas mierdas-...

Entonces un alegre enano, que silbaba una vieja nana, comenzó a acercarse al misterioso cofre para ver qué cosas guardaba en su interior…

El alegre alborozo de su camarada resultaba tan contagioso que el hombre tigre no pudo evitar una sonrisa. Esquivando los cuerpos de los caídos siguió al enano hasta el cofre, mientras el veterano guerrero hacía los honores, el chamán sacó un libro de hechizos en el que buscó un pasaje concreto, pues nunca estaba de más refrescar la memoria cuando se trataba con magia. Le resultó, sin embargo, complicado concentrarse, para su fino olfato el olor de los cadáveres trasgos era asaz desagradable. Cerrando con cuidado el valioso volumen volvió a guardarlo e impelió a su hermano de armas para evitar innecesarias demoras.

¿Qué hay en el cofre, Thráin? Debemos proseguir nuestro camino a la mayor premura posible, si tenemos aunque sea una sola oportunidad de sorprender a nuestro enemigo, al deleznable ser que está detrás de todo esto -Afirmó convencido Garra Blanca- debemos aprovecharla.

Volvió a arrugar la nariz, el viento había cambiado y el olor que procedía del camino que debían seguir era todavía más insalubre.