Partida Rol por web

El enemigo estallo en carcajadas ante las palabras de Femeref y alzo su mano derecha, la cual quedo envuelta en descargas relampagueantes que brotaban de un orbe luminoso que se iba formando en la palma de su mano. Haliax grito envalentonado y emprendio una precipitada embestida hacia su adversario, llevando en su mano derecha su nueva arma, la Mata Lobos. Sin embargo, el siniestro hechicero no se inmuto por la carga del guerrero y arrojo su conjuro contra este, haciendole caer al piso entre espantosos gritos de dolor y envuelto en brutales sacudidas electricas, que terminaron rapidamente con su vida.

Al ver a su camarada caido, Femeref enfurecio y lanzo su propia descarga de energia sacra en contra del asesino, pero el mago oscuro simplemente abrio los brazos y recibio la esfera de magia de Femeref entre ellos, sujetandola con ambas manos y haciendola moverse entre sus dedos, de los cuales emano una oleada de oscuridad que corrompio la pureza del conjuro, enviandolo de vuelta contra el mago y golpeandolo de lleno, causandole nuevas heridas.

- ¿Lo ves? Hablas mucho, pero no puedes contra mi. Pero como dije antes, no tengo el menor interes en ustedes. Asi que puedes tratar de vengar la muerte de tu... Lo que fuera, y compartir su miserable destino o puedes huir de aqui como un cobarde. Te aseguro que no te perseguire mientras te escabulles con el rabo entre las patas. Mis asuntos revisten mayor importancia - asevero el hechicero sombrio, aguardando la respuesta del unico aventurero sobreviviente.   

Volveremos a vernos algún día, eso te lo aseguro, por ahora me marcho y me llevo a mi amigo conmigo pues no merece que su nombre se pierda en este lugar olvidado por los hombres y el tiempo mismo. - digo con rabia mientras me pongo de pie admitiendo la derrota, recojo el cuerpo de Haliax y la matalobos para luego retirarme del lugar y la mazmorra, pues antes de seguir explorando debía dar sepultura al cuerpo de mi compañero.

Tras algunas horas de camino regreso al pueblo, bastante desanimado, sabedor que el hechicero que mora en aquel lugar es demasiado poderoso para mi.

Aquella misma noche enterré el cuerpo de Haliax no sin antes elevar una plegaria a los dioses por su tranquilo descanso.

Aunque la ira me consume sé que no tengo ninguna oportunidad de vencer a aquel drow sin alguien que me respalde, así que el mejor lugar para volver a empezar es la taberna mientras espero que sanen mis heridas y compro nuevo equipamiento con las monedas obtenidas del primer enfrentamiento.

Volveremos a vernos algún día, eso te lo aseguro, por ahora me marcho y me llevo a mi amigo conmigo pues no merece que su nombre se pierda en este lugar olvidado por los hombres y el tiempo mismo. - digo con rabia mientras me pongo de pie admitiendo la derrota, recojo el cuerpo de Haliax y la matalobos para luego retirarme del lugar y continuar explorando la mazmorra, no sin antes improvisar una pequeña tumba para Haliax.

Mientras dispongo del cuerpo de Haliax me pregunto si alguien hará esto por mi cuando muera, pues ahora me encuentro sólo y abandonado a mi suerte en este lugar plagado de seres siniestros, al menos si pudiera descansar para recuperar fuerzas.

Mi armadura es historia, estoy mal herido, huir es una idea tentadora, pero si lo hiciera estaría deshonrando a Haliax, sólo ruego a los dioses que no falte mucho para encontrar al amo de la mazmorra y poder acabar con él o ella  para que al menos de ese modo la muerte de Haliax no haya sido en vano.

Maldito hechicero oscuro de no ser por él Haliax seguiría vivo y yo no estaría en estas condiciones, si las cosas empeoraban tendría que retirarme asumiendo que aún tuviera una oportunidad de hacerlo, cosa que dudaba mucho.

Lo siento mucho, cucurucho. Mientras comía me habían cerrado un ojo y no pude escribir durante 4 días.

Haliax se introduce la espada por una cervical, produciendo una estruendosa carcajada. Aja, ajada, azada.

AZADAZADAZADAZADAZADAZADAZADAAZADAZAZADFAZAZADAZAZ VICN LAS AZXAZADAS COPOOOONM

Con una sonrisa burlona en el rostro, el hechicero siniestro se retiro a traves de las puertas de madera, dejando que Femeref hiciera lo que quisiera con el cuerpo de su amigo y sin preocuparle si el heroe seguia adelante en su exploracion de la mazmorra o no. 

Despues de enterrar lo mejor que pudo a Haliax entre una pila de rocas, conformando un sepulcro improvisado para el guerrero, quien habia caido como tantos otros antes, el mago resolvio seguir adelante y llegar hasta el corazon de aquel sitio maldito, asi le costara la vida.

Siguiendo la ruta que habia tomado el hechicero, Femeref cruzo las puertas de roble reforzadas con bandas de metal y se encontro ante una sala totalmente inesperada. Era cierto que la camara anterior se habia mantenido en mejor estado que todo lo que habian visto hasta el momento, pero esta nueva habitacion resultaba diferente.

Contrario a la sensacion agobiante de perversidad y muerte que parecia flotar por las catacumbas, el aposento emanaba un aura pacifica y benigna. En el centro de una camara circular, se hallaba la estatua de dos criaturas femeninas y aladas, quiza una representacion en piedra de un par de angeles o algun otro tipo de criaturas celestiales. La escultura era perfecta, elaborada en un material blanco y brillante, sin una sola marca del cincel en ella.

"Por la gracia de las diosas gemelas, que la fuerza vital sea restaurada" era la inscripción que había esculpida.

Al aproximarse a la estatua que descansaba sobre un pedestal, rodeada por 3 escalones que rodeaban toda la figura, Femeref comenzo a sentirse mejor, como si parte del cansancio y el dolor que habia sufrido durante la incursion a este sitio siniestro se disipara.