Partida Rol por web

Astoran se lanzó con rapidez, sin responderle las palabras al vampiro con un rápido tajo de su espada. El vampiro le sonrió, Astoran pudo ver como sus ojos brillaron rojos en medio de la oscuridad. Si bien la espada iba bien encaminada, el tajo paso de largo, por lo que el vampiro solo dio un paso adelante y de una patada en la rodilla y otro golpe en el estómago Astoran sintió como su cuerpo completo le dolía, y salía arrastrándose unos pasos más atrás.

La fuerza y la agilidad del vampiro eran tremendas. El golpe en la rodilla casi lo hizo fracturársela, e inmediatamente después de reponerse del golpe en el estómago, Astoran escupió sangre, observando como su oponente se reía de él, y mirándolo le deciá;

-¿Qué pasa? ¿Intentas herirme con ese alfiler? Tendrás que ser mucho más rápido si piensas acabar conmigo…y más aún si piensas aguantar el aliento de mi dragón. ¿Qué harás, pequeño humano? –

Dijo, con una amplia sonrisa, sin dejarse de acercarse a Astoran, sintiendo como, desde el momento que Astoran había entrado a la caverna había pasado de ser el cazador a ser la presa.

Astoran acusó el golpe del vampiro en el estómago, sintió el sabor de la sangre en la boca, un sabor conocido por el guerrero, que tantas batallas había librado, pero al parecer nunca se había enfrentado con un enemigo como este, parecía muy ágil, por lo que en vez de abalanzarse hacia él como la anterior vez, en esta ocasión midió mejor sus posibilidades, se plantó enfrente del vampiro y esperó el momento justo para intentar asestarle un golpe.

El vampiro vio como el guerrero es detenía después del golpe, y aprovechando la oportunidad antes de que este pudiera reaccionar, el vampiro se acercó y le dio una patada voladora tras girar sobre su eje, un golpe tan fuerte que Astoran sintió como se le salieron varios dientes de la boca. Paralizado por el golpe el vampiro desarmó a Astoran, tirando su lanza lejos, para luego darle una patada directamente en las costillas, un golpe tan fuerte que sacó a Astoran volando contra una estalagmita de piedra.

Astoran al chocar contra esta sintió el crujir de sus huesos, un dolor tan fuerte que dejo todos sus huesos inmovilizados. Sentía que tenía varias costillas rotas, y ahora se encontraba en el piso, maldito por un dolor del cuál no podía escapar. El vampiro fue acercándose poco a poco a él, hasta que finalmente, estando a un par de pasos de este le dijo;

-Y bien….cuéntame, ¿Cuáles serán tus últimas palabras? –

Dijo, con una sonrisa afilada. El dragón hace rato atrás se había acostado de nuevo a dormir, aburrido de que el aventurero no fuera capaz de enfrentar a su maestro, y ahora, solo quedaba Astoran, observando cuál sería su final. Había fallado, toda su familia, también. ¿Por qué no fue mas inteligente y huyó, y siguió huyendo cuando tuvo la oportunidad? Esperaba lograr la victoria...pero solo fortaleció su derrota.

El héroe quedó en silencio, mirando con ojos fieros directamente a su asesino. El dolor cubría su cuerpo de tal manera que él no decía nada no porque no quisiera decirle nada a aquél vampiro,  sino porque el dolor era tan potente que sentía que no era capaz de articular palabra.

El vampiro se acercó lentamente hasta el héroe, levantándolo del piso, para luego comenzar a decirle;

-¿Sabes? Ha venido incontable gente a molestar….yo solo quería un poco de paz. Por eso los he hecho pagar, por eso cada uno de ellos me paga con su sangre día a día el tormento que me han hecho al molestarme en mis dominios. ¿Sabías que el alcalde del antiguo pueblo mataba a sus trabajadores y esclavos por gusto? ¿Y que las mismas gentes de aquél lugar se divertían matando a los extranjeros que venían al lugar, mientras los paladines se regodeaban con las prostitutas?  Yo me cansé de todo eso, de ser un héroe en un mundo de villanos, prefiero ser un villano que de verdad lo sea y sea capaz de acabar con el resto a que un héroe que no sepa hacer bien su trabajo. Y ahora…creo que es tu hora de despedirte. –

Dijo el vampiro con una gran sonrisa, mientras comenzaba a levantar al héroe para finalmente, frente a una estalagmita, el vampiro tiró el cuerpo de lo que antes serían un valiente guerrero, el cual calló directamente en un espiral de piedra, atravesándolo completamente por el pecho de piedra, hasta quedar completamente muerto. El vampiro se rió y se ocultó nuevamente en la oscuridad.

En una encrucijada del camino encontrose Mako una señal tirada en el suelo junto a otras aún en pié. Tomó la tabla y leyó "hacia la montaña", trató de adivinar cuál había sido su  postura original sobre el poste, pero la tabla giraba sobre un único clavo con gran holgura. Miró en derredor por si la montaña era reconocible desde allí, pero toda una sierra de picos nevados rodeaba la cuaderna de sur a oeste. Lanzó la tabla tras unos matojos y leyó el resto de señales, todas eran regiones conocidas y relativamente tranquilas, pero una de las señales estaba muy gastada. presumió que debía pertenecer a algún lugar donde poca gente le interesaría ir y por ello la señal no había recibido el mantenimiento adecuado. "un lugar desolado es perfecto para buscar aventureros". Y hacia allí marchó.

Cuentan las leyendas que en los límites con las montañas malditas, había un antiguo pueblo que fue arrasado por la muerte. Se cuenta que fue un pueblo muy importante hace tres siglos pues tenía grandes canteras donde se obtenía el mejor mineral para hacer piedras preciosas, por lo que fue un pueblo extremadamente rico.

Allí, entre las ruinas del pueblo y al cementerio existe una entrada a un lugar donde se huele la muerte y la maldad. La entrada está llena de marcas de cadáveres y esqueletos de animales y personas, se escuchan aullidos y ruidos completamente escalofriantes de este lugar. Se dicen que de todos los que se han aventurado a investigar este lugar maldito, nunca han vuelto a aparecer.

Cuentan que allí moran las almas de todos los que murieron en aquél lugar, la historia cuenta que el pueblo fue arrasado en una sola noche, no se sabe cómo ni porqué, pero el lugar está completamente maldito según las leyendas, de hecho, se incita a que ningún aventurero vaya a este lugar ni se acerque a él por su propia seguridad.

Durante unas horas el camino llevó a Mako por bosques y colinas, aveces más que un camino era una senda y otras apenas se intuía la dirección entre arbustos y ralos de hierba seca, pero el natural instinto del semiorco para seguir huellas e indicios la guiaron hasta un poblado fantasma. Casas de las que apenas quedaban cimientos y pilares, techos caídos, en ocasiones solo una mancha negra de cenizas permitía adivinar dónde había existido una cabaña, una fanza o un cobertizo. Mako paró a tomar un bocado y se sentó sobre una gran piedra cuadrada, seguramente lo poco que quedaba del contrafuerte de un templo. Sacó un pedazo de tocino, queso y pan. Ayudó a tragarlo con un poco de vino. Allí sentado, tranquilo, contemplando los restos de la villa, una brisa fría recorrió su espalda.

- ¡un repelúh!  (miró al cielo) Ehtá shungo, pero no como pa llové. 

El aire comienza a animarse y ulula entre ventanas huecas y chimineas, como una voz apagada parece entonar frases, provocaciones, que se acercan hasta el oído de Mako, como una espectral presencia que lame su oreja.

-...tuuuuuuuUUUuuu...

-¿Yo?

-...tuuuu maaaaaadreeeee...

- ¡la tuya!

- ...tuuu maaaadreeee ...tieeeneee... bigoooteeeee...

- Eh! ¿ La Maca? ¿Bigote? ¡EH VERDÁ! Pero como ze lo digah a la cara te mete una ottia que le va a dá iguá que zeah incorporeo. La váh a notá iguah.

Una risa burlona se escurre entre los restos de casas y Mako sigue el sonido como si siguiera una sombra, pero no atisba nada allí donde la risa se escabulle entre ramas y piedras. Sigue una clara dirección, hacia el cementerio, y un olor dulzón, para los gustos del Semiorco, lo atrae como si de un puesto de gofres se tratara. Guarda el resto de la comida y lanza un largo eructo que desplaza la sensación atenazante de las ruinas para retumbar en todo el pueblo con eco. Se dirige al cementerio. Allí una construcción emana un aire putrefacto, cerca de la entrada hay huesos y huellas relativamente recientes (-alguien entró aquí hace poco, más de uno-).

- Arguien za peio y yo no zio... aún. Amo a vé que bisho za muerto ahí aentro.

Antes de llegar a la zona nos encontramos una señal en el suelo en una bifurcación, no se que fue lo que más me preocupó si el hecho de que girase la tabla o simplemente la elección que hizo aleatoria del camino, suspiraba mientras le seguía solo esperaba que al menos el señor Mako tuviese algo de valor encima que pudiese "tomar prestado" si algo salía mal o quizás al lugar al que me llevaba pero en cualquier caso ahora éramos un pequeño grupo.

Tuve que seguir al semiorco, orco, trol, me daba igual lo que fuese parecía que nos habíamos perdido dado que caminamos durante bastante tiempo, al menos parecía que se guiaba aunque no sabía exactamente con qué. Mako se paró a comer así que me senté junto a él, yo no tenía demasiado encima de comida así que simplemente tomé un poco de pan y agua que tenía, el pan no tenía demasiado buen aspecto pero era comestible y no me preocupaba demasiado, aunque Mako se dio un festín en comparación conmigo -parece que tiene algo más de oro encima del que aparenta, una buena señal después de tanto viaje- 

Según tenía entendido el lugar eran las ruinas de un pueblo, era algo fantasmagórico todo pero me sorprendí bastante cuando Mako empezó a charlar casi en solitario aunque pude escuchar una suave voz sin saber que decía exactamente pero era incapaz de saber la conversación con las sandeces que soltaba Mako pero un poco después pudimos llegar al cementerio donde estaba la entrada del lugar.

Mako habló sobre que alguien se había tirado un pedo, vulgar pero cierto  -a mi no me mires, una mujer no haría eso estando con más gente- refunfuñe un poco mientras ponía mi mano sobre el florete

A medida que entraron en la extraña entrada del cementerio, su paisaje comenzó a cambiar radicalmente, sus pasos comenzaron a sonar mucho más fuertes, y su corazón comenzó a acelerarse. Notaron que estaban entrando a un lugar muchísimo más grande, y empezaron a oler un fuerte olor a putrefacción. Podían escuchar el sonido de algo girando, pero no podían adivinar que era, pero el lugar les entregaba una fuerte sensación de temor....

El suelo rocoso impedía su paso, había una extraña atmosfera en el aire, tan fuerte que ni la luz mágica podía pasar, solo una antorcha habría sido suficiente para poder iluminar aquella oscuridad impenetrable...pero si todo podía ser peor, se pudo escuchar varias voces alrededor, proviniendo de la caverna, y en medio de las estalagmitas de piedra aparecieron varios fantasmas de niños, adultos, pobladores…todos buscando devorar las almas de los pobres héroes que habían decidido entrar a aquél lugar maldito.

Arriba en el techo habían máquinas de tortura colgando de las fuertes estalagmitas de piedra, doncellas de hierro de las cuales goteaba sangre hasta el piso...y no era una, o diez...eran cientos de ellas.

- ¿vah tú  primero o voy yo?- pregunta Mako a Kalista. Miró a la muchacha, su herida, y le ofreció su escudo, una rodela para él, un aspis para ella.- toma ehto, no servirá contra lo fantahma, pero no noh quedaremoh musho aquí.

Toma una roca de buen tamaño y la arroja bajo las doncellas de hierro, algo hace que sangren y sospecha que podrían ser ellos si no tienen cuidado. Mira a los fantasmas y los interpela:

- ¿Qué  haceih ahi abajo? ¿vaih de shungo o me puedo fiá de uhtede?

La verdad que el lugar parecía cambiar drásticamente desde el cementerio, ahora nos encontrábamos en una caverna bastante siniestra donde poco podíamos ver además estábamos acompañados de un "dulce" aroma a muerte y descomposición que hacía todo un poco más ameno. No se podía decir que fuese el mejor lugar al que venir sobretodo con aquellos fantasmas rondando las estalactitas y las máquinas de tortura chorreantes de sangre sin duda el amo de aquí era un amante de las torturas.

Mako de repente habló y me asustó un poco soltando un pequeño grito, el ambiente ya estaba lo suficiente tenso con los fantasmas como para hablar de golpe -por diós, no me asustes hablando de golpe, bastante tengo ya asustándome yo sola, en cualquier caso creo que si vamos juntos da igual quien vaya delante o quien no- después de decir aquello Mako me dio un escudo para que me protegiera -muchas gracias, no he usado mucho un escudo pero seguro que me hes de muchísima utilidad, gracias de nuevo- la verdad es que parecía mejor persona de lo que me había parecido en la taberna, suponía que también debía ponerme en marcha. Mako comprobó que las máquina de tortura sangraban y parecía reciente aunque luego se puso a ¿charlar? con los fantasmas, -prometo que si le responden me abrazo a Mako y no lo suelto hasta que me saque de aquí- ahora solo tocaba avanzar

Todos escucharon como una risa diabólica comenzó a venir de lo más profundo de las cavernas, una risa que parecía estar en todos lados, y al mismo tiempo, en ninguno. AL avanzar sintieron como el sonido metálico se empezó a acercar a gran velocidad hacia ustedes, solo podían escuchar el silbido del aire. La oscuridad no los dejaba ver nada, las rocas les impedían el paso y los hacían tropezar continuamente…

Justo cuando escucharon el sonido, observaron al frente y solo pudieron ver el reflejo por un pequeño y único rayo de luz en medio de la oscuridad, observando lo que venía a toda velocidad hacia ustedes.

Una trampa giratoria cortante venía a gran velocidad hacia ustedes, solo vieron su reflejo, pero allí estaba, y cuando menos lo esperaban, las cosas empeoraron completamente para ustedes.

Observaron cómo los fantasmas se empezaron a materializar, y como si supieran de su estancia, comenzaron a acercarse, hasta que comenzaron a gritar y a lanzarse directamente sobre ustedes, buscando la sangre y almas de los vivos para vengar su propia muerte…