Partida Rol por web

- A lo que dice sir Harchet bien me sumo yo:  A las disculpas et al dar fe de su poco juicio. Bebed y olvidad las palabras vanas, pues no tienen ningún valor.

-Aqueste vino est meior que el su vino, catadlo  et decir pura verdad.¿ qué sus opinais?

Estendiendo el brazo hacia Sir Breunis le ofrece un pellejo de vino similar, que tambien cata antes de pasarlo.

Ignora a Sir Loren Leblanc.

Sir Loren directamente ignoró a los dos "caballeros" que vinieron a molestarlos, y cuando empezaron a repartir el vino, cruzó de brazos impaciente por marcharse y dejar atrás a aquellos dos hombres.

Disculpas aceptadas. Dijo Cedrik ya mas relajado gracias a la intervención de Sir Breunís y las excusas presentadas por los hombres. 

Sir Hachet le ofreció un pellejo de vino y el aceptó gustoso, tenía sed por el viaje y un trago no le caía mal a nadie, claro, siempre que fuera con mesura. El caballero celta conocía de vinos así que antes de probarlo le dio una primera olida, luego lo agitó para oxigenarlo y lo olió nuevamente, posteriormente se lo llevó a la boca y le dio un pequeño trago llevándolo rápidamente hacia la parte de atrás de su lengua, espero unos segundos y le dio un segundo trago, ésta vez más grande y lo mantuvo en su boca como si hiciera gárgaras para luego tragar. Al terminar ese proceso pudo determinar la calidad del vino, su edad y aromas. Agradeció el trago y le devolvió el pellejo a Sir Hachet, luego le llegó el vino de Sir Pillow y repitió el proceso.

-Les agradezco a ambos por vuestra generosidad, pero si me lo permiten caballeros les daré mi opinión sobre sus vinos para aclarar vuestra discusión. Ambos tienen un aroma afrutado, lo cual es agradable, pero lastimosamente Sir Pillow vuestro vino ha sido contaminado por mucho aire lo cual le da una acidez un tanto fuerte. Así que en mi humilde opinión... el mejor vino es el de Sir Harchet. 

Al concluir de dar su opinión Cedrik se percata que no le han ofrecido vino a su otro compañero así que se acerca a Sir Loren. Sir, ¿vos no queréis vino? Preguntó cortésmente. 

Breunís tomo el pellejo que le ofrecían y bebió con mesura. Al escuchar a Sir Cedrik desenvolverse tan bien en temas de vinos, tuvo que contenerse de no reir hasta haber tragado.

-Jajaja. ¿De modo que ese era entonces el motivo de que aquestos bravos caballeros tuvieran la lengua tan ácida como el vino?.- Con otro trago más le pasó el pellejo de vuelta a Sir Polow. No era quién para ofrezer las viandas de otro a un tercero si el primero no quería ofrecerlas. Además, el francés debería saber defenderse solo.

-Me encantaría cenar con usías, si me lo permiten, y con aquestos dos caballeros que nos hemos acompañado hasta el torneo para conocer sus historias y batallas. Y aunque el franco parezca poco presto a bailar, cuando blande la espada la mueve como doncella en fiesta.-

-¡ Cuidado sir Harchet que el joven sapiencia de vinos!.

-Fablais bien, et temome que necesiaré otro trago para apreciar ese aroma frutado del que me hablais.

Excusas no les faltan para seguir bebiendo

-En la cena todos los celtas habemus misma bancada. Creo que hay otra para los extranjeros, y habrá otra para sirvientes y gente menor, aunque no estoy ducho en los detalles cortesanos.

-Yo la acidez no la entiendo en el vino, a lo sumo en los limones.

- Et podeis dar por hecho el vermos en las cenas. No se si sir Polow  vera dobles por su uso y abuso de los bebedizos, pero ambos et más, alli estaremos. 

-Si me disculpan las sus señorias, aqueste duo de caballeros intrepidos tiene tareas pendientes.

-Seguir por esta vereda y en aquel estandarte, tornar a la derecha. Buscar una mesa llena de caballeros haciendo fila et apuntaros ante el "Heraldo del torneo"

Ambos caballeros cruzan en dirección apuesta a nuestros caballeros protagonistas. Unos van y los otros dos vuelven. No ha sido mala del todo la experiencia inicial con caballeros en este torneo. Al parecer ya teneis  dos contactos en el banquete.

Sobre  las monturas avanzaran, hacia el lugar indicado por los lenguaraces caballeros. ¿ o no?

Loren observó como los caballeros de marchaban del lugar, ya no sonreía, si no que su mirada era severa y calculadora. Sin más palabra que aquella, ignorando a sus dos compañeros de viaje, no por ellos, si no porque cuando se enfadaba prefería ir a su aire, y echó a andar hasta la dirección que los caballeros le indicaron.

Cedrik estaba emocionado, subió de un salto a su montura y avanzó hacia el lugar señalado por aquellos peculiares caballeros, al final no habían resultado ser tan despreciables, lo cual le recordó que no siempre debe dejarse guiar por las primeras impresiones. 

Esperaba con ansias inscribirse a la competencia, ya que a partir de ese momento oficialmente estaría siendo parte de la historia, pues Sir Cedrik de Catterick formaría parte del primer torneo organizado en esas tierras. 

-Caballeros. Comenzó a decir para que sus compañeros de viaje le prestaran atención. -Disculpad mi ignorancia y mi impaciencia, pero debo preguntar. ¿Cómo es un torneo? La curiosidad me ha ganado totalmente. 

Breunís avanzaba al paso en su montura, sumido en sus pensamientos cuando Sir Cedrik dijo algo que llamó suatención.

-¿Un torneo decís?- Tras un momento de silencio continuó. -He de confesar que nunca había estado en uno tan grande e importante. Durante un viaje a Gaula participé en unos pocos pero como mucho llegamos a diez caballeros.- Breunís detuvo su montura para no arrollar a un joven escudero que corría con un pellejo de vino en la mano, seguramente para su señor. -Normalmente se lanza caballero contra caballero con lanzas embotadas. Aquél que permanezca en la silla continúa en la siguiente ronda y así hasta que solo queda uno, que es el vencedor.- Espoleó ligeramente los costados de su montura obligándola a continuar. -Lo que no tengo idea, Sires, es como va ha hacerlo con tantos caballeros. Si justamos de uno en uno terminaremos con las primeras nieves me temo.-

Tras el parlamento con los otros caballeros, Sir Breunis y Sir Cedrik quedaronse retrasados hablando de las lindezas de los torneos y de su circunstancia. Aprovechó en estas Sir Loren, para avanzar por la zona de acampada en la dirección marcada por los otros caballeros. Sus dos compañeros, le siguen a distancia corta.

Por  el camino  se puede percibir el olor a hoguera y a hierba verde. Cerca de las tiendas están los caballos, mercancía valiosísima. Su olor también impregna el ambiente.

 Veis estandartes, pero la mayoria os son desconocidos. 

 . 

Estais bien cerca de la mesa del Heraldo del Torneo. Al parecer ademas de atender a caballeros, tambien se ocupa y se preocupa de coordinar a labriegos, soldados y gremios. Varios de estos se arremolinan en su mesa. Los plebeyos al veros se hacen a un lado. Mala cosa seria si no se respetase la autoridad ni la superioridad de un caballero.

Si las condiciones son favorables puede que haya sitio en el castillo o en las cercanías, si no tocará montar el campamento en la otra  zona, igualmente digna, pero de menor categoría que el abrigo del castillo feudal.

El hombre esta atareado y aunque echais en falta un poco más de cordialidad en el trato entedeis lo complicado de su tarea. 

-Nombre y procedencia.

-Sepan las vuesas mercedes  que el torneo se compone de los siguientes eventos:

-Dia primero, con la amanecida ceremonia de los yelmos y torneo de justas. Tras la comida competición de tiro con arco( cazar)

-Dia segundo, batalla campal a modo sin espadas y en la atardecida tras la comida, desafíos.

-Ni que decir tiene que el señor correrá con los gastos de alimento ,y curas   si fueren menester.

¿ Desean vuesas mercedes apuntarse a todos o algunos ?

Toda la charla la da sin levantar la mirada de sus papeles y sin alzar la mirada ante vos.

¡ bienvenidos et buen torneo!

Loren llegó antes que sus compañeros, y escuchando al hombre, recuperó la sonrisa y apoyándose en la mesa, le dijo:

- Ser Loren Leblanc, de Angers. Explíquese, como que batalla campal sin espadas. Que quiere decir con eso. Bueno, es igual, apúnteme a todas las competiciones, monsieur. - dijo impetuoso el caballero francés.

¿ por La batalla campal preguntais?:

 -Quedanse  divididos los luchadores  en dos bandos, local y visitante. Et  lucharán sin poderse usar el arma de  espada.Cualquier otra podria usarse.

-Sir Loren Leblanc, de Angers apuntose a todos los eventos. Amen.

- Pues menuda gracia entonces, está claro que sin mi arma favorita y con la buena fama de esta tierra con la lanza, está hecho para que los extranjeros no venzamos. Que vergüenza, monsieur. - dijo haciendo aspavientos. 

- Aquesta contienda con aquestas reglas es para hacer vistoso el uso de otroras armas. No obstante, sepa vuesa merced que las armas estaran embotadas para que el daño sea minimo. No estamos con ganas de de enterrar a ningun gentilhombre.

-¿Los sus compañeros caballeros, desean apuntarse en para algo o acaso son la vuestra escolta?

-No somos ninguna escolta heraldo, solo compartimos camino y destino en llegar aqueste torneo.- Breunís desmontó, se acercó a pie e hizo un saludo con la cabeza un tanto rígido y militar al antiguo estilo romano. -Sir Breunís me llamo, hijo de Sir Segundo Máximo e provengo de Silchester.- Habiéndose presentado, ya no necesitaba ser tan marcial y relajo la postura.

-Querría apuntarme a las justas del primer día y la batalla campal y desafíos del segundo con vuestra venia.-

El joven celta fue el último en bajar de su caballo, pues al ser el menos experimentado en cuantos a torneos prefirió esperar que sus compañeros se apuntaran para evitar cometer algún error. -Sir Cedrik de Catterick. Dijo con voz solemne, ya que la situación lo ameritaba. -Quiero apuntarme a la justa, la batalla campal y los desafíos del segundo día. El evento que más le llamaba la atención era la batalla, la lanza se le daba muy bien como a todo buen celta y la idea de una lucha de ese estilo era algo muy llamativo. 

Una vez terminó con el protocolo se acercó al caballeros francés. -La buena fama no es exagerada Sir. Dijo con una gran sonrisa. Retrocedió unos pasos para no tener muy cerca a alguien por si algo salía mal y sacó su lanza para hacer una demostración. La destreza del caballero con aquella arma era impresionante, la podía girar, lanzar, rotar con facilidad y gran velocidad; la manejaba con si de una extensión de su brazo se tratase. Al terminar semejante despliegue de habilidad Cedrik hizo una ligera reverencia agradeciendo a quienes lo habían visto y aguardó expectante la opinión de Sir Loren.