Partida Rol por web

Obligados a salir, abandonais la sala ejerciendo la cortesia, con la templanza, elegancia y gallardia aconsejada para estos casos.

Fuera de la sala, la guardia escolta, con armadura, cierra la puerta tras de vosotros.

Os toca esperar un rato, ocasión para hablar entre vosotros, o rolear a placer.

Mis señores, con su permiso entonces nos retiramos...

Sin llegar a darle la espalda en ningún momento, salgo de la habitación manteniendo la cabeza baja. Realmente esta ha sido una experiencia... memorable. Uff... ¡el rey en persona!

Cuando salgo miro a mis compañeros. No es bueno mostrarse tan alegre, pero... ¡era el rey, en persona! Trago saliva, aún no lo puedo creer.

Es... el rey, y nos ha hablado... conoce nuestros nombres...

¡Y yo que hace unos meses solo era un escudero! Tengo que tranquilizarme.

- Serenaos, Sir Flaín. - dijo Cadwallon, aunque él mismo estaba bastante sorprendido por el giro de los acontecimientos. - Esta es una gran oportunidad que no debemos desaprovechar. Tener la atención del Rey y poder ayudarle es realmente un golpe de suerte que nos puede traer grandes beneficios. Me pregunto qué tipo de misión quieren encomendarnos...

Me incorporo y haciendo una reverencia, salgo de la sala sin decir palabras. Una vez fuera, la sonrisa me llena de oreja a oreja. Estaba muy emocionado, muy contengo, muy incrédulo. 

- ¡Exacto! ¿Que tipo de misión necesita las virtudes de tan ilustre grupo? ¡No lo entiendo! Si tiene acceso a muchos Caballeros de mayor gloria que nosotros. ¿A que se debe que quiera de nuestros servicios?

Me quedo pensando en la palabras de Loren, y creo tener la respuesta.

Es evidente, sir Loren, que solo se me ocurre una posibilidad que responda a esa duda: la misión es una misión que requiere alguien que no sea muy conocido, con lo que no pueden optar a caballeros de más renombre que nosotros, que sea leal al rey Pendragón, y que sea hábil en las armas. Eso puedo deducir al menos de las preguntas que nos han sido formuladas. ¿Pensais que puede ser por otro motivo?

Cadwallon sopesó las palabras de sus compañeros y miró al más joven, asintiendo. - Creo que tenéis razón, Sir Flain. Caballeros jóvenes y poco conocidos, pero leales. - Se encogió de hombros. - No importa. Quizá esta sea el modo de ser más conocidos y, aunque no lo fuera, tener el favor del Rey no es cosa menor. Aún más, diría que es lo mejor que puede pasarnos.

- ¡Exacto! - Vuelvo a repetir con una sonrisa nerviosa - Eso mismo quería yo argumentar. Quizás la misión sea peligrosa, quizás debamos infiltrarnos en líneas enemigas, retar a duelo a criaturas mágicas. Las posibilidades son infinitas y el que hayan contado con nosotros es sin lugar a dudas un buen augurio. Y quizás nuestras vidas corran peligro. Pero somos leales al Rey Uther Pendragon. 

Afirmo entusiasta, mirando a la puerta. Sea cual sea, daremos nuestro mejor esfuerzo por llevarla a buen término, para mayor gloria del rey. Independientemente de la recompensa que den, o incluso si no hay recompensa. Creo que en eso estaremos de acuerdo.

Así pues, estemos preparados. No sabemos la misión, pero entre los tres podemos llevar a cabo lo que sea.

Cadwallon sonrió ante el entusiasmo del de Figsbury - Lo cierto es que, sea cual sea la misión que nos encomienden, coincido en que no podría tener mejores compañeros para llevarla a cabo. 

Me río ante los cumplidos de mis compañeros.

- Una pena no tener un buen vino para amenizar estar charla. ¡Estoy deseando que  nos digan que quieren de nosotros!

Tras acabar con la conversaciones, y tras un momento largo de silencio y de reflexión, tras pocos minutos, o acaso horas, pues el encuentro os había dejado un tanto descolocados, sois vueltos a llamar.

Esta vez no está haciendoos el llamado sir Neylin, solo el mismo sirviente de antes.

Estáis delante de la puerta del salón. Siguen estando los caballeros que velan por la seguridad de los de allí adentro. Esta vez estais más relajados  que antes.

Entráis y os mantenéis delante de todos aquellos grandes señores.

Caballeros, Doy por hecho, que aqueste tiempo, servido os ha, para reflexionar ¿seguís aun interesados en colaborar con la Corona? Si albergáis dudas, confesarlas agora et marchar, pero no os mantengáis acá,  si no estáis con nos, con toda vuestra alma, cabeza y corazón.

El rey espera respuesta  de los 3, a su pregunta.

Estar ante tan magna concurrencia me sigue poniendo nervioso, pero me adelanto y clavo mi rodilla en tierra, aunque mirando al rey por si hiciera el gesto de levantarme. Si lo hace, una vez de pie (o rodilla en tierra si no lo hace) digo:

Mi señor, nobles caballeros aquí reunidos. Mi familia siempre os ha sido fiel, y solo por eso yo lo soy también. No podría ser de otra forma, el honor de mi familia quedaría en entredicho si fuera de otra forma.

Pero eso no es todo. Aún si fuera un siervo sin honor, si fuera el último siervo que ha de vivir de las ratas que es capaz de cazar, y mi rey me pidiera hacer algún servicio para él, no dudeis, caballeros, que acudiría presto para vivir y morir por él.

Y, si aún eso no fuera suficiente, juro por todo lo sagrado, por mi familia, por mi honor, que he sido, soy y siempre seré leal al rey Pendragón, el legítimo propietario de las islas británicas.

Dicho esto espero, nervioso. No sé como habrá sonado, solo sé que lo he dicho de corazón. Ahora, espero que sea suficiente.

Cadwallon hinca su rodilla en el suelo, tal y como ha hecho Sir Flaín. 

- No soy sino un invitado en vuestras tierras, Rey Uther, pero ya he expresado mi creencia de que nadie sino Su Alteza merece el puesto de Alto Rey de Britania. Si puedo ayudar, en la medida de mis fuerzas, a que esa causa avance, podéis contar con mi espada, mi cabeza y mi corazón. - Unas palabras breves, pero expresadas con sinceridad. 

Me arrodillo como debe ser ante el Rey Pendragon, con la cabeza gacha y el orgullo floreciendo en mi rostro.

- He venido a estas tierras a ganar honor y gloria. Pero bien sabe Dios, que pondré mi espada bajo su mandato. Pues si algo puedo hacer por el Rey, lo haré. Su causa es justa y está bendecida, por lo que debe triunfar por encima de cualquier cuestión. Lucharé por vos y por vuestro reino.

Uther sonrie satisfecho, pero es el principe el que habla:

Parece que serviran.

Uther, hace gesto de dar la palabra a sir Elad, que además de ser castellano en Vagon también es el mariscal del condado.

Bien saben vuesas mercedes, que logres limita al oeste con el reino de Cornualles. Hace tiempo ya, que los llamados de ayuda en forma de caballeros et tropas, de los condados fronterizos con Cornualles, han sido sistemáticamente desoídos por aquellos condes et señores. Preocúpanos et mucho, la deriva peligrosa dellos para con Cornualles. Andamos descontentos con la actuación del conde de Tintagel.

El conde de Tintagel, excusase ante nuestros llamados, diciendo andar con escasez de tropas et cabaleros, muy necesarios según él, en defender las sus fronteras. Non sabemos si es falso o cierto, vos nos lo diréis.

Pausa real.

Vuestra misión, que damos por aceptada por vuesas mercedes, de lo contrario no estaríais acá, consiste en darnos referencias ciertas et buenas de lo allá acontecido.