Partida Rol por web

Butch iba a responder pero calla ante la iniciativa de Marcellete, se muestra muy interesado por ella ahora mismo, como si la acabara de ver por primer vez.

Fuera cuál fuera el efecto que había tenido la palabra de Marcellette, Karoi no escucha ningún sonido indicativo del mismo. 

Tras el comando de Marcellette, un holograma surge de un punto en la montura de sus gafas, mostrando lo que parecía la interfaz de un programa. En primer lugar hay un logotipo, sin nombre, que por su forma recuerda a cuervo. Tras eso, se abre un menú con una lista de opciones: Galería, Configuración de Funciones, Asignación de Botones/Comandos, Configuración de Interfaz. Además, en una esquina había un porcentaje que seguramente indicaba el nivel de batería del aparato, en ese momento al 80%. 

El aparato no era algo con lo que Butch se hubiera encontrado nunca en los suburbios. De hecho, la tecnología parecía mucho más avanzada que cualquier aparato con el que hubiera podido trastear. 

Tras eso, Marcellette vuelve a decir, en voz clara:

- Datos último registro.

De nuevo, no hay respuesta sonora a las palabras de Marcellette. Era fácil deducir que debían de estar observando alguna clase de pantalla. 

Me quedo un momento en silencio. Cuando vuelvo a hablar digo. - Te voy a dar un localizador con microfono. No tengo claro las consecuencias que pueden haber. Pero teniendo en cuenta lo que han contando sobre lo que pasó después de la fiesta y las personas que pueden estar involucradas. Me gustaría poder encontrarte si estás en problemas. -

Le doy un pequeño dispositivo que si se lo pone en un bolsillo puede pasar fácilmente desaparecibido. - No puedo mandarte mensajes con esto, pero podemos quedar con un código para pedir ayuda. Si haces una pregunta sobre zapatos que sean verdes, iré a tu localización para ayudarte a escapar. Si poco después hablas sobre el cielo, pensaré que has dicho eso por error y no iré a tu posición. - Me encojo de hombros y concluyo. - Si te sientes segura, después de unos días. Puedes dejar el microfono debajo de una maquina de venta automatica y lo recojeré. -

La interfaz parece ponerse a trabajar en algo, y tras un corto tiempo de carga, en la misma comienza a cargarse toda una cascada de datos, tanto fotografías cómo texto. La más representativa era una fotografía del hombre del casco que les había ayudado, debajo de la cuál se incluía un nombre en clave, Karoi Skozerny, y se mencionaba que su identidad era desconocida.

En el texto se le atribuían toda clase de delitos: Robo, intimidación, asesinato... Y las fotografías mostraban escenas en las que principalmente parecía que le habían pillado in-fraganti a juzgar por la perspectiva y el hecho de que Karoi estaba en movimiento o llevaba un arma consigo. No había ninguna imagen en la que se viera su rostro real.

Cada dato iba documentado con la fuente de información del cuál había sido extraído, principalmente noticias de la Red en blogs poco oficiales, que parecían más rumores y leyendas que otra cosa. Pero había una fuente de información que se repetía en diferentes ocasiones: Corgos [*]. Uno de los datos de esta fuente parecía de especial interés y es que mencionaba que era posible que Karoi estuviera trabajando para una organización conocida cómo el Gremio. No había muchos datos sobre la misma, y a Butch sólo le sonaba haberlo escuchado alguna vez de casualidad, pero al parecer era poderosa y disponía de toda clase de agentes, desde expertos en infiltración a simple matones, que se dedicaban a hacer trabajos para las altas esferas de Cele.  

Undine escucha todo con atención, como si su vida dependiese de ello y finalmente asiente. - De acuerdo. - ​Guarda el uniforme de soldado en una bolsa de basura que había cogido del garaje y se dispone a salir del coche.

​- Muchas gracias por ayudarme, y por preocuparte por mi. - ​Le dedica una preciosa sonrisa llena de agradecimiento y sale del coche.- ​Espero que algún día todo esto pase y podamos quedar y ir a tomar algo con Elisa. - Dice con dulzura.

- Je. Este juguetito no falla. Veamos... Ka... Karoi Skozerny. Ah, no es su nombre real. Vaya, ni esto sabe quién es. Vamos a ver... Corgos... ¿El Gremio?

Con voz confundida pregunta entonces a Julia y Butch.

- ¿Os suena esto de algo?

- Sé que estás poniendo mucha confianza en mi y Elisa. - El casco que llevo se esconde en un instante desapareciendo debajo de mi chaqueta. Releva una cara pálida, unos ojos de un azul claro y un pelo corto completamente blanco. No tengo arrugas pero si no fuera porque estoy hablando, podría pasar por un cadaver. - Quiero que sepas que no te vamos a abandonar. - Guiño un ojo y concluyo justo antes de que el casco vuelva a su sitio. - Estaremos en contacto.

Poco después de esto, el vehículo se detiene frente a la puertas de la mansión Korth y Undine baja, aliviada de estar por fin en su hogar. Ambos despiden amigablemente y el vehículo se marcha por dónde había venido. 

Mientras que el coche volvía a su destino, Elena habla por el interlocutor, alterada. 

- No se hasta que punto estoy a favor del riesgo que has tomado al enseñarle tu rostro hoy a dos personas. - Comenta en primer lugar. - Pero imagino que tenemos temas más urgentes que comentar. ¿Estás escuchando lo mismo que yo, verdad? ¿De dónde crees que está sacando Marcellette está información? 

Al ver que le muestra su rostro en un acto de confianza Undine se queda totalmente sorprendida y luego le sonríe, aunque con un rastro de tristeza en su mirada.

Undine asiente levemente y entra a la mansión.

Apenas habían pasado unos minutos desde que Undine había atravesado las puertas de la mansión cuando la voz del Administrador interrumpe su tranquilidad. 

- Señorita Undine. - Dice en primer lugar, para llamar su atención. - Seré claro. Antes de responder, deshágase de ese micrófono. No lo destruya, simplemente déjelo dónde no pueda escucharnos. Tras eso, póngase en contacto conmigo. Estoy convencido de que es consciente de que debemos hablar. 

- No tengo ni la más remota idea de como ha encontrado esa información. Si es capaz de conseguir información sobre el gremio eso convierte a la chica en un objetivo. Veamos cuales serán sus próximos movimientos. ¿Se te ocurre alguna manera de acceder a el dispositivo que está usando? Podría intentar escanearla en nuestro próximo encuentro.

Undine entra en la mansión, andando por los pasillos con el rostro ensombrecido.

Cuando se da cuenta se encuentra con que sin pensarlo había ido a su antiguo apartamento en la zona de los sirvientes. Así que vuelve atrás, hasta entrar en su dormitorio actual. Allí deja el micro en un cajón y entra en el baño, abriendo el grifo para llenar la bañera.

​- Antes que nada.- ​Empieza a decir seria.- ​Espero que sea consciente del acto de confianza que he hecho al contar lo de mi amigo. Es algo que no habría contado ni bajo tortura, pues se que le pongo en peligro al mencionarlo, y le prometí que no lo diría a nadie. Al hacerlo he roto la promesa que le hice.- ​Hace una pequeña pausa.- ​No iba a contarlo.. iba a llevármelo a la tumba si hacía falta. Quería encontrar una solución por mi misma, sin tener que involucrar a otros. Pero temía que si seguían investigando pudiesen llegar a él y verlo como un enemigo... Con el carnicero allí no iba a arriesgarme a que le matase por un malentendido... Ahora saben que está de su parte. Al igual que usted y quienes sean que trabajen para Crow. Espero que den buen uso a esa información...- ​Respira suavemente un par de veces, intentado serenarse.

-​ Y segundo. - ​Añade algo molesta. - ​Si no es que ya lo he perdido todo después de esto... - ​Hace una pausa. - ​Ya se que mi "contrato" ha cambiado desde que usted me hace... de niñera. Pero Crow dejó claro que mis misiones no pondrían en peligro mi imagen ni mi reputación. No crearían sospecha. - Hace una pequeña pausa.- ​Y enviarme a una taberna llena de soldados donde no pinto nada y luego a un edificio donde había una redada es enviarme directa a una sentencia de exilio, o peor. Debe tener en cuenta cual es la herramienta que tiene entre sus manos y donde es mejor usarla.

​Tras eso parecía que ya se había desfogado un poco.

- ​Ahora si, diga lo que quería decirme. - ​Dice con la voz serena pero con un rastro de cansancio.

Undine tarda bastante en obtener una respuesta, tanto que durante unos minutos parecía que su fogonazo había llegado a oídos sordos. Pero para cuando el Administrador habla, su voz es fría.

- Señorita Undine. Comete un error al pensar que no puede confiar en nosotros, debería tener claro que si las cosas han llegado hasta este extremo fue por su acto de traición hacía Crow y que una vez que se terminen sus misiones está perdiendo una oportunidad de oro si nos tacha cómo enemigos. - Pequeña pausa. - No negaré que está no era la misión más adecuada para sus habilidades, pero ese es un error que no volveré a cometer... A pesar de ello, considero la información recopilada suficiente cómo para darla por completada, aunque confió que en un futuro no se plantee ocultarnos datos que podrían ser de nuestro interés, por el bien de nuestra relación. - Pequeña pausa. - Su misión ha terminado. Nos pondremos en contacto con usted cuando deba comenzar su tercera y última misión. 

Y entonces se corta la comunicación. 

- Depende de lo que sea, no creo que resulte tan sencillo. - Dice Elena, poco segura. - No veo nada sospechoso en las grabaciones que tengo, por lo que debe de llevarlo oculto. Tendremos que confiar en que después de haberlo sacado ahora, no se tome demasiadas molestias para volverlo a esconder. 

- Entiendo. Estaré atento. - Repaso mentalmente el plan. - Voy a volver al piso. Creo que deberíamos preparar comunicadores para el grupo. Por otro lado, sobre la información que han dicho. ¿Has podido encontrar mas información en la Red para darle contexto?