Partida Rol por web

Una vez que Karoi estaba fuera de escena, el grupo se mete en la habitación contigua al garaje, la misma en la que se había metido Karoi y Butch anteriormente. Había una estantería con libros polvorientos, un escritorio y varias sillas amontonadas en una esquina. En una caja bajo el armario encuentran la comida de la que hablaba Karoi, suministros básicos enlatados. No había mucho que hacer allí, por lo que deciden "deleitarse con ese manjar", pues el cansancio y los nervios les habían dado hambre. Ponen tres sillas alrededor del escritorio tras sacudirle un poco el polvo a todo y comienzan a comer en silencio. 

- Así que... A esperar de nuevo, eh... - Dice Julia, frustrada. - Casi parecía que íbamos a comenzar a poder hacer algo cuando hemos tenido que salir de allí. - Mira a su alrededor. - Pero sólo hemos acabado en un sitio peor. 

- De eso nada.

Tras pegar otro bocado a la comida Butch añade.

- Nos vamos, tenemos que encontrar vuestro contacto.

Julia mira a Butch, sorprendida.

- ¿Nuestro... Contacto? ¿Te refieres a Matrika? - Dice sin acabar de comprender. 

- ¿Vosotras queríais ir, no? Una cosa es colaborar con nuestro... compañero, y otra es esperar aquí como peleles.

Butch se endereza y dice con tono firme.

- Solucionaremos esto por nuestra cuenta, y si quieren ayudarnos mejor, pero no les necesitamos.

Marcellette parece decidirse, después de varios segundos que parecía que quería intervenir, a decir algo.

- Y... ¿qué pasa con el señor Juárez? Si le pasa algo jamás me lo perdonaré...

Julia pone una mueca de preocupación y le pone una mano en el hombro a Marcellette. 

- Marcellette... No hay mucho que podamos hacer por él sin tener ninguna pista de su paradero. Estoy segura de que el señor Boake está haciendo todo lo posible para dar con él... Y de forma más efectiva pues al menos no es un fugitivo. - Niega con la cabeza y mira a Butch. - Si nos vamos a marchar, no perdamos más el tiempo. Claro que no podemos simplemente pasearnos por ahí hasta llegar a la biblioteca. ¿Alguna idea?

- Si estuviéramos en los suburbios tendría varios caminos para elegir, pero desconozco esta zona, ¿Sabéis si hay alguna especie de ruta poco usada?

Butch mira a Marcellete.

- ¿Esa máquina tuya no puede ayudarnos?

- ¿Para buscar una ruta? Pues la verdad... no lo sé.

Marcellete enciende su juguetito y dice sin mucha seguridad en sí misma.

- Camino más rápido a la biblioteca de Cele.

Para la sorpresa de incluso Marcellette, un servicio de GPS se muestra ante ella, que posteriormente enseña también al resto. La aplicación le permite también realizar filtrados adicionales, entre los que Marcellette puede seleccionar que las zonas no sean vigiladas y que estén poco frecuentadas en general. Tras realizar este filtrado, la ruta más corta se muestra en pantalla, parte de la cuál volvía sobre los pasos del camino que habían tomado para llegar hasta ahí. [*]

Teniendo clara la ruta que iban a tomar, el grupo decide esperar hasta la noche para encontrarse con el menor número posible de personas y, con Butch al volante del vehículo que había robado Undine, se ponen en marcha. No tenían demasiadas esperanzas de encontrar nada allí a esas horas, pero cómo mínimo podrían pasar la noche en la biblioteca. No había cámaras de seguridad allí, según les informa Marcellette, y además ella tenía las llaves para entrar. 

Aunque se pasan en tensión y silencio todo el viaje, finalmente consiguen llegar hasta la biblioteca, dejando el vehículo aparcado en un callejón. 

Con el coche apagado y mirando al frente, en el asiento y con las manos en el volante Butch habla antes de que nadie se baje.

- Vosotras la conocéis verdad? En persona.

Butch pausa un segundo para añadir.

- Temo llamar la atención, quizás debería mantenerme a distancia.

- Sí, la conocemos. Aunque ahora no habrá nadie en la biblioteca, no hace falta estar en guardia. Mi jefe... el señor Vanguard, dueño de la biblioteca, debería llegar por la mañana. Con algo de suerte sabrá donde está su hija. Ahora mismo, es nuestra mejor opción. Si no sabe donde está... es posible que ya esté en los suburbios.

- Me vale.

Butch sale del coche y se estira.

- Las damas primero.

Dice, invitando a Marcellete y Julia a salir del vehículo.

Marcellette sale y, como muestra de su creciente paranoia, se encoje y mira a ambos lados para comprobar si había alguien. Pese a lo desierto de la zona, procura hacer el mínimo ruido posible mientras se acerca a las puertas de la biblioteca y saca sus llaves para abrirlas.

De forma similar Butch observa los alrededores mientras espera a que Marcellete abra la puerta.

Aunque tarda un poco por los nervios, Marcellette consigue abrir la puerta y entran en la biblioteca sin mayor inconveniente. A pesar de los humildes orígenes de Butch, era evidente que aquel lugar era una reliquia antigua comparado con el resto de Cele. Había cientos de libros en las estanterías, que por el polvo acumulado en algunos debían de datar de hacía muchos años. Y lo mejor de todo, no había ninguna clase de sistema de vigilancia. Lo más tecnológico que había era una pantalla situadas cerca de cada estantería que en ese momento estaban apagadas. 

Viendo que cómo ya esperaban no había nada en la biblioteca, Marcellette les lleva hasta la sala de empleados, lo bastante cerca de la entrada cómo para escuchar cuando alguien entrara y lo bastante lejos cómo para que no los pillaran de improvisto. Además, estaba conectada con el acceso al almacén que a su vez contenía la puerta trasera del edificio. 

En la sala de empleados se instalan lo mejor que pueden, sin llegar a perturbar demasiado las cosas que allí había pues no querían dejar demasiadas pistas de haber estado allí. Y una vez que se terminan las cosas que podían hacer para mantenerse distraídos se ven forzados a volver al tema realmente importante: ¿Cómo iban a salir de la ciudad? Ningún plan parecía totalmente acertado, sobretodo cuando llevaban con ellos a una alarma con patas cómo era Butch. 

Tras aproximadamente una hora de discusión sin frutos, deciden que el sueño se estaba apoderando ya de todos, así que Butch hace la primera guardia mientras que deja que Marcellette y Julia den una cabezada.

A pesar del sueño, ninguna consigue pegar ojo y definitivamente se despiertan por completo cuando escuchan a alguien picar a la puerta de la biblioteca. Lo primero que hacen es asegurarse de la hora, pero era ridículamente temprano para que fuera un paquete y no podía ser Gregory ni ninguna visita esperada a aquellas horas. 

Butch se posiciona cerca de la puerta intentando no hacer ruido.

Espero que esto no acabe como la última vez.

Tras aproximadamente un minuto de tenso silencio, vuelven a picar a la puerta con un poco más de insistencia. 

Butch mira a Marcellete y Julia y hace el gesto de una boca abriendo y cerrandose con una mano.