Partida Rol por web

Undine le devuelve el abrazo afectuosa.

- Fran, te he echado de menos. - Dice contenta apretando suavemente el abrazo. Al soltarse le mira con su dulce sonrisa. - Margeryth está bien. Solo un poco... Ejem... Bastante sobreprotectora despues de lo de la fiesta. - Sonríe lastimera.

- Siempre ha sido como una madre para mi pero estos días incluso ella misma actua como tal. Quizás me la han cambiado y no me he dado cuenta. - Bromea.

Le mira, estando a su lado se sentía más tranquila, las preocupaciones se desvanecían un poco.

- ¿Y tu? ¿Estás bien? ¿Todo sigue como siempre?

Frank se encoge de hombros y se sienta. 

- Para bien o para mal, todo sigue cómo siempre. - Dice derrotado. - ¿Que tal tú? ¿Has tenido muchos... "problemas"? - Añade algo preocupado. 

- Algunos... - Sonríe lastimera.

- Pero no quiero hablar de ello aún. Quiero disfrutar como siempre hacemos. Ya habrá tiempo luego.. de hablar de problemas. - Dice con seguridad y una pequeña sonrisa. Se sienta y juntos piden lo que iban a comer.

- Me parece adecuado. - Dice Fran al tiempo que asiente, con una sonrisa más sincera. Una vez que ya han pedido menciona. - No he escuchado sobre ninguna actuación tuya estos días, ¿No tienes ninguna pendiente? - Pregunta con curiosidad. 

Undine suspira.

- Margeryth no me deja... Y eso que le he insistido bastantes veces que no me va a ocurrir nada... - Dice poniendo una pequeña mueca de frustración con los labios.

- Le conté lo que te conté a ti, de mi... trato y mi situación. Lo que tenía que hacer. Y después de contarlo pasé de tener que buscarme un manager nuevo y ir a vivir por mi misma a vivir en la mansión y ni hablar de actuaciones... - Suelta otro suspiro y remueve con la cucharita el té que se había pedido. 

- Soy como una niña con una madre sobreprotectora ahora. - Sonríe lastimera. - Me muero de ganas de actuar. Estoy a esto de ponerme a cantar en la calle. - Bromea riendo suavemente.

Fran sonríe, divertido.

- Si es tal y cómo lo cuentas... Parece que tienes suerte de que al menos te deje salir a la calle. 

- Pues si... Aunque lo entiendo, cada vez que salgo a la calle termino metida en algún lio. - Cuenta sonriendo lastimera. - La otra vez que salimos a comer terminé perseguida por un grupo de admiradores y logre escapar porque un fan invisible me ocultó en un antiguo almacén. Aunque luego no me dejaba salir... - Se encoge un poco con su incómoda sonrisa.

- De hecho... - Se levanta y con su laser da varias pasadas rápidas a su alrededor. - Me sigue a todas partes... Le llamo Smith ya que no quiere decirme quién es. Solo se que es un niño de unos 13... creo... Por estatura.

Era evidente que Fran no estaba seguro de si reírse o preocuparse por aquello. 

- Sin duda... Cómo mínimo nunca te aburres. - Entonces parece darle vueltas a algo antes de decir. - Se que sueles querer pasar desapercibida y tal, pero... Con todo lo que te está ocurriendo últimamente. ¿No te parece que deberías comenzar a plantearte tener un guardaespaldas? No sería descabellado para alguien de tú nivel... Y siempre podrías pedirle que te siguiera en la distancia. 

Undine vuelve a sentarse y piensa en ello.

- No lo se... No quiero añadirle más gastos a Marheryth... Y menos ahora que no gano nada. - Pone una mueca con los labios, frustrada. - Si que me sentiría más segura, pero a la vez, tener vigilancia constante... creo que me quitaría libertad... Aparte que entonces terminaría metido en... mis misiones. - Suspira.

​- Aunque ya solo me queda una de tres. Brindemos por eso. - Levanta su taza de te.

Fran mira a Undine, extrañado.

- ¿Sólo una de tres? ¿Quieres decir que ya has hecho tu segunda misión? - Mira a Undine con cierto temor. - ¿En que consistía esta vez? 

- Encontrar a la bibliotecaria que estaba con el carnicero en la fiesta.- Baja la taza viendo que Fran no iba a brindar con ella y mira a su alrededor para asegurarse que nadie les escuchaba.

Le había enseñado la grabación del bot de servicio de la fiesta, así que podía saber a quién se refería. Solo había una mujer en el video.

- Fue una locura... No se como logré salir de allí. Aunque tenías razón. Butch no es malo... al menos no me lo pareció.

- ¿E-el carnicero? - Dice Fran, subiendo la voz un poco más de la cuenta, por lo que se fuerza a reducir el tono. - ¿P-pero que es lo que ha pasado? ¿Cómo...? ¿Dónde lo encontraste? ¿Que es lo que se suponía que tenías que hacer con esa bibliotecaria exactamente?

Undine le cuenta lo sucedido. 

Empezando por su acto de rebeldía por el cambio de su contrato y cómo ahora a cada mínimo acto de rebelión un rumor sobre ella sería propagado. Con ello le cuenta que era ese “noble misterioso” el que la había descubierto. Ya no le sabía mal contárselo. Fran sabía el aprecio que ella le tenía a Crow, ahora podría entender mejor su situación. Tambien ver el dolor que le provocaba que la tratase así.

- Así que... Si alguna vez te llamo Francisco... Esa será mi señal de que estoy llevando ese maldito cacharro en la oreja... y estan registrando todo lo que veo y escucho. - Dice molesta, pero con resignación

Fran había estado escuchando con seriedad y preocupación las palabras de Undine. Cuando termina, tarda unos segundos en asentir. 

- Lo tendré en cuenta. - Dice, aún algo ido. Entonces parece decidirse para añadir. - Este trato que hiciste... ¿Crees...? - Pone una mueca. - ¿Crees que de verdad parara a las tres misiones? Si de verdad tienen suficiente información para incriminarte... 

- No lo se... Quiero creer que si. Tampoco es que tenga otra opción... - Suspira. Ahora que lo pensaba, parecía que ambos estaban en una situación parecida, los dos estaban siendo extorsionados, obligados a hacer algo que no deseaban.

- Al principio accedí porque quería compensar mi traición a Crow... Quería ayudarle y demostrarle que podía confiar en mi, pero ahora... - Pone una pequeña mueca, resignada. - Supongo que nuestras situaciones no son tan diferentes... - Sonríe con tristeza.

- S-supongo que no... - Dice Fran, algo nervioso por algún motivo. - Claro que a mí no me obligan a arriesgarme tanto cómo a ti, creo. - Se encoge de hombros, pensativo. 

- ¿Tu estás bien? Con lo tuyo me refiero. - Pregunta con voz suave, mostrando preocupación. - ¿Has hablado con ellos? ¿Alguna novedad?

Fran pone una mueca. De pronto parecía mucho más cansado. 

- No han vuelto a contactarme, pero... - Se inclina hacía adelante, para hablar con Undine con más discreción, a pesar de que en aquel lugar tenían discreción de sobra. - Cuando he salido de la oficina... Había un vehículo aparcado delante. Llámame paranoico, pero... Me ha dado la impresión de que me vigilaban. 

- Quizás... quieren asegurarse que no huyes o pides ayuda. - Dice preocupada, acerca a su mano a la de él y la coge, afectuosa. - Sabes que me tienes para lo que haga falta. - Dice con decisón.

- Lo se, lo se. - Responde Fran, intentando sonreír un poco. - Aunque no entiendo porque ahora. Nunca lo hicieron al principio y he demostrado ser colaborador, o al menos eso creo. - Suspira. - O quizás sólo se han vuelto descuidados hoy y siempre han estado ahí, no lo se.