Undine seguía con su baile, aunque sin perder de vista la deformación.
- Podrías hablar conmigo en vez de dejarme notas. - Dice con voz calmada y deja de bailar mirando serena hacia la distorsion. - Es posible que esta sea tu última oportunidad de hacerlo.
Durante unos segundos no obtiene respuesta, hasta que finalmente una temblorosa voz le responde. Cómo siempre, no estaba claro si provenía de un hombre o una mujer, ni siquiera su edad. De hecho parecía ligeramente distorsionada respecto a la última vez, pero era fácilmente reconocible sólo por el tono.
- ¿P-p-porque...?
- ¿No lo sabes? - Dice con una amable sonrisa mientras da un paso hacia delante con la intención de salir del agua.
- Después de hoy es posible que no vuelvas a verme.- Era mentira, por supuesto. Pero quizás colaba.- Así que por qué no aprovechas que te permito estar en este jardín y te sientas a hablar conmigo? - Mira hacia la distorsión poniendo carita de pena, buscando persuadirle.- ¿No quieres hablar conmigo?
Algo retrocede en el césped cuando Undine da un paso hacía adelante.
- ¿P-por qué? - Repite la voz, de forma torpe. Ahora parecía preocupada.
- ¿Por qué que? - Pregunta dando otro paso. - ¿Puedo leer tu nota sin que salgas corriendo? ¿O te da vergüenza?- Le mira pícara. De ese modo daba a entender que no se movía hacia él sino hacia la nota.
A pesar de sus palabras, a cada paso que da Undine, la entidad invisible da otro paso.
- ¿P-porque no podré verte? - Dice mientras retrocede.
Undine termina por llegar frente a la mesa y coge la nota. Era bastante simple, y estaba escrita a ordenador.
"Angus Fellgiery es peligroso. Por favor, no te acerques a él."
Undine mira la nota y luego mira a la distorsión.
- A mi me pareció un hombre bueno y sin malas intenciones. - Si, claro. - Incluso me propuso ir a actuar para él alguna noche en su mansión.- Sonríe con su sonrisa más inocente y pura. Quizás así llegaba a su parte protectora y le daba algo más de información.
Luego le mira algo preocupada. - ¿Por qué dices que es peligroso? ¿Hay algo de él que deba saber?
- ¡N-no debes actuar para él! - Dice forma imperativa y apresurada. - E-es un hombre peligroso. Es... - Se queda callado bastante rato. - Le hace cosas a las chicas. Cosas malas.
- ¿Cosas malas? - Pregunta fingiendo confusión, mostrandose indecisa. - ¿No será un malentendido? ¿Qué es eso tan malo?
- N-no lo se... Mi padre no me... - Se calla de pronto, consciente de había dicho más de la cuenta.
Undine sonríe con dulzura. - Ahora ya lo has dicho, no sirve de nada callarse.- Dice intentando tranquilizarle.
- ¿No hay nada más que puedas contarme para que pueda protegerme? ¿O alguien que me pueda ayudar? - Dice mostrándose fragil y vulnerable. - Soy solo una pobre artista, hay peticiones y citas que no puedo rechazar. Y mucho menos de Angus Fellgiery. - Hace una pausa y mira en su dirección. - Si quieres ayudarme, ahora es el momento de hablar conmigo para que pueda estar a salvo...- Pronuncia aquellas últimas palabras como quien pedía ayuda.
- N-no... - Responde la voz al tiempo que el ser invisible retrocede otro paso. - No se... No hay nada más que p-p-pueda decirte. M-me gustaría, pero... ¡No! N-no puedo. - Se queda callado, respirando de forma forzada. Y cuando parecía que no iba a decir nada más dice pronto. - ¡Ah! S-s-si que hay algo... ¡E-en la fiesta! Y-yo estaba ahí. C-cuando volviste al camerino con Lady Korth, yo me adelanté... ¡El señor Fellgiery t-te estaba esperando! ¡No lo encontraste de casualidad!
Undine le mira con extrañeza. - ¿Entraste en mi camerino cuando volví con Lady Margareth?
- N-n-no no no no no no. - Responde la voz de forma apresurada y aparatosa. - N-n-nunca v-voy tan lejos.
Algo la hacía creer que decía la verdad. Al menos no habría escuchado la conversación con Crow.
- ¿Puedo preguntarte algo? - Dice con una amable sonrisa. Sin esperar respuesta pregunta. - ¿Por qué haces esto? ¿Por qué me sigues oculto?
El ser invisible dar un paso hacía atrás, pero no responde.
- Está bien. Como quieras.- Dice con desinterés como si le diese igual.
- Quería saberlo antes de irme de Cele. - Añade como si nada mientras le da la espalda.- Pero supongo que no merezco saberlo, y tampoco volveras a verme así que... Supongo que esto es un adiós. - Dice con un rastro de pesar en la voz.
- ¿P-pero c-c-cómo que te vas? - Dice con desesperación en la voz. - ¿P-por qué? E-es mentira, ¿V-verdad? L-lo dices para que te diga la verdad. S-se que Lady Korth te cambio de habitación hace poco, no lo h-hubiera hecho si te fueras.
Que supiera aquello no era sorprendente, pues Undine había visto que había aparecido más de una filtración sobre este dato en la Red. Seguramente a algún miembro del servicio se le habría ido la lengua. Esto había originado algunos rumores molestos, cómo que sólo ahora que Undine estaba ganando éxito Margeryth le iba a permitir estar en la mansión, para no perderla. Al parecer, los intentos de Undine por eliminar esta información no habían surtido efecto.
- Estoy en la mansión precisamente por que me voy en unos días. - Dice como si fuese obvio. - Así podían ir enviando todas mis cosas a mi nueva direcció y mientras puedo llenar todos los papeles junto a Lady Korth sin tantas idas y venidas.
De unos pasos en contra de la dirección donde estaba la voz, alejándose, y se gira buscando la distorsión con la mirada serena. - ¿Así que cuales son tus últimas palabras para mi?
Durante un largo período de tiempo no hay respuesta, de hecho esta todo tan silencioso que Undine sospecha que se está imaginando ya la distorsión y que su misterioso perseguidor había desaparecido. Y de pronto lo escucha, algo muy leve, un susurro que no pretendía ser escuchado. Pero no entiende el contenido del mismo.