Partida Rol por web

Tras haber hecho todos los análisis pertinentes sale del lugar y se apura para llegar al taxi. Con las huellas podía ver el tamaño de pie, eso podría orientarla a la edad, o al menos, al tamaño de la persona. Llevaba guantes. Si no hubiese sido así podría haber intentado buscar alguna huella. Pero bueno... Ya vería si encontraba algo. Le divertía hacer de detective.

Llega al taxi y se sube en él. - A la mansión Korth, por favor.

El taxista, que era un PABOT cualquiera, simplemente asiente y empieza la marcha. En la tranquilidad del vehículo, Undine puede por fin relajarse de la odisea que había vivido. El coche la deja frente a las puertas de la mansión Korth, pues no tenía autorización para entrar dentro. Una vez por fin en casa y segura, Undine aún tenía la libertad de hacer lo que quisiera o ir a ver a Margeryth. 

Va a su cuarto, allí coge su tableta, y sale fuera. A los jardines. La red llegaba donde fuese, así que podía investigar mientras descansaba, al fín, en un lugar tranquilo.

Se sienta en uno de los bancos con vistas al lago y empieza a investigar. Buscaría primero la identificación y todo lo que pudiese sobre ese espía que tenía. Empezaría por el calzado, que era lo más directo. La talla y que tipo de zapatos eran, quizás eso la comducía a algo. Luego investigaría sobre el almacen de armas. Su espía sabía el código, quizás era un antíguo trabajador... o si la voz era real.. el hijo de algún trabajador.

Undine no tarda demasiado en encontrar resultados parciales para ambas búsquedas. 

Sobre el calzado no tiene problemas para encontrar el modelo, que se trataba de un bota sencilla de una marca bastante común entre la nobleza. También puede saber que el número era bastante estándar, podía valer tanto para alguien adulto cómo para un joven con los pies especialmente grandes.

Sobre el almacén no encuentra tanta información. Sabe que la seguridad del mismo está al cargo una de las compañías de seguridad más expandidas de Cele, Payne Security Systems (O PaSS, para abreviar). Eso tampoco decía demasiado a juzgar porque distribuía toda clase de productos a todo tipo de empresas, por lo que no era raro ver su logotipo por todas partes. El almacén en sí no figuraba cómo propiedad privada de nadie en aquel momento, seguramente lo habían abandonado o se habían olvidado de él. 

Bueno.. al menos podía descartar que fuese álguien de fuera. Aunque también podrían estar comprando las botas y llevarlas fuera de la ciudad.

En verdad todo aquello no le revelaba nada seguro...

La voz podía ser ser real y ser un o una joven de pies algo grandes, o ser un modulador y entonces a saber qué sería...

No quería molestar a Margeyth con la história de su espía misterioso. Ya tenía suficiente con todo el estrés que estaba cargando.

Primero buscaría información oficial usual de los Payne en la red. Búsquedas básicas que cualquier ciudadano tendría acceso a ellas. Buscando familiares, quien sabe.. quizás salía algún familiar con esas botas en alguna foto. No creía tener esa suerte.. Tampoco significaría nada.

Luego buscaría sobre los própios productos de seguridad que ofrecía o solía usar la empresa. Especializándo su búsqueda en sistemas de camuflaje y moduladores de voz. Debía haber dispositivos que anulasen el funcionamento de esos artefactos.

Y finalmente contrastaría la información con lo que se decía de los Payne en la parte oscura de la red.

Los Payne eran una familia casi tan antigua cómo los Khanforn y habían sido los precursores de muchas de las medidas de seguridad que ahora adoptaba Cele. Si buscabas sobre ellos la mayoría de datos que podían encontrar eran relacionados a los éxitos de su empresa y su catálogo de productos, entre los que destacaban sistemas de vigilancia, controles de acceso cómo detectores o puertas y toda clase de soluciones para proteger tu identidad también dentro de la Red. La única figura pública a nivel familiar era el líder de la empresa, Laurence Payne, un hombre al que se consideraba tremendamente inteligente. 

Ni siquiera si se buscaba en los rincones más oscuros de la Red se podía encontrar información de sus relativos. Un hombre a la cabeza de gran parte de la seguridad de Cele no podía permitirse el lujo de revelar la identidad de aquellos cercanos a él a riesgo de que les pudiera pasar algo por culpa de ello. Además, era evidente que los mejores sistemas se seguridad se los guardaba para él ya que se hablaba de la mansión Payne cómo de una fortaleza mejor protegida que la propia torre del Líder Supremo, a pesar de que no se podían encontrar detalles sobre el interior. 

Entre los productos de PaSS, Undine no encuentra nada relacionado con mecanismos de camuflaje óptico. Esa línea de trabajo era más propia del ejército o de SIBOTs de última generación que ya lo llevaban incorporado. También se podían encontrar con facilidad trajes con camuflaje óptico en el mercado negro, aunque las cifras que se pedían por esta clase de equipo eran bastante exageradas. 

Undine suspira frustrada.

Pues nada. Supondría que era álguien que podía permitirse ese lujo, el de tener un traje de camuflaje. Aunque si era así no entendía... podría pagarla perfectamente. 

No le había hecho nada pese a tenerla encerrada dentro de un almacen, si solo quería verla o hablar con ella... no sería aún mejor poder contratarla y que le atendiese como acompañante?

Alguien que se escondía de ese modo... Ocultar su identidad no significaba nada bueno... Pero había tenido la oportunidad y no lo había aprovechado No lo entendía... No entendía lo que quería.. Quizás solo quería verla de lejos.

Agh... Esforzarse por averigüar aquello no tenía sentido. No ahora almenos. Tenía algo mucho más importante. Su gran actuación. Cualquier otra cosa carecería de importáncia. Así que intenta despejar de su mente todo el tema del espía y centrarse en pensar cómo sería su actuación.

Andando se acerca al lago, necesitaba inspiración, sería perfecto poder bailar sobre el agua, haciendo ondas en la superfície  con sus movimientos. Se preguntaba si habria dispositivos que permitiesen algo así.

Se descalza y entra un poco en el agua empezando a hacer pequeños movimientos de baile dejándose llevar. Su vestido azul vaporoso bailaba en el aire creando una perfecta imagen mientras bailaba en el agua. El viento y el agua eran una buena inspiración, dejándose guiar por las corrientes y los movimientos que ella misma provocaba en el agua.

Dentro de esta tranquilizadora armonía de movimientos de baile, Undine consigue olvidarse de sus preocupaciones y el tiempo termina por pasarse volando a su alrededor. La hora de su función se comenzaba a acercar ya cuando cómo uno de los sirvientes de la mansión la va a buscar, por lo que Undine se da prisa para volver y preparase. Se arregla el pelo y elige un traje bajo la supervision de Margeryth (De vez en cuando encontraba un hueco para juzgar el cómo se arreglaba). Sin embargo, una vez que está lista, Margeryth le informa de que no iba a poder ir hoy, que con el lío de la celebración del cumpleaños del Líder Supremo aún tenía cientos de llamadas que hacer. Aunque eso apenaba un poco a Undine, sabía que no había posibilidad de que convenciera a su agente de lo contrario. 

El viaje hasta el Club Paraíso es tranquilo, lleno de expectativas de una velada tranquila y con ganas ya de reunirse con su misterioso admirador somnoliento. Allí la reciben con la cordialidad habitual y le preparan incluso una habitación para que hiciera los últimos preparativos antes de la actuación. 

Undine estaba a solas, ensayando su entonación, cuando de pronto alguien pica a la puerta. 

Estaba todo listo, era una actuación rutinaria, aunque era bastante perfeccionista así que siempre quería que todo estubiese perfecto, fuese el tipo de actuación que fuese.

La llamada a la puerta la sorprende un poco. Sería para avisar que ya tocaba? 

- ¿Si? - Dice desde dentro mientras se asegura que su imagen está perfecta.

- Undine. - Dice la neutra voz de William desde detrás de la puerta. - Soy yo. 

Aunque aquella visita era un tanto inesperada, Undine no tiene problemas con dejarlo entrar. Vendría a darle un consejo de última hora quizás. La puerta se abre y William entra en el interior de la habitación, tan recto y elegante cómo siempre, demasiado firme para parecer un humano. Cierra la puerta tras de sí. 

- Margeryth ha contactado conmigo esta tarde. - Dice con su tono habitual, cómo si de la explicación propia de un documental se tratase. - Ha mencionado que hoy actuabas aquí por lo que he considerado oportuno pasar a saludarte. - Inclina la cabeza brevemente a modo de saludo. 

- Oh, Will. - A veces le dejaba pasar ese apodo, a veces la corregía. Le daba igual. Le gustaba molestarle.

- Siéntate si quieres. - Dice sonriente y amable mientras vuelve a arreglar algunas partes del vestido y toma la infusión que tenía.- Te ha contado el motivo?- Pregunta curiosa.

William no corrige a Undine cuando lo llama Will, sin embargo Undine puede captar un leve cambio en su ceño... Sin embargo no tarda en volver a estar impasible. Había sido tan breve que era evidente que sólo aquellos que conocían a William podían darse cuenta de un fenómeno así. 

- Por supuesto. - Responde William mientras que obedece a Undine y se sienta en una silla, recto. - Una actuación durante una celebración de este calibre es sin duda una gran noticia. - Sus palabras parecían vacían, pues no iban acompañadas con emoción alguna, pero Undine sabía que William no era de los que expresaba entusiasmo con facilidad. 

Undine se acerca a William, sonriendo pícara. No podía estar así de impasible siempre. Siempre intentaba sacarle esa cara de pared que tenía, aunque apenas lo conseguía si no cantaba o bailaba, ya fuese para bien o para mal.

- Y no estás emocionado? - Estando de pié se inclina hacia delante para que sus rostros estubiesen a la misma altura y le sonríe llena de felicidad. - No sientes que tu corazón va a salirse de tu pecho?

Se sienta a su lado y sigue hablando. - Piénsalo. Tus canciones, tu música, será escuchada en el mayor acontecimiéndo del año.- Dice con voz tentadora buscando que sus palabras le afecten.- Es la mayor oportunidad que hemos tenido, pasarás a ser famoso por la más alta nobleza. Y quien sabe, puede que el mismo lider de Cele alave tu obra.

- Por supuesto que estoy emocionado. - Dice William con neutralidad. - Aunque también hace falta ser precavido. No podemos comprar una casa en la nubes si aún no hemos aprendido a volar. Y de todas formas, este es tu momento no el mio, sabes bien que siempre he preferido seguir en las sombras. 

Eso era tristemente cierto, aunque Undine y Margeryth habían intentado hacer despegar la carrera del joven y talentoso William, al mismo le faltaba mucho trabajo aún en cuanto a mejorar sus relaciones sociales si pretendía ganarse su merecida fama. Ya podía dar crédito Undine sobre él en sus canciones e incluso orquestar reuniones con otros artistas... Nunca surgía ningún acuerdo con entre William y los mismos. No era que a Undine le molestase que William fuera solo para ella, pero era una lástima que estuviera acotando su talento a un género tan concreto. 

Undine hace una mueca poniéndole morritos en una expresión infantil. Viendo que no tenía efecto suspira desesperada.

- Está bien, yo me encargaré de llevarte volando conmigo.- Dice con una preciosa sonrisa.- Por ahora. - Añade burlona.

-Tienes un gran talento, quiero que tus canciones puedan escucharse por todo el mundo. Aunque no me voy a quejar, ya me gusta ser la afortunada que les pone voz.- Sonríe pícara.

- Yo también estoy agradecido de que seas tú quien les ponga voz. Sólo tu voz puede hacerles justicia. - A pesar de su tono neutra al decir esto, había un amago de sonrisa en al expresión de William. Pero de nuevo, sólo aquellos que lo conocían bien podían darse cuenta de detalles cómo aquellos. - Se que es un poco apresurado, pero me gustaría empezar a trabajar cuánto antes mejor. ¿Has tenido tiempo para pensar ya que tipo de canción prefieres interpretar durante el evento? 

- La verdad es que es una actuación tan importante que me abruma. - Se le notaba un poco el nerviosismo en la voz.- Me gustaría que fuese la mejor interpretación de lo que soy. Que fuese lo mejor que podemos dar y que dejase a los espectadores totalmente asombrados.

​Hace una pausa pensando en ello.- Por eso pensaba que me gustaría que fuese una actuación basada en el agua, en una Ondina. Incluso poder hacer algo impresionante con el agua. - Dice con cierta ilusión.- Pero no es una celebración en honor a la casa Korth. Así que no se si es adecuado...

- Suena interesante. - Dice William con seguridad. - Y no debería importarte a quién haga honor la actuación más que a ti misma, Undine. Te han contrado a ti, no a un espectáculo. Sólo siendo tú misma podrás demostrar todo tu potencial ante la nobleza. 

Aquello no lo esperaba.
- Por supuesto que me importa.- Dice con determinación.- Se que lo que yo haga tiene que gustarme a mi en primer lugar, y soy afortunada de poder dedicarme a mi pasión. Pero tambien quiero dar a la gente lo que quiere. No.- Rectifica.- Quiero ser más de lo que esperan. Quiero conmoverlos. Llegar a su corazón.- Dice ilusionada y pone su dedo índice sobre el corazón de Will sonriéndole con seguridad.- Como hago contigo cuando canto.- Luego se aparta aún sonriente.

-Puedo ser yo misma de muchos modos, pero quiero escoger el adecuado para crear el mayor efecto.

William asiente, parece satisfecho aunque su expresión no lo diga. 

- Lo que tú decidas será lo adecuado, Undine, siempre que no te limites a ti misma. - Se levanta. Ciertamente la hora del concierto estaba cerca y William debía de saberlo, era más puntual que un reloj. - Comenzaré a trabajar sobre la idea de una canción relacionada con el agua, sin embargo, Margeryth ya ha programado una cita para mañana así que estoy seguro de que podremos discutirlo en profundidad entonces.