Partida Rol por web

Undine empieza a tocar canciones calmadas, como había pedido. Algunas eran puramente instrumentales, cortas, otras eran cantadas con su voz, acompañadas con la música que ella tocaba y quizás algún instrumento creado desde su dispositivo de música.

Hacía algunas paradas entre canción y canción. Para beber y recuperar un poco la voz. Comprovando también el estado de Crow y viendo si el alcohol hacía que dijese algo más.

Cómo era normal en él, Crow cierra los ojos para escuchar la música de Undine. Durante las dos primeras canciones intercala las partes más pausadas con tragos y los tiempos entre canciones para volver a llenarse el vaso, pero no hace ninguna clase de comentario más. Lo que era evidente era que, cómo siempre, se sentía relajado. 

Cuando la tercera canción llega, la relajación llega al punto en el que ya no se mueve ni para coger el vaso. Y al llegar la cuarta canción era evidente que se había quedado totalmente dormido. 

Undine lo observa en silencio una vez que termina la canción, para asegurarse de que realmente dormía y también porque le gustaba observarlo. Perdido en el mundo de los sueños casi parecía que Crow fuera una persona... Inocente. Por muchos que fueran los misterios que escondía, cuando dormía no era más que un ciudadano más de aquella ciudad, sencillo y vulnerable, y por que no decirlo, bastante mono para el gusto de Undine. 

Undine le miraba. No quería hacerlo pero no podía evitarlo. Era atractivo, eso era innegable. 

"No te encariñes de él...Undine. Es como una cajita, bonita y misteriosa. Pero no sabes lo que esconde dentro..."

Era inutil negar que le tenía aprecio. Le gustaba acudir a sus reuniones. Era educado y amable, aunque también pícaro y misterioso. Pero... había fallado. 

Su petición había sido digna de un hombre cualquiera. Para él sería un bonito objeto más... Desear ver su cuerpo desnudo.. 

Siempre había odiado que la quisieran solo por su aspecto. Por eso le costaba acercarse a los hombres si no era por trabajo. Por eso nunca había tenido pareja. Bueno... la tuvo.

Cuando empezaba a llamarse Undine. Había quedado abrumada por el "amor a primera vista" que le profesaba un chico de la zona donde vivía antes. Trabajaba de camarero en uno de los locales donde ella cantaba al principio. Y sus palabras de amor habían logrado convencerla y hacer que empezase a quererle. Era amable con ella, muy dulce. Y su corazón adolescente se había dejado encandilar por todo aquello. Pero no había tardado en ver que todo era falso. Todo era para conseguir tenerla, quería ir muy rápido. A ella no le molestaban sus besos, sus carícias... al contrario. Pero llegado el punto en querer ir a más ella no estaba lista y a él no le importaba. Llegando a intentar forzarla en más de una ocasión.

Por suerte Undine no era una chica que cediese facilmente, no lo era ahora y no lo era entonces. Su relación terminó igual de rápido de lo que había empezado y con ello había aprendido que los hombres podían ser realmente crueles a la hora de conseguir lo que deseaban. 

Unos meses después Margeryth la llevó a Cele, a vivir con ella. Y no había vuelto a saber de aquel chico. Y mejor.

Ahora era lo mismo, con la mayoría de hombres que la veían. Pocos veían más que una bonita muñeca de preciosa voz y manos diestras. Y Crow...

Parecía no ser diferente, pensaba que era diferente... 

A ver, sabía que era hermosa. Sabía que causaba ese efecto en los hombres. Y con Crow... no le disgustaba que la desease. De hecho la ofendería un poco que no fuese así... Aquello sonaba contradictorio. 

Simplemente no quería ser solo eso para él. Quería que álguien viese más que no solo... lo que se veía en la superfície.

Suspira con cierto agotamiento por sus pensamientos. Era mejor así. Sería un problema que se interesase por álguien. No tenía modo de hacer que su apariéncia no la traicionase en esos casos. No podía confiar en que álguien la quisiera más que por su apariéncia.

Se levanta de la cama con cuidado de no despertar a Crow. Dormido tenía un aire inocente que venían ganas de proteger. Como una brillante luz escondida normalmente en la oscuridad. Estaba muy mono mientras dormía..

Coge una de las sabanas y le cubre con delicadeza. Esperando no despertarle. Hasta que llegado el momento de cubirle hasta el pecho inconscientemente se había agachado y le había dado un suave beso de buenas noches en la frente.

No se había dado cuenta de lo que había hecho hasta que ya lo había hecho... Lo había hecho sin pensar y se había quedado totalmente petrificada por su própia acción. En ese momento solo pensaba en que esperaba que Crow estubiese realmente dormido...

Tras el beso, Crow se remueve levemente colocandose en una postura más cómoda, pero no parece que se despierte. Fuera lo que fuera que estuviera soñando, debía ser un bonito sueño a juzgar por su amago de sonrisa. 

Al ver que se removía Undine se aparta con rapidez, temiendo que se hubiese despertado y la encontrase petrificada delante de su cara. Por suerte no parecía que aquello le hubiese despertado y suelta un suspiro de profundo alivio mientras pone su mano en su frente. Por un momento se le había parado el corazón.

Había sido un acto irreflexivo... ni siquiera entendía por qué lo había hecho. Simplemente lo había hecho conmovida por la fragilidad que desprendía Crow en ese estado...

Se acerca lentamente, todo lo sigilosa que podía, para asegurarse de que estaba realmente dormido. Eso parecía. Incluso parecía tener algún bonito sueño. Acto seguido coge sus instrumentos y su infusión para volver al comedor y dejar a Crow dormir placidamente, cerrando la luz. Una vez fuera cierra la puerta del dormitorio sin hacer ningún ruido y se sienta en una de las butacas.

En estos casos.. Para asegurarse de que su cliente no se levantaba sin que ella se diese cuenta, solía llevar pañuelos con monedas o elementos que hacían un leve tintineo y les cubría con ellos mientras dormían con la excusa de un gesto amable cuando en realidad era para escucharles si se levantaban.

Pero esa noche no disponía de aquello. Iba con sus ropas de la actuación. Pero contaba con sus accesorios. Un par de pulseras y unos pendientes. Los pone el el pomo del modo que este al girar les haría caer y sonarían al golpear el suelo.

Sabía lo que tocaba ahora, pero no quería hacerlo... Aunque cierto era que ayudaba a saciar la curiosidad que él le provocaba. Pero aún así... Empezaba a sentir que estaba mal... No le importaba con los otros clientes. Pero con Crow era diferente y a la vez era de quién deseaba tener más información. 

Va con calma a servirse otra infusión, no tenía prisa, y quería asegurarse de que Crow se volvería a dormir si se había despertado un poco. Alargando el momento. Finalmente se decide y va a la entrada. Desde ahí podría escuchar el tintineo de sus joyas caer y al menos tendría el tiempo sifuciente para poder desconectar los dispositivos y dejar el de Crow rápidamente donde estaba. Aunque esperaba que eso no sucediese.

Abre el armario donde guardaban los abrigos y se dispone a ello, ocultando lo que hacía tras la puerta de este, en completo siléncio y atenta al más mínimo ruido. Conecta el dispositivo de Crow al suyo y empieza su segundo trabajo, aunque se le notaba en la cara que no deseaba hacer aquello.

El proceso transcurre con normalidad. Una vez que Undine conecta su dispositivo con el de Crow, sólo es necesario poner en marcha un programa diseñado por ella misma para que el mismo se encarga de descargar todos los registros de llamadas, mensajes, contactos y archivos multimedia que se encontraban en el dispositivo de Crow. Si bien era cierto que no le sentaba del todo bien hacer aquello, Margeryth aseguraba que siempre encontraba datos interesantes entre los que recopilaba de este sujeto, por lo que Undine era consciente de que no se iba a tomar a bien el hecho de que hiciera una excepción sólo para él. 

Y parecía que todo iba a acabar bien, pero de pronto Undine se da cuenta de que algo va mal con la descargada. En su pantalla podía ver los nombres de los ficheros que estaba descargando, y ahora eran el mismo una y otra vez. Antes de que tuviera tiempo de parar nada descubre que un programa se había estado ejecutado en segundo plano y el mismo se estaba ejecutando justo en ese momento sin su autorización. 

Parecía un archivo de video, pero no era simplemente eso. El sonido de su dispositivo se fija a su máximo volumen y en la pantalla aparece un video de lo que parece una pelea entre dos cuervos. Los cuervos croaban, lanzándose amenazadas mutuamente. Pero lo que de verdad le resultaba una amenaza a Undine era ver el escándolo que estaba armando aquel video.

Y para cuando consigue detener el proceso, ya era demasiado tarde. El sonido de sus pulseras le indica que la puerta del dormitorio se había abierto, y por ella se asoma Crow, sin pinta de sorprendido. 

- Disculpa el escándalo, Alaris. - Dice sonriente, con tranquilidad. El hecho de que el nombre de Undine fuera Alaris no era de conocimiento público. - Tenía que asegurarme de que me despertaba si llegado el caso me hubiera dormido profundamente. - Se acerca a Undine, que aún estaba algo paralizada cómo un animal indefenso. - Aunque siempre imaginé que mi ladrón iba a ser un tanto más sutil en sus métodos. Casi resulta ridículo que haya tardado tanto en descubrirte, pero debo reconocer que el error es todo mío, eras mi última opción. - Se sienta en su sillón y entonces con un gesto de la mano invitada a Undine a sentarse en el sillón de enfrente. 

Allí estaba. Una de sus pesadillas hecha realidad.

No había sido más que una trampa y había caído de lleno. Lo peor de todo era esa sonrisa tranquila de Crow.

Undine le miraba llena de preocupación y culpabilidad. Era obvio que estaba asustada por todo aquello. Por un momento parecía que iba a quedarse donde estaba. Pero al final se acerca, con lentitud, pero sin apartar la vista de Crow con la mirada de álguien dispuesto a aceptar su castigo. 

Pasa de largo el sillón y se para enfrente de él, quedándose de pie. A un metro de él. Su rostro lleno de temor y culpabilidad cambia mostrando una débil sonrisa cargada de tristeza. Sabiendo que después de aquello seguramente no volvería a verle. 

- Mentiría si dijese que no deseaba que me descubrierais. - Se encoge en esa triste sonrisa, soltando un leve resoplo por la nariz, riéndose levemente de su propia desdicha. Luego su sonrisa se borra volviéndo a mirarle a los ojos con ese rastro de pesar que cargaba.

- Y ahora que me habéis descubierto, qué vais a hacer?- Pregunta con toda la serenidad que era capaz de mostrar.

- Por el momento, hablar. - Dice Crow, con la misma tranquilidad, y vuelve a insistir con la mano en que Undine se siente. - Siéntate, por favor. Hace un momento un rato te preocupabas por que descansara en mal lugar, no querrás que mire hacía arriba todo el rato, ¿No? 

Sin siquiera mirar hacia el otro sillón Undine se sienta en el suelo, del modo tradicional de su hogar, sobre sus rodillas. a los piés de Crow. En ningún momento había apartado la mirada de los ojos de Crow, ahora le miraba un poco desde abajo.

- Aquí me parece mejor... - Quería estar cerca. - Adelante. - Le indica que empiece.

Crow suspira, algo molesto. 

- Mostrar sumisión sirve de poco a estás alturas, y no lo considero necesario... Al fin y al cabo estamos entre iguales. - Se encoge de hombros. - Pero ya llegaremos a ese punto, por el momento, lo primero que me gustaría hacer es felicitarte. - Sonríe divertido. - Creo que no eres consciente de la cantidad de enemigos que tengo en esta ciudad, Alaris. Me aseguré de que ninguno de ellos me estaba robando información después de descubrir ciertas... Filtraciones. Fue una sorpresa acabar concluyendo que sólo tú podías tener acceso a mis datos en el momento en el que más "indefenso" me encuentro. - Se ríe para sí. - Resulta un tanto cruel, pero también efectivo. Veo que tú y Margeryth habéis creado una red de información interesante a pesar de trabajar en solitario. 

Undine le escuchaba en siléncio. Extrañándose al escuchar lo de las filtraciones.

Era evidente en su rostro que, pese a estar serena, por dentro no se sentía nada orgullosa de aquello. Las palabras de Crow le dolian, pero eran la verdad, había aprovechado su confianza para quitarle información. De todos modos era evidente que el recordatorio de haberse aprovechado de él le causaba pesar.

Cuando este termina intenta borrar un poco la tristeza de su rostro para poder hablarle. - En primer lugar. No estoy así por submisión.- Dice con cierta seguridad, aguantándole la mirada.- Aunque si que es cierto que estoy dispuesta a asumir el castigo que queráis darme por lo que he hecho. O a negociar por ello.- De nuevo se notaba esa culpabilidad en su voz.- Pero el motivo de estar así es por que quiero mantenerme todo lo cerca que pueda. Me ayuda...- Hace una pequeña pausa.

- En segundo lugar, Margeryth no tiene nada que ver en esto. - Dice con determinación. - Soy yo la única responsable.- Aquel había sido su fallo, no el de Margeryth. De todos modos le extrañaba eso de las filtraciones de información de Crow. Sabía que Margeryth encontraba últil esa información, por sus contactos. Pero nunca había pensado que fuese algo tan útil que compartiría con los demás. Aunque era bastante ingénuo por su parte. Ahora se daba cuenta que no sabía nada de lo que hacía Margeryth con la información que ella conseguía.

Y, aunque era posible que se notase que solo decía aquello para portegerla... Lo intentaría igual. No quería que Margeryth cayese con ella. Si podía salvarla, lo haría. 

Crow vuelve a sonreír, con esa sonrisa que en el pasado estaba plagada de misterio y ahora parecía esconder malas intenciones. 

- Es muy noble por tu parte intentar proteger a la mujer que te acogió cómo si fueras su hija, Alaris. Pero de la misma forma que tu has investigado sobre mí, yo también he hecho mis propias investigaciones. - Se inclina ligeramente hacía adelante. - Se quién eres, se con quién te reúnes y se que Margeryth es la que está moviendo la red de contactos desde las sombras. Incluso puedo suponer quién es tu padre, aunque haría falta estar ciego para no ver las similitudes. 

Undine le mira con cierta extrañeza por sus palabras. - Meras coincidéncias. - Dice con calma. Arthur.. Siempre había sido amable con ella. Pero se negaba a creer que fuese capaz de hacerle algo así a Margeryth. Cierto era que tenía sus sospechas. Había visto fotografías de la familia de Arthur, su madre y ella se parecían un poco de pequeñas. Podía haber sucedido... Pero era demasiado... bizarro... que si fuese la hija de quien era todo aquello hubiese terminado así y no con ella exiliada en algún lugar lejano. De todos modos, pese a que ella misma tenía su sospecha, no iba a alimentar esos rumores.

- Entonces... Sois vos quien habéis contratado a ese... espía invisible que me sigue allá donde voy? - Pregunta con inseguridad y un poco extrañada por ello.

Crow se ríe divertido. 

- No se de quién estás hablando, pero te aseguro de que si yo hubiera puesto a alguien a seguirte no te hubieras dado cuenta de su presencia, más aún si es invisible. - Pequeña pausa. - Pero bueno, ya va siendo hora de que vayamos al grano y te diga que es lo que vamos a hacer. - Se levanta, y comienza a pasearse por la sala, dando vueltas alrededor de Undine. - Por si no te has dado cuenta aún, se podría decir que tu verdadero trabajo y el mio entran en el mismo ámbito. Aunque mientras que tu te ensucias las manos yo... Estoy en una posición más de control, cómo Margeryth. Claro que nuestra áreas de acción son bastante diferentes... Mientras que tu te centras en la nobleza yo aspiro a contactos un poco menos... Privilegiados. - Se para enfrente de Undine. - Por ello, eliminarte no es algo que me saldría rentable. - Se pone de cuclillas delante de Undine, sus rostros estaban tan juntos que Undine podía sentir su aliento. - A dónde quiero llegar es a qué... Considero que sería beneficioso que convirtiéramos esta desafortunada situación en una de colaboración. - De nuevo su tono ocultaba algo. 

Al escuchar que él único motivo por el que no la eliminaba era por que ganaba más dejándola viva, un rastro de temor aparece en su mirada. Tambien la dolía que se plantease el simple hecho de matarla como quien elije qué vestido se va a poner esa noche.

Cuando termina le mira en siléncio, claramente no le gustaba esa situación. Una colaboración significaba que él ofrecería algo también?

- Y en qué consiste la colaboración que proponéis? 

- En primer lugar, dejarás de husmear dónde no debes. Y segundo lugar, tendrás que hacerme un par de favores, simplemente por solventar el daño ya causado. A partir de ese punto... - Se encoge de hombros. - Valoraré cuánto me beneficia convertir a Margeryth en mi aliada. - Vuelve a enderezarse. - Tienes que reconocer que es una oferta mucho más tentadora de lo que le ofrecería a cualquiera en la misma situación, Alaris. 

Undine le mira con desaprovación.- Entonces no es una colaboración. Es una compensación.- Dice desde el suelo mientras empieza a levantarse.

- Os equivocáis si creeis que mi verdadero trabajo es lo que hago mientras dormís. - Le mira con seriedad ahora ya de pie, delante de él.- Esto no es mas que... Un efecto secundário.- No se quejaba porque muchas veces le parecía divertido, era emocionante, pero había algunos casos en que no le gustaba. Como el caso de Crow, hasta ahora.- Pero no es lo que soy. 

A veces sentía, que era como una herramienta. Ahora ese sentimiento crecía ya que Crow quería usarla. - Cuales serían esos favores?

Su mirada se vuelve severa. 

- Te recomendaría que no te dirigieras a mi con esa hostilidad si de verdad queremos que esto funcione. - Dice manteniendo su sonrisa, pero con frialdad. - Poco importa ya lo que seas, tus actos son los que te han llevado a esto, Alaris, y te estoy ofreciendo la solución más pacifica posible para solucionar este problema. Es evidente que no eres consciente de lo rápido que podría arruinar tu vida si me lo propusiera. - Entonces parece que relaja un poco. - Y de los favores ya hablaremos, tengo que buscar algo adecuado para ti. 

Alaris le miraba con preocupación, mas cuando había dicho lo de que podía arruinarle la vida. Se había encogido un poco, claramente preocupada, aunque seguía aguantándole la mirada. Sin acobardarse.

- Si he de trabajar para vos quiero saber a lo que me arriesgo. - Dice con toda la seguridad que era capaz de mostrar. - Qué es lo que sois? Cual es vuestro objetivo?