Si las miradas matasen, Jack habría caído fulminado en ese mismo instante. Me quedé quieto, con los brazos cruzados a la espera que el hombre dijese algo... Si tuviera algo de cerebro, diría algo que no me hiciera darle el prometido puñetazo.
- ¿El recibo? ¿Donde creen que esta? ¿Creen que un traficante de armas va a hacer un recibo?- dijo molesto con la actitud de Nathan- Miren me han avisado esta mañana de que venían, tengo que llevarles al aeropuerto, asi que si quieren me dan el dinero y le compro lo que necesiten, sino nos vamos ya, como quieran
Yo le contesto:
-Necesito un cuchillo de combate botero, un machete de jungla, dos pistolas automáticas y un subfusil de asalto, prefiero de los pequeños.
Luego pensé:
-y un kit de medicina junto a mochila y provisiones. Y una cámara de fotos porfa :)
El chaleco supongo que lo llevo, ya que no es un arma y me lo habrán dejado pasar, si no uno para Nathan y otro para mi :D
Alzo las cejas, aún más molesto. Pero no añadí nada más.
-Dos mapas, cuatro brújulas, un par de machetes. Kits con medicinas, repelentes de mosquitos, hamacas, comida seca, ropa para la jungla. También quiero un par de móviles con geolocalizador. Cuerda también.
Repasé mentalmente más cosas que pudiéramos necesitar.
-Y lo mismo que ha pedido a él, pero sin el subfusil.
-Y lo mismo para mi compañero mas un chaleco antibalas. Y por supuesto munición para los dos.
A ver como salía la jugada...
Gilberto vuelve al rato con una maleta, la abre dandoos lo que habéis pedido y dandoos lo que ha sobrado de vuestro dinero
- Está todo lo de la lista- dijo Gilberto- ¿Que tipo de mapas quieres?- pregunto a Nathan- Si es de Brasil no hay problemas, si es de la selva ya si... no hay mapas de toda la selva... ¿Esta todo? ¿Podemos partir?
-¿Ni siquiera ríos que podamos usar de referencia? -eso si que era mala suerte. Dejé escapar un suspiro.- ¿Qué hay del parte meteorológico? Y aún no nos ha hablado de nuestro guía.
Me dolía un poco la cabeza. Demasiadas horas de avión y demasiadas cosas. ¿Habría tiempo para dormir?
Escuchaba a Nathan y el pobre parecía estar muy molesto con nuestro contacto, intenté romper el hielo:
-Está el amazonas, y poco mas Nathan, del rio si hay mapas, aunque sea visto desde arriba. Y vamos a una zona que conocen, que para eso saben que está esa tribu.
- ¿Te sirve este mapa?- Gilberto saca un mapa donde todo lo que se ven son arboles, un rio que cruza los arboles y una X- La X es donde está el campamento, pero como verá con este mapa no se podrá guiar, es por eso que allí les esperará un guia, para llevarlos. No puedo decirles nada de su guia, a mi me avisaron esta mañana que debía transportarlos, nada más.
Una vez estáis preparados Gilberto os lleva a Barcelos, el aeropuerto, es una franja de asfalto en medio de un claro en la selva y con una especie de choza elevada por torre de control. Un reluciente helicoptero propiedad de Electricidade Brasileira os espera. El piloto os espera a pie de escalera. Un hombre alto, de pelo rizado y ojos penetrantes de color verde. Calza botas altas, lleva un sombrero de ala ancha y una mochila verde. Sobre su chaleco aparece también el logotipo de Electricidade
- Buenas tardes, ¿son ustedes los antropólogos? Soy Don Pedro, suban, nos pondrémos en marcha inmediatamente- empieza a arrancar todo mientras se pone el cinturon- Diganme, ¿que pueden decirme de la civilización?
Saludo y me subo al aparato mientras me abrocho el cinturón también:
-¿La civilización? que mas vale tenerla lejos porque apesta. ¿Nos guiarás tu por la selva hasta encontrar la tribu? -le dejé contestar y proseguí- ponnos también al corriente de la zona, si hay guerrillas, animales salvajes y todo un poco.
El ruido comenzaba a ser ensordecedor.
¿Antropólogos? Mantuve un rostro estoico, aunque por dentro quería alzar las cejas. ¿Qué demonios les habían dicho en Merrick? Lo mejor sería mantener un perfil bajo.
-Sigue igual que siempre. Metiéndose donde no la llaman.-el pelo estaba completamente deshecho y hubiera matado a alguien por una ducha.- No nos han dicho mucho aparte de lo de la presa, así que le agradecería si nos puede informar. Tampoco nos han dado un parte meteorológico.
- ¿Parte meteorólogico? Mucha calor, ¿no lo notas?- se rio Don Pedro- No suele haber muchos guerrilleros, pero bueno eso puede haber cambiado, quieren juntar a indios de todas clases en un mismo lugar, incluso clanes rivales, no se que harán quizas se vayan a vivir a lo profundo de la selva, algunos ya se han trasladado al lugar donde le han "habitado", no tienen más remedio, en cuanto la presa esté acabada su hogar estará a metros de profundidad. Sí, seré su guía, los llevaré hasta Yamirogami. La verdad de ellos no sé deciros nada, es la unica tribu que no se deja ver, pero bueno tampoco sabría deciros, yo solo soy un topografo, lo que se de los indios y las tribus de por aqui son lo que les oigo decir a los misioneros
Después de una hora de viaje, el helicóptero aterriza en un campamento. Se trata de una especie de poblado, en una pequeña elevación rodeada por la selva y desde la que se domina una hondonada gigantesca cubierta de agua de color marrón. Hay unas doce tiendas de campaña de enormes dimensiones, fabricadas con lona gris sobre plataformas de madera de unos quince centímetros de altura para evitar la humedad. En una de ellas se almacena el material topográfico. En esa misma tienda se encuentran la radio y los ordenadores. Un generador, situado a unos treinta metros de allí y alimentado por gasolina, proporciona la electricidad necesaria. Pocas comodidades, una maloliente letrina comunal, algunas bombillas en las tiendas y una cocina de leña bajo un toldo. Hay varios jeeps y un pequeño camión todoterreno, pero la ausencia de caminos apropiados hace que sirvan de poco
Don Pedro os enseña el lugar, después os lleva a vuestra tienda, de unos diez metros por cuatro, con una litera y una red antimosquitos. Disponeis de luz eléctrica y de un enchufe, unas sillas, una mesa y un baul. Tras la tienda hay una "ducha", construida con unas tablas y un balde elevado con un trozo de manguera
- Descansad, está anocheciendo, mañana a primera hora saldremos. El río está subiendo, un centímetro diario, a este ritmo, el poblado de los Yamirogami desaparecera en seis semanas
Todo el suelo es fangoso, podéis ver que en el campamento hay doce hombres, todos ellos brasileños, todos tienen en la camiseta el mismo logotipo de la compañía
Sonreí. Reprimí el instinto de desnudarme y lanzarme a la ducha... De momento.
-No me refiero a eso. Me refiero a si va a haber tormentas. No quiero que nos caiga la mundial estando en medio de la jungla.
Agarré la ropa que habíamos comprado para la selva y fui a la "ducha", donde me lavé y guardé mi pobre traje. Me sentía desnudo llevando esta ropa. Me acerqué a Jack y le susurré al oído con una sonrisa de diablo:
-Me pienso vengar por lo de antes.
Yo, Jack, Jack el urbanita de repente me vi en medio de la jungla salvaje rodeado de tipos que no hablaban mi idioma.
Me senté en la cama de debajo y comencé a pegar dos cargadores del subfusil con la cinta americana. En caso d tener prisa con darle la vuelta ya tendría. Luego comencé con la dos pistolas. Tenían el número de serie rascado, así que posiblemente aun oliesen a pólvora. Y le dije a mi compañero:
-Nathan, no saques aquí la pluma que nos cortan el cuello como a unas gallinas...
Practiqué sacando varias veces lo mas rápido que podía mi cuchillo y lo lancé contra la pared.
-Me parece que esa vez va a ser mas complicado todo.
Alzo las cejas.
-No te preocupes por eso. Ya me las ingeniaré. -comenté riéndome.
Me desperecé mientras me tumbé en la litera de arriba. Cerré los ojos, en un estado de duermevela hasta la espera de la hora de cenar.
Me asomo por el lado de la litera:
-¿Me pusiste cepillo de dientes?, no me digas que se te olvidó. Tanto pasar la lista y no pusiste utensilios de higiene.
Rebusqué en mi mochila...
-Mira en mi mochila, Jack... Tengo unos repuestos
Abrí un ojo, cansado. Habían sido demasiadas horas de viaje. Dentro de la mochil tenía casi de todo: ropa, calzoncillos, neceser, varios libros...
-Menos mal...
Me cepillé los dientes en el porche de la cabaña mientras miraba a los trabajadores pasar. Les escrutaba e intentaba intuir algo de su idioma.
Malditos hijos de puta...
Tras descansar un rato me sentía de mejor humor. Salí a por algo de comer, con el estómago rugiendo del hambre. Al volver, alcé las cejas y sonreí.
-Me sorprende que con todo lo que has viajado no sepas más idiomas.
Escupí espuma de dientes a un lado y le dije:
-Normalmente voy a sitios civilizados, que la gente no lleva armas ni mueren por picaduras de cualquier insecto mosntruoso o serpientes. Y claro, se habla inglés, y se orina en lavabos limpios. No estoy a gusto en la selva. Tengo la impresión de que aquí no hay ley alguna y cualquiera de estos es capaz de matarnos para quedarse nuestras botas.
Sacudo el cepillico, ya que no me hacía mucha ilusión ir a ver si había agua corriente en el lavabo:
-Espero que tengamos antídotos de todo tipo...