Partida Rol por web

Le reconfortó escuchar esas palabras saliendo de la radio.

Todavía había esperanza. Pero primero tenían que llegar al sitio.

Marqués dejo salir un suspiro de alivio al escuchar las palabras de la inspectora y le da una palmada amistosa en el hombro a Padilla - Eso ha si'o épico, Padilla, solo queria que lo supierah - Luego de comunicarle su impresión a su compi, Marqués vuelve a fijar la mirada en el camino, con semblante serio.

A to polla legaron al tunel del Serrallo. 20 minutos, casi en la mitad del tiempo previsto. Entraron dentro y aminoraron al ver un accidente. Había un policía motorista tirado en el suelo, herido, con la espalda contra un pilar del túnel, tratando de protegerse.

Había un coche siniestrado e inservible en mitad del carril, un Audi A3 negro. Se le había jodido completamente una rueda y así no podía seguir. Dentro del coche, el cuerpo de un tipo muerto por el accidente. Pero dos estaban vivos. Uno herido, y otro más entero, parapetados tras el coche.

Les recibió el fuego de un arma automática, un subfusil tipo MP5. Pero el uro estaba blindado.

Al llegar Marqués echa una mirada rápida a la situación para determinar un curso de acción, aunque se cubre instintivamente por un momento al escuchar los disparos, no está acostumbrado a estar en un coche blindado puesto que las patrullas no lo están. Cuando recuerda que está en un puto uro se ríe nerviosamente y mira a Padilla - Mu bien, Padilla... No muere ni un puto madero máh... Lo primero será rescatah al herido... Lo mejoh será que noh acerquemoh hasta él y lo metamo en el uro... Luego cosemos a tiroh a loh malvivienteh... Aunque si leh dejamoh con vida mejoh, que loh podemoh interrogá.

El uro había volao. Padilla tenía el subidón de la adrenalina palpitándole en las sienes. No todos los días conduces semejante bicho. No todos los días se pone un uro a 150. Y no todos los días vuelas en un puto uro para salvar la ciudad. Si de esto no salía una buena película de tiros no salía de ningún sitio.

Llegarón y traca traca traca, las balas dándole al blindao.  Ellos también tenía armas. Y sobre todo, dos pares de cojones que ni el caballo de Espartero.

Llegó la hora de repartir justicia.

Escuchó a Marqués. Marqués era el chico listo, solía tener buenas ideas. Pero en ese momento no lo vio claro.

-¿Pero el Audi no éh el vehículo que buhcamo? Esa gente nos esta disparando, coño. Pa qué rescatarlo? -dijo mientras preparaba el arma.

Marqués señala con la mirada al motorista herido detrás del pilar - A ese, a loh otroh doh que leh den por culo.
 

Se giró y miró.

-¡La víhen! ¡Hostia puta que no lo había vihto!

Tan flipao iba con lo de conducir un monstruo que se le pasó aquello.

-Voy a poner el uro cubriéndolo pa darle cobertura. Cuando estemos a su altura mira a ver si lo puedes meter aquí.

Detuvieron el vehículo y el tío se arrastró hasta él. Tenía un tiro en la pierna, que le había jodido un músculo importante, y por eso no podía caminar. Y otro tiro que le había pasado el otro pie. Así que estaba un poco jodidillo, y sangraba.

Se aupó como si fuera un paralítico, usando solo sus manos y brazos, y entró en los asientos de atrás como Dios le dió a entender.

-Me cago en San Pito Pato -bramó- Llamad a una ambulancia o algo, tíos. Que me desangro como un cerdaco.

Más ritos rebotando contra la chapa.

Lupita escuchó en total silencio al rubio, él parecía tenerla más clara al respecto de lo que pasaba o por algún motivo sabía mucho más que ellas; por suerte, de otra manera la policía no se habría enterado de nada entre la mexicana y la gabacha. Tampoco le respondió a lo del teléfono, igual no estaba como para hablar con ella o quién sabe, habían sucedido cosas y quizá si tenía que ir pensando en volver a casa y olvidarse de todo aquello, amiga incluida y al hermoso hermano de Loki también. Cuando la poli les dio las supuestas buenas noticias, Lupita se recargó de una pared y asintió, tenía miedo, hambre, estaba exhausta, quería bañarse, comer algo rico y dormir en una cama suave pero eso no podría ser y además, tampoco habría podido dormir porque terminaría soñando con psicópatas infames tratando de comérsela en más de un sentido. Se le erizó la piel, definitivamente cuando había pensado en esa noche, nunca se había imaginado aquello.

Su hermana le siguió y le miró como flipando. ¿Bailar con la gravedad? Si las cuerdas cedían se acabaría su historia en un momento. La puerta estaba ya cediendo, no quedaba mucho tiempo.

-Estás como una puta cabra. Tu primero.

No estaba convencida de que fuera muy seguro.

¿Como una puta cabra? ¿De verdad no se daba cuenta de la maldita situación? Pero no me iba a poner a discutir con ella ahora. La puerta estaba cediendo...Así que yo procedí, todo lo rápido que pude. Joder...Aquello daba un vértigo del copón pero prefería una muerte limpia por una caida contra el suelo, a que me acribille una horda de locos. Salí por la ventana y....

Poquito a poco, pasito a pasito. Era mejor ir tumbado, que el peso se distribuyera por todas las cuerdas, en vez de concentrarlo en un solo punto.

No mires abajo, no mires, no mires... Era difícil no hacerlo. Cerró los ojos, respiró hondo y avanzó. Lo peor, la parte central. Las cuerdas se combaban allí, y luego para remontar debías tirar con la fuerza de tus brazos hacia arriba, con el agravante de que eran cuerdas de tendedero y al tirar movías la cuerda en la polea. Pero el peso excesivo impedía la cuerda moverse, al menos más de lo que él avanzaba.

Y tras unos agónicos tres minutos, llegó al otro lado y se agarró a la ventana. La abrió de un manotazo y se aupó hasta tener medio cuerpo dentro. Hop. Un esfuerzo más y ya había llegado. Era un cuarto de limpieza clásico, con una lavadora al fondo y una estantería llena de mierdas. Él lo había conseguido, ahora tocaba su hermana.

-Mierda, ¡Están a punto de entrar!

No era muy creyente, pero se santiguó antes de repetir la operación de su hermano y auparse hasta las cuerdas. Avanzó y avanzó, con cautela. Lo hacía bien, casi mejor que él. Ella hacía su footing y además con tanto sexo, estaba en buena forma.

Llegó a la mitad del trayecto, pero fue demasiado para las cuerdas. Se partieron, y comenzaron a desenrollarse, amenazando con tirarla al vacío. Solo tenía una oportunidad para coger la cuerda al vuelo y aguantar su peso sin que se le resbalara la cuerda de las manos.

-BORJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Si no lo hacía, su hermana caería tres pisos en el vacío.

Todo estaba yendo bien. Estaba yendo de puta madre. La Patri estaba hecha una gimnasta, pero en el último momento las cuerdas deciden que no aguantan más...

- !Hostia! !Hostia! - digo con el corazón en un puño, al tiempo que con todos los reflejos que puedo intento coger la cuerda al vuelo y sujetarla.

Joder, joder, joder...

Entraron en zona sinuosa con el consiguiente  bamboleo, se incorporaron y volvieron a abrocharse los cinturones de seguridad. Aunque de noche, el barranco a su lado no pasaba desapercibido –Woooow! Dale duro Alex- animaba Chi al turco –eres el mejor!- se jugaban la supervivencia, como la furgoneta les diera otro empujón se iban barranco abajo así que mejor echarlos a ellos de la carretera –Vamos, vamos, tu puedes!!!- agarró la mano de Pelayo con fuerza, no las tenían todas consigo… menudo subidón!!!

Ella se sujetó como pudo a la cuerda, pero el tirón seco de cuando la cogió la hizo resbalarse un poco y hacerse daño en la palma de las manos. Se resbalaba, clavó uñas. Uñas lacadas y resistentes, que para una vez sirvieron para algo más que para gastarse el dinero en laca y productos para quitársela cuando estaba vieja. Detuvo su caída.

Borja ya había perdido a Will por su inacción, y se dijo que no iba a perder a nadie más. Así que tras el tirón de la caída, se sintió con fuerzas y fue tirando hacia arriba, con más cojones que el caballo de Espartero. La fuerza de la desesperación, la rabia y, en suma, los cojones. Por que Borja tenía un buen par de cojones y acababa de descubrirlo. Lo descubría a cada brazada que subía a su hermana.

Hasta que la subió del todo y la ayudó a entrar en el otro piso. Cayeron ambos al suelo, respirando fuerte. A él le dolían muchos los brazos por el sobreesfuerzo. Su hermana que comenzó a llorar, por que casi la palma. Por que su hermano le ha salvado. Y se sintió una putaca asquerosa que había maltratado al único chico que le había querido con cariño de verdad desde que era su mocosa. El hombre que la había tenido en un pedestal hasta que ella creció y se fue de Tres Cantos. Su hermano.

Así que lo abrazó con espasmos y llanto, y trató de hablar aunque casi no le salía.

-Losientolosientolosiento.

Le abrazaba fuerte.

-Eres lo mejor que tengo, y yo te he maltratado.

Siguió llorando a moco tendido.

-Mi hermano, mi hermano.

Le besó en la mejilla varias veces.

Escuchó lo que decía como flipando. Aquello era grave no, gravísimo. Histeria colectiva provocada por una droga distribuída con el beneplácito del ayuntamiento. Ahora entendía muchas cosas. Lo de las llamadas de la alcaldía pidiendo gente para defender el consistorio. Querían borrar las putas pruebas.

Por que ella no era solo un animal de despacho, era una poli sagaz que estuvo a punto de meterse en la judicial. Pero la echaron para atrás en la entrevista personal, por ser del PSOE y no del PP. Gilipolleces marca España.

Otra mujer policía irrumpió en la sala. Era la inspectora de antes, y estaba agitada.

-María, creo que están persiguiendo a los causantes de todo ésto. Una gente llamada Preston Fiestas. Estamos intentando averiguar quienes son realmente, pero no está la científica aquí. Nos falta personal por todos lados. ¿Me ayudas?

Parecían clónicas, casi hermanas. Pero nada que ver. Mera coincidencia. Mujer española morena del montón, y no busques más. Pero ella si que comenzó a buscar. Buscó frenéticamente en el ordenador durante los siguientes diez minutos.

-Aquí está su página, solo es un perfil de facebook. Hay una foto del encargado, el tal Wilfredo, voy a contrastar con base de datos de fotografías.

Buscó la cara del tío a ver si le tenían fichado por algo. Cinco minutos después salió en la base de datos. Tenía varios permisos de armas y licencias de conducir, veterano de la brigada paracaidista. Nombre real, Wilfredo Téllez. Y eso no era todo.

-Jefa... aquí dice que éste hombre trabaja para una compañía llamada Preton Security.

Giró la pantalla.

-Son mercenarios que han estado contratados en Irak y Afganistán...