Partida Rol por web

La pregunta tenía sentido y era algo que había sospechado desde que se encontraron con esas chicas. Pero temió la respuesta. Es decir, quizá ella tomó algo y no lo sabe. Y aunque lo supiera... joder, quería estar seguro de que se la había follao porque ella quería tirárselo, no por estar contaminada de alguna mierda.

...ni siquiera toy seguro de porqué me la quiero follar yo... a ver si yo también estoy venenao...

-Schantál, bonita... ¿a ti tan dao algo raro pa beber hoy? -tuvo un ramalazo de inspiración-. ¡Eh! ¿Has llegao a tomar algo GRATI? ¿Algo de lo que repartían en la barra?

Miró a ambos policías, tratando de fijarse en qué decían en español. Entrecerró los ojos y casi le da un mareo del esfuerzo. Su novio le decía algo, de que si había tomado algo gratis. Ella solo recordaba haber tomado dos copas y media, la media que tiró delante de Manu en su primer encuentro. ¿Por qué iba a darle alguien gratis bebida? Eso le sonaba como los caramelos que sus padres no querían que aceptara de extraños en el colegio, aunque en su caso era para que no comiera más azúcar por gorda en lugar de para que no la drogaran. 

-Non, rien de tout gratuite... No ggratis- bien que había pagado por sus dos copas y media... Y luego había pasado el rato bailando con la sueca y poco más, en teoría la sueca tampoco debería haber tomado nada. -¿Es veneno? ¿Dgroga?- señaló a la muchedumbre que parecía haberse vuelto loca.

La radio sonó y comenzaron a caer las primeras botellas en su dirección. O se daban prisa en hacer lo que tuvieran que hacer o... quien sabe.

-Aquí Gaztañeta. Estamos reorganizándonos para desalojar la plaza. No tenemos ni idea de lo que está pasando, pero hay órdenes de Jefatura. Prepararemos la carga y los echaremos del botellódromo. Cambio.

La sueca salió por la puerta de la ambulancia, doblá. Estaba a medio vestir, solo con el vestido puesto, sin ropa interior. Pequeños marqueses chorreaban de su pierna abajo enmarcados en el característico fluído seminal. Vomitó como una cabra, amorrándose a la tapa de una alcantarilla.

Al cabo de un momento, pareció volver en sus cabales. O algo así. Le dolía el tarro y se palpó, notándose dolorida. Le dió vergüenza estar medio en pelotas, y lo peor era lo que notaba en...

-Oh my god... -dijo algo en sueco- ¿¡Quien me ha violado??

La boca todavía manchada de vómito y estaba en el suelo.

Padilla estaba demasiado acojonado con los botellazos que caían y quería proteger a la morena. No se, ser su héroe. Por algo raro que le pasaba por la almendra. Instinto de perpetuar la especie, quizá. Por su parte Marqués se dió cuenta de un pequeño pero importante detalle.

Una de las furgonetas de Preston, la del logo, escapaba del lugar junto a un coche particular. Pero habían dejado allí dos furgonetas más, con las puertas abiertas. Desde donde estaba no podía ver que contenían.

...joder con la sueca... no sé si quiero sabé de qué se queja... menoh mal que aquí mi niña tiene máh cabeza...

Una botella se estrelló a pocos metros de ellos. La cosa se ponía chunga.

-Shantal, entra en lambulancia y nos vamo de aquí cagando lecheh.

Y el hizo lo mismo, confiando que estuvieran las llaves puestas.

Marqués se percató de la furgo que se escapaba del lugar y le da un golpecito a Padilla en el hombro y señala en dirección del vehíclo - Padilla ¿No te parece quizá' un poco sohpechoso que esa furgoneta s'ehté yendo? - Evidentemente era jodidamente sospechoso, pero Fran no pudo evitar bromear al respecto. Miró a la sueca de reojo con una ceja enarcada, era peor de lo que imaginaba, no se acordaba de ná... Pero ya tendría tiempo para preocuparse de eso, ahora mismo tenía que ponerse el traje y empezar a repartir hostias con la otra porra. Volvió a mirar a Padilla - Será mejor que vayamos a la patrulla a pillah los trajes y empesá a repartí hohtiah - Al tiempo que se cubria de los botellazos.

Se fijó en la furgoneta.

-Hombre, sospechoso no sé si será. Si nosotro estamos por huir de aquí, imagina esa gente, que estaba ahí en medio con to el viaje de hijos de puta esos.

Voló otro botellazo, cada vez más cerca. Algunos cristales del estallido le llegaron a las botas.

-Me cago en to. No sé ¿los perseguimo? ¿O nos vamos con esta puta ambulancia a nuestro coche a por el equipo de repartir juhticia?

Dicho y hecho, se subió a prisas a la ambulancia, pegándose a Manu. Ella no sabía qué coño pasaba, pero era mucho mejor estar a cubierto. Le habían arrancado un trozo de pelo y hecho una calva, solo faltaba que le abrieran la cabeza para acabar de joderla. La supervivencia sobrepasó incluso el pensamiento de buscar su iphone perdido, se compraría otro con lo que cobrara del partner de youtube, a la mierda.

-On y va!- le gritó al otro poli para que subiera a la ambulancia, que no sabía ni por qué perdía el tiempo fuera aún. Y mientras se sintió segura, encendió su cámara y grabó un poco de lo que ocurría fuera. ¡Aquello iba a ser un bombazo!

Lo sohpechoso es que s'an deja'o otrah doh con lah puertah abiertah... Ya tendremoh tiempo pa' invehtigá eso - Dice mientras se monta en la ambulancia y cierra la puerta, esperando a que er Manu emprendiese la marcha - Que va, a la patrulla a por el equipo y a repartíh porrasos a tó'l mundo, aunque tengo ganah de invehtigah que s'an deja'o en lah otrah furgoh... Que m'han da'o mala ehpina dehde que llegaron.
 

-Ok. Avisa a central de esa cosa rara mientras conduzco,a vé qué dicen. Lo primero es lo primero, y yo no me voy a meté en ninguna mierda sin mi equipo.

La niña le había dulcificao la tarde y le había quitao casi todo el veneno que traía. Necesitaba un poco de mala leche. La buena se la había sacado ella. Le palmeó el muslo a la morena.

-To va ir bien. ¡En marcha!

Aceleró, dejando atrás a los exaltados. Subió las diferentes rampas, y aquello era un caos. Los chavales habían entrado en el aparcamiento, y el guardia de seguridad huía por las escaleras de servicio. Ahora no querían violar, si no que estaban destruyendo todo a su paso, gritando, haciendo tonterías propias de exaltados.

No tenían tiempo para averiguar que coño estaba pasando, así que ascendieron a la última planta y encararon la rampa. Rampa donde había tres chavales que comenzaron a tirarles botellas al parabrisas con la fuerza añadida de su velocidad. El cristal se rajó, pero sin romperse, como solían las lunas de coche, que más que romperse como un vidrio normal se desgajan en pequeños trocitos.

Cuando salieron a la puerta del aparcamiento, debieron esquivar a una ambulancia que iba a toda velocidad calle abajo. Todo el botellódromo estaba lleno de exaltados que lanzaban botellas, gritaban horrendamente y destruían los contenedores. Un rugido de decenas de miles, que helaba la sangre.

Marqués se llevo una mano al radio y presionó el botón de transmisión - Centrah, aquí el Agente Marquéh otra veh. Quiero reportar un par de furgoh de apariencia sohpechosa perteneciente a la tal compañía de Prehton Fiehtah - Le indica a la central la ubicación específica de las furgonetas y corta la comunicación esperando confirmación o nada, realmente.

El viaje fue corto, de hecho muy corto. Pero había que esquivar chavales que se ponían delante del vehículo para tirarles botellas. Y no solo eso. Un coche salió a toda hostia de la rampa del aparcamiento del hipercor, y ambos vehículos debieron maniobrar para evitar la colisión.

Un botellazo rompió el retrovisor derecho, y finalmente llegaron junto a los coches de policía. Un grupo de compañeros, unos 40 o 50, formaban ya un muro de escudos para proteger a los que todavía se estaban pertrechando. La radio era un caos, y no atendieron a la solicitud de la furgoneta, que dolaba la esquina de calle Arabial, escapando a toda hostia.

Frenaron, aunque había ganas de largarse. Frenaron al ver al subinspector cabreado palmeando la chapa de la ambulancia.

El viejo sevillano llevaba un casco de antidisturbios y peto de lo mismo. Parecía tener un cabreo de veinticuatro pares de cojones.

-Hombre ya era hora, me cago en San Dió. ¿Es que no saben está en su puesto o que cohone pasa?

El shawarmero flipaba. Miraba a los presentes, luego a la marabunta. Y pensó que le iban a destrozar el puto negocio.

-André, amigo. Mejor despeja Wall Street, ¿Si? Yo voy a cerrar kebab. O ellos destrozar todo lo que tengo.

Dicho lo cual salió a la calle con más moral que el alcoyano.