Partida Rol por web

Apocalypsis

DIES TERTIVS

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15/01/2012, 17:28
Director

No sabes cómo ha podido ser, pero te encuentras de vuelta en Llerena. Ni rastro de tus compañeros. Y lo más extraño de todo es que vuelves a tener pelo. Te disponer a volver a tu tierra, pero necesitas un caballo. Te diriges a la calle de las cuadras, donde se reúnen os tratantes de caballos. Allí te parece ver a Testa, tu querido jamelgo, y enseguida te acercas a él, pero entonces te corta el paso Millán. "Serán doscientos maravedíes, señor", te dice. Lleno de ira, lo coges del hábito y lo levantas a tres palmos del suelo, pero cuando le miras a la cara ya no es Millán, sino Lucas, el mendigo. Este comienza a llorar como un bebé. Lo sueltas, pero la gente te rodea. No ves sus caras, solo ves que están armados con lanzas. Intentas hacerles frente, pero te atacan por doquier y no eres capaz de esquivar los puyazos. Al final, como un toro herido de muerte, caes al suelo. Uno de los soldados se acerca. Es Fuco. Va a darte el golpe de gracia.

Entonces, despiertas.

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15/01/2012, 17:29
Director

Te ves a ti mismo, herido en una pierna, en mitad de un campo de batalla. Avanzas cojeando entre miles de cadáveres amontonados, atravesados por lanzas, con los rosotros desfigurados o con esa terrible expresión de muerte en sus ojos. Entonces te das cuenta de que estás en el castillo de Montemolín. No hay rastro de tus compañeros. Entre los cadáveres ves el de Nicomedes, agarrando un libro prácticamente carbonizado. De pronto, cuando pasa por su lado, resucita y te coge la mano, mirándote fijamente, y se pone a gritarte: "¿De qué sirve luchar contra la muerte? ¡Mira a tu alrededor! Todo esto lo provocan los hombres. ¡Los hombres!" Conforme te habla, su mano se va descarnando hasta quedarse en el esqueleto, y entonces pierde las fuerzas y vuelve a caer muerto. En la lejanía ves la silueta de alguien. Te acercas a él, esperando que sea uno de tus compañeros. Pero no es ninguno de ellos. Es un viejo, el mismo que te indicó en Llerena dónde podías encontrar a Nicomedes. Te mira con ojos llorosos. Te das cuenta de que en sus espaldas tiene unas alas de ángel, disimuladas bajo una capa negra, pero están destrozadas. "La muerte siempre gana", te dice.

Entonces, despiertas.

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15/01/2012, 17:33
Director

Te ves a ti mismo en la posada de Pedro. Tú eres Pedro. La mujer de Pedro, tu mujer, se acerca. "Sabía que al final volverías con el rabo entre las piernas." Habla con la voz de la mujer a la que abandonaste. Te sientes totalmente derrotado. Te envuelve de nuevo la rutina. De pronto, irrumpen en la posada Lobo y sus hombres. "No vales nada", te dice Lobo, y acto seguido empiezan a destrozarlo todo. Entonces ves una espada de madera apoyada en la pared. Lleno de ira, la coges y comienzas a luchar tú solo contra los cuatro hombres, a los cuales derrotas uno por uno. "Sí que valgo", piensas y dices al mismo tiempo, recalcándoselo especialmente a la mujer, que te mira sorprendida. Entonces entra alguien más. Son tus compañeros, pero no te conocen. Te gustaría irte con ellos, pero sabes que no puede ser. Hay alguien más en el umbral de la puerta; es don Pedro. Te mira, y su mirada te transmite que sabe quién eres en realidad, que tú no eres Pedro el posadero, pero que no puedes hacer nada para evitarlo. Él sonríe. Sabe que estás atrapado por tu negocio, que la vida que llevas es tu propia jaula. De nuevo tienes esa sensación de derrota. Tu mujer (la mujer del posadero) también sonríe con malicia. Cuando miras de nuevo a tus compañeros, en su lugar te ves a ti mismo descansando en un lecho. La posada se ha convertido en una iglesia. Al acercarte, te das cuenta de que no estás descansando: es tu cuerpo sin vida, que comienza a ajarse rápidamente.

Entonces, despiertas.

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15/01/2012, 17:41
Director

Has vuelto a Ciudad Real. No sabes cómo ha podido ser, pero todos los guardias se llevan estupendamente contigo, y cuando pasas por su lado todos te saludan y te dan palmadas en la espalda. Cuando te ves a ti mismo, te das cuenta del por qué: tú también eres un guardia, llevas puesto un gambesón y un sobreveste con el escudo de la ciudad, y portas una lanza. De hecho, eres bastante más alto de lo que recordabas. Entonces te das cuenta de que no eres tú: ¡eres Simplicio! Disfrutas el poder moverte por toda la ciudad sin ningún miedo. Sin embargo, en un momento dado, te das cuenta de que la ropa te queda muy grande. La gente te mira de manera extraña. Un guardia se cruza contigo y se te queda mirando. Al poco, llama a otros guardias y empiezan a seguirte. El corazón se te acelera y empiezas a correr. Los guardias te persiguen, e intentas darles esquinazo por las calles. Pero, cada vez que miras hacia atrás son más y más numerosos. Ves incluso turbas enteras de guardias inundando las calles que dan a aquella por la que vas, corriendo hacia ti. Llegas al borde de un precipicio. No tienes escapatoria. Sin embargo, cuando miras hacia atrás, solo hay una persona vestida con una toga blanca sentada en una roca cercana. Tiene una espada en cada mano y los ojos tapados con una cinta. ¡Es tu padre! Cuando te acercas, se le cae la cinta, y donde había ojos ahora solo ves unas cuencas vacías por donde comienzan a salir gusanos. Horrorizado, das una salto hacia atrás y pisas en vacío: el precipicio estaba más cerca de lo que pensabas. Consigues agarrarte al borde con una mano, pero al oir que tu padre se acerca, te dejas caer.

Entonces, despiertas.

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15/01/2012, 17:49
Director

Pero la realidad no es mucho mejor que el sueño, pues da paso a otra pesadilla, y esta sí que es tangible.

Permanecéis en la penumbra de vuestras celdas. Lleváis ya demasiado tiempo allí; demasiado para lo que os esperábais, pues lo normal es que os hubieran sacado al día siguiente. Pero ha pasado más de una noche, eso es seguro.

Al rato, oís con esperanza cómo vuelve a bajar alguien por las escaleras que conducen a las mazmorras. Solo han bajado una vez desde que os encerraron, pero fue para traeros una ración de agua y una bazofia que solo probasteis cuando ya no podíais soportar el hambre. Esta vez no os traen nada; son dos soldados que os abren la puerta y os sacan de vuestras celdas a empujones, obligándoos a salir al exterior. Por el "delicado" trato que os dedican, pensáis que os espera un destino no muy halagüeño.

Al salir os ciega el sol. Por su altura, debe ser mediodía. Cuando vuestros ojos se acostumbran a la claridad, veis a Lobo, que os estaba esperando a la salida. Ahora también veis los rostros de los soldados que os han sacado: Fuco y Fabricio.

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15/01/2012, 17:52
Lobo

"¿Qué tal han dormido los señores?", dice Lobo, sonriendo y enseñándoos sus dientes torcidos. "Andando", os ordena, y, junto con los otros dos, os conducen a la barbacana.

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15/01/2012, 17:53
Director

Ninguno de ellos dice una palabra. Parece que disfrutan haciéndoos sufrir con la incertidumbre. Descendéis por el estrecho pasillo tras la puerta, y cuando salís os encontráis siete carros cargados de piedra y tirados por mulas. Junto a ellos hay un acemilero, cuatro hombres armados con lanzas y un monje, que charlan con don Pedro y uno de sus soldados.

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15/01/2012, 17:53
Pedro de Soto

"Ah", exclama don Pedro al veros. "Aquestos son nuestros mureros. Acá están las piedras, tal como anunciastes vos, maese Ventura. Habedes de comprender nuestras sospechas por la infortunada entrada que fizo el vuestro ayudante", dice, mirando a Ruperto. "Mas agora nos queda claro que non fue más que un equívoco. Descansad pues, reponed fuerzas demientre se descarga la piedra et comenzad aluego con la obra, o mañana si vos place, por que hayades tiempo para estudiar bien los menesteres de la reparación."

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15/01/2012, 17:54
Fraile

El monje se adelanta para hablaros. Lleva una escribanía, así que pensáis que debe ser un contable.

"Con vuestro permiso, don Pedro, he de fablar con maese Ventura de los pormenores de la obra. Reunirvos conmigo en la posada del pueblo", os dice. "He de regresar pronto a Llerena et quiero acabar cuanto antes."

Notas de juego

Premio para el primero que me diga quién es este tío.

Volvéis a tener libertad de acción.

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16/01/2012, 18:53
Simplicio Ruiperez
Sólo para el director

Notas de juego

¿Es el mismo fraile que nos condujo hasta Orduño "Gere, y que nos recogió en un portico"? 

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16/01/2012, 18:58
Simplicio Ruiperez

-Placeme veros de nuevo hermano frayle, et placeme más aun quedar con vuesa merced en la posada del pueblo, pues a mis tripas, la comida de este castillo no les sienta bien del todo. Iremos hasta esa posada raudos, pues el aire del pueblo et la sol en lo alto, son medecina guena para mis guesos.

Permitidem pues que con la benia de los aca presentes, sea ego mismo, et mi lanza,  el que os escolte hasta esa posada, pues abundan por estos lares los salteadores et los bellacos.

-Mirando a sis compañeros les dice, no muy alto:

Este castillo llena de humedad, de humedad de la mala, los mi guesos, ademas el colchón de esta posada, al parecer por ser  de fina pluma, et yo rustico, no me place, et no me satisface la comida de este hospedaje.

Mi entendimiento me dije que es mejor partir ya, pues ya mismo nos pueden enjaular de nuevo, y si tengo alguna pluma de pajaro, ya la perdi estos dias con la dieta a la sombra, que nos pusieron aca.

Vayamos raudos con aqueste mulero, pues se le ve caballero honesto et de fiar.

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16/01/2012, 21:35
Ventura Montesinos

La mirada de Ventura era de odio pero aún así se compuso antes de responder a don Pedro.

—Sin duda un lamentable error don Pedro... igual de entendible que de lamentable —pareciera que fuera una víbora venenosa la que siseaba las palabras a través de la boca del enjuto artesano por el veneno que desprendían.

Se miró acto seguido de arriba a abajo examinando su lamentable aspecto.

—Quizá me exceda con lo que voy a pedirle don Pedro mas igualmente lo haré. La lluvia del camino acabó con nuestras primeras mudas y el encierro con la segunda, a la vista está. ¿Sería posible que se nos proporcionaran algunas ropas para el trabajo —esperó un poco para interpretar la cara de don Pedro—. Y discúlpeme por el descaro mas no lo tendría de no ser realmente necesario.

Tras la respuesta de don Pedro se volvió hacia el fraile.

—También yo quiero hablar con vos fraile. Ayer estuvieramos estudiando la muralla y no obra buena pinta el asunto así que me temo yo que esos pormenores de los que habla sean pormayores y no hayan de ser sólo unos minutos los que estemos hablando... entiéndame

Notas de juego

Venga vamos a contarle al fraile de Orduño el paradero de Mateo... a ver si nos dice algo interesante.

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17/01/2012, 00:22
Ruperto

Escucho las palabras de mis compañeros, pero como sigue siendo habitual en mí, decido que lo mejor será no hablar. No tengo nada interesante que decir al hombre. De momento, prefiero limitarme a escuchar.

Con suerte, pronto estaremos fuera de este agujero. Quién iba a decirme que acabaría al fin en un calabozo, pero que saldría de él sin ser un reo de muerte. Aunque como no ocurra algo, me temo que tendremos que trabajar en el muro. Y entonces sí que seremos auténticos reos.

Debí de haberme unido a otro grupo para salir de Ciudad Real. Seguro que ahora no estaría en una situación con tan poco sentido como esta.

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17/01/2012, 00:42
Roger fill d'Arnau

-"Mors semper vincit...Mors semper vincit..Mors semper vincit"- Repite cabizbajo una y otra vez Roger con el rostro lívido cuando despierta, producto de la mala noche que ha pasado y la terrible revelación que ha tenido lugar mientras dormía. Sin observar la reacción a estas palabras, de sus compañeros, Roger sigue a los dos guardias hasta el exterior y contempla la escena de los carros cargados de piedras como si no fuera para nada con él eso de reparar muros.

Una vez asimilada la escena que lo rodea, aun impactado por los pensamientos provocados por la visión que no puede olvidar, le viene a la memoria una Oración que ha oido ya muchas veces a las ancianas tras tanto viajar por las tierras del sur del Ebro y con la cabeza baja recita:

-Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.- Sin santiguarse ni hacer ningún ademán ni movimiento parecido a la señal de la cruz murmura : "Percutiam mortem. Vel in hac vita, vel in posterum."

Dicho esto Roger parece recuperar la compostura y, alza la vista y con la más sombria de las miradas observa a aquellos que lo han mantenido cautivo, y Roger no tolera que le priven de su libertad, y sin pestañear más que lo imprescindible les aguanta la mirada con la misma expresión, heredada de su fallecido padre, antiguo miembro de los Almogavars, cuando estaba en el preludio de una batalla.

 

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17/01/2012, 00:43
Pedro de Soto

Don Pedro enarca una ceja al escuchar a Simplicio, y se limita a dibujar una mueca que pretende ser una sonrisa cuando Ventura se queja de su encierro; una mueca que transmite que sabe que Ventura le haría pedazos si pudiera, pero él cuenta con la ventaja de su origen noble. Luego responde a su petición.

"Para esos asuntos fablad con Sancho el cocinero."

A continuación se dirige a Lobo:

"Entrad los carros et llamad a cuatro del servicio para que descarguen. Lo quiero fecho en una hora."

Se gira de nuevo en dirección a Ventura:

"Maese Ventura, quiero un informe como el que habredes de dar al contable en cuanto hayades ocasión."

Antes de que se retire, Lobo ya ha puesto en movimiento a los demás soldados para cumplir sus órdenes.

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17/01/2012, 00:48
Director

El fraile se monta en una de las mulas mientras le habla Ventura, y emprende el camino hacia la posada, acompañado por vosotros y los hombres armados que traía consigo. Dejáis atrás al acemilero y los demás tratando de hacer pasar las bestias y los carros por las angosturas de la barbacana, y por el camino el fraile hace varias preguntas sobre la muralla, su arreglo, el material, el coste y la duración de la obra. No obstante, en cuanto llega a la posada, cambia radicalmente. Os queda claro que estaba haciendo un papel.

Os recibe Pedro con cara de pocos amigos. Hace dos días aparecisteis con los soldados que pensaban desvalijarle, y no sabéis muy bien si su desconfianza se debe a vuestra presencia o a su miedo de que tras vosotros vengan Lobo y los demás. La posada sigue vacía como siempre, pero pronto la llenan los otros cuatro hombres que os acompañan, a los cuales el fraile les da permiso para descansar y beber.

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17/01/2012, 00:49
Fraile

"Pedro", llama al posadero, que está secando unas escudillas con un lienzo. "Llévanos vino a mi estancia."

Pedro asiente y atiende a los demás hombres, que empiezan a pedirle también jarras de vino.

Seguís al fraile hasta su habitación. Una vez dentro, suelta su escribanía en el suelo y se sienta a un mesa idéntica a las de la parte de la taberna, rodeada de cinco taburetes. Se ve que lo tenía todo preparado para cuando llegarais. Espera a que todos toméis asiento y permanece en silencio hasta que aparece Pedro por la puerta con varias jarras de vino.

"Ve preparando algo de comer", le indica. "Pero non lo traigas todavía. Que nadi nos moleste."

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17/01/2012, 00:50
Pedro el posadero

Pedro os echa un vistazo antes de retirarse y detiene su mirada en Ruperto. Luego emite un gruñido y se retira.

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17/01/2012, 00:51
Fraile

En cuanto Pedro se va, el fraile se retira la capucha, y solo os dice:

"Informad."

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17/01/2012, 20:10
Simplicio Ruiperez

Amigo  y ademas hermano frater, como las penurias han sido grandes y como la adversidad se unió a nosotros siendo todos una, entienda pues mi petición: 

Me placeria y mucho, que sus homines ademas de descansar et beber, estuviesen alerta y mucho, pues no seria cosa rara, que los del castillo, viniesen pa cá, a querer el conocimiento y la nuestra sapiencia, pues del mismo modo que no es cristiano encerrar a inocentes homines, tampoco lo será matar o dañar a los mismos, pues ellos más cerca andan del diablo que de la cristiandad.

Ruegoos pues, que pongais en guardia a los vuestros hombres, arriba y abajo, para nuestra defensa y protección, pues ego haré lo mismo.

 

 

una vez dicho esto:

 

Perdonar frater, ¿cómo sus llamais?