Partida Rol por web

Nota: No todos tinen porqué hacer lo mismo, si el judío se va por su cuenta, seguro que puedo hacerle una miniaventura sólo para él... los que decidan ir de fiesta acabarán bebiendo con el de la seducción.

Burgos Puesta de Santa María

El grupo dejó el monasterio de Santa María de Irache al amanecer, aún envuelto en niebla y el susurro de las dolientes exequias por Ana. Acompañados de buen tiempo culminaron a buen paso las etapas a Logroño, Nájera, Santo Domingo de la Calzada y Villafranca sin contratiempos. Mas atravesando los Montes de Oca, Tanto Fausto como Carlos empiezaron a dar muestras de profundo cansancio,  acompañado de algo de fiebre y frecuentes diarreas. 

El experto examen de Nicómedes concluyó que no se trataba de nada grave, tan solo algo que mal sentoles, quizá por el mucho ansia con que atacaron el cabrito asado con que Carlos en Santo Domingo de la Calzada obsequiose a sí mismo y al grupo por la buena marcha del viaje en los últimos tres días. El cabrito, el abundante guiso de patatas con chorizo e los largos tragos de vino a los que ya no estaban acostumbrados. Nada que no puedieran curar unos días de descanso e comidas sencillas.

Cierto era que en Valderrobles, cerca de donde se hallaba el grupo, había un hospital de peregrinos donde podría el grupo acercarse a descansar. Pero Evaristo lo desaconsejó en extremo, pues había tenido que pasar dos temporadas allí en uno de sus "viajes" e casi no lo había contado, pues no sólo el lugar estaba sucio e descuidado, sino que la pareja que administraba las curas tenian poco conocimiento de medecina et eran muy dados a sangrías et otros remedios tradicionales que acababan con la poca salud de los enfermos que llegaban al hospital.

La opción más aconsejable era llegar hasta Burgos que estaba a una jornada de camino e descansar allí hasta que Carlos y Fausto se recuperaran, cosa que, según Nicómedes, no habría de tomar más de tres o cuatro días.

Mucho había disfrutado aquel cabrito, por tales cosas et non por otras era por lo que había retornado al servicio con Don Carlos. La tripa llena et maravedís en los bolsillos. De vez en cuando alguna reyerta con un noble et su hija suicida, unos bandoleros por allá. Nada que non pudiéramos manejar.

Lo de Valderrobles et el suyo "hospital" me trajeron recuerdos que non quería yo recordar, et paresciome correcto alertar al grupo , que a estas alturas ya sabían o debían sospechar que yo era un caminero, pero que diantres non iba yo a dejar que persona alguna se metiese en ese antro si podíamos evitarlo, et mucho menos por una indigestión. Que la iban a curar a base de sopas aguadas et sangrias a base de sanuijuelas, cosa de poco gusto al menos para mis carnes. Que non era yo omne docto, pero ya sabía lo que no convenía al cuerpo et prefería los cuidados que pudiese dar Nicomedes por el camino a los de esa pareja de carniceros.

Continuamos nuestro camino hacia Santiago con buen ánimo, pues aunque la muerte de la joven fue un suceso sombrío, no nos tocaba de cerca et ninguno de nos acabo maltrecho o afectado en un conflicto que podría haber acabado con mucha sangre vertida.

Pasamos por Logroño et después por mi villa natal, Nájera. Emboceme al pasar por las calles para evitar que alli me reconocieran pues aunque algún amigo quedábame por allí, aun tenia mas enemigos. La inquina del merino de la villa seguia viva por seguro et no queria enturbiar nuestro calmado camino por cuitas de mi pasado. Mis compañeros de viaje y mi señor Don Carlos se percataron de las mias cautelas et saliendo de Najera y dejando atrás el posible peligro narreles la historia de mi pasado

Ojeriza me tiene el Merino de aquesta villa et acusome de robo cuando peor estaba pues había perdido todas mis posesiones cuando Nájera fue atacada por las huestes del de Trastámara. En los mentideros lo pusieron contra mi al hideputa del merino, que no miraba salvo por mi mal. No se cual seria el motivo aunque su mujer alguna cosa me sugirió- dije guiñando el ojo y con cierta sorna -yo fuí persona notable aquí mas acabo con migo en el cepo y cuando me soltaron tuve que partir para no volver hacia el reino de Aragón. Quien iba a decirme que con los años volvería como peregrino

Continuaron los días de camino y el malestar de Don Carlos y Don Fausto no daba mas remedio que forzar el camino hasta Burgos donde Nicomedes los trataría como es menester y el descanso enmendaría sus tripas

La peregrinación a Santiago estaba resultando menos accidentada de lo que Gonzalo esperaba. Los viajes a las órdenes de Don Fausto solían ser más movidos. Su afición por el buen yantar y el buen yacer con mozas en edad de merecer solían provocar más de un altercado en el que los aceros de Gonzalo y su señor solían poner el punto final.

Quiso dios que Carlos y Don Fausto enfermaran cerca de Burgos. Víctimas de la buena mesa que se gastaban en esta parte de la península suponía "el Manchao". O eso o de lavarse demasiado, vaya usted a saber qué miasmas emanan del agua. Seguro que eso enfermaba el cuerpo y el alma.

El viaje también sirvió al escudero para estrechar lazos y conocer mejor a sus compañeros peregrinos. No resultaban mala gente y tampoco se arredraban frente a los conflictos, cosa que le complacía sobremanera, pues no era de buen gusto verse abandonado por unos cobardes en medio de una refriega. Complacíale también viajar en compañía de un galeno judío. A ojos de Gonzalo y según su experiencia, las artes de estos herejes circuncisos en el campo de la medicina eran merecían con creces la fama de la que gozaban. Por eso, cuando se propuso ir a Burgos para que los señores descansaran bajo los cuidados de Nicomedes Gonzalo estuvo de acuerdo desde el primer momemnto. Además así tendrían tiempo para recuperarse antes de enfrentarse a la siguiente etapa del camino hacía Santiago de Compostela.

Nicomedes cada vez sentía más simpatía por Ataulfo, pues pareciera que tampoco podía volver a un lugar que pudiera llamar hogar. Así que se tornó más hablador con el viejo soldado, hasta llegar al punto de sorpred¡éndose a sí mismo contándole las desdichas que acontecieron a su familia con la peste. Nada tenía que objetar a parar en Burgos, pues planeaba visitar la judería, en la cual habitaba otro colega de quien había oído hablar y con el que quería departir.

Al ver la aversión por el agua de Gonzalo, Nicomedes se acerca.. -Non hay nada de contrario en esser limpio consigo, Gonzalo. Más bien al contrario, evita que porquerías facen daño a nuestro cuerpo al tocar nuestros cueros.- 

Non era cosa que me placiese en demasía aquesta de haber de pararnos en Burgos pues bien n'había oído u escoltado que non era aquesta una Villa bonita et que en sospechaba que las muchachas que allí hubieran non me placerían y por este motivo que muéstrome huraño y contrariado ante la tal iniciativa aunque poco es lo que yo, en la mía posición, en puedo objetar.
Con poco que decir, callado y esquivo, cúbrome la cabeza con una capucha para protegerme de aqueste frío o del Sol y dispóngome a pasar todo el tiempo que pasemos en ese feo lugar encerrado con los enfermos, sin salir e faciendo poca cosa más que atendiendoles e haciendo compañía hasta partir.

***** Atención *****

***** Damos un salto atrás en el tiempo hasta la etapa en que pasais por Nájera. *****

Nájera - 20 de Octubre de 1362

En grande incomodidad hallábase Ataulfo, pues a su paso por Nájera no quiso Don Carlos dejar de visitar los importantes monumentos de la que había sido capital de Reino desde que García Sánchez trasladase allí su residencia tras la destrucción de Pamplona por Abderramán III en 924 hasta el asesinato deSancho IV en 1076.

Non quiso Don Carlos dejar de rezar en el Monasterio de Santa María La Real ni dejar de ver la parroquia de la Santa Cruz lavantada junto al anterior, el Alcázar ni el Castillo de la Mota.

En el castillo el grupo de peregrinos pudo ver bastante ajetreo de personas y pertrechos militares con motivo de la guerra. Non estaba Nájera cerca de la frontera con Aragón, mas Pedro I de Castilla non solo batallaba contra Pedro IV de Aragón sino también contra su hermano bastardo, Enrique, apoyado a su vez por rebeldes castellanos. El conflicto era de tal calado que la guerra podíase plantar a las puertas de la ciudad en cualquier momento et por tal causa sus gentes estaban harto atareadas como para prestar atención al grupo de peregrinos. Sin embargo un mozo apenas entrado en la pubertad que montaba a caballo con aire señorial y que poseía un asombroso parecido a Ataulfo, dirigiose con aire arrogante al grupo, presentándose como hijo del merino.   

Mucha suerte teníamos de hallarnos al servicio de Don Carlos, pues en tales circunstancias non habría sido raro quenos llamasen a armas....tambiés es cierto que mi cojera crecía en esas circunstancias et a duras penas lograba yo valerme si me decían de ir a la guerra. Que ya la caté et non me gustó.

En esas divagaciones estaba yo cuando nos abordó un mozalbete en Nájera quediría yo que era un calco de Ataulfo. Cuando se presentó como hijo del merino tuve que reprimir una pícara sonrrisa pues ante nuestros ojos teníamos al mismo hijo de Ataulfo si las cuentas cuadraban que parescíame que sí. Cuando terminó de explicarme me dirigí a el-¿Et dígame vuesa merced en que cosa pueden ayudarle unos simples peregrinos?

vive Dios que este muchacho parece enteramente carne de mi carne!! Acaso dio un fruto inesperado mis devaneos con la bonita señora del merino? Mejor sea que no me vea, que lo último que quisiera es que estropear el negocio de Don Carlos. Mas si en verdad es que se muestra es fijo mio, alegrome de que haya caido en tan alta cuna et me gustaría con el tiempo poder conoscerle mejor

Pienso bien tapado por las vendas et capa que non quiero que me sea reconocido en la villa por nadie et menos que este muchacho vea en mi parecido alguno, aunque dudo mucho que pueda hacerlo si nunca ha sospechado que su padre no es el suyo padre

Cuando los tiempos son revueltos, es mejor no llamar la atención, piensa Nicomedes, justo antes de que Evaristo le conteste. E imitando a su aprendiz y a Evaristo* se cala la capucha y baja la testa, mirando eso si hacía el merino. Mal rayo me parta si non guarda parecido el zagal con...

Vaya, vaya... Parece que el bueno de Ataulfo comparte el problema de la incontinencia carnal con mi señor - pensó con sorna el escudero -.

Se preguntaba el soldado qué podían hacer por el zagal que se les había presentado al paso aunque, en definitiva, en estos casos lo mejor era dejar hacer a los señores de alta cuna que en cuestiones de diplomacia estaban más versados.

En esto que dirigiose Evaristo al muchacho y el muchacho dirigiose a él et quedó dudando por unos momentos. ¿No os he visto yo a vos antes¹? Bueno, no importa.

Bajose del caballo et dirigiose a vuestro grupo, más concretamente pareció examinar a Jacob.

-Mi nombre es Rafael, soy hijo del merino y en su nombre os pido vuestra colaboración. Hace unos meses hubo un pequeño incendio en la torre monacal ha echado a perder las cuerdas conque se hacían repicar las campanas. Et con la peste, la guerra no queda nadie que pueda subirse a las campanas et amarrarles cuerdas nuevas. Et en estas que os he visto y váleme Dios, pues juraría que ese mozo que os acompaña es ágil como un ratón y muy capaz de trepar hasta las campanas para solucionarnos la papeleta.

Mientras decía esto examinaba al jóven Jacob con aire satisfecho.

No nos ha de llevar más de dos horas et si hacéisme este favor os escribiré una nota para que un posadero amigo mío de Santo Domingo de la Calzada os prepare un buen cabrito a precio de compadre. Y los hace tan de chuparse los dedos que no os aseguro os será dificil parar de comer aúnque estéis a reventar.

Perplejo quédome ante el asombroso parescido habido entre el mozo que se dirige a nos y "El Viejo" que nos acompaña desde buen comienzo del camino.
Refugiome entre el resto de compaña muy en temiendo que el zagal de tan aristocrático porte n'esté buscando brazos para combatir et que es bien sabido que non soy para nada ducho en aquestas tareas que espantanme en demasía e de las que huyo como si del Diablo se trataran.

Et que non es aquesta, por cierto, la pretensión del dicho mozo sino lo que resulta querer es que me encarame bien alto del campanario para trasegar no sé qué cuentos d'unas cuerdas y que es aquesta cosa que non me face miaja gracia pero ante la cual deberé acatar lo que me digan el resto puesto que soy mozo plebeyo e non creo poder decir nada al respecto.

Viendo la cara de rechazo de Jacob ante la tarea propuesta por el merino el escudero decidió chinchar un poco a su joven amigo.

Poco trabajo es para un mozo como tú Jacob - dijo sonriendo Gonzalo -. Y si el premio es un cochinillo con la piel bien crujiente yo me ofrezco a echarte una mano con esa cuerda muchacho. Pienso yo  que si te aseguramos bien no tienes por qué correr ningún peligro.

-Jacob. Recuerda las escabechinas que facíanse los mozos de Riglos por querer subir a los mallos. Aquestos cristianos son majaderos.- Le susurra Nicomedes a Jacob discretamente. 

Buena recompensa es la que proponedes...mas es el chico el que decide pues es su cuello el que anda en juego. Et en aquestas cosas el que corre los riesgos debería ser el que decide. Me vuelvo mirando a JAcob, instandole a tomar una decisión. En otra ocasión non habría tenido escrúpulos en vender a la mia madre si aquesto me aportaba un buen asado, mas con don Carlos tenía siempre el estómago lleno et non me iba de un cochinillo más o uno menos. Así que le dejé la puerta abierta al mozo.

Non quise mostrarme en demasía, pues no quería que el obvio parecido entre el muchacho et mi persona que todos mis compañeros de viaje parecían haber notado, fuese percibido por el tal Rafael. Rafael, bonito nombre le pusieron al mozo. Quiza aunque me viese nada sospecharía, seguramente todo el mundo pensará que es hijo del merino. Como sino iba a ostentar dicho cargo si el propio merino supiese del engaño?.

En cualquier caso mejor no remover el pasado, mantendreme al margen a ver como de las apaña Jacob con la torre en busca de un buen asado que parece esperarle arriba

Bien poco habituado n'estoy a aquestas cosas de haber de tomar decisiones que esto es cosa de nobles e mentes pensantes, m'encojo como un corderito al saber todos los ollos posados en lo que haiga de decir.
Et que mucho me espanta tener que encaramarme a un campanario pero mucho más provocar la ira d'un cortesano, que bien es sabido que los deseos d'aquestos bien tienen que ser tomados como órdenes si uno aspira a conservar la cabeza sobre los hombros.
- Haré lo que vos digáis - accedo con un revelador encogimiento de hombros.

***** Atención *****

***** Seguimos en Nájera. *****

Nájera - 20 de Octubre de 1362

Religioso como era, no pudo negarse Carlos a reparar las campanas del monasterio et animó a Jacob a hacerlo.

Mientras el pequeño judío se encaramaba a las campanas sujeto por una cuerda de seguridad y se afanaba por colocar las nuevas cuerdas con que tañir las campanas, Rafael no paró de hablar animado et de preguntaros por vuestro viaje et vuestra ruta. Contagiose Don Carlos por los bríos del jóven et recreose al narrar la batalla contra los bandidos en Ibarrela et ensalzar el arrojo de Ataúlfo en el combate.

Ganose Rafael la confianza de Carlos et antes de despedirse pidiole un favor.

-Don Carlos, deseo que os sea venturoso el viaje y quisiera pediros un favor. Mi madre partió hace una semana hacia Castrojeriz para ver a un primo segundo suyo, Don Íñigo de Medina,  pero su criada non pudo acompañarla pues unas fiebres la mantuvieron en la cama. Las fiebres no fueron nada grave, nada que ficiera temer por su vida, de hecho, ahora ya está del todo recuperada. Sé que mi madre se alegraría mucho si pudiera tenerla consigo pero no me atrevía a enviarla tan solo acompañada del mozo de cuadras. Y es que el mozo es el único omne del que podemos prescindir aquí después que tantos hayan partido a la guerra. Y al veros me he dicho, atiza, ¿y si partieran criada y mozo con aquestos peregrinos? Debo confesar que este asunto era el que más me preocupaba y he aprovechado el asunto de las campanas para conversar y ver si erais omnes de fiar.
No os desviará de vuestro camino pues no habéis de llevarlos al mismo Castrojeriz si os supone un contratiempo, la última etapa del camino la pueden hacer ellos solos. Aunque si los acompañáis hasta Castrojeriz tan sólo os desviaréis un poco de vuestro camino et de seguro seguro que mi madre et Íñigo, que es Marqués, estarían muy agradecidos, os darán techo y os proveerán de lo que necesitareis, por lo que el pequeño desvio os será compensado.

Non creáis que a Carlos hízole demasiada gracia de primeras aquella propuesta después de la experiencia de escoltar a Ana, mas el jóven Rafael le agradaba et parecía de lo más sensato. Como luego os dijo, Rafael parescia un jóven de lo más sensato et ya sería mala suerte que la criada les saliese también loca.

Así pues se incorporaron al grupo la jóven criada Mariela et el aún más jóven mozo de cuadras Ramón. Seguían con vosotros cuando buscando posada donde Carlos et Fausto pudieran descansar unos días, entrasteis a Burgos a través de la puerta de Santa María.