Partida Rol por web

Aquelarre: El secreto de la inmortalidad

III. En Zugarramurdi

Cargando editor
17/07/2018, 22:50
Director

Una vez acomodados en las habitaciones (al inquisidor, por deferencia de Faustino y Fermín, le dejásteis la grande, la de matrimonio). Y entonces durmísteis plácidamente, como si el sueño os viniera de la nada, nada más tumbaros en los jergones. Y tal que así pasásteis las horas, y que los tres sin dilación despertásteis en mitad de la madrugada. ¿El porqué? La causa la oísteis de los ruidos que procedían de fuera, de entre las calles del pueblo; y ésta que la comprobásteis al verla con vuestros propios ojos por una de las ventanas: una procesión de cientos, miles de antorchas subía por los valles hacia la aldea de Zugarramurdi. Hombres, mujeres y niños estaban cantando y bailando delante de vuestra casa.

Algunos abrían barricas de vino, otros comían y otros brindaban. Había algunos que lo hacían todo a la vez. La luz de las hogueras refulgía en toda la aldea de una manera fulgurante, como si hubiérais encontrado el infierno allí mismo. Mucha parejas de jóvenes se dirigían hacia las sombras y otras volvían de ellas. Otros con máscaras de corderos danzaban alrededor del fuego, y no faltaban cuerpos desnudos por doquier... Una auténtica blasfemia a Dios y a la Razón... Vuestros ojos quedaron ojipláticos.

¡¡¡ TODO EL PUEBLO ESTABA SUMIDO EN UN GRAN AQUELARRE !!!
 

Notas de juego

Nota: estáis en medio de la "fiesta", sólo que dentro de vuestra casa de acogida (ya que hay gente alrededor de ella y en realidad en toda la aldea.

Cargando editor
21/07/2018, 00:09
Fermín Ruiz Ezcurra

Tumbarme en el jergón fue un gran placer para mi cuerpo cansado. La vida de la ciudad me había entumecido un poco y el notaba la fatiga del viaje.
Sólo cuando desperté me di cuenta que me había dormido en cuestión de segundos.
El ruído me descolocó y por unos momentos no sabía donde me encontraba.
- ¿Qué pasa? - dije aún con voz pastosa y con los ojos entrecerrados.
Al acercarme a echar un vistazo por una ventana me asustó lo que estaba viendo. Al principio creí que se trataba de algún linchamiento. Pero la gente venía en nuestra dirección y pude observar con horror sus atuendos, o falta de ellos, y sus impúdicos bailes. No me consideraba un remilgado pero aquello me produció una especie de asco y miedo a la vez.
Quien iba a decirnos que todo el maldito pueblo era un clan de brujos y adoradores del diablo.
- Madre de Dios... - farfullé. Me vino a la cabeza buscar entre toda esa gente a la joven Ostatxu. Si ella estaba entre esa gente, todo el pueblo debiera arder. Aunque en el fondo, era también la lujuria la que me empujó a observar sobretodo los cuerpos desnudos por si uno de ellos era el de la bella chica.
- Toribio, ya hemos encontrado lo que buscábamos. Ahora sólo debemos guardar silencio y huir de aquí cuando se acabe toda esta, ...este, ... esta orgía diabólica. Silencio. - pongo mi dedo índice sobre mis labios y me dirijo a agarrar mi alabarda y colgarme mi pistola.
- No podemos enfrentarnos a ellos. Son demasiados. Debemos huir y que vuelvan a limpiar el pueblo un buen grupo de soldados. Ya tenemos las pruebas. Hemos conseguido nuestra misión. Sólo nos queda volver vivos a casa.
No era un cobarde. Tampoco un suicida. Había vivido suficientes batallas para saber cuando debía retirarme sin presentar batalla.
Me acerco a la puerta y busco con qué afianzarle. Quizás con la mesa y las sillas, pues poca más opción había dados los exiguos muebles de la casa.
- Ayudadme a atrancar la puerta. En silencio... shhh
Dado el ruído de fuera era poco probable que por el mero hecho de mover unos muebles fuesemos a alertar a la turba. Mas seguramente ya todo el pueblo sabía que nos alojábamos en esta casa. Así que quizás sólo nos quedase rezar. Rezar y resistir dentro. Con suerte acabaría amainando toda esa satánica algarabía y podríamos escapar entre la resaca de toda esa gentuza.

- Tiradas (1)
Cargando editor
24/07/2018, 21:38
Director

Fermín se afanaba en cerrar la puerta, ¡Maldita sea, todo el pueblo estaba implicado! Éste tomó una silla y enganchó las patas entre las lanchas del suelo, y el respaldo apoyando bajo el pomo. Aquella protección no era sino inútil ante todo el pueblo que podía empujar una simple puerta. El caso es que, sorprendentemente, nadie os ostigaba fuera. Era como si la celebración nada tuviera que ver con las gentes de dentro de la casa, sino que se producía fuera. Allí afuera no había peleas, búsquedas, persecuciones ni nada intranquilo. Ciertamente, tras un rato más mirando por la ventana, os llegó a parecer en lo más profundo de vuestro corazón una celebración... lícita. Tampoco nadie parecía buscaros ni nada parecido desde allí afuera.

A quien no le pareció hacer tanta gracia fue al inquisidor Toribio que, aparte de ver aquel infame espectáculo, se encontraba algo mal debido, tal vez, a las pocas horas que había dormido*.

Notas de juego

*Toribio, te he restado otro punto de vida.

Cargando editor
25/07/2018, 19:13
Faustino Vargas

Después de que Fermín trancara la puerta  Faustino se sintió un poco más seguro. No tenemos aún pruebas, eso es un simple festejo. Tenemos que encontrar algo que… que… les implique como impuros y brujas. Algo como gatos negros, sacrificios o… o sacrilegios. Dijo con voz queda mientras miraba a Toribio, el inquisidor era el que más debía de saber sobre brujería y como detectarla.

Luego con cuidado subió al piso superior de la casa, para tener una posición mejor desde la que observar, y con disimulo empezó a estudiar la muchedumbre.   Busco signos de brujería, o lo que el pícaro podía considerar brujería, pero también busco rostros conocidos de personas principales de Pamplona, ya que, según la información recibida en la conjura se encontraba gente muy principal.

Cargando editor
29/07/2018, 02:24
Fermín Ruiz Ezcurra

Una vez asegurada la puerta seguí observando por la ventana. Parecía que no tenían más intención que retozar, danzar y celebrar alegremente. Pero quién sabe como podía acabar todo aquello. Nunca había visto nada igual y lo temía. Casi no respiro y sin pestañear absorvo todo cuanto acontece fuera.
Deseo que acabe ya y salir de este pueblo. Me siento como una gallina enjaulada en la plaza del mercado. ¿Será hoy cuando me corten el cuello? Se podría preguntar la gallina, igual que yo.

Cargando editor
29/07/2018, 16:24
Director

Faustino subió por las escaleras hasta la troje que había sobre vuestras cabezas. Aquel altillo estaba vacío, era un hueco diáfano y lleno de telarañas y había una ventana por la que podía uno observar. Lo único que encontró fueron más muestras de aquella gran fiestas en la que participaba todo el pueblo. Abajo aguardaban Fermín, observando por la ventana, y el inquisidor ahora sentado en una de las sillas, con su mano en el estómago, presa de un fuerte dolor en su interior. Nada adicional encontrásteis mientras observábais. Fue lo último que pudísteis divisar.

FUNDIDO EN NEGRO.

Vuestra visión volvió. Y no sabíais si aquello que estábais viviendo era un sueño o una mala experiencia. Increíblemente estábais ahora mismo, con las mismas ropas y los tres en fila, en la plaza principal de Zugarramurdi. Habías aparecido afuera de la vivienda. Decenas de bailarines, borrachos, hombres, mujeres y niños jaleando y tantoss otros embebidos en aquella celebración os rodeaban en círculos. Delante de vosotros, como encima de un cadalso había tres mujeres de diferentes estaturas. Una era muy vieja, otra adulta y otra apenas una adolescente. Estaban delante de vosotros, al igual que vosotros de ellas. Cuando quisísteis daros cuentas, percibísteis que estábais de rodillas frente a ellas. Os era realmente difícil contemplarlas directamente las caras, ya que las facciones de las tres se entremezclan entre sí y se desdesdibujan continuamente: el rostro de la vieja y la niña se intercambiaban con la adulta y ésta en viceversa. Y luego volvían a hacerlo una vez más, y otra, y otra...

Cargando editor
29/07/2018, 16:25
Toribio de Benavente

PNJOTIZADO.

¡¡Son ellas!! ¡Las mujeres de mis sueños! -gritó entonces el inquisidor-. Y tanto Fermín como Faustino le miraron, y entendieron que tal vez aquellos dolores que tenía desde días atrás tal vez tendrían algo que ver con lo que estaba sucediendo ahora.

Cargando editor
29/07/2018, 16:26
Brujas

Una cosa más percibísteis, y era que no teníais las armas encima, tan sólo vuestra ropa y ninguna otra pertenencia. Una de las mujeres, la más joven, levantó la mano, y entonces la muchedumbre ahora calló en su celebración y atendió a lo que tenía que decir. Estar rodeados de tantas personas os resultaba agobiante, pues aquello parecía una especie de juicio.

No os parecían sino burdas brujas, y tal que así era su aspecto. Luego la más vieja os habló:

Mal venidos seáis, mis queridos enemigos, pues os acompañan presagios funestos -decía con voz extraña-. Y en realidad hablaba ella, pero cuando escuchábais cada sílaba la cabeza os daba vuelta y no podíais asegurar si alguna de las otras dos también os hablaba. Era todo muy extraño. No es necesario que os ocultéis ahora bajo engaños, ni pretendáis asustarnos con amenazas, pues esta es la hora de la verdad, y todos los futuros han de ser desvelados. Sabemos que os encontráis en nuestro mundo precediendo al vuestro, y que muchos de los vuestros vendrán el próximo verano para destruirnos. ¡llusos! ¿Aún no os ha enseñado vuestro Dios que hay cosas que no puede destruir ni el fuego, ni la espada, ni la maldición? El espíritu de la magia real -y las manos de la más vieja se extendieron, señalando la algarabía general- seguirá mientras queden dos humanos sobre la tierra, pues está tan unido a nosotros que si nos lo arrancaran nos convertiríamos en patéticos muñecos animados. Pues igual que está escrito que la sangre de estos que hoy bailan y ríen formará mañana ríos caudalosos, también está escrito que nada podéis contra lo que es invulnerable e inmortal. Este es el castigo que os reservamos: revelaros el terrible secreto de la Inmortalidad.

La mujer vieja se adelantó un poco, bajando el estrado y se colocó delante de vosotros. Vuestro cuerpo se paralizó, y era imposible intentar mover un sólo músculo. Ni tan siquiera la lengua.

Para ello deberéis internaros en nuestras montañas sagradas -continuó-; sortear la sima de Albi, donde oiréis los lamentos de los condenados de vuestro Infierno; enfrentaros al novillo rojo, que intentará deteneros con vuestros propios pensamientos; y descender hasta la cima del monte Muro, morada del Marimunduko, donde se os descubrirá la verdadera naturaleza de los que son como vosotros. Y estamos seguras de que lo haréis de buen grado, ya que en caso contrario vuestro amigo morirá, y otro de vosotros ocupará su lugar, hasta que todos vosotros hayáis desaparecido de la faz de la tierra.

Cargando editor
31/07/2018, 21:00
Faustino Vargas

El pícaro miro a un lado y a otro muerto de miedo. Una cosa era tener a la muerte pisándote los talones cuando se escapaba de La Ronda pero otra cosa muy diferente eran los males que afectaban al alma; con unos se marchaba con los pies por delante y flores para el entierro pero los otros significaban una vida eterna de sufrimiento. ¡Y con el diablo habíamos topado! Mejor dicho, con las brujas habíamos topado.

Busco consuelo en sus compañeros, pero todos parecían igual de temerosos que él. Así que intento hablar, al principio las palabras se le atragantaron por el miedo, tuvo que carraspear para que las palabras al final brotaran de su garganta. Parece que no tenemos otra opción. Contesto de forma lacónica y funesta.

Parecía que esta aventura todo el mundo quería chantajear al pobre Faustino. Primero le amenazo el inquisidor y ahora unas brujas. Maldito el día que acepte este trabajo.

Cargando editor
07/08/2018, 00:19
Fermín Ruiz Ezcurra

Prefería enfrentarme a mil demonios antes que morir en manos de una bruja. Postergar lo inevitable que trae la vida con si, podía incluso ofrecer el placer de poder ajustar cuentas con todo este maldito pueblo embrujado. Había visto pueblos qiemarse hasta sus cimientos y éste sería el que más placer me daría.

- Claro brujas. Lo haremos. Pero para ello quiero recuperar mis armas.

Por pedir que no quede. Tampoco supondría ningún peligro en frente de todo un pueblo de satánicos.

 

Cargando editor
08/08/2018, 18:10
Director

El inquisidor Toribio siguió tosiendo, más y más fuerte, y entonces, en un segundo, vuestra vista se nubló, tornó en negro.

* * *

Os despertásteis en vuestros jergones, en la casa de Ostatxu. Vuestra frente estaba empapada en sudor y en las paredes de barro y madera había ciertos grabados, seis o siete, de tres figuras colocadas en fila. Aquello no era sino el recuerdo de las tres brujas, y tal vez que fuera cierto que estaban allí para recordaros que, lo que habíais vivido, ni era mentira ni había sido en balde. El inquisidor Toribio tenía sangre en sus labios, y cada vez está peor. Fermín miró a su alrededor y sus lanza y otros objetos estaban cerca de él, justo donde los había dejado... Entonces oísteis una voz.

Cargando editor
08/08/2018, 18:10
Ostatxu

"Rezaré" un poco por vosotros -decía con sarcasmo y sorna, y era la voz de la joven Ostatxu, que había entrado en la vivienda-, para que lleguéis al Marimunduko de manera sana y salva... Por cierto, lo de vuestra frente os protegerá de las bestias y el acoso de otros hombres durante el viaje, más no así de los lugares que las "ancianas" señalaron.

Entonces la joven se retiró, saliendo de la vivienda y quedando la puerta abierta.

Cargando editor
08/08/2018, 18:11
Director

Una vez os levantásteis, segundos después, mirásteis a través de la entrada y vísteis, aún por vestir del todo, a toda la población de Zugarramurdi, que aguardaba a uno y otro lado de la calle, como haciendo camino, a que saliérais y os pusiérais en marcha hacia vuestro viaje. Lo único que comísteis tras vestiros de mala gana fue algo de queso y pan que había en la mesa del salón. Por su parte, Toribio apenas se podía mover. Además, o mirásteis el extraño símbolo que los tres teníais grabados en la frente, como señaló Ostatxu, y que recordaba vagamente la imagen de un puño formando la señal contra la Malochia (puño cerrado con el pulgar introducido entre el índice y el corazón).

Cargando editor
08/08/2018, 18:13
Toribio de Benavente

PNJOTIZADO.

Yo me quedaré aquí. No puedo ir con vosotros en este estado -decía el inquisidor llevándose la mano a la boca-. Haced completo el viaje, pues siento que no me aguarda mucho tiempo. Tened por certeza que veréis este pueblo en llamas, sus habitantes muertos a latigazos y el fuego, e id con la certeza de Dios. Que el señor sea con vosotros -entonces no hizo más, sino que se tumbó en el camastro de nuevo una vez estuvísteis preparados*-.

Notas de juego

*No hay noticias de Aramo (Toribio) desde hace tiempo, asique seguimos sin él.

Cargando editor
08/08/2018, 18:14
Director

Al salir de allí no vísteis vuestros caballos, y no había rastro de ellos. Las gentes del pueblo esperaban mirándoos que avanzárais hasta salir de la aldea, y así lo hicísteis. Sin saber si volveríais a ver al inquisidor con vida o sin ella, no teníais elección y anduvísteis hasta alejaros del pueblo. A lo lejos, desde una peña a media altura, os pareció ver a las tres brujas de la noche anterior, o al menos eso vieron vuestros ojos. Ahora, delante de vosotros, se os presentaba la sima del Albi, al otro lado del monte donde se alzaba Zugarramurdi.

Tras una hora caminando, el sol ya estaba casi casi en su cénit, e hicísteis una pequeña parada. Ojeásteis el terreno y os dísteis cuenta de que no muy lejos de donde estábais una gran formación apretada de roca se agolpaba toscamente en uno de los picos donde podría estar la sima. Aquello debía ser la zona clave del Albi. Sin mucha opción que poder tomar, decidísteis subir hasta allí, lo cual os llevó otra media hora. Lo que vísteis allí os sobrecogió un poco.

Un gran agujero en la tierra, la sima, como jamás habíais visto, se os presentó ante vosotros.

Notas de juego

Notas:

-Restáos 5 puntos en RAC y añadidlos a IRR (por la visión con las brujas).
-Tal vez este mes de agosto las actualizaciones sean más lentas, pero las iré haciendo ;)

Cargando editor
14/08/2018, 11:22
Faustino Vargas

El pícaro se había preparado lo mejor que pudo para su nueva misión. La misión seguía, simplemente había cambiado de jefes. El que fuera a disgusto o feliz poco iba a importar.

Siguió el camino que las brujas le había indicado sin pronunciar ni una palabras hasta que llego a la cima del monte. La visión de la sima le impresiono bastante.

Sortear la sima de Albi, donde oiréis los lamentos de los condenados de vuestro Infierno. Murmuro entre dientes recordando las palabras de las brujas. ¿Pero qué quieren que sorteemos? ¿Qué pasemos al otro lado o que bajemos?

El joven comenzó a estudiar el terreno buscando alguna pista.

Cargando editor
15/08/2018, 20:13
Director

Andaba Faustino sumido en los pensamientos sobre sortear o no aquel gran agujero en la cúspide de la cordillera, cuando entonces lo oyó. Él y Fermín, sin duda alguna y con total claridad: mientra pasábais por las cercanías de la negra y abismal sima profunda percibístes con intensidad leve al principio, y con mayor intensidad después, gritos y lamentos mezclados con voces suaves e invitadoras, embriagadoras como el pecado y tan peligrosas como éste. Parecían proceder de aquel enorme pozo natural...

Notas de juego

Las voces os llaman hacia el fondo. Debéis pasar una tirada de RR para resistir las voces; o bien idear algo para no escucharlas.

Cargando editor
20/08/2018, 18:36
Faustino Vargas

El pícaro estaba acostumbrado a que las mujeres de vida alegre de las tabernas le dieran la turra, así que estaba acostumbrado a abstraerse de las voces perniciosas. Aun asi, arranco un poco de algodón del forro de su jubón y se lo puso en los oídos. Por gestos, intento que su camarada hiciera lo mismo.  

- Tiradas (1)
Cargando editor
22/08/2018, 20:19
Fermín Ruiz Ezcurra

PNJOTIZADO.

¡Maldición, Faustino...! -gritó en voz baja Fermín clavando su lanza en el terreno-. ¿Tú también oyes eso?

Y aquello era en realidad una pregunta retórica, peus el pícaro de cabellos de oro ya se estaba taponando los oídos con la tela de su jubón para no oír tales lamentos. Y con la argucia que éste le mostró, Fermín hizo lo propio, igual que él. Sin embargo, pareció que quedaba el mercenario absorto en tales voces, y cada lamentos entremezclados con susurros suaves e invitadoress asemejaba embriagarle hacia... ¡¡¡el agujero de la sima!!! Una invitación tan grande como el pecado y tan peligrosas como éste...

¡¡¡Fermín comenzó a andar a paso lento y dificultoso, como lo hace un niño, hacia el pronfundo agujero del cañón!!! Y parecía que no hacía nada por evitarlo...

- Tiradas (1)
Cargando editor
24/08/2018, 16:04
Faustino Vargas

Fausto corre detrás de Fermín tratando de detenerlo y meterle un trozo de algodón en el oído. Quieto Fermín, no vayas, es una trampa.  Grita en voz alta tratando de copar las voces con sus gritos.