Partida Rol por web

Aquelarre et confidentis

* Aviva Cohen, judía del Reino de Granada, Mediera, hija de un Marino

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07/01/2014, 01:31
Aquelarre

Introducción

Principios de Siglo XV. Ciertos asuntos te han llevado a viajar cerca de la frontera con el reino de Granada; tierra peligrosa donde las haya, pues en ella moros y cristianos luchan continuamente por adelantar sus fronteras y hacerse con las fortalezas que custodian los siervos del rey nazarí y del monarca castellano. Además, te han contado que este lugar es especialmente propicio para el pillaje, por lo que te alegras cuando, al caer la noche, divisas a lo lejos un caserío dominado por una imponente forteleza que se erige en la ladera de la sierra.

Al llegar al pueblo compruebas que sus gentes, a pesar de vivir casi en constante peligro, son amigables y hospitalarias con los forasteros que comparten su fe; no te cuesta demasiado convencer a una familia de campesinos para que te alojen en su establo junto a los bueyes y te ofrezcan algo de comida (aunque en realidad quien les convence es tu tintineante bolsa, pues vive Dios que no hay mejor argumento ni más universal que el del vil metal).

La familia se compone de un matrimonio y cuatro críos pequeños. El padre, de nombre Tobías, se acerca al establo y te avisa de que su mujer pronto servirá la comida. Entras en la humilde casita hecha de adobe, que solamente cuenta con una habitación. En un rincón hay un gran jergón de paja donde presumiblemente duerme toda la familia, y apoyada en la pared hay una plancha de madera, la cual, llegado el momento, es transportada por la mujer y dispuesta sobre unos caballetes, haciendo las veces de mesa. Es entonces cuando notas en sus rostros una sombra de miedo y preocupación.

Durante la cena, que consiste en unas insípidas gachas, Tobías te informa de que te encuentras en el señorío de Zuheros. Su Señor es el conde Don Pedro, de la casa de Aguilar, que obtuvo hace poco la fortaleza gracias a una merced del rey. Según te cuenta el campesino, los vecinos no vieron con buenos ojos la llegada de don Pedro, pues nadie desea convertirse en vasallo de ningún señor cuando antes ha tenido gozo de no sufrir ese tipo de ataduras.

Y no es que antes estuvieran mucho mejor, pues el concejo de Córdoba, propietario de la villa, les agobiaba con sus cuantiosas rentas, destinadas a costear una guerra interminable contra Granada que ya duraba más de un siglo, sin que ello sirviera para asegurar su bienestar, pues no pocas veces habían sido víctimas los zuherenses de las terribles cabalgadas de los nazaríes. Pero basta con que la figura de autoridad se concrete en una persona palpable para que todas las quejas afluyan en un mismo cauce y puedan concentrarse al unísono en un único culpable.

Notas de juego

Durante este post podrás incluir la historia de tu personaje, indicar cómo y por qué has llegado hasta allí y narrar tus impresiones.

¡Has sido la primera en terminar la ficha! ¡Enhorabuena y espero que te guste el sistema!

Como ya dije soy novato, así que espero que sepas comprender mis dudas y mis desconocimientos.

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07/01/2014, 02:37
Aviva Cohen

     Aviva se alegra sobremanera de llegar, sana y salva, a un pueblo cercano a la frontera con Granada. Sabe que ese lugar es víctima de pillajes así que, cuando es acogida en una casa, siente que su corazón está aliviado. "Gloria a Yahvé, Dios mío. Has iluminado mi paso a través de tierras inseguras, para darme cobijo en la morada de una familia." Aviva, cuyo nombre fue puesto en honor de la primavera, es agradecida con estas gentes.

     Son campesinos pero no por eso no le brindan alojamiento, en el establo, junto a los bueyes. Mas todo es mejor que dormir a la intemperie y unas monedas de la chica hebrea los terminan de convencer. Luego se le invita a cenar con ellos, y como es costumbre, se conversa durante la comida. Ellos le cuentan sobre el nuevo señor: Don Pedro, que ha obtenido esa merced gracias al rey. Las gachas son insípidas pero Aviva no tiene problema en poner cara de satisfacción cuando las come, sabe que no hay peor alimento que un estómago vacío. Así que escucha atentamente lo que estas gentes tienen para contar y aprovecha para narrar su propia historia.
       
     -Entiendo. No es grato estar al mando de un señor del que se duda. Y el dinero y la guerra, son como un matrimonio que no se ha unido bajo la protección de Dios, sino la de otro señor, no me atrevo a decir cuál. Si puedo ayudaros con algo, he venido aquí por asuntos de comercio.

     Aviva miró a la familia con sus ojos dulces pero decididos, pensó que era momento de hablar un poco de su persona, aunque sea para inspirar confianza.

     -Mi esposo está en mi pueblo, y yo he venido a hacer los quehaceres de buena esposa y ayudar con los asuntos de nuestro negocio. Verán, somos medieros, compramos mercancías y las vendemos en otros sitios. Es un buen trabajo, siempre hay algo que alguien ofrece y otro necesita. Pero, como mujer, quisiera más tiempo para tener familia. Pero Yahvé tiene sus razones, pienso. Nada cae bajo su cielo sin su atenta mirada. Tal vez este problema que vosotros tenéis sirva para mi quehacer, y a la vez os pueda ofrecer mi modesta ayuda. Lo debo por vuestra atención al dejarme estar aquí, poder dormir a cubierto.

     Aviva sabía que ya había pagado unas monedas por la noche pero siempre venía bien algo de información. Si una trabajaba comprando y vendiendo cosas era mejor tener contactos, sobretodo sí eras una mujer en tiempos de hombres. Así que comió otro poco de su alimento con tranquilidad, esperando ver si Tobías o alguno otro de la familia le daba algo de información más.

     "¿Sería posible ver a ese señor y lograr allí un negocio?", se preguntó aunque no lo dijo en voz alta. Ella era una mujer y su opinión no era lo suficientemente importante. Pero ella actuaría en nombre de su esposo, así sí sería otra cosa...

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16/01/2014, 03:42
Aquelarre

El odio entre señor y los vasallos fue creciendo; don Pedro castigaba a los campesinos con el pago de fuertes impuestos y la imposición de nuevas responsabilidades, y muchas veces éstos se resistían a cumplir sus obligaciones. Pero fue hace un par de semanas cuando la cosa se complicó. El hijo de don Pedro fue asesinado misteriosamente, y desde entonces cualquiera queja por parte de sus vasallos se castigaba con torturas y encierros en las mazmorras de su castillo. Algunas familias incluso han optado por huir debido al temor, a la vista de lo que está sucediendo.

Terminada la cena, te marchas al establo y reflexionas sobre lo que te ha contado Tobías. Tal vez sea una buena oportunidad para ganarte el favor de una persona poderosa e influyente como don Pedro, o de probar suerte e intentar encontrar trabajo ahora que se acercan tiempos difíciles y empiezan a faltar manos.

Decidas lo que decidas al día siguiente decidirás presentarte ante el castillo de don Pedro y presentarte a él.

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16/01/2014, 04:28
Aviva Cohen

            Aviva escuchó con bastante temor la historia de cómo Don Pedro fue endureciéndose. Todo tuvo que ver con el asesinato de su hijo, que ciertamente podría tener una relación al aumento de los impuestos y la imposición de nuevas responsabilidades. La chica Cohen comprendía que si uno golpeaba demasiado a un perro, terminaba siendo mordido, y ese era el efecto que los tributos podían ejercer sobre el pueblo.

            La cuestión era que nadie ahora se animaba a decirle nada al Señor so pena de ser llevado a una mazmorra, torturado o muerto en el olvido. La joven meditaba sobre esto en el establo y sabía que al otro día debía decidir entre ganar los favores de alguien influyente o intentar conseguir intercambios de otras formas, sabiendo que eran días duros.

            -Piensa, Cohen, piensa –se decía a sí misma mientras caminaba entre la paja y el pienso. –Es una buena oportunidad presentarte ante Don Pedro, podrías hacer un buen dinero. Es un hombre influyente. Pero…-, y es que Aviva tenía una característica en su personalidad que justamente no tenía que ver con su valor –es muy peligroso. No… no podría ni mirar a los ojos a semejante sujeto. No, no, no. Mi esposo tampoco quisiera que me arriesgue. Él me ama demasiado, yo lo amo. No. No es una buena idea.

            Pese a todo mañana ella debía presentarse ante ese Señor. Era algo requerido pues era el dueño del poblado y sería peor ser encontrada como una forastera que no ha venido a presentar sus asuntos; su motivo de llegada al pueblo y eso.

            -No tengo muchas opciones… deberé tragar saliva y saludar al Señor como una humilde mediera que ha venido aquí por negocios. Si algo surge… será una oportunidad y sino, al menos el dueño de esta tierra sabrá de mi existencia y no pasaré por ladrona o vagabuna. –No era que realmente Aviva quisiera pasar por dicha situación. Sus ojos estaban brillantes pero de miedo y sus dedos se desenrredaban y enredaban en un tic nervioso. Decidió que pensar más sería inutil. Fue a un montículo de paja y recostó su cabeza de rizos castaños. Cerró los ojos y pensó en su tierra y en el aroma de su esposo; en la mirada de amor que le dirigía siempre. Eso le daría un poco de ánimos.

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20/01/2014, 04:55
Aquelarre

Capítulo I

Te despiertas temprano a la mañana siguiente, desalojando el establo antes de que comience la jornada laboral. Asciendes por la pendiente que conduce a la fortaleza mientras la contemplas extasiada. Excavada en la roca, dispone de varias torres rectangulares y una central aún más grande que las otras.

El portón de entrada se mantiene abierto, puesto que los campesinos acuden temprano al castillo para cocer el pan en los hornos del señor. Un escalofrío te recorre el cuerpo al ver varias horcas cerca de la puerta, una de ellas ocupada por un cuerpo en descomposición que oscila levemente mecido por el viento.

Un soldado, armado con una lanza y protegido con un peto de cuero, se mantiene erguido a duras penas a un lado de la puerta. No obstante, su cara de aburrimiento se despabila al ver en ti un rostro desconocido. Se yergue cuando le preguntas por su señor.

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20/01/2014, 05:05
Francisco, el Soldado

- Estará en la torre del homenaje, como siempre. Te contesta. ¿Para qué quieres verle?

Le dices que deseas ponerte a su servicio. El soldado frunce el ceño y te examina de arriba abajo, pero tras un instante de profundo escrutinio, te franquea el paso.

- Ve a la torre del homenaje y avisa al capitán. Añade.

Notas de juego

Opciones a tomar en cuenta en este momento, debes rolearlo y en tu post dejar claro una de las tres:

a) Le haces caso.
b) Prefieres seguir hablando
c) Quieres dar antes un paseo por el patio de armas.

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20/01/2014, 06:20
Aviva Cohen

      Al otro día Aviva se dirigió a conocer a este Señor. La imagen de las horcas le hizo volverse más pálida que la luna pero se obligó a seguir caminando. “Un paso tras otro, uno tras otro… no veas arriba. ¡Santos los cielos! ¿Qué le pasa a este hombre? ¿Es un loco, un orate?” Es que la chica no pudo evitar ver a uno de los cuerpos colgados, y era un espectáculo espantoso. El pensar que un amo de tantas tierras pudiera ser tan cruel con su pueblo. Cohen no tenía facilidad para entender esas cosas.

      Mientras miraba sin mirar al pobre sujeto, se topó con un soldado. Se detuvo y casi se le escapa un grito, pues estaba demasiado tensa con todo. Pero los ojos del hombre la estudiaron y, al preguntarle qué quería allí, Aviva llegó a comentar sus intenciones. Aunque primero pareció dudoso, el hombre de armas le cedió el paso.

      “Debo aprovechar, no tengo apuro en conocer al Señor y no me gusta los indicios de su carácter. Si pudiera saber más…”

      -Buen guerrero –“sonará mejor que decirle soldado, de mayor nivel”, -no quiero importunarlo. Sólo si pudiera darme un consejo, buen hombre, de cómo dirigirme a vuestro Señor. Soy una persona con un interés verdadero en ofrecer mi capacidad de intercambio. Oh, no quiero enredaros con palabras o restarle tiempo. ¿Podría… si no lo distraigo… buen guerrero… darme un consejo? Se lo suplico.

      Aviva le dirige una leve reverencia al soldado y mientras la hace mantiene sus ojos fijos en los del hombre. Supone que no es una mujer fea, y espera que un acto de gracia y belleza, y respeto, le suelte un poco la lengua.

Notas de juego

b) :)

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24/01/2014, 05:45
Francisco, el Soldado

Antes de atravesar la puerta, le pides al soldado un consejo. Asoma a su rostro una mueca de desconfianza, lo que no te resulta extraño teniendo en cuenta la creciente tensión que se respira estos días, al menos según te había contado Tobías.

¿Un consejo? Termina diciendo con una sonrisa maliciosa y dejando claro que no tenía ninguna intención de dártelo.

Notas de juego

a) ¿Quieres intentar convencer al soldado de que él mismo te explique cuál es la situación? Si es así lanza una tirada de Elocuencia.
b) Si por el contrario te olvidas del soldado y te adentras en la fortaleza, puedes hacer dos cosas:
ba) Ir a la torre del homenaje y preguntar por el capitán de la guardia.
bb) Darte antes un paseo por el patio de armas.

He puesto turno porque me sobraba algo de tiempo hoy y así te adelantaba un poco. :)

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24/01/2014, 20:04
Aviva Cohen

     Aviva no gustó de la mirada del soldado pero temía mucho el entrar a la fortaleza sin más. Cualquier consejo era para ella importante para saber cómo tratar a ese hombre tan ruin. Así que sin demostrar algún turbamiento por la reacción del hombre, ella continuó diciendo: -sí, cualquier consejo. Sé que vuestro Señor es una persona importante y con poco tiempo. No quiero ofenderlo o actuar mal delante suyo. Me han dicho que es muy severo. -Al decir esa última frase los ojos de Cohen señalaron hacia arriba, a los cuerpos colgantes. Los miró sólo un momento pues le daba escalofríos la escena y sólo estaba allí porque no tenía manera ahora de regresar a su esposo con las manos vacías.

     -Os lo agradecería, sino... continuaré camino. Sé que vos también careces de tiempo, siempre trabajando.

- Tiradas (1)

Motivo: Elocuencia

Tirada: 1d100

Dificultad: 67-

Resultado: 46 (Exito)

Notas de juego

Dire fíjate si tiré bien.

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28/01/2014, 03:02
Francisco, el Soldado

Intentas demostrarle tu buena fe, diciéndole que tienes entendido que existen problemas por aquí y que te gustaría ayudar. El soldado por fin se relaja y consiente en hablarte.

- Más que un consejo te contaré algunas cosas de lo que suceden por aquí. Quizá eso te ayude en tu empresa.

Hace tiempo el castillo de Zuheros era propiedad del Concejo de Córdoba, pero el rey se lo donó a la casa de Aguilar. La gente del lugar no se lo tomó nada bien. Cuando llegó el señor don Pedro aumentó el impuesto por usar los hornos del castillo y sus molinos, y encargó nuevas tareas a los campesinos: abastecer el castillo de víveres y de leña; hacer reparaciones en las murallas; trabajar sus tierras...

No es que las cosas fueran muy diferentes cuando el castillo pertenecía al Concejo, pero ahora, además de las horas de más que deben dedicar al señor, se han encontrado con que ni siquiera pueden quejarse, dice mirando hacia los cadaveres pues él es el único juez en sus dominios. En cambio, yo no me puedo quejar, antes el Concejo me pagaba un sueldo de alguacil, ahora he pasado a ser soldado del nuevo señor.

El problema es que esos estúpidos campesinos asesinaron al hijo de don Pedro y ahora se va a liar la gorda. Día y noche nos manda vigilarlos y arrestar a todo aquél que muestre el más mínimo indicio de insurrección. Y ya has visto el resultado añade señalando al ahorcado a unos metros de allí.

Agradeces la información al soldado y te dispones a entrar en el castillo.

Notas de juego

Sí, la tirada está bien hecha.

a) Puedes dirigirte a la torre del homenaje y avisar al capitán
b) Puedes darte un paseo por el patio de armas.

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28/01/2014, 06:33
Aviva Cohen

     El guardia se soltó y finalmente la chica pudo tener algo de información. Más que nada sobre la venida del Señor y cómo las cosas habían cambiado hasta el punto que ahora cualquier cosa sospechosa podía ser vista como un acto de rebelión. Los cuerpos eran de aquellos pobres desafortunados que dieron sospecha suficiente, que por lo que le decía este hombre no tenía que ser demasiada. Don Pedro sonaba como un verdadero tirano y el asesinato de su hijo sólo empeoraba la situación del pobre campesinado.

    -Gracias, buen hombre. Lo dejo a sus tareas y tendré cuidado de no hacer enojar a Su Señor de manera alguna. -Aviva hizo una leve reverencia, aunque no sabía si venía al caso y se fue directo a la torre a avisar al capitán de su llegada. También hubiese podido recorrer el patio de armas pero no quería perder el rumbo.

    "Debo mantener la tranquilidad. Ofreceré mis servicios de la mejor forma posible y luego veré qué tareas precisa este... este hombre. Me gustaría trabajar para otro tipo de persona. Seguramente mi esposo se enfadará cuando sepa qué carácter tiene el que me tomará a su servicio. Pero... necesitamos el trabajo. Vivimos de ésto..."

    La joven se intentaba dar ánimos aunque en realidad estaba asustada y una parte de ella preferiría volver sobre sus pasos y emprender el regreso a casa.

Notas de juego

a) =D

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03/02/2014, 03:17
Aquelarre

Estás frente a una gran torre rectangular de tres plantas, cuya puerta es custodiada por un soldado con indumentaria idéntica a la del de la puerta de entrada al castillo. Le pides que avise a su capitán. Éste llama a voces a un soldado que se encuentra en el interior de la torre y le transmite tu petición.

Al poco, aparece en el umbral un hombre alto y fuerte, moreno, calvo y de barba rala, que viste gambesón reforzado y capa de color rojo oscuro. A diferencia de los demás soldados, no lleva casco, pero sí una espada al cinto.

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03/02/2014, 03:18
Capitán

- ¿Quién eres y qué deseas? Te pregunta con una voz grave y potente, típica de un militar.

Te presentas y le informas de tu intención de ponerte al servicio del señor del castillo.

Notas de juego

En este post aclara si eres noble o no o si eres alguna de estas cosas: alguacil, amogávar, bandido, pardo o pirata.

Evidentemente nadie dice que sea obligatorio que digas la verdad...

En caso de que mientas, haz una tirada de Elocuencia

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03/02/2014, 19:37
Aviva Cohen

     Aviva fue reciba con dureza, como era hábito de los militares. Quiso ser clara y directa en sus respuestas porque sabía que a estos sujetos no les gustaba perder el tiempo.

     -Soy Aviva Cohen, una comerciante. Procedo de un burgo cercano, mi señor. He venido a estas tierras a presentarle a vuestro Señor, el dueño de ellas, mis habilidades de mediera.

     La chica se detuvo en ese punto y volvió a hacer la reverencia que antes le había dedicado al soldado, sólo que un poco mayor pues creía que debía ser así ante un hombre de un rango más elevado. Sus ojos no dejaron de mirar a los ojos del capitán pues quería mostrar su honestidad de intenciones. La verdad era que hubiera preferido otro pueblo en donde hacer negocios pero ya estaba aquí, no podía dar vuelta atrás y volver a su pueblo y a su esposo con las manos vacías.

Notas de juego

Elijo decir la verdad.

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11/02/2014, 05:59
Capitán

- Bien - Exclama el capitán - Esto es cosa de Gonzalo. Acompáñame.

Sigues al capitán hacia el interior de la torre. El lugar está oscuro debido a que carece de ventantas, aunque tus ojos se acostumbran fácilmente a la falta de iluminación. Te encuentras en un salón rectangular cuyas paredes están cubiertas de bonitos tapices.

Al fondo hay una gran silla ricamente ornamentada que hace las veces de trono, donde se sienta un hombre de pelo entrecano pero de regio porte y vestido con ropas de calidad, que apoya su codo en el brazo de la silla y te observa como si fueras un insecto insignificante. A su lado, de pie, se encuenetra un individuo de edad similar, de escasa barba y largo bigote, también ricamente ataviado, pero no tanto como el otro. A ambos lados de la sala hay sendas mesas de madera con un candelabro como único adorno.

- Esta mujer solicita ponerse a vuestro servicio, señor - dice el capitán, cuyo tono enérgico ha pasado de ser de sumo respeto y deferencia, y te deja sola ante ellos.

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11/02/2014, 06:11
Gonzalo

- Acércate - Dice el hombre del bigote. Éste debe de ser el hombre al que el capitán se refirió como Gonzalo. Seguramente se trata del mayordomo del castillo.

Obedeces al instante y te acercas a una distancia prudencial. El conde se limita a escuchar, apoyado en su silla, como si no tuviera el más mínimo interés en ti.

- Dinos - Inquiere Gonzalo - ¿Qué sabes hacer?
 

Notas de juego

a) Artesano
b) Bufón, cómico o juglar
c) Cazador y llevas arco
d) Barbero-cirujano, curandero o médico.
e) Distinta de las anteriores.

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11/02/2014, 07:33
Aviva Cohen

       Áviva es llevada por el capitán a un salón sin ventanas pero ricamente adornado con tapices. Hay dos hombres allí, ambos denotan poder aunque el que está sentado en el trono mucho más. La pobre joven siente que sus manos se enfrían. Ve las sendas mesas con un candelabro posado en ellas como único ornamento y de pronto parece  faltarle luz. El capitán se retira, con respeto (no hacía ella sino a los señores) y la deja a solas con ellos. "Abre la boca. Sé clara y directa, no son gentes de paciencia. Recuerda lo dicho por el soldado. Tú puedes hacerlo y bien."

    La realidad es que la voz le sale finita, aunque luego de carraspear, la aclara un poco.

    -Soy una mediera. Consigo mercancías y las vendo, hago intercambios. -Hace un gesto de cortesía, inclinando su cabeza y torso, en un saludo respetuoso. -He venido a ofreceros mi servicio. Me llamo Áviva Cohen, y he venido de otro pueblo para comerciar. Si tenéis bienes que vender o buscáis qué comprar... para eso me presento, mi Señor.

     Áviva calló e hizo un gesto de humildad juntando sus manos y bajando un poco su cabeza. Estaba asustada, y la falda larga evitaba que se viera cómo sus piernas temblaban como palillos. No quería levantar la vista hasta no,oír una respuesta de Gonzalo.

Notas de juego

e) distinta de las anteriores 

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10/03/2014, 04:21
Gonzalo

- La verdad que en esta época no nos vendría mal alguien como tú. Comenta Gonzalo, dirigiéndose a su señor. Aunque más bien necesitamos jornaleros, es época de cosecha y no nos vendría mal una mano más.

Don Pedro asiente, dando a entender que realmente es eso lo que necesitan y que no le importaría que te contrataran para ello.

- Trabajarás durante este mes - Prosigue Gonzalo - Mientras tanto, puedes alojarte con cualquiera de las familias del pueblo. Confío en que te hayas fijado en las horcas de la entrada... Ten presente que correrás la misma suerte que el desgraciado que se pudre en una de ellas si no obedeces a don Pedro. Pasado ese tiempo hablaremos de lo que nos has propuesto.

Aunque el recuerdo de las horcas te causa temor, estás contenta por haber encontrado trabajo, aunque sea así. Mientras vuelves a bajar por la pendiente, intentando evitar fijarte de nuevo en el ahorcado, piensas en alojarte en la casa de Tobías.

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10/03/2014, 05:01
Aviva Cohen

     Y Don Pedro habló y Áviva escuchó: no había trabajo de mediera a la vista, pero sí mucho que hacer en las labores de agricultura, era la época de cosecha y esa, la de jornalera, era la tarea asignada a la joven. También se le dijo que podía alojarse con alguna de las familias del pueblo. Cohen pensó en la familia de Tobías. Y vino la advertencia, así sin aviso, como una tormenta de verano.

    Él preguntó si había notado las horcas afuera. Áviva palideció, sus iris se volvieron más grandes, en señal de miedo. Bajó la cabeza repetidas veces y apenas logró articular una frase.

   -Sí... no, no, no daré ningún problema mi Señor.

   E hizo la reverencia, medio a las apuradas, porque sentía que los ojos de ese hombre la horadaban como agujas calientes. No quería quedarse más de lo necesario. "Pero he conseguido un trabajo. Amor mío, llevaré monedas a casa, y podremos no tener faltante de comida, o de otras cosas necesarias. Me siento orgullosa. Ahora me quiero ir... de su presencia."

     La chica esperó unos segundos y se dio vuelta, empezó a salir esperando que o la escortara un guardia, o encontrar ella misma la puerta. 

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17/03/2014, 02:55
Aquelarre

Capítulo II

La familia de Tobías se alegra de tenerte entre ellos, ya que, aunque eres una boca más que llenar, también representas buena mano de obra, de manera que, además de trabajar las tierras del señor, echas una mano en la pequeña parcela que tiene Tobías.

Te acostumbras pronto a la monótona vida de campesino, levantándote temprano para ir a trabajar, regresando a casa para tomar el almuerzo, volviendo de nuevo al trabajo en las tierras de tu anfitrión y terminando la jornada con una cena más.

Tras una semana en aquellas condiciones, empiezas a sentir las molestias propias de la gente que comienza a trabajar duramente en el campo, pero estás feliz por la relativa estabilidad que has conseguido.

 

Un día, al regresar para almorzar, no encuentras a nadie en casa. Extrañada, preguntas a un anciano vecino llamado Raimundo y te dice que los soldados del conde se acaban de llevar preso a Tobías. Miras a lo lejos y ves a un grupo de gente subiendo el camino que conduce al castillo. Allí te diriges inmediatamente.